Todo empezó y sucedió tan rápido que no me dio tiempo a darme cuenta de lo que hacía y de lo que me pasaba; ya tenía 2 tetas; debía usar diariamente sostén o sujetador y pantaletas, y por mi apariencia debía usar también vestido y falda; era una mujer, que pena; en fin, Uds. dirán
Hola mis amigos de Marqueze. Como todo en esta vida, así también en las historias y en los relatos, hay un final… juntos hemos llegado al capítulo final de mi historia… si, esta fue a grandes rasgos las etapas importantes de mi vida… etapas que me han dejado como estoy ahora; lo que empezó por «manejar» situaciones y vivir actos que sirvieran de salida al deseo incontrolable… al instinto carnal de andar vestida de chica… o simulando que era una chica…. vean ustedes en que estado me ha dejado ese deseo… espero que les guste este último capitulo del relato de mi historia que fue… mi educación… mi educación como mujer. Con este capítulo finalizo mi relato. Estoy segura que los extrañaré mucho… me encariñé con todos ustedes… ya desde ahora siento como un vacío dentro de mi… me empezaba a acostumbrarme a ustedes… siento que el relatarles mi vida fue como compartirla con ustedes… hoy me siento más… acompañada. A todos ustedes: Gracias, gracias por haberme tenido la paciencia en todo este tiempo, y gracias también, por su preferencia al leerme; pero mejor… terminemos el relato de mi historia…
Si… pensaba para mis adentros… el cambio en mi persona y en mi cuerpo era de proporciones tan grandes y tan difíciles de regresar a su estado original… que se veía que lo más seguro era que no tenía ya solución… que ella lo debió sopesar muy bien… y que por eso lo decidió así… decidió terminarlo todo de esa forma… Todavía hice yo un intento de «negociar» algo con ella, pero fue terminante… no me dejó ni siquiera terminar…, solo empezar el intento y… de inmediato ella me interrumpió diciéndome:
– Bueno, mira, si tú así lo quieres…. y haciendo el intento de levantarse de la silla y dar por concluida la plática…
– Ok… ok… le dije deteniéndola… tráeme los papeles… terminemos…
Ella los tenía ya listos… facturas… poderes notariales… a favor de ella claro… sobre la casa… y renunciando yo además a todo lo demás… mi carta de aceptación de divorcio… mi renuncia a la patria potestad de mi hija… si, tenía listo todo… No me dijo más… no hizo ningún comentario de mi apariencia física… ni de mi voz… nada… solo recogió los papeles ya firmados, se levantó sin decirme una sola palabra… y se los llevó…
Meses después me enteré que en mi ausencia, ella se había conseguido un amante substituto de mi; era… si… lo adivinaron… su amante ¡era el jefe de la policía!…. supe que a la cuarta semana de mi «desaparición-secuestro» ellos se hicieron amantes… así que, yo les estorbaba para sus planes… ellos dos solos y yo desaparecido, sin ningún rastro… pues mi regresó debió alterar sus planes… eso ayudó mucho a su decisión de proponerme la ruptura total de nuestra relación… ya teniendo ella un hombre substituto de mi… lo demás que faltaba, pues lo hice yo con mi «facha»… con mi apariencia… mi aspecto… mi nuevo aspecto de ¡mujer!
Ese mismo día, al poco rato… estaba yo en la calle, sin nada… solo la ropa que traía puesta, ropa de hombre por supuesto… pantalón de algodón… una camisa de manga larga, «muy holgada» para ocultar mis tetas, y que era de las que había estado usando esos pocos días que viví en «mi casa», una chamarra también muy holgada… mis zapatos… era todo… Ni cuenta me di que al salir a la calle, tampoco traía nada en los bolsillos… nada… dinero, llaves, vamos, ni pañuelo… Ya en la calle, en esa calle que me había sido siempre tan familiar durante tanto tiempo… volteé un momento la cabeza hacía la casa que había sido mía, y suspiré…. En ese momento me arrepentí de haber tomado aquella decisión de hacía ya casi mes y medio, ¿o eran ya dos meses?… ¿para que le hice caso de ir a aquella casona?
