Disfruta aquí del capitulo anterior de «Mi Adorable Novia Virginia (XVIII)»
Mi novia se exhibe ante el chofer y este alucina y se excita con lo guapa que es:
– Pues mire, mire estas tetas, señor, calentitas para usted! – dice sensualmente Virginia subiéndose el top y enseñado los pechos por encima del sostén de fantasía.
– Oh, pero que bonitas, grandes y tersas!
– Están esperando que usted las mame, caballero!
– Oh, sí, sí! – y se abalanza a sorber los pechos de mi novia.
– A ver, a ver… – dice la chica palpando la bragueta del chofer – me parece que su pollita está creciendo.
– Hmmm, que tetas más rica, qué pezones tan erectos!
– Mire, mire, ahora! – invita Virginia sentándose en el suelo, abriendo sus piernas y con los dedos sus labios vaginales – Qué, quiere lamerme el coño, señor?
– A ver, hmmm, a ver, oh, que ricura! Y tan húmedo y caliente! Pero si estás quemando!
– Va, señor, por favor, métamela entera, rómpame el coño!
Claro, el chofer no se hace rogar y la embiste con pasión, penetrándola hasta el fondo, mientras con una mano le acaricia el clítoris y le introduce un par de dedos en la vagina y con la otra le acaricia y penetra el culo. Mi chica nota que el pene va creciendo más y más, pero sin correrse. Ella se levanta, se da la vuelta y se pone en pompa y él la encula con fuerza, luego saca su pene y le penetra la vagina y va cambiando de agujero mientras ella no cesa de tener orgasmos.
– Me voy a correr, me voy a correr, te llenaré el culo de lefa, guarrita!
– No, no, espere, espere! – y se apresura a apuntar la punta de la verga del chofer hacia su boca – Ahora, ahora, va, lléneme la cara de semen, señor!
– Pero que cerda, niña!
– Va, que tengo hambre y su leche está muy rica! – suplica mientras le acaricia los testículos con fuerza y acerca las manos del chofer a su sexo y culo para que la masajee.
– Que marrana, ay, que me viene, que me viene, que me voy!
– Sí, oh, así, oh! – grita mi novia mientras recibe chorros de semen y eyacula en gran cantidad de squirt. – Más, más, toda, toda!
– Pero qué pasa aquí? Qué son esos gritos?
– Oh, no, nada, caballero, no es nada!
– Qué hace esa chica así? Oh, ya veo! – Dice un señor mayor con un bastón al ver a mi novia en cuclillas, con la cara llena de semen, con los pechos al aire, enseñando el culo y el sexo y lanzando cantidad de squirt. – Vaya puta! Esto es escándalo público, y en este barrio tan elegante! Avisemos a la policía!
– Papá, papá, no, a ver, va, venga, no pasa nada, son cosas que pasan! – intenta calmarlo un hombre de unos cuarenta años. – Seguro que esta chica es una puta fina, verdad? Ya se ve por el coche en qué han venido y por lo guapa que es.
– Por favor, déjelo, señor, no soy prostituta, no, es sólo que este caballero, el chofer, ha detenido el coche aquí y… mire, si queren, yo, la verdad, es que todavía… bueno, que tengo hambre. Si ustedes fueran tan amables… – les dice mi novia cogiendo sus pechos como invitándoles.
– Oh! – dice el chofer- Pero que guarra estás hecha!
– No, qué asco, dice el anciano, tienes las tetas llenas de semen!
– Por eso no se preocupe! Mire, mire, las limpio todas para ustedes! Oh, qué rico!– dice mientras lame el semen de sus pechos.
– Papa, yo sí que… es que nunca vi unas tetas como estas!
– Y verá lo buenas que están! – dice el chofer, notando que su pene vuelve a empinarse algo.
– Tu verás, hijo! – dice el abuelo. Y el cuarentón mama los pechos de mi novia con deleite. Ella agarra la mano del hombre mayor, que tiene los ojos fijados en la escena, y la acerca a su culo. Él no se hace de rogar y se lo acaricia. Ella abre el agujerito con las dos manos y lo muestra húmedo, colorado y abierto para él , luego toma el bastón y lo ensarta unos centímetros en su ano.
– Oh, pero será guarra!
– Señor, abuelito, lo abro para usted. Estoy deseando que me dé por el culo. – y mete y saca el bastón, cada vez más a dentro.
– Oh, nunca vi una puta tan caliente. Mira, te voy a follar, guarra, cerda, puerca, marrana! – grita el viejo mientras se saca un pene enorme y empieza a encular a mi novia ante los gritos de esta.
– Oh, por favor, me va a romper el culo, ay! Oh, hmm! Más, más, oh, pero qué macho! Más adentro, más, por favor!
El hijo abraza a mi chica e intenta penetrarle por la vagina. Pero la gran verga de su padre ocupa tanto espacio que no lo consigue. Ella le agarra el pene y lo aprieta con fuerza hasta que la folla hasta el fondo. Mi novia estalla en gemidos y gritos. Otros vecinos aparecen y se acercan a la escena y ven a mi novia tan guapa, caliente y deseosa de penes y de semen. Padre e hijo terminan casi al unísono dentro de mi novia y ella recoge tanto semen como puede de su sexo y de su culo y se lo lleva a la boca. Uno de los vecinos coge y se saca su miembro y empieza a penetrar la boca de mi chica, que sonríe agradecida y más cuando ve que se corre al momento y puede tragarse todo el semen. Otros vecinos manosean el culo de la joven, ella acompaña un pene hasta su culo e intenta juntar otro en su ano, cosa que consigue al tenerlo tan dilatado, caliente y húmedo. Los dos vecinos follan como locos el ano de mi novia y ella les corresponde con varios orgasmos hasta que la llenan de semen. Unos vecinos están algo apartados pero mi novia va hacia ellos, abraza a uno, le agarra el pene y se lo introduce en su sexo. Enseguida un joven de apenas veinte años aprovecha el culo expuesto y abierto de Virginia para penetrarla hasta el fondo.
– Sí, dame por el culo, niño, ay, sí, sí, así, oh, pero que gruesa la tienes, es todo para ti, todo mi culo! – y al oír eso y sentir tanto placer en el joven eyacula enseguida. El semen resbala por los muslos de mi novia y más cuando el vecino que la folla también tiene un orgasmo en su vagina. Varios vecinos más se van turnando para satisfacer a Virginia i ella lo agradece con más y más orgasmos hasta que empieza a hacerse de día.
Cuando por fin el chofer la lleva a su casa, ella le agradece tanta atención dándole el pecho y chupándole i ordeñándole de nuevo el pene hasta conseguir que vuelve a correrse en su boca y bebérselo todo con placer.
– De verdad que nunca vi a una putita tan caliente! Haces milagros, hija!
– No soy puta, señor. Es sólo que usted tiene una leche muy rica. Gracias. Adiós!
– Bueno, hasta otra, niña! Espero que pronto!
– No sé, quizás sí.
El chofer se relame viendo el culo de mi novia, de nuevo con el plug brillante, subir los pocos escalones hasta la puerta de su casa y nota, sorprendido, algo de empalme en su miembro. Ella, por fin saciada y sin hambre de comer, se gira y le lanza un besito al aire, se agacha algo para mostrarle casi todas sus tetas hasta que se gira, se sube algo la faldita para enseñarle mejor el culo, menearlo sensualmente, y entrar por fin a su casa.