Cada mordida en mis tetas era un grito de placer, entre mis gemidos se escuchaba el sonido de sus testículos con mi culo, perdí el control y le decía, esta putita está disfrutando ese rico pene, esa verga dura y gorda me está haciendo tener el mayor placer, ya viene mi orgasmo, él al sentir como me chorreaba dejó salir su leche, que rico es sentir dentro una verga caliente y sobre todo la leche.
Como me llamaré en este relato será como Morena, soy una chava mexicana de 25 años, soy morena, no soy una modelo pero tengo un cuerpo aceptable, fui criada con moralidad y costumbres muy fuertes, ya que mi padre y mi madre fueron criados también a la antigua (ustedes saben, virgen hasta el matrimonio), siempre fui tratada como la princesita de casa, soy la más chica, pero aunque me criaron a la antigua no quiere decir que no sea cachonda, como ser humano también siento las necesidades del cuerpo pero las he podido controlar, pero llegó el día que perdí el control de mi cuerpo y mis sensaciones y deseos. En las siguientes líneas les contaré como fue todo, espero que lo disfruten.
Como les comenté anteriormente tengo 25 años, a esta edad di mis primeros pasos en el terreno del sexo y con quien menos lo imaginé, todo indicó por unas pláticas con un amigo que es ginecólogo, a él lo llamaré Luis, él es un hombre de 36 años, no es muy guapo, pero hoy se porqué vuelve locas a las mujeres, creo que se imaginarán que es quien llevaba mi historia ginecológica, yo lo conocí a la edad de 18 años, a las primeras visitas ginecológicas era acompañada por mi madre, ustedes saben, cuidando a la princesa, él como todo médico profesional hacía las revisiones acostumbradas, el tiempo fue pasando y se convirtió en mi médico, él llevaba mi historial médico, él por seguir actualizándose en su especialidad tuvo que quitar su consultorio y mudarse al D.F, ciudad capital de aquí de México, pero entre nosotros surgió una amistad padre, la sosteníamos por red, pero siempre fue un contacto muy respetuoso.
Sin más ni más él decidió regresar al Mazatlán a montar nuevamente su consultorio, yo soy publicista así es que fui la encargada de diseñar su imagen para el consultorio, por lo cual tuvimos más contacto, y como se imaginaran decidí volverme a sumar a la lista de sus pacientes, mi ginecólogo me había comentado que a partir de los 25 años aunque no hubiera tenido relaciones sexuales debería hacerme el Papanicolaou, ya que el Ph y los tejidos de las paredes vaginales sufrían cambios y era necesario para evitar un cáncer, la verdad por el momento que me lo comentó creí que era una locura por lo cual no le di mucha importancia, un día por cuestiones de trabajo Luis y yo tuvimos que reunirnos en su consultorio para ver los diseños que había hecho y decidiera uno y empezar a trabajar sobre ellos, estuvimos platicando un rato de los diseños y yo dándole mi punto de vista sobre la decoración del consultorio, entre pláticas le dije que si podía hacerle una pregunta respecto al Papanicolaou, él resolvió todas mis dudas, llegó el día en que él abriera su consultorio y nuevamente empezara a atender a sus pacientes, y yo concreté una cita unos días después de las primeras consultas.
Cuando se llegó el día le dije que iba para hacerme la prueba del papanicolau y me hizo pasar a vestidor para colocarme la bata y hacer lo correspondiente, yo la verdad temblaba como una gelatina porque eso de las visitas al ginecólogo no son muy gratas, me dijo que me haría una revisión general para iniciar nuevamente mi historial médico, como es normal me pidió acomodarme en la posición respectiva, al iniciar la revisión se percató que aun era virgen, y de ahí en delante de la cita todo cambió, me miró con unos ojos llenos de lujuria y lo único que comentó fue que desperdicio “Tener que hacerte un Papanicolaou sin que disfrutaras un rico pene dentro de ti” La verdad eso me puso mucho más nerviosa y me dijo, Relájate que estando tensa te puede doler más de lo normal, la verdad por si sola no pude.
