Le empujé sobre la cama dejándole la cara sobre el colchón por lo que casi ni podía respirar. Sin darle tiempo a nada empecé a follarle, primero le metí el capullo y luego el resto de la polla. Esto le hizo gritar de dolor. Empecé a sacarle la polla, haciéndole sentir cada centímetro de macho. Cuando vi el capullo volví a metérsela entera. Comencé a follarle, a meter, a sacar mi polla. Él se moría del gusto.
Me llamo Marcos, tengo 28 años y soy un tío muy vicioso. Mido 1,88, soy rubio, 80 kilos, fibrado, depilado, con un buen nabo de 18 centímetros, gordo, y siempre dispuesto. Me encanta la caña. Si no te gusta, mejor no sigas leyendo este relato de la primera vez que fui un auténtico hijo de puta con un pasivazo que conocí.
Tenía yo entonces 22 años. Hasta entonces había follado mucho, y a mi incluso también me habían reventado el culo y me gustaba, pero dentro de mí, algo me decía que necesitaba algo más. Y lo descubrí con Carlos, un chiquito de 19 años que vivía en mi mismo edificio.
Carlos medía 1.75, era moreno, delgadito, depilado y guapete. Me ponía verle su culito en la piscina de nuestra Comunidad de vecinos. Él tomaba el sol con un bañador de speedo que le marcaba un culo muy apetecible. Desde hacía ya tiempo venía observándole pero pensaba que su rollo tiraba más a las tías… hasta que una noche me lo encontré en un pub tomando algo con unos amigos. Yo también iba con colegas. Empezamos a mirarnos con mucho remilgo al principio pero con un total descaro después. Le hice un gesto cuando me levanté al baño. Entré dentro y esperé. Por un momento pensé que él no iría a mi encuentro.
Pero lo hizo. Entró al baño y yo le hice un gesto para entrar a uno de los privados. Allí le empecé a comer la boca y sobarle ese trasero que tanto deseaba. Él me agarró la polla y al oído me dijo:
– Me encantaría sentir este rabo dentro de mi culito. Quiero que me violes tío. – Claro que te voy a pegar la follada de tu vida nene. Espérame fuera y ya verás.
El pibe se salió del baño y yo al rato. Le vi despedirse de sus amigos y yo hice lo propio con los míos. Entramos a mi coche y arranqué. El muy cabrón no espero más y se abalanzó a tocarme la polla que se me puso dura de inmediato. Él se desabrochó el pantalón y me dejó ver su verga, y después, liberó también la mía empezando a tocarla con mucho vicio. Yo no podía más y empecé a acelerar para llegar cuanto antes a casa y darle por culo. El niñato se agachó entonces y comenzó a chuparme la polla. Tenía unos labios gordos e increíbles. Enseguida noté lo bien que me albergaba esa boca y el vicio que ese chico tenía comiendo pollas.
Por fin llegamos a mi casa. En el ascensor nos fuimos comiendo la boca con las dos pollas a reventar a tope. Nada más cerrar mi puerta, el niñato se arrodilló y empezó a comerme el nabo con una gran pasión. Observé como mi polla entraba y salía de su tierna boca, y como la llenaba de saliva a tope. Me miró con una cara de puta total. Le pillé de los pelos y le hice merendar mi pollón hasta los huevos. El chico se puso rojo de tener ese vergajo dentro pero lo aceptó como un campeón. Luego empecé a follarle la boca, sacando y metiendo mi polla. Estuvimos así varios minutos hasta que fuimos para mi cuarto
Allí le desnudé entero y él a mí. No se despegaba de mi polla en ningún momento y cuando le bajé el bóxer y le vi el culito me puse a tope. Él notó eso y me dijo:
– Quiero ser tu puta, quiero que me destroces el culito. – Claro, te voy a follar bien nene. – No, me refiero a que me violes, a que hagas de mi una puta total, que me azotes, que me comas el culo, me folles salvajemente.
Con esta confesión de sus gustos me puse mucho más. Siempre había fantaseado en hacer algo así con un putito como éste.
Sin ninguna piedad le empujé a mi cama y le puse en cuatro patas, dejando su culo a mi vista. Le di un par de buenos azotes. Él empezó a gritar de gusto. Su culito enrojeció y yo le escupí en el ojete y le metí dos dedos mientras con la otra mano alcancé a darle dos nalgadas más. Me incorporé sobre la cama y le metí un tercer dedo, dejándole notar mi nabo por su culo, que se rozaron, mientras empecé a besarle en el cuello, la nuca y fui bajando poco a poco por su espalda hasta llegar a ese culo deseado que empecé a comer con gran gusto. Mi lengua penetró ese agujerito rasurado que tanto me ponía. Estuve así un rato hasta que Carlos me dijo:
– Quiero que me folles Marcos. – ¿Qué? ¿Quieres que te meta la polla puta? – Si, quiero sentir ese pollón todo dentro de mi hasta los huevazos. – Te vas a enterar.
Le empujé sobre la cama, dejándole la cara sobre el colchón por lo que casi ni podía respirar. Sin darle tiempo a nada empecé a follarle, primero le metí el capullo y luego, en un segundo, el resto de la polla. Esto le hizo gritar de dolor:
– Ahora te lo aguantas, por pedir polla.
Empecé a sacarle la polla, haciéndole sentir cada centímetro de macho. Cuando vi el capullo volví a metérsela entera. Comencé a follarle, a meter, a sacar mi polla. Él se moría del gusto:
– Sigue, sigue, tío, hazme tu puta.
Eso me animaba a darle más fuerte en el culo. Le giré, poniendo sus piernas en mis hombros y dándole bien fuerte mientras nos comíamos la boca. Así estuvimos un rato hasta que sentí que me corría. Le saqué la polla del culo y se la hice tragar. Tras un minuto chupándomela me corrí a gusto en su bocota, llenándole de leche la garganta, tanto, que le salió corrida por la comisura de sus labios.
– Me encantó Marcos. Quiero que seas mi macho. – Por supuesto que sí, Carlos, desde hoy, eres mi puta.
Si te ha gustado, o no, espero tus comentarios.
Pronto espero hacer otro para contaros mucho más sobre mi vida sexual que me ha llevado a ser un activazo cabrón.
Autor: sharky
Follame macho cabron!! Quiero ser tu zorra
Estuvo supr rico, a ver cuándo me das 1 cojida así, o x lo menos me das …. relatos no?¿ jijijiji ciao
esