Hola me llamo Germán, soy de Florida, una ciudad de Uruguay, y les voy a contar lo que me pasó hace poco.
Era la tarde de un lunes de febrero, yo estaba muy contento porque había salvado el examen de literatura que había tenido. Cuando regresé a casa, después de estar festejando con mis amigos, me encontré con mi primo Fabián, que tiene 2 años más que yo, y me invitó para ir a su casa en Punta del Este, yo acepté enseguida porque Punta estaba lleno de gente, porque era plena temporada.
El martes por la mañana nos fuimos para Punta.
La casa de Fabián estaba impecable, está cerquita del mar y es muy grande, tiene cuatro dormitorios, un estar grande, la cocina y el comedor son cómodos, 2 baños, un salón de juego, que era muy acogedor, y el garaje.
En la casa viven mi tía Gloria, una mujer exuberante, rubia de pelo largo lacio, ojos marrones bien lindos, unos pechos grandes bien formados y un cuerpo infernal, que ella con sus 40 años mantenía muy bien; también estaban en la casa mi prima Lorena y una amiga de ella que se llama Noelia. Llegamos a la casa pasando el mediodía, mi tía me recibió con muchos besos y abrazos, porque hacía mucho que no nos veíamos, casi un año; la tía Gloria estaba divorciada, y yo estaba sorprendido de que no estuviera de pareja; saludé también a mi hermosa prima y a Noelia, que es un bombón.
Mi tía me acompaña al cuarto donde iba a dormir, acomodé mi ropa y el bolso, y bajé a comer.
Hablamos en el almuerzo de todo, terminamos de comer y nos íbamos para la playa cuando se larga a llover.
La tía Gloria decide ir a hacer unas compras con Lorena y Noelia, y Fabián me invita para ir a un club, que estaba cerca de la casa, yo preferí quedarme a dormir una siesta, ya que la lluvia me dio sueño.
Me tiré en la cama y por mi mente me imaginaba cómo sería mi tía desnuda, yo me había calentado mucho y decido ir a su cuarto, para ver su ropa íntima. Abro el cajón de su cómoda y veo una variedad de lencería de ella, tenía de todos colores, rojos, blancos, azules y negros, tanguitas bien chiquitas, había de todo, agarro una bombachita negra y siento su olor suave, y mi verga, que ya estaba bien parada, la saco afuera del pantalón, y me empiezo a hacer una paja, sigo mirando el cajón y veo un vibrador que tenía, al pensar como ella se masturbaba yo me excitaba más y más.
Cuando quiero acabar empezaron a salir chorros de semen hacia la bombacha, que la manché toda, yo no sabía qué hacer, y encima, sentí la voz de Fabián, que había llegado; tras mi desesperación, cerré el cajón y me fui corriendo a mi dormitorio.
Un rato más tarde llegaron mi tía, Lorena y Noelia. Yo estaba nervioso, por si llegaba a darse cuenta la tía Gloria de lo que hice.
En la tardecita, nos fuimos con Fabián al centro, mientras la tía decía que iba a entrar a bañarse, yo quedé asustadísimo, no hacía otra cosa que pensar la puteada que me iba a dar la tía cuando yo regresara.
Cuando regresamos a la casa eran cerca de las 9 de la noche, estaba el padre de Fabián esperándolo para ir a comer con Lorena y Noelia, a mí me invitan, pero mi tía dice mejor que se quede conmigo, para que me ayude en unas cosas, yo dije que sí me quedaba y me temblaba todo el cuerpo.
Entramos a la casa y le digo que me entro a bañar, mientras me dice que sí, que mejor que me enfriara un poco.
Mientras me bañaba deseaba que la tierra me tragara.
Cuando salgo del baño, solo con la toalla tapando mi miembro y mi trasero, me dirijo hacia la pieza, cuando sale la tía y me dice "vení que tengo que hablar con vos" "ya voy, espera que me vista", contestó: Vení así como estás.
Yo voy asustado y me quedo parado en la puerta, me dijo que pasara y me siente, la tía estaba con una bata donde se notaban, claramente, el par de tetas enormes que tiene, en
eso me pregunta:
-Germán ¿Por qué están mis bombachas manchadas?
Yo no sabía qué decir, pero, no sé por qué, se me ocurrió decirle la verdad y empiezo a hablar -"es que, no sé, vine a tu cuarto a ver…" " sí a ver mis calzones, ¿y por qué están manchados, ya sé, no me digas, te masturbaste con mis calzones verdad?"-sí respondí yo muy suave -"bueno, no es para tanto, anda a tu cuarto que ahora voy a seguir hablando con vos".
Fui a mi cuarto y en 10 minutos aparece, cierra la puerta de mi pieza y la tranca, me mira y me dice:
-Ahora te voy a hacer una propuesta. -¿Qué propuesta?
Algo que te va a servir; si vos sos mi compañero de juegos, te prometo que no le cuento nada a tus viejos de lo que hiciste y, si vos aceptas, tenés que prometer que las cosas que hagamos queda entre nosotros.
Sí dije yo, muy convencido, sabiendo que me iba a servir, porque no quería que hayan quilombos en la familia.
Lo primero que ella hizo fue sacarse la bata y dejarla caer, tenía puesto un sutién negro, que hacían que las tetas sean bien grandes y paradas, y una bombacha del mismo color, que le quedaba de lujo, en eso, se da una vueltita y me mira:
-Qué te parece, cómo me queda el conjunto que me manchaste con tu leche, bebé- ella se echó a reír, mientras yo le decía que sí me gusta, que le quedaba hermoso.
-Sí, ya veo que te gusta, porque el bulto en tu calzoncillo aumentó mucho de tamaño-, se acercó a mí, me toca por debajo de mis bolas y dice: -no me tenés que esconder nada- y me sacó el calzoncillo y empezó a tocar mi pija, a manosearla, después agarró y me empezó a besar en mi boca, nos dábamos unos chupones bárbaros, nos besábamos con una pasión imponente y enseguida me comenta que yo sabía besar muy bien, pero ¿a qué esperaba yo para sacarle el corpiño y el calzón?.
Me agarró la mano y la puso en su seno, y gritaba -tocá, tocá – yo la tocaba ese par de tetas por todo lado, le saqué el corpiño y le empecé a chupar los pezones bien duros que tiene, mientras estaba a cada rato diciendo: -bien, chiquito, seguí así, me di cuenta que hacía bastante que a la tía Gloria le faltaba un macho, me fui agachando y le bajé el calzón, donde aparecían sus vellos rubios, bien mojaditos, y en una muy buena cantidad.
-Probá- me decía -Anímate sobrino – eso me hacía calentar más y empecé a lamer y chupar, tenía unos jugos exquisitos en su raya. Cuando, en eso, se mueve y dice que era hora de empezar a jugar, que ya habíamos hecho el precalentamiento.
-Acostate – me dijo -que hacemos un 69- y enseguida pone su culo en mi boca, se agacha y me empezó a chupar mi verga.
Era un placer increíble que estaba teniendo, porque, mientras le chupaba su vagina, ella me puso a mil y me excitaba más el pensar que lo estaba haciendo con mi tía…
En un momento, le digo que estaba por soltar los chorros, cuando me dice que no me preocupase, que ella se tomaba mi leche y yo le tomaba sus jugos; y así fue, cuando yo estaba acabando, ella tenía toda su boca en mi pene y se la tragó toda, mientras yo me tomaba sus ricos jugos, se da vuelta me besa y dice mañana hay más juego, ya están por llegar los chicos y no quiero que me vean desnuda acá.
Autor: Germán