Hola a todos, soy Alicia. Os voy a contar el comienzo de una gran aventura. Marta, la novia de mi hermano Pedro me parecía una chica de lo más mona. 22 años, rubia, 1,70 de estatura, poco pecho pero un culito extraordinario. Podría ser modelo si ella quisiera. Siempre era bastante recatada, vestía moderna pero sin enseñar mucho. Un fin de semana, mi hermano se fue de viaje con unos amigos a ver un partido de fútbol a Barcelona. Yo le dije a Marta que se viniese a mi casa a pasar el fin de semana y así podríamos salir las dos juntas por ahí. Ella accedió encantada. El viernes por la tarde apareció en mi casa y cenamos algo antes de irnos a tomar algo. Yo había quedado con dos amigos, Jaime y Ángel, un poco mayores, tenían en torno a los 45 años, pero eran muy marchosos.
Cuando llegamos al bar, ellos ya estaban allí. Hice las presentaciones oportunas y nos invitaron a una copa. Durante la noche fuimos de un bar a otro, riéndonos de tonterías, comentando cosas sin importancia, vamos, lo que suele ocurrir un fin de semana. Fuimos también a un pub en el que sale la gente a bailar y allí estuvimos bailando los cuatro. Yo veía que ellos miraban mucho a mi cuñada, aunque no se propasaban en absoluto, supongo que por respeto a mi.
Le pregunté a Ángel qué le parecía Marta, y el me respondió:
– Parece una chica muy simpática y es muy guapa. Tu hermano tiene mucha suerte.
Así iba transcurriendo la noche, entre baile y copa. Pero llego un momento que las copas fueron muchas y Marta no está acostumbrada a beber. Yo la notaba un poco afectada por el alcohol.
Yo me encontraba eufórica y me empezó a atraer Marta de una forma que no me había ocurrido nunca.
Marta empezó a encontrarse mal y me dijo que la acompañase al baño. Allí echó todo lo que se había bebido. Me dijo que se encontraba muy mal y que quería volver a casa, al momento se quedó inconsciente. Se lo dije a Ángel y entre él y Jaime cogieron a Marta para llevarla a su coche. Ellos se reían de la situación y comentaban:
– Joder con tu cuñada, vaya borrachera que ha pillado.
– Si la ve tu hermano así.
La subieron al coche y nos llevaron a mi casa. Cuando la sacaron del coche para subir a mi piso, vi como entre ellos se miraban y sonreían. Me fijé en que Ángel tenía su mano en el culo de Marta e hice como que no me daba cuenta. Aquello me excitó muchísimo, ver como estaban metiendo mano a la novia de mi hermano delante de mi.
Les dije que la echaran encima de la cama. Marta seguía dormida sin enterarse de nada.
Entonces les dije:
– ¿Podéis ayudarme a quitarle la ropa?Ángel y Jaime se quedaron de una pieza, pero enseguida dijo Jaime: – Por supuesto.
Empezamos a subirle la camiseta que llevaba y apareció un sujetador negro que cubría sus pequeñas tetas. Le desabroché el vaquero y le dije a Angel que le bajase el pantalón. Los tres nos quedamos asombrados, por que Marta llevaba un tanga diminuto, negro y muy transparente. A mi me iba el corazón a cien. Jaime salto de pronto:
– ¡Ostia con tu cuñadita!
Yo ya estaba que no podía más de la excitación. Aquello era increíble. Desnudando a la novia de mí hermano delante de esos dos hombres. Cuando se quedó con el sujetador y el tanga les dije, ya cachonda perdida.
– Menuda putilla que tiene mi hermano. ¿No os parece? ¿Habéis visto que bien recortadito lleva el chochito? Será mejor que le quitemos el sujetador para que no le oprima.
Le quité el sujetador y aparecieron sus hermosos pechos. Angel y Jaime estaban sin habla.
– Venga chicos -dije- quitadle el tanga a esta zorrita.
Sin pensarlo dos veces, Jaime empezó a bajarle el tanga muy despacio. Allí estaba la novia de mi hermano desnuda completamente. Yo empecé a acariciarle los pechos y a pasar la mano por su coñito.
– Preciosa -dije.
– Ni que lo digas -dijo Ang
el.
Dirigiéndome a los chicos, les dije:
– Si queréis, os podéis divertir un poco con ella.
Se agacharon y empezaron a tocarla y ha besarle por todo el cuerpo. Estaban enloquecidos sobándola.
Yo me fui al salón a por unas cositas y cuando volví, ellos seguían a lo suyo.
– Creo que vais a necesitar esto -les dije, mostrándoles dos condones.
– ¡Ostia Alicia! -dijo Ángel- ¿Seguro? – Seguro, quiero ver como se follan a la novia de mi hermanito dos hombres como vosotros.
Angel y Jaime se desnudaron rápidamente. Tenían las pollas a cien. Primero Angel se puso encima de Marta y empezó a follársela. Marta empezó a moverse y yo la tranquilizaba. – ¿Qué pasa? -dijo Marta.
– Nada -le dije- Les he dicho a los chicos que jueguen un poco contigo, sólo para compensarles el habernos traído a casa.
– Perooo… nooo – protestaba Marta.
– Venga Marta, déjalos. Se lo están pasando muy bien contigo. Mientras, ajeno a lo que hablábamos, Angel seguía follando a Marta. De repente y con un espasmo, Angel se corrió. Sin dar tiempo a nada, Jaime lo quitó y se puso él encima de Marta.
