Debo empezar diciendo que no soy completamente fan del BDSM pero si del sexo rudo, para mi coger es una lucha de poderes en donde el macho alfa domina a su putito, así es el sexo, siempre hay algo de animal en el y no podemos disociarnos, sin embargo esa sensación de sentirme poseido por el macho es una de las que más me prenden si no la que mas, el sentirme su hembra y ver el morbo en sus ojos que le causa dar rienda suelta a su morbo conmigo me hacen sentir toda una putita, (solo me gusta sentirme algo femenino en el sexo pero no vestirme ni nada por el estilo, el humillarme hablándome en femenino me prende)
Comenzare la historia, mi novio de aquel entonces era unos cuantos años mayor, por situaciones del trabajo había estado de viaje y no habíamos podido vernos en unas semanas, obvio los dos esperábamos con ansias el encuentro para amarnos y para dejarme poseer por su virilidad, cabe aclarar que él es el estereotipo de macho alfa mexicano, cuerpo trabajado pero no en exceso, Moreno claro y pelo corto, además de facciones muy masculinas y atractivas que me hacían mojarme el culito de solo verlo sonreír. El día que llegó tenía planeada una sorpresa, llegar a su casa en suspensorio y seducirlo para darle una muy cálida bienvenida, nada más entrar fuimos a la cocina por unos vasos de agua pero yo lo besé a la vez que le anunciaba una sorpresa diciéndole Además que la descubriera, que “desenvolviera” el regalo, con lo cual como buen culito seduciendo a su macho expuse mis nalgas y me apoyé en la barra de la cocina, su sonrisa de sorpresa y morbo fue olímpica, sin pensarlo me tomo con sus dos manos y empujó mi cintura hacia abajo curveando mi espalda dejándole buen expuesto mi durazno, tras lo cual metió la mano dentro de mis jeans y su sorpresa fue mayúscula al descubrir mis nalgas desnudas, para entonces el ya estaba hecho un toro, a la par que yo ya estaba mojado del culo, me besó con una mezcla de lujuria y amor y salvajemente bajo mis pantalones, desde aquí el sexo dejaría de ser convencional, hubo una escalada de placer y morbo, el comenzó a meterme los dedos en mi vagina de hombre preparando el camino para montarme, a la vez yo gemía como puntita y le rogaba que me hiciera suyo. La excitacion de varios días sin verlo sacaron mi lado más animal y puto, mismo qué lo provocó y le impulsó a comportarse a la altura, el verme tan sumiso y entregado despertó su lívido y su morbo, pocas veces me había visto tan putito, me tomo con fuerza y ,e hizo arrodillarme ante él en plena cocina y me hizo lamer sus dedos, con violencia se bajo su pantalón y el bóxer y se deshizo de ellos, tomando su miembro y en silencio me empezó a golpear con su verga la cara, mi cara era un poema, sirviendo a mi hombre como buena hembra, entregandome cumpliendo mi rol sexual de servir al mas hombre de los dos, al que penetra, al menos en el sexo yo era su mujer y el mi marido, los dos lo sabíamos, la pasión hablaba por nosotros y no era necesario hablar para darnos cuenta del lugar de cada quien, me hizo tragarme su miembro, me excitó que él no estaba buscando mi placer sino solo el suyo, era un acto animal y egoísta pero que en el momento estaba cargado de morbo pues me gusta sentirme tomado por el macho, el la introducía sin contemplación y con rudeza en mi garganta, mientras me decía que si había extrañado a mi marido, me hizo mamarsela hasta llegar casi al punto de no retorno, tras lo cual me tomo como muñeco de trapo y me apoyó en la barra de la cocina, metiendomela con contempalaciones, en lugar de gritar solo gemí de gusto como la gatita en celo que en ese momento era, mi intestito ya estaba lubricado tan sólo de pensar en la verguiza que me esperaba así que me previno de daños, así 16 cm de carne en barra me empalaron, yo solo giraba mi cuello y lo veía sobre mi, tomándome de la cintura y usándome como en la naturaleza los machos usan a las hembras para su placer, yo ni me tocaba, no lo necesitaba, con él había aprendido que mi pene servia de poco cuando estábamos juntos pues mi placer lo obtenía de mi vagina de macho, con el mi cerebro de había condicionado a disfrutar por donde un pasivo como yo debe de hacerlo.
Lo veía sudar yo gemía y le pedía más fuerte y rudo, el con vivencia me tomo y me llevo a la sala, me hizo arrodillarme, por un momento me perturbó lo que bien sus ojos: morbo y sexo puro utilizándome como su sujete sexual, me tomo de los cachetes y me hizo abrir la boca mientras me escupía, yo no salía del asombro sin embargo desde ese entonces algo cambió en mi, me excitó lo que hizo y me sentí muy puto, algo que me gusto, sentir que yo estaba en sus manos, que él era el macho y yo la hembra y que en el sexo puro dejábamos de ser pareja para ser solo macho y hembra, el me seguía escupiendo mientras me llamaba perrita y me hacía chuparsela, me sentía muy excitado y a la vez sacado de onda por lo novedoso de esta práctica sexual pero desde ese día nunca sería el mismo, ahí nací como hembra ante mi macho, aprendí a diferenciar el sexo puro del amor, en ese momento solo era el culo que la evolución hizo para servir a un hombre de verdad como el, al verme tan sumiso y entregado parecía que le daba morbo y odio verme así de puto, con lo que me empezó a hablar más fuerte y a dar bofetadas en castigo de lo puta que me permitía ser ante un macho, el no aguanto más quería violarme y darme una lección por lo joto que era, tomo mis nalgas y me dio nalgadas hasta suplicarle que parara, las tenia rojas ya doloridas, cuando paro me metió su miembro con odio y saña y me dijo “pero querías verga no perrita” tras lo cual me tapo la boca para que no pudieran ser escuchados mis gemidos, yo encontraba placer en dejarme violar, mi ano sangró un poco mientras él aceleraba sus embestidas y me preñaba, yo estaba exhausto, se levanto y viéndome tirado en el suelo me empezó a orinar marcándome como su territorio, mientras decía “eso es para que se te quite lo puta”
Divino tener un amo que lo coja a uno, me gustó mucho como el amo trata al gay. Yo tuve un amo G, el macho con el pene más bello, y divino que he probado, yo le pagaba una cantidad fija semanal, me cogiera o o no, yo sufría mucho cuando pasaban más de dos semanas sin tener sus 25 cm en mi culo