Infidelidad Consentida, Parejas Liberales. Os cuento esta historia que paso con mi mujer en el Hospital cuando yo estuve enfermo, donde en la cama de al lado estaba un chaval negrito, donde a diario iban a visitarlos otros negritos en una de la veces que se encontraba mi mujer, entraron a verlo unos amigos.
El caso es que nada mas cerrar la puerta de la habitación escuche una voz
«Vaya como esta de buena esta tía»
Corrí la cortina que había en la habitación y vi que el que había hablado era mi compañero de habitación, un negro bastante grandote de unos 20 años o más, nunca me han gustado los negros, no se, es una cosa superior a mis fuerzas, no me agrada su visión y desde luego no me gusto nada saber que tenia que compartir habitación con uno de ellos durante 4 días.
No le conteste nada y el negro volvio a hablar.
«Y me dice,no te quedes como un pasmarote tio, solo he dicho que tu mujer tiene un buen polvo, solo eso, tienes mucha suerte de tener una mujer .
No sabia si sentirme halagado por el comentario de aquel chico o insultado, la verdad es que como era mi mujer alli pasaria lo que pasó, una mujer bastante atractiva, de piel muy blanca lo que contrastaba muy bien con su larga melena rubio, tenía un cuerpo bien torneado y como siempre le había gustado llevar ropa de chicas más jóvenes se podría decir que se veía bastante bien incluso para un joven como aquel al que mi mujer debía sacarle más 20 años.
El caso es que volví a correr la cortina sin decir nada, no me apetecía mantener ninguna conversación con aquel chico así que me puse a ver la televisión tranquilamente, a los 25 minutos entro por la puerta otro chico negro y este no venia solo, venia con otro mas, saludaron al entrar y se pusieron a hablar con mi compañero de habitación, por lo que pude escuchar se trataba de su hermano y su primo y por su apariencia debian tener poco más o menos mi misma edad, estuvieron una hora mas o menos y cuando se iban se toparon con mi mujer que venía a traerme mis cosas.
No pude evitar fijarme en cómo miraban a mi mujer de arriba y abajo aunque no hicieron ningún comentario, se dedicaron a saludar y salir de la habitación, mi mujer me había traído ropa limpia, unas mudas, la tablet y un par de revistas, cuando llego la hora de la cena mi mujer tuvo que irse a casa y yo me quedé solo con mi compañero, con el cual mi mujer habia tenido alguna conversación pues al entrar me di cuenta de que le saludaba por su nombre, que al parecer esa Said.
Supongo que estaba en la habitación antes de llegar yo y por eso mi mujer le conocía de cuando esperaban que me llevaran tras la operación.
A la mañana siguiente al despertar, los otros 2 negros estaban en la habitación hablando con el otro, yo escuchaba atento pues imagino que pensaron que estaba dormido.
«Pues la blanquita de ayer menudo polvo tiene»
«Es la mujer del capullo este»
«Jojo, no jodas, su mujer, pues si que esta buena la muy perra, seguro que estaría encantada de probar nuestras pollas»
«Es probable, ya sabes que las blancas cuarentonas se mueren por una buena polla que las llegue hasta el fondo»
«Bueno, dejar de decir chorradas, está casada y con hijos seguro»
«Y que coño importa eso, desde cuando te importa que una tia esta casada, el único problema es que estoy aquí sin poder moverme y para cuando yo me recupere el capullo este y su mujer ya no estarán aquí»
«Coño, pues nos la follamos antes, aquí mismo»
«Estas loco o que, y que coño hacemos con el marido»
«Pues que mire,jaja, lo mismo aprende algo»
«jaja que cabron, con dos cojones»
En ese momento entró la enfermera, yo estaba de muy mala leche, lo había oído todo, como planeaban follarse a mi mujer, pero que coño se creen, que mi mujer se iba a follar a 3 sucios negros desconocidos en la habitación de su propio marido con el delante, convaleciente vaya gilipollas.
No dije nada, decidí ignorarlos, eran unos pobres ignorantes y cuando me fuera a casa ya me encargaría de decirle cuatro cosas a mi compañero de habitación.
El dia transcurrio con normalidad hasta que a media tarde tuve una disputa con mi compañero sobre que ver en la tv, la bronca fue bastante fuerte y llegamos a insultarnos, la enfermera entro y dijo que nos tranquilizaramos o tendria que llamar al doctor, el caso es que lo hicimos y el negro me dijo unas ultimas palabras.
«Lo vas a flipar blanquito, ya veras ya, como nos follamos a tu mujer.»
No le di mayor importancia y me quede dormido, cuando desperté mi mujer estaba en la habitación, pero en el lado de Said, estaba hablando con él y sin saber muy bien porque decidi volver a hacerme el dormido, tenia los auriculares de la tablet puestos pero apagado y podía escuchar todo lo que decían.
Pude ver que mi mujer iba bien vestida, llevaba un vestido negro, y de una sola pieza.
La parte superior era tan ajustada que más se asemejaba a una segunda piel, marcando su cinturita de avispa y realzando sus tetas , ya que al dejarle casi toda la espalda al aire nadie puede dudar acerca de la autenticidad de lo que presumía por delante.
La parte inferior no era larga pero tampoco corta, estaba sentada y hablaba con Said
Hablaban de cosas normales hasta que Said le dijo a mi mujer.
«Has visto alguna vez una polla negra»
Mi mujer se rió, le llamó desvergonzado pero lo tomo como una broma y Said dijo.
«No te rias, te lo pregunto en serio, seguro que nunca has visto una, te sorprenderá»
Mi mujer no se quedó atrás y le contestó:
«Menos humos Said, yo ya tengo una edad y he visto muchas cosas en mi vida, conozco las historias sobre los negros, pero no son más que mitos,jaja»
Said ataco de nuevo: «Asi que historias verdad, pues te vas a enterar»
Pude ver como ni corto ni perezoso, Said se bajó el pantalón del pijama que llevaba y se sacó la polla delante de mi mujer.
«Ahora que me dices sobre mi polla, es grande o no»
No me sorprendió la actitud de mi mujer que en vez de dar por zanjada la conversación se rió sonoramente y le dijo a Said que no estaba mal, la verdad es que mirando con cuidado pude ver como la polla de Said que estaba en reposo tenía un buen tamaño, no puedo decir cuándo pero para estar flácida tenía un buen tamaño, la verdad que viendo eso uno pensaría que las historias sobre los negros tienen cierta veracidad.
Mi mujer aunque disimulaba se la veía sorprendida y mas me quede yo cuando vi que tras fijarse en mí y pensar que seguía dormido le pregunto a Said
«¿Puedo tocarla?»
Pero qué coño era eso, como que mi mujer quería tocarle la polla a ese chaval,era más pequeño que nuestros hijos, pensé en hacer que despertaba para parar todo eso pero algo me impulsó a continuar fingiendo que dormía, quería ver hasta dónde llegaba la cosa,era como si estuviera follando con sus hijos.
Ya lo creo que Said le dejó, fue el mismo el que condujo la mano de mi mujer hasta su polla, ella la agarró como quien agarra un palo y la mantuvo cogida durante unos segundos, palpandola bien, sintiendo la polla en su mano, Said le dijo a ella que si la meneaba crecera mucho mas,ella no lo dudo,empezó a menear la polla de Said de arriba abajo, qué coño, le estaba haciendo una paja a aquel negro, estaba masturbando a ese cerdo hasta que Said reacciono y su polla fue creciendo en la mano de mi mujer que quedó alucinada, la polla de Said se convirtió en un negro trabuco de unos 22 cm y mientras el sonreía mi mujer no podía dejar de sujetarla ni de apartar su mirada de ella.
Said dijo:
«Si quieres tambien la puedes probar»
Eso ya era demasiado y ella se opuso
«Estas loco, esto ha llegado demasiado lejos, ya ha dejado de ser una broma, soy una mujer casada,y mi marido está al lado, esto es una tontería y se ha terminado»
Pero Said insistio
«Venga señora, lo esta deseando y no puede decirme que no, comete mi polla, sienta en su boca, le encantara y no se preocupe por su marido, esta dormido y nadie le dirá nada a su marido, sea libre y chupe, verá como disfruta».
Estaba a punto de pararlo todo pero antes de hacerlo ella se inclino sobre la polla de Said y se la metió en la boca, comenzando a chuparla, como si se tratara de su postre favorito, chupo la polla de Said con glotonería, le sonreía y miraba a los ojos mientras chupaba su polla no sin echarme algun vistazo para comprobar que yo seguía sin moverme de la cama, sera guarra si se follaba a todo quisqui.
Comenzo por los huevos, hasta tragarse la mitad y succionar con rapidez, no podía tragar más puesto que su boca no daba mas de si, estaba chupando la polla de Said cuando los otros dos negros entraron en la habitación.
«Vaya con la blanquita, mira como le gusta el helado de chocolate»
«jeje, si parece que es una amante de los plátanos negros»
Mi mujer se sacó la polla de la boca y se puso muy nerviosa pero tanto el hermano de Said como su primo se bajaron los pantalones y mostraron 2 enormes pollas bien duras, del tamaño de la de Said e incluso más grandes.
«No se preocupe señora, aquí tiene pollas para disfrutar hasta bien entrada la tarde»
Pensé que mi mujer se largaría de allí, pero me equivocaba, Amalia estaba cachonda, mojada, desatada y desde luego no pensaba irse de allí sin follar con Said, si para eso tenía que comerse otras 2 pollas, lo haría y claro que lo hizo con lo que le gusta una polla.
Mi mujer se arrodillo ante ellos y comenzo a masturbarles y a lamer sus capullos, intercalaba una polla y otra, chupaba desde el tronco hasta la base como si de unos helados se tratase, otras veces ponía la polla sobre su cara y con su lengua jugueteaba con los cojones de aquellos chicos, que desde luego iban en proporción a su polla, se metió uno solo de los huevos de aquellos tipos en la boca y cuando los dos cojones entraban en su boca casi se ahogaba.
Empezó despacio hasta que las pollas fueron endureciendo, luego les dio una mamada como para que acabaran rápidamente, pero no consiguió.
Intensificó sus succiones mas y mas combinandolas con lengüetazos a lo largo de aquellos largos troncos, mirando como los chicos gozaban con aquello. Uno de ellos la tomó por la nuca y comenzó a moverle la cabeza al ritmo que quiso, estaba empalada por la polla de ese negro.
Las iba chupando pasando de un rabo a otro, de rodillas, agarrada a las dos pollas como con miedo a que le escaparan, si pobres hijos o mi nueras hubieran entrado en la habitación se hubieran encontrado un panorama desolador y humillante para ellos.
Mi propia mujer, sometida a los caprichos de esos sucios negros ante los cuales estaba arrodillada tragándose sus pollas una tras otra, como Said no podía moverse de la cama se dedicaba a pajearse y jalear a mi mujer mientras disfrutaba del espectáculo.
«Muy bien señora, asi, asi, tragatelas hasta el mango, chupalas bien para que entren mejor»
Ese comentario me llego al corazon, no lo había tenido en cuenta casi hasta ese momento pero estaba claro que se iban a follar y la calentona de mi mujer deseando.
Terminaron de desnudarse y ayudaron a mi mujer a hacer lo propio, pusieron el pestillo de la puerta para que nadie les molestara y le quitaron a ella, el sujetador y las braguitas, las cuales echaron sobre mi cama, estaba francamente buena, con unas tetas y pezones firmes, un culo respingon y un chocho con su buena mata de pelo.
Le metían los dedos por el coño que lo tenia chorreando y entre polla y polla ,ella cachonda como nunca imagine les dijo «quien va a ser el primero en follarme».
Said dijo que él tenía que ser el primero, puesto que era el quien estaba enfermo y debían ayudarle para follar, así que cogieron y la alzaron sobre la cama, ella se puso a horcajadas y se fue sentando poco a poco sobre la polla de Said, al principio le costó pero cuando encontró el camino se deslizó fácilmente por lo cachonda que estaba.
Entonces yo me moví, hice amago de llamar a la enfermera pero el primo y el hermano de Said me detuvieron y quitaron el mando, en esa situación estaba indefenso, no podía moverme por el dolor y no podía pedir ayuda, pero aquello me estaba matando, había llegado muy lejos, me taparon la boca y cuando mi madre se dio cuenta de que me había despertado se puso casi a llorar pero aun así no dejaba de saltar como una loca sobre la polla de Said, sus tetas se movian al compas de las embestidas y ni ver que su marido lo presenciaba todo fue bastante para detener aquella calentura.
«Lo siento cariño, no mires por favor, no he podido evitarlo»
Said se rio.
«Ya te lo advertí capullo, mira como me follo a tu mujer, mira bien como disfruta de una buena polla negra.»
Yoen si disfrutaba como Said follaba salvajemente con mi mujer, ella se estaba comportando como lo que era, una verdadera puta, sin importarle que yo al estar enfermo no podía participar.
Los labios del coño empezaron a hincharse por la polla de Said y cada vez que le rozaba la pipa sentía de nuevo espasmos.
Said comenzó a empujar cada vez mas fuerte, la polla de Said estaba toda dentro de ella, se quedó quieto por unos momentos exclamando gozosamente «Que rico chochito blanco,está bien apretado y calentito».
Los movimientos se convirtieron en furiosas embestidas hasta que Said empezó a gritar «Me corro, me corro, me corrooooo»», vi como apretó los dientes y volteó la cabeza hacia arriba cerrando los ojos.
Internamente Amalia debió sentir un chorro de leche caliente que la inundaba a presión, ella gritaba «me corro,me corro, vaya pedazo de polla cari, y se que do unos momentos sentada sobre su polla»
Luego la bajaron de la cama y la pusieron a 4 patas sobre el suelo de la habitación, cuando el hermano de Said estuvo listo se la metio a mi mujer desde atrás, ella gemía mientras los otros miraban, el hermano de Said la seguía follando y al mismo tiempo jugaba con las piernas de ella abriéndolas y cerrándolas, levantándolas y bajándolas cogiendola de los tobillos fuertemente. En una de esas la polla de el primo de Said entró en la boca de ella.
«Disculpe señora, pero a mi me toca el último y mientras debo aguantarme con algo»,
«Mmhhh, mmmh» es lo único que ella pudo contestar, el primo de Said se movía como si follaba la boca de, ella no tenía que hacer nada, la polla entraba y salia de su boca sin esfuerzo.
Estuvieron así durante 10 minutos hasta que el primo Said se salió de la boca y se sentó en la cama de su primo, luego llamo a mi mujer que seguía follando con el hermano de Said, ahora era su turno.
Tomo firmemente su erecta polla apuntándole hacia arriba, luego mi mujer se colocó de pie ante el dándole la espalda con lo que aprovechó para masajear las caderas y sus glúteos grandes.
«Ahora comience a sentarse señora»
Ella trato de obedecer y se intento sentar agachándose hacia atrás, el negro la rodeo con un brazo la cadera y su abdomen la puso gradualmente hacia él. Llegó el momento en que ella sintió su capullo caliente rozando su coño, ella se detuvo un poco mientras sentía que acomodaba la polla de manera correcta.