– ¿Os lo pasáis bien, chicos? – les pregunté.
– Esto es el paraíso – dijo Angel- Tu cuñada tiene un coño fantástico, menuda puta. Cualquier tío estaría deseando follársela.
Marta sólo gemía, estaba disfrutando también. Jaime terminó corriéndose también. Dejamos a Marta en la cama y salimos a tomar una copa al salón.
– Esto hay que repetirlo -dijo Angel.
– Creo que después de lo de esta noche, Marta va a ser mi sumisa putita. -les dije.- Ya lo veréis.
A la mañana siguiente, Marta vino hacia mí y me dijo:
– ¿Porqué me hicisteis lo de ayer? No está bien.
– He decidido que vas a ser mi perrita. Ayer te lo pasaste mejor que ellos. ¿Verdad? – Yo no, no quería…
– ¿Vas a ser mi perrita, verdad Marta? – Bueno, pero no le digas nada a tu hermano.
– Será nuestro secreto.
Al fin de semana siguiente quedamos para salir mi hermano, Marta y yo. Llamé también a Angel y Jaime para que vinieran, les dije que había quedado con Marta y con mi hermano y que seguro que nos lo íbamos a pasar muy bien. Ellos estuvieron encantados de venir. Quedamos en un bar, les presenté a mi hermano. Marta estaba avergonzadísima y no habría la boca. Angel y Jaime actuaban como si nada hubiese pasado. Yo le susurré a Marta al oído:
– Ya sabes que eres mía, así que harás lo que yo te diga.
El bar estaba muy concurrido y nosotros estábamos los cinco de pie. Le dije a Jaime:
– Tócale el culito a Marta, que hoy a venido muy guapa.
Marta llevaba una faldita rosa. Estaba al lado de mi hermano y cuando notó la mano de Jaime en su trasero dio un ligero sobresalto.
– ¿Qué pasa? -le dijo mi hermano Pedro.
– Nada, nada. -le dijo Marta.
Aquello era muy morboso, un tío tocándole el culo a mi cuñada delante del cornudo de mi hermano que no se enteraba de nada.
Fuimos a otro bar que era de un amigo de Jaime. El dueño era un hombre de unos 50 años. Jaime me preguntó:
– El dueño de este bar es muy amigo mío y me gustaría contarle lo de tu cuñada. ¿Puedo? – ¿Por que no? – le dije.
Vi como Jaime se iba a una esquina de la barra a hablar con el camarero. De vez en cuando ambos miraban hacia nosotros y sonreían. Al cabo de un rato, Jaime me dijo que Roberto, el dueño del bar, quería conocernos a mí y a Marta y que si queríamos podíamos pasar a un pequeño almacén que tenía al fondo del bar. Yo estaba excitadísima. Fui hacia Marta y le dije:
– Marta, ven conmigo al baño y deja a los chicos que hablen de fútbol.
Angel se quedó con mi hermano hablando de fútbol e imaginándose algo raro. Jaime se perdió y nos acompañó a mi y a Marta. Fuimos hasta el fondo y abrimos la puerta del almacén. Cuando entramos, Jaime entró y cerró con llave.
– Mira Roberto, esta es Alicia y esta la putita de la que te he hablado. -dijo Jaime.
Marta me miró avergonzada y sonrojándose.
– Hola Alicia -me dijo Roberto, dándome dos besos.
– Hola -le contesté- Así que quieres conocer a mi cuñadita. Alicia ven aquí.
Alicia se acercó
;, le di la vuelta y le dije que se agachara apoyándose en una mesa. Le levanté la falda y apareció su maravilloso culo cubierto por una braguita rosa.
– Bonito ¿verdad? -les dije- Ya que eres amigo de Jaime voy a dejar que te la folles, pero con condón.
– Yo no follo con putas -dijo Roberto- Mejor que me haga una buena mamada.
– Marta, ya has oído.
Marta se giró y empezó a chuparle la polla. Aquello era digno de ver. La novia de mi hermano chupándole la polla a un tío de 50 años mientras otro tío y yo la mirábamos, y mi hermano afuera hablando de fútbol.
Cuando Roberto se corrió, Jaime dijo:
– Pues yo si que follo con putas, así que date la vuelta zorra.
Jaime se la folló rápidamente, pues afuera nos esperaban. Cuando salimos, Pedro y Angel seguían hablando sin percatarse de nada. Pedro quiso pagar y el camarero, Roberto, le dijo sonriendo que estábamos invitados. Pedro dijo:
– Que tío más majo tu amigo Jaime, nos ha invitado, habrá que venir más veces.
No sabía que su novia Marta había pagado la cuenta con creces.
Cuando nos íbamos a ir a casa, Jaime le dijo a Pedro:
– Deja que las chicas se vayan en el coche de Angel. Tú y yo vamos en mi coche nuevo.
Angel y Jaime ya lo habían hablado.
Cuando llegamos al coche de Angel, este me dio las llaves y me dijo que si no me importaba conducir.
Angel cogió a Marta y se sentaron en los asientos traseros. Vi como empezaba a tocarla y luego la agachaba para que le chupara la polla. Antes de llegar donde habíamos quedado con Pedro y Jaime, paramos y Angel se puso de conductor.
Esto fue el comienzo de una gran aventura que ya os iré contando.
Besos.
Autor: Alicia