Él empezó a hacerme preguntas del trabajo mientras preparaba todo, pero al mismo tiempo hacía que me calmara, y sin más ni más me preguntó porque aun seguía siendo virgen y sin miedos sin nada le respondí que aun no conocía al hombre que se mereciera mi regalo, se volteó con una sonrisa pícara, me dijo que el examen lo dejábamos para al último que primero haría la revisión rutinaria, a lo cual no puse resistencia. Pero para mi sorpresa no era ya como un médico y su paciente, si no como hombre y mujer aunque disfrazándolo con su bata, él empezó a revisar mis senos, pero de una forma muy esmerada, suave, lenta, a lo que mis pezones empezaron a reaccionar, ¡que sensación tan más placentera!, mi vagina empezó a sentir reacciones, una humedad maravillosa, él se percató las respuestas de mi cuerpo, así es que siguió con lo que él tramaba.
Yo dejé que mis sensaciones se apoderaran de mi, la razón la dejé a un lado y solo le di la entrada a la pasión, sin ninguna pena dejé salir algunos gemidos, él llevó su boca a mis pezones, dirigió su mano a mi vagina, ¡que maravillosa sensación!, acarició mi vulva de una forma que en unos cuantos movimientos provocó en mi un orgasmo fenomenal, tomó mi mano para hacérmela llegar hasta tu pene, estaba duro, yo con mis piernas muy abiertas, desnuda, y toda mojada, le pedí que quedara en las mismas condiciones que yo, ahí estábamos los dos desnudos, mi mirada se dirigió a su entrepierna, su verga no era muy larga pero si era gorda y muy cabezona, (solo de recordarla se me vuelve a mojar mi vagina)
Él se puso de frente a mi vagina y empezó a acariciarla, cuando reaccioné sentía su lengua en mi vagina, ¡que forma de mamar!, en un instante sentí como mi cuerpo se contraía hasta llegar a un orgasmo donde él se dedicó a limpiarme mi vagina con su divina lengua, al retomar mi respiración normal le pedí que ese pene tan rico quería sentirlo dentro de mi, mis palabras fueron cumplidas, él colocó su gordo pene en la entrada de mi vagina, yo con mis piernas lo más abiertas que se podía empecé a sentir como entraba, pero el muy animal la metió de un solo golpe, me hizo dar un grito de dolor bestial, me quedé inmóvil, sintiendo un dolor que me mataba, pero después empezó a manosear mis tetas, ahí seguí entregándome, al mismo tiempo inició un lento mete y saca, ohhhh que cosa tan más rica…
Al meterlo cada vez era una partida en mi vagina pero que rico, inició un mete y saca, yo solo decía Siiiii, asíiiiiii, sigueeeeeeee, no pares, ahhhhhhhhh, dale más fuerte, a lo cual empezó con un bombeo, solo se escuchaban mis gemidos, mmm… ah, si, él al oído me decía que era una puta, una puta reprimida, ahhhh, y la verdad que si, era una puta reprimida, siguió con sus embestidas brutales, esa cabeza de su pene era muy gorda y sentía como me abría mi vagina, ahhhhhhhhhh, cada mordida en mis tetas era un grito de placer, mi vagina estaba muy mojada, entre mis gemidos se escuchaba el sonido de sus testículos con mi culo, eso me calentaba aun más…
La verdad perdí el control y le decía, esta putita está disfrutando ese rico pene, dame más, quiero más, deja tu leche, esa verga dura y gorda me está haciendo tener el mayor placer, ahhhh, mmmmm, sigue no pares que ya viene mi orgasmo, ahhhhhh, siiiiiiiiiii, asiiiii, ahhhhhhhhh, me chorreoooooooooo, él al sentir como me chorreaba, dejó salir un chorro abundante de su leche, que rico es sentir dentro una verga caliente, y sobre todo la leche.
Así me dejó con las piernas abiertas chorreando su leche y mis jugos vaginales, él se dirigió al vestidor, salió muy propio, bien alineado como si nada hubiera pasado, yo le pedí ayuda para bajarme y con las piernas temblorosas me dirigí al vestidor a hacer lo mismo, alinearme, aunque sean un poco.
Como se darán cuenta la prueba ni me la realizó, pero que cogida tan rica me dio, al salir del consultorio nos encontramos con las miradas como cuchillos de las pacientes, y lo único que él me dijo, concrete una cita para la próxima semana, ahora somos amantes y cada día me enseña mejores posiciones, y nuevas cosas.
Nota: Mujeres si tienen un ginecólogo que les atraiga no duden en seducirlo que son los mejores amantes, saben como explorar a una mujer.
Autora: Laura
Hola linda muy buen relato pero te tendrias que discrivir maas por lo demas muy bueno un besote CASANOVA