Ella se agacho un poquito mas y sintió la presión del capullo en ella. La punta del capullo intentaba entrar, el propio peso de mi mujer hacía resbalar aquel pollón en su interior hasta que lo tuvo todo adentro. Siguiendo sus indicaciones ella se puso a subir y a bajar lentamente. El amante en turno hizo lo propio moviendo también de arriba a abajo sus caderas.
De cuando en cuando le pedía que se detuviera y se meneara en forma circular. La posición fue aprovechada por el chico para sobarle los pechos y muslos a ella, llegando incluso a meterle un dedo mientras continuaba en el culo mientras con su follada por el coño.
Se saco la polla del coño por un instante, estaba de pie sobre su cuerpo con un pie a cada lado de sus caderas, a cierta distancia debajo de ella, su coño vibraba en espera de grandes sensaciones,. Segundos después se comenzó a sentar a horcajadas sobre el insertándose todo el pollón.
Luego Said, que era el único que se había corrido en el interior de mi mujer hablo ya recuperado.
«Venga primo, ponla encima mia y tu metersela por detrás, que este capullo vea como enculan a su mujer»
Al escuchar aquello abrí los ojos iban a sodomizar a mi mujer en mi presencia y ella no hacía ningún movimiento para evitarlo, ella misma se sentó nuevamente sobre la polla de Said y con la polla bien adentro espero a que el primo llegara por detrás.
Amalia debió sentir como el capullo de la polla de el primo de Said trataba de entrar desesperadamente en el culo de ella, al sentir los empujones se contrae deslizándose de vuelta hacia afuera. Fueron más de veinte intentos, hasta que la presión comenzaba a abrir el culo de Amalia.
Sin poder evitarlo Amalia empezó a gritar al ir avanzando el deslizamiento de esa gorda y larga polla en ella.Después de un buen rato de gritos y sudor el negro se detuvo, había metido la mitad y sabía que sería peligroso intentar más por lo que comenzó a sacar despacio lo que ya había metido. El saca y mete se repitió una y otra vez despacio hasta que la lubricación le permitió hacerlo más rápido. Amalia parecía desmayarse al sentir entrar y salir de su interior esas dos grandes pollas.
«Mira blanquito, mira como le doy por el culo a tu mujer»
«La estamos follando bien a gustoª
«Tendrás que liarte una toalla es tu picha chica para que no te entre holgara»
«Terminemos con broche de oro, hermano, unete» grito Said.
Vi como el hermano de Said se hinco frente a la cabeza de ella y le restregó su gran polla en la cara para finalmente metérsela en la boca . Los embates de los tres aumentaron a un nivel frenético hasta que los cuatro llegamos al máximo placer y durante largo rato estuvieron intercambiando sus posiciones hasta que los 3 habían pasado por el culo de Amalia, el cual se veía muy dilatado.
Cuando terminaron la pusieron en el suelo, Said de dio la vuelta como pudo para masturbarse ante su cara y sus familiares lo hicieron de pie, se corrieron sobre mi mujer, sobre su cara y algunos chorros de leche entraron en su boca.
«Tragatelo todo veras que rico»
El cuerpo de Amalia estaba lleno de sudor y leche que traviesamente le untaron para darle una última manoseada, luego ella se ducho con los 2 familiares de Said en la habitación, no pude ver nada pero si que oía jadeos por lo que supuse que volvió a tragarse sus pollas por sus 3 orificios, luego se fueron de la habitación juntos.
La enfermera le recrimino su actitud pero no tuve que aguantar más, ella venía a traerme el alta, si hubiera llegado 2 horas antes no había sentido la humillación de ver a mi mujer follada y sodomizada por aquellos 3 sucios negros pero ya era tarde.
Cuando salimos de la habitación pude ver como Said tenia una sonrisa burlona.
«No te preocupes machote, seguro que tu mujer se pasa algun dia a vernos tiene nuestros números de teléfono.»
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