Hola, os contare una historia de hace años. Yo debería tener unos treinta años. También tengo una hermana de 28 años con la cual siempre no lo habíamos contado todo. Cuando me refiero a todo, es todo. Ella me contaba cuando se follaba a alguien y yo hacía lo mismo. Nos contábamos si había merecido la pena o no, si la tenían pequeña o grande, si los coños eran bonitos, con vello y cosas así. Como podéis imaginar, no teníamos secretos.
Aunque nos contábamos todo, jamás habíamos tenido sexo entre nosotros.
Por esa época yo estaba enrollado con una de sus amigas. En una de las conversaciones le dije que su amiga era una maquina haciendo mamadas, que jamás nadie me había lamido la polla como ella. Mi hermana me dijo tranquilamente que ella era mejor, que cuando hacia lamidas a los chicos estos se corrían al momento y que dudaba de que fuera mejor su amiga que ella. La cuestión que pasaron casi dos semanas y el tema salía cada día.
Una noche me acerque a la casa de su amiga, con la cual fallábamos cuando nos venía en gana. La chica me dijo que quería probar algo nuevo, yo acepté. Me desnude y me ato a la cama, tanto los brazos como las piernas, luego me vendo los ojos y me dijo que ahora solo disfrutara.
No paso más de unos segundos cuando note unas manos acariciándome el pecho. Empezaron a acariciarme todo y aunque mi miembro ya estaba erecto y duro ante el roce de esos dedos en él creo que creció aun algo más. Le dije que como no me hiciera algo iba a reventar, solo escuche un ssssss para que no hablara.
Note como la mano agarraba mi pene, como con suavidad la subió y bajo unas cuantas veces. Note como su otra mano también agarraba mi polla y empezaban a meneármela con las dos manos. Yo empecé a gemir porque estaba disfrutando.
Poco después note como en mi punta, en la punta de mi polla sus labios empezaron a rozármelos, eso hizo que me encorvara un poquito de espalda ante el placer. Sus labios empezaron a succionar en mi polla. Eso me provoco un placer intenso. Sus labios se abrieron y empezaron a bajar alrededor de mi polla, mientras esta seguía agarrada por la parte de abajo. No os podéis imaginar que placer al sentir como mi polla entraba en su boca con esa suavidad y al mismo tiempo sus labios iban apretándomela. Subieron hasta arriba y note como su lengua empezó a recorrer mi glande o capullo, como queráis decirlo. La punta de su lengua lamió mi capullo y con la punta intento introducirla en el agujerillo, sus manos empezaron a meneármela mientras sus labios seguían teniendo mi polla entre ellos y su lengua empezó a lamerla como cuando un perrito bebé agua. El placer era increíble.
Una mano agarro mis genitales mientras la otra seguía meneándome la polla, sus labios empezaron de nuevo a bajar y subir alrededor de mi polla y su lengua cuando salía lamia con intensidad.
No tarde en notar como una explosión de placer se producía en mis genitales, yo grite y encogí todos mis músculos ante tal dosis de placer. Mi semen salió disparado dentro de su boca. Pensé que se retiraría, pero no fue asi, sus lengua siguió lamiendo con mas fuerza y su boca envolvió del todo a mi polla, haciendo que cada salida de esperma quedara atrapada en su boca.
Ante los pocos movimientos que podía hacer con la cabeza ante tal dosis de placer, la venda que tapaba mis ojos se corrió un poquito, dejándome poder ver un poquito por debajo. Quede un momento, tras el orgasmo, extrañado, pues no era la chica la que me estaba haciendo esa fantástica mamada, era mi hermana. La chica estaba sentada en una silla al otro lado, desnuda y con sus dedos metidos en su coño masturbándose. Mi hermana también estaba desnuda entre mis piernas, mi polla seguía en su boca. Aun me dio cuatro lametones mas y se incorporó, un poco de semen le recorrió el labio, pero casi todo se lo había tragado.
Se levantó y se acercó a la chica, las dos rieron en silencio. Mi hermana se pasó los dedos por los labios y vi como algo de mi semen se le quedo en ellos. se los acercó a la chica que los lamió. Ella le dio un beso en la mejilla y abandonó la habitación. Luego la chica se echó encima de mi y me quito la venda de los ojos. Se aseguró que viera que aún tenía semen en su boca. Lo que no sabía era que yo sabía todo lo que había pasado.
Al otro día volvió a salir la conversación. Yo me hice el tonto, pero le dije que la noche anterior me habían hecho la mejor mamada del mundo. Ella no contesto, solo la vi sonreír y yo le di un beso en la mejilla.
Jamás me dijo que había sido ella y yo jamás le dije que lo sabía. Creo que es nuestro secreto o el único secreto que hay entre los dos.