Si… suspiré resignado… era demasiado tarde… Que había pasado… todavía no lo sé… todo había suced
ido tan rápido… ¿que fueron?… ¿seis, siete?… o ¿eran ya ocho semanas?… seguí caminando… todo había cambiado… todo… hasta yo…
Seguía yo caminando con mis ideas dando vueltas en mi cabeza… y ahora… a donde iría… que haría…. ella me había quitado todo, todo… se quedó con todo… no me dejó nada… ni mi despacho… ni la casa… ni ropa.. ni dinero… nada… ni siquiera me dejó hablar con mi hija…, vamos… ni mi familia… que vergüenza si ellos se enteraran de cómo estaba yo…. de las condiciones en que estaba … no quería saber ya nada de mi… Además si yo hacía algo, ella le diría a todos mi actual condición…
Tenía que desaparecer del mapa… como … Seguía yo caminando… sin rumbo fijo, cabizbajo… Lo único que se me ocurrió en ese momento fue hablarle a Alberto… si… eso haría… él me ayudaría… pero… oh… sorpresa… no tenía el número del teléfono que él me había dado… no sé donde había quedado el papel donde lo había anotado… ¿regresar a buscarlo a mi ex casa?… no… no… imposible… bueno… pues iría a verlo en persona… y le diría que me hospedara por un tiempo… en lo que me rehacía… en lo que rehacía mi vida… si… iría a verlo… Ya más tranquilo con esa decisión que aclaraba mi futuro, me dirigí hacia su casa… Ooop…. pero… pero no tenía dinero… mi esposa tampoco me había dejado ni siquiera unas monedas…
La casona aquella estaba lejos… a pie tardaría en llegar casi un día… ¿que hacer?… si… pediría a la gente unas monedas para el microbús… si… eso haría… que vergüenza… pedir dinero como limosnero… pero no tenía otra alternativa… Me alejé de la casa un poco para que no me reconocieran… y ya lejos de ella me acerqué a un hombre que estaba parado en la esquina y le pedí una moneda… ¿me vio tan raro?… me dio una moneda y se alejó rápido de mi… como si estuviera yo apestado… al menos así me había parecido… después hice lo mismo con una mujer… joven… le pedí una moneda… y el mismo efecto… ¿que tenía yo de raro?… ¿así me vio ella también?… ¿raro?… en fin… al poco tiempo tenía ya las monedas necesarias para el microbús…
Le hice la seña de parada y abordé el microbús que me llevaría hasta Alberto y la casona… la cabeza me daba vueltas… !que giro había dado mi vida!… de tener casa, esposa, hija, negocio, dinero, auto, bienes, placeres, poder… no tenía nada… y además me dirigía a «pedir» hospedaje a uno de los hombres que me habían dejado en el estado en que me encontraba…. Llegué a mi destino… me bajé del microbús… y recordé que hacía poco tiempo había estado yo en el mismo punto… pero como había cambiado el mundo para mi… no quise pensar más… me dirigí hacia la casona por el camino ya conocido… toqué el timbre de la puerta… Tardaban en abrir… ¿no habría nadie en casa?… pensaba para mis adentros… pues esperaré a que lleguen… me dije..
De repente… ahí estaba Alberto… frente a mi… sonriéndome como siempre…
– Así que te decidiste Martita, me dijo… ohh… pensé… nuevamente dirigiéndose a mi en términos femeninos… y no solo eso… además llamándome con «mi nombre»….
– Pásale Martita…. No te quedes ahí parada como boba… continuó él… con una sonrisa tolerante y afable… y continuando con su referencia hacia mi en términos femeninos…
– Yo no sabía ni que decir… pero el solucionó mi silencio rápidamente diciéndome:
– Que bueno que tomaste la decisión de venir… me dijo empujándome ligeramente por la espalda hacia el interior de la casona…
Yo pensaba que… no es que yo haya tomado la decisión de venir acá… sólo que no se me ocurrió otro lugar donde ir… mi apariencia ya no era la de un hombre… aunque tampoco lo era completamente de una mujer… así que….
– ¿Sabes?… me dijo… ¿eres ya una mujercita eh?.. aunque vengas vestida de hombre… si Marta… eres una mujercita… Claro…. si… en ese momento me percaté… eso era lo raro que me veían las personas a las que les pedí las monedas para el microbús… si… eso era… que yo parecía más ya una mujer que un hombre… pero vestía ropa como un hombre, y… sobretodo… actuaba como hombre, siendo ¡mujer!… claro que me veían raro… imagínense Ustedes…
– Esas píldo
ras son fenomenales… dijo Alberto… nunca han fallado… un poco más y te van a dejar perfecta… ya lo verás… y se sonrió…continuando su monólogo…
– A algunas chicas les ha hecho mucho daño me decía… son demasiado fuertes… demasiado… y con las dosis tan grandes como se las aplican a ustedes… pues…. y continuó diciéndome…. incluso muchas de ustedes no las han resistido… algunas se han puesto mucho muy enfermas… hasta al hospital han ido a parar… una por poco se nos muere… y decía todo esto como si hablara al aire… y continuó… pero solo a dos personas, a otra chica y a ti… sobretodo a ti…. volteando la cabeza hacia mi… !guau!… les han caído… de maravilla… estas lindísima, nunca hubiera pensado verte así…. si… eres una mujercita…
O sea que no he sido el único…, pensé para mis adentros…. me feminizaron metiéndome una dosis brutal de hormonas mientras me tuvieron drogado… me pudieron haber matado esos… con tanta píldora o quien sabe que cosas más… eso explica muchas cosas…
– Sólo que hay una condición, me dijo… parando de golpe mis pensamientos, y haciendo que yo levantara la cabeza… ¿condiciones?…
– Deberás obedecerme en todo, ¿ok. Marta? me preguntó sin darme oportunidad a que yo pensara algo….
– Si…., le dije con la cabeza baja… no tenía otra alternativa… y él lo sabía… a fin de cuentas… esto es mientras reacomodo mi vida….
– Pero todo es todo, ¿ok?… volvió a preguntarme… sonriéndome…
Yo lo vi con cara de duda, por lo que me aclaró casi enseguida..
– Mira linda, para mi tú eres ya una mujer, así que…aquí…, conmigo…, en la casa… pues… te deberás comportar como mujer en todo momento, ¿ok?… me preguntó…
mmm… bueno… al fin y al cabo… unos días más de lo mismo… no pasaría nada… pensaba, así que le contesté…
– Si, volví a decirle con la cabeza baja… entendiendo ya a que se refería… !que otra cosa podía decirle!…
Pero por si no lo había entendido bien, o no me había quedado claro, él se encargó de aclarármelo enseguida y dejarlo bien puntualizado….
– Además… pues… como te diré… seguía frente a mi con su sonrisa…
– Bueno… harás también la limpieza de la casa… y me prepararás la comida… ¿ok?… volvió a preguntarme… para ver si yo ponía algún pero, algún impedimento… algo…
– Si… le contesté, sin pensar mucho lo que me decía… ni cuenta me daba que me decía…. ¿limpieza?… ¿comida?… no hacía conciencia de que me decía él…
– Llámame Alberto linda, así será más fácil llevarnos…
– Si Alberto, le contesté
Y el continuó….
– Eso ya está mejor preciosa… y además… pues… serás como mi mujer… concluyó… dándose la vuelta y retirándose a otra habitación… muy contento
Yo solo me quede ahí… parada… ya sin pensar en nada… con la mente en blanco… como si no fuera yo…. El cambio estaba concluido… el circulo se había cerrado… si…. Había yo aceptado sus condiciones… sin mucho pensarlo… y ya sin ninguna resistencia… entregado…. ¿cuáles fueron sus condiciones?: si, obedecerlo en todo, y la palabra «todo» subrayada…. comportarme como mujer en todo momento… limpiar la casa… preparar la comida… cuidar su ropa… ¡ser como su mujer!… si el círculo se había cerrado… no tenía yo salida… mujer… vieja…
Así fue como él me dio mi educación de mujer… el concluyó el cambio… el cerró el círculo… él me educó como mujer… al menos eso supuse yo…. que engañada estaba… más adelante sabría yo la realidad… pero mi educación de mujer que según él me daría… era…… durante ese tiempo mi culo lo convirtió en mi culo-concha… así me dijo… me usaba… disfrutaba usándolo… disfrutaba usándome… yo entregada… como… su mujer… ustedes saben… en especial las mujeres… ellas saben perfectamente lo que les digo… y mis tetas… ya no eran «mis tetas»… eran su juego… eran su entretenimiento… su placer… yo solo las debía cuidar para él… eran mi obligación tenerlas a su disposición… no importaba si yo sentía algo o no… así me educaba… y mi cabellera… debía estar arreglada para que a él le gustara… y no qu
e a mi me gustara o me acomodara, o me sintiera yo a gusto con ella…. era mi obligación cuidarla y arreglarla para que a él le gustara…. y mi boca… también… también era para él…. …. si… así me educó… me educó obligándome y haciendo todo lo necesario para que yo tuviera mi cuerpo… listo y preparado para él en todo momento… para su uso… para que él usara mi cuerpo…… y me educó haciendo también que mi comportamiento con el fuera él de una mujer… no importaba si estaba yo o no de acuerdo… así me educó…
Bien que recordaba cuando joven… cuando inicié… mi deseo aquel que era tener cuerpo de mujer… tener tetas…., nalgas…, cabellera… vestirme con ropa de mujer… si, lo hacía pero para satisfacer mis deseos… para darle rienda suelta a mis instintos carnales de entonces… si… que lejos estaban esos deseos… deseos en los que el objetivo era yo…. Ahora… ahora que tengo tetas… ahora que tengo algo de nalgas… que tengo cabellera de mujer…. ahora mi obligación debía ser cuidar mi cuerpo para satisfacción de un hombre… no para mi satisfacción… el objetivo era él… como hombre… y no yo… mi satisfacción, eso, no importaba… ahora era como la de cualquier mujer, mi obligación… debía reeducarme para los hombres… no para mi… mis tetas eran para él… yo las debía tener bien… ya no importaba satisfacer mi deseo… mi culo concha lo debía tener limpio… dilatado… listo para el momento que él deseara… era mi obligación como la de cualquier mujer…
Para lo demás, yo me auto-eduqué… me auto-eduqué como mujer claro… me auto-eduqué para peinarme como mujer, para arreglarme y pintarme… él no sabía como hacerlo… y tampoco estaba muy interesado que digamos en saberlo… y además tampoco había nadie más en la casona… y yo… lógicamente no tenía a nadie más… estaba sola… me debía auto-educar… como mujer…
El continuó dándome las píldoras aquellas… parecía que lo único que sabía él era darme las pastillas…. dos por día… diariamente… era mi feminización… me había dicho… para que termines bien… la dosis masiva seguía… día tras día… sin parar… y por supuesto…. afectándome en alto grado… muy fuerte… afectándome tanto física como mentalmente, como ya lo había hecho… eran unas píldoras de muy alta dosis de estrógenos, casi cuatro veces más que el resto de las píldoras existentes… mi cuerpo las recibía… haciendo su trabajo… los resultados estaban a la vista… mi feminización era acelerada… tanto física como mentalmente…. me aturdía…
Yo estaba muy delgada ya… claro… primero con la dieta de hambre a que me habían tenido… era lógico… y aunque después había recuperado algo en las casi dos semanas que estuve con mi esposa… enseguida perdí lo que había ganado… y ya con Alberto… pues dos o tres kilitos solamente… pero con el «tratamiento» de hambre a que había estado sujeta, había quedado yo muy delgada… eso si… muy delgada pero con mis tetas… ahora ya de buen tamaño… mi cadera más redondeada… mis piernas y mis nalgas, más llenitas… vamos, hasta mi cara había cambiado fuertemente… la delgadez de mi cuerpo como que acentuaban las nuevas líneas curvas de mi cuerpo… las señalaba más… Me cambió el timbre de la voz… era… más… ¿femenino?, en fin todo en mi cambiaba… hasta mi forma de ser… más, como les diré… ¿pasiva?…¿más tranquila?… ¿resignada?… no sé…
Estuve en esa casa por cinco o seis meses… todo ese tiempo encerrada, sin salir … en mi vida solo estaba la casa, la comida, la ropa, Alberto, y por supuesto mi «tratamiento»… Alberto me escondía en un cuarto cuando ocasionalmente mi Iniciador, Arturo, iba a la casona… o cuando iban algunas de sus «iniciadas»… ellos nunca se enteraron de mi presencia ahí… y yo nunca los vi… Si… en todo ese tiempo yo aprendí a lo que yo creía era ser mujer… ¿que presuntuosa verdad?… aprendí por mi misma a limpiar la casa, nunca antes había tomado una escoba o un trapeador…pero a todo se acostumbra una… la tenía limpia… y ordenada… a Alberto le gustaba que la tuviera así… antes él la tenía hecha una calamidad…. también aprendí a lavar la ropa, la mía y la de él… sus camisas, calzoncillos.,
calcetines…. toda aquel tipo de ropa que antes era de uso tan familiar en mi, ahora solo podía yo olerla…, sentir el olor del hombre que la había usado… lavarla, plancharla y guardarla… y aprendí claro a plancharla… que difícil fue eso de planchar… sobre todo al principio… me costó mucho trabajo… y a doblarla y a guardarla… en su lugar… quien hubiera pensado en ese momento que todo un ingeniero exitoso estuviera entregada sexualmente a un hombre, limpiándole la casa, lavándole su ropa cuidándosela… y preparándole la comida…. acababa el día rendida… sin ganas de hacer nada… solo descansar y dormir… era pesado ser mujer… muy pesado….
Si… también aprendí a cocinar… claro, cosas muy simples… y si podemos llamar aprender a lo que yo hacía…si todo lo que yo hacía, era «aprender»… a un hombre nunca nadie le enseña nada de esas cosas… pero como mujer…. En todo ese tiempo ninguna mujer me enseñó nada… no vi a ninguna otra mujer… como hubiera deseado yo que una mujer fuera mi guía… deseaba tanto tener a una mujer cerca… una mujer a mi lado… una mujer a quien preguntarle algo… saber si estaba bien o mal… una hermana… una amiga… pero no… nadie… solo la casa, Alberto y «mi tratamiento». Es el día que aún no tengo ni cerca ni lejos alguna mujer o amiga íntima… así como para preguntarle esas cosas tan bobas que toda mujer sabe desde muy tierna edad… pero que para mi son desconocidas…
Para mi aspecto en general… su tratamiento no fue muy basto que digamos… fue como todo… muy superficial,… y sobre todo enfocado más a complacer sus gustos varoniles, de macho, que a educarme o enseñarme como se hacía las cosas… como las debía hacer una mujer…. el hombre siempre critica el aspecto de la mujer… sin ponerse a pensar todo lo que la mujer debe o tiene que hacer para verse bonita y agradar al hombre…. una mujer lo sabe bien… el empezó al principio a depilarme las cejas… no le gustaba como las tenía yo…. de chico… que doloroso había sido… hasta las lágrimas se me salían,,, tan es así que mejor lo detuve, y preferí continuar yo sola… fueron varios días… él solamente me decía si habían quedado bien o mal… era todo lo que hacía… opinar… también aprendí por mi misma a pintarme la boca… los labios… él me decía si estaban bien o mal «dándome besos cuando estaban bien»… no siempre me gustaban sus besos… eran más bien bruscos, diría yo… e intempestivos… a mi no me gustaba eso… prefería que hubiese sido más tierno y cariñoso conmigo… pero así era como me educaban como mujer… también aprendí a caminar como mujer… al principio caminaba como «una india de huaraches» según me decía él… poco a poco fui corrigiendo mi andar… con pasos más cortitos.. y con «gracia»… yo no sabía muy bien que quería decir eso…. incluso en ocasiones… él me daba mis nalgadas… me levantaba el vestido y me nalgueaba…. y yo tenía que sonreírle… por «sus bromas»… así educan a una como mujer… que difícil es ser mujer… creo que también aprendí a sentarme… a sentarme como mujer… o es lo que yo supongo… él nunca me dijo nada de eso… ¿es curioso, no?… que difícil fue para mi aprender a sentarme como mujer… con la espalda derechita… a media silla… las rodillas juntas… si… muy difícil… no me acostumbraba…. es el día que aún no puedo estar sentada mucho tiempo por esa posición… como deseaba a una mujer a mi lado que me ayudara… pero eso es algo que nunca tendré… eso no se comenta entre mujeres… en todo caso… «se critica»…
En fin, que solo sabía algo de cómo debía ser una mujer por los comentarios del bruto aquel… Alberto… era un bruto… aunque de buen corazón…me trataba como su mujer… Con él aprendí lo que deben sufrir tantas mujeres cuando viven con un hombre… sufrimientos que las mujeres callan…. cuando fui hombre nunca me percaté de eso… hoy lo sé muy bien… pero hoy es demasiado tarde… para mi…. Que cambio tan fuerte había yo sufrido… es el día que aún no lo asimilo del todo… En casi ocho meses había pasado yo de ser un «hombre normal»… a una mujer… a una vieja… sin ningún apoyo de mujer alguna…
Ah, y mi ropa… también mi tratamiento de educación como mujer tuvo su «peculiar sabor»…. a los dos días de haber llegado a la casona Alberto me tiró a la basura mi ropa de hombre que había
yo llevado, con la que iba yo vestido cuando llegué, no existiendo ropa de hombre que usar… la de él era muy grande para mí… así que me compró dos vestidos, muy sencillos…, eran de poco precio…, y no tenían pero nada de sexy… ¡que va!… eran corrientes, diría yo… de tela muy corriente y de hechura también muy corriente… de los vestidos que usan las sirvientas de poco dinero… si…, él no tenía dinero… los vestidos eran de manga corta y de los que se abotonaban por adelante, y tenía un cinto de la misma tela… que se amarraba por atrás con un moño… cinto que daba un poco de forma a «mis caderas y tetas»… Así que vestía ese par de vestidos alternadamente unos días uno y unos días otro y siempre con mis zapatos de hombre que fue lo único que no me tiró, pues aún no había comprado zapatos de mujer;… no vestía nada de ropa interior… ni calzones siquiera…. me levantaba el vestido y me daba nalgadas… y se reía… me decía así estás siempre lista para mi… jajaja… y volvía a reírse… él no lo sabía pero sus nalgadas no me gustaban… yo fingía que si me gustaban… me hacían recordar mi marca… mi marca de puta… el hierro….. Tampoco me compró sweters o algún otro complemento; me iba resignando a mi nueva vida… a mi nueva vida de vieja… de mujer…. a no gozar… sino servir de goce al hombre….
Poco tiempo después también tendría un par de pantaletas, también muy «sencillas», que él me había comprado… y después un par de sandalias… y un camisón para dormir… todo poco a poco… pero aún no tenía ningún brasiere… y yo sentía que lo necesitaba… pues mis tetas ya eran de buen tamaño y se movían, se bamboleaban, y en ocasiones me dolían… por eso no corría ni hacía movimientos bruscos… tan es así que Alberto me decía que me estaba yo volviendo más femenina… pero… era para que no se movieran… tampoco tenía medias… ni ninguna otra prenda… ni por supuesto artículos de belleza, como maquillaje o cremas… y por supuesto ninguna joyita que ponerme… algo que me adornara… eso hubiera sido todo un lujo que no se podía regalar Alberto… solo iba teniendo algunas «cositas» que poco a poco le iba pidiendo a Alberto y después de mucho «insistir», él me las conseguía… aprender como mujer a «insistir» para tener algo que ponerse… Era todo lo que tenía…
Un buen día, tal vez habían pasado cosa de tres meses desde que llegué a esa casa por segunda vez… que ya me vi como mujer; si… mi aspecto era ya el de una vieja… el de una mujer… para entonces ya me había depilado bien las cejas con las pinzas que había en la casa…, al principio como les dije me quedaron mal… pero poco a poco me habían ido quedando mejor… y las mantenía arregladas… mis uñas estaban crecidas lo suficiente para verse bonitas…y yo aprendía a arreglarlas y cuidarlas… no tenía tijeras… solo me compraba unas limas (lijas), que eran baratas, y así les daba un poco de forma… y me las pintaba con un frasquito de pintura que me había comprado Alberto… de esos de poco precio que venden en las calles… claro… del color que a él le gustó… decía que le gustaba verme con las uñas pintadas… y también las de los pies… mis tetas eran ya de buen tamaño, o al menos así las veía yo; aún no sabía que talla era pues no usaba brasiere…; ni yo ni nadie me lo habían comprado… y aunque ya no me importaba mucho si me gustaban a mi o no… si debía cuidarlas, y cuidarlas mucho, para que le gustaran a él…. mi obligación era portarlas… tenerlas… cargarlas… para uso de él… en ocasiones y mientras preparaba la comida… él llegaba por atrás de mi…pegaba su glande a mis nalgas… lo sentía… besaba mi cuello… y me agarraba mis tetas… masajeándolas… así que debían estar bonitas y listas para él… ya no me producían placer como antes… esa excitación que sentía cuando regresé a mi casa y me bañaba… ya no… ya era algo rutinario, común… estaban ahí… y no eran para mi… no eran para mi goce… no eran para que yo me excitara… no… mis tetas… esas tetas que tanto me habían gustado tener… esas tetas que ahora tenía… eran… para que los hombres las gozaran… si… eran para ellos… como no vi eso antes… cuando fui hombre… hoy ya no tenía remedio…. carg
arlas 24 horas al día… cuidarlas en todo momento…. para que me las masajeara un hombre… no sentía yo placer ni excitación… me manoseaba todo mi cuerpo… manoseaba mis tetas… y no sentía nada… mi obligación era que él gozara conmigo… no sabía yo ser mujer…Pero sigamos… ahí estaba yo… solo usando cualquiera de los dos vestidos que tenía… mientras lavaba y planchaba uno… el otro lo usaba… los iba alternando… también seguía sin bello en el cuerpo y piernas… ya no me había salido bello… yo supongo que era por el efecto de las píldoras…, él me daba mis píldoras antes de comer … y después me daba la comida… !no píldoras, no comida!… así fue comida y cena… además podía escasear o hasta faltar la comida, pero «mis» píldoras como él decía… NUNCA… eran lo primero… seguramente también afectó el crecimiento del bello… como tantas otras cosas….
Mi cabellera estaba crecida… incluso me hacía a veces un arreglo como cola de caballo… aunque aun muy pequeñita… y en otras ocasiones lo usaba suelto, solo detenido en algunos sitios con pasadores –horquillas- para el pelo… , y además en cuanto a pintarme y perfumarme…. últimamente casi me obligaba por decirlo de alguna forma, a traer diario la boca pintada con el labial que el compró también en la calle… de esos también de poco precio que hay por todos lados… ¿y me regalaba del perfume aquel, recuerdan?… el perfume que había en la casa… y que me habían puesto la primera vez… yo nunca supe donde estaba.. él solo rellenaba el frasquito… y me lo daba… decía que le gustaba como olía yo… ese olor penetraba en mi piel… aprendía a ponerme el perfume en mi piel… para oler bonita… y gustarles a los hombres… Si… me vi como mujer… me sonreí internamente… me gustaba como me veía… me iba acostumbrando a verme como mujer… como vieja… ¿Así es como piensa una mujer de sí misma?… me preguntaba… pero… nadie me contestaba…
Claro, no faltaba la satisfacción sexual de Alberto…. esa fue una de sus condiciones iniciales… usarme como su mujer… cuatro o cinco veces por semana me daba mis buenas cogidas… a veces diario… claro, después de mi buena manoseada por todo mi cuerpo…. los primeros días fueron muy dolorosas para mi…. su miembro era muy grande y me lastimaba…. pero con los días, y poco a poco, mi culo-concha se fue acostumbrando a él, a su tamaño, y lo procuraba mantener dilatado… paulatinamente me iba gustando darle satisfacción sexual a mi hombre…. para que de esa manera, el me hiciera sentir como mujer… poco a poco me iba gustando sentir ese placer de ser cogida… de ser penetrada… cualquier mujer que me este leyendo me debe entender… si… él me cogió de todas las formas y posiciones que yo nunca como hombre imaginé existieran…. me empezaba a gustar el ser mujer… me habían convertido en un ser destinado a darle placer a los hombres…. si… ese era mi nuevo destino… darle placer.. a los hombres… darles placer sexual a los hombres… y a cambio… quizá yo también tener un poco de placer… como mujer… aunque no importaba mucho si yo lo tuviera o no… eso no importaba… para el hombre nunca ha importado mucho eso… solo me quedaba gozar, si es que se le puede llamar a eso gozar… el estar bien arregladita…. y verse bonita para los demás… y también verse bien para las demás… Si.. mi educación como mujer, como vieja… estaba resultando.. exitosa….. aunque no como yo lo había pensado… Así que un buen día decidí finalmente que yo sí quería vivir ya como mujer el resto de mis días … y claro que lo iba a hacer…, pero no en esas condiciones que estaba yo viviendo… no… lo haría como cualquier mujer sola… soltera o como le quieran llamar ustedes…, en mi departamento o casa…. tal y como existen a la fecha tantas mujeres en el mundo… y así re-hacer poco a poco mi vida, aunque ya en forma diferente… mi nueva vida.
Habían pasado ya cinco o seis meses de vivir en la casona aquella, como «mujer» de Alberto… aunque debiera decir como aprendiz de mujer, ¿no creen? Y una mañana, al día siguiente de que tomé mi decisión, le platiqué a Alberto mis planes y la decisión que había tomado…. y él, aunque se puso muy triste… como siempre, me apoyó Me dijo que me ayudaría en todo lo que yo necesitara… me quería mucho… y lo hizo… me ayudó… Juntos planeamos todo con tiempo… estuve viviendo todavía como un mes más
con Alberto en aquella casa… Me prestó $ 7,000.00 pesos, que debían ser algo así como $ 600 o $ 650 dólares… era muy poco… lo sé… y más, si los comparaba con lo que yo ganaba cuando fui hombre…Me dijo que era todo el dinero que tenía, que ya se lo pagaría yo cuando pudiera… me quería… para mí, ese dinero era todo mi tesoro… me despedí… y él se despidió de mi… efusivamente… si … adivinaron ustedes… me dio mi buena cogida de despedida… la disfruté … como mujer… y me fui Con ese dinero, renté un departamento muy pequeño, de una recámara…, pero más que departamento era una vivienda corriente, de un solo cuarto con baño en una esquina, y estufa a un lado… yo me compré una cama donde dormir, una mesa y silla y una computadora usada… desde donde escribí mi vida, que hasta ahora les relato a Ustedes. Y… ¡a vivir!… si… a vivir, pero ya como mujer… como una mujer normal… estaba yo decidida… y con mucho entusiasmo…
Lo primero que hice al día siguiente fue muy ilusionada, ponerme a buscar trabajo… pero…. pero oh tonta de mi… mis ilusiones pronto se fueron deshaciendo como burbujas… una a una… se acabaron muy pronto… No se pedir trabajo de mujer…, me han rechazado varias veces… a varios empleos que solicitaban mujeres que fui… me rechazaron… incluso… si me hubieran contratado… no se si hubiera yo podido con el trabajo… no digo en cuanto a desarrollar el trabajo en si mismo… sino en cuanto a convivir con otros hombres, otras mujeres… compañeras de trabajo… clientes… yo creí que ya sabía ser mujer… pero aun faltaba más…. Yo creo que los rechazos iniciales fueron por mi forma de vestir, tan sencillo, o por mi edad, o por mi falta de documentos… o por ser mujer… no sé por que… No se ni que hacer… Mientras tanto, he empezado a conseguir mi documentación «oficial»… en eso estoy ahora que les estoy escribiendo mi relato… pues en muchos sitios me pedían como requisito «mi documentación» Para mi nueva documentación debía tener un nombre… claro… mi nombre Marta…, el nombre se me fue quedando… tanto tiempo me estuvo llamando Alberto con ese nombre, que me acostumbré a responder a ese nombre… llegó un momento que lo sentí como mío… sentí que era mi nombre… mi nuevo nombre…
¿Los hombres?… creo que ¡ni me voltean a ver!… no me he dado cuenta de que lo hagan… no se cuando una mujer sabe que es observada… yo creo que soy muy vieja ya para ellos… incluso debe haber sido la razón de por que me echaron de la casona… después de mi iniciación… ahora sé que en esa ocasión y además de jugar a modificarme… sólo se desahogaron en mi… me usaron… y me botaron como trasto viejo… fui como una diversión de un mes para ellos… en eso se divierten…. desahogaron sus instintos en mi… no les importó destrozar la vida de un hombre… bueno… de lo que yo creía que era un hombre… También pienso que puede ser que no me volteen a ver pues mis tetas son pequeñas… claro, pequeñas si las comparo con las de una mujer cualquiera de mi edad, ya mayorcita… aunque debo decir que son ya más grandes que las de cualquier señorita o mujer joven… pero eso si, son muy grandes comparadas con las de un hombre… como hombre no las puedo ya disimular de ninguna forma… imposible… son… como decirlo… demasiado notorias… imposible ocultarlas, ni con ropa muy holgada… soy copa B en general aunque para alguno que otro modelo de brasiere soy C, aunque ambas tallas me quedan bien, sostienen bien mis nuevas tetas, para que no se muevan, que no se bamboleen, y por supuesto, que no se me cuelguen…., las tengo que cuidar…. esto no es para mi gusto, para mi placer… no,… es como lo aprendí, mi obligación para el gusto de… los hombres… cargar las tetas… como toda mujer… y mostrarlas a todos para su goce… no para mi goce….
Igualmente mi cara es muy fea –así la considero yo claro- si la comparo con la de una mujer normal, aunque dicen que no hay mujer fea, pero… por otro lado mi cara es muy bonita… comparada con la de un hombre… como hombre no puedo ya disimular mi cara tan femenina de ninguna forma… las pastillas aquellas hicieron su efecto… no cabe la menor duda… es de los pocos gustillos que tengo… como vieja… el arreglarme… maquillarme… verme bonita… pero… ¡para los demás!… como me gustaría recibir consejos de una mujer… Y cuando me voltean a ver, no sé si es por que están descubriendo en mi rostro alguna reminiscencia de rasgo aún varonil que aún quede… no sé…, o por que están pensando
«que vieja tan fea es esa»…, o estén pensando de mi en forma muy lasciva por que me están deseando… no lo sé… los hombres nos ven tan feo a las mujeres… que una no sabe que pensar… cuando fui hombre nunca me percaté de eso cuando yo lo hacía… en cambio hoy como vieja, no me gusta… deberé aprender a «interpretar» las miradas de los hombres… La verdad es que yo no me considero fea… pero es que me siento tan insegura… tan insegura… de mujer… tan insegura como mujer… Y yo que pensaba que ya estaba educada como mujer… que va… me siento muy insegura de ser mujer… nadie me lo enseñó… nadie me enseñó a ser mujer… nadie me enseñó a ser vieja… Por cierto desde Alberto, ningún hombre me ha vuelto a tocar… Y pienso para mis adentros… sin empleo, de que voy a vivir… no sé… no sé como vivir…, no sé como debe vivir una mujer… sola…
No sé como debo conquistar hombres o compañeros… si es que es eso lo que debo hacer… conquistarlos… no me sé hacer atractiva a los demás como mujer… como hombre si lo sabía… tampoco se como tratar a las demás mujeres… y como tratar a los hombres… siendo yo una mujer….. tengo muchas dudas… es un cambio tan fuerte… de ser todo un hombre… un señor… a ser una mujer… y tener que vivir como mujer… ojalá fuera posible elegir… un día hombre … un día mujer… y así… uno iba escogiendo lo mejor de ambos… no… mi vida cambió… no soy ni puedo volver a ser hombre… eso ya terminó… no debo ya tener dudas al respecto… tengo y debo vivir como mujer… tengo tetas, tengo nalgas de vieja… tengo cara femenina… voz delgada… cabellera de mujer… mis ademanes son ya de vieja… Lloro todas las noches… y me animo yo solita… pensando que al día siguiente todo regresara a la normalidad… ¿Dije normalidad?… ¿Cual normalidad?… ¿cuál es mi normalidad?… si fuera hombre si sabría plenamente cual es mi normalidad, si serviría… sería útil… estoy segura de eso… y seguramente estaría haciendo algo… ¿Pero como mujer?…, cual es la normalidad de una mujer… ¿cual es mi normalidad como mujer?… por más que lo pienso y analizo… no sé cual es la normalidad de la mujer…Yo soy una mujer más, o como decía yo hace mucho tiempo…soy una vieja más… ¡que tiempos aquellos que pensaba yo así!… No sirvo para nada, solo para ser una mujer más… pero no se como ser mujer… eso nadie me lo enseñó… No se como ser mujer…No se como ser vieja…
Actualmente y para mantenerme estoy vendiendo ropa interior de dama y con lo poco que se gana la estoy pasando…. Pero lo que gano no alcanza para nada… Más adelante estoy segura de conseguir trabajo en un despacho de ingenieros… no sé… puede ser de «secre»… ja ja.. que raro se oye… yo, antes todo un ingeniero… un ingeniero exitoso… siendo hoy una empleada más como secre de un ingeniero… que ironías de la vida… en fin… podría ser también una auxiliar de ingenieros… no tengo duda de que lo voy a lograr… se que eso si puedo hacerlo… Lo que no sé es… ¡COMO SER MUJER!
Espero les haya gustado la forma como les escribí mi historia, a mi no me gusta mi historia, pero es mi historia, es mi vida, así sucedió; lo demás… la estoy escribiendo y por supuesto y con sus consejos… y sus enseñanzas de cómo ser mujer…. mi futuro está por escribirse.
Como siempre, les mando a todas y todos un beso muy cariñoso
Hasta siempre
Autor: MARTA
MartaE_SN ( arroba ) yahoo.com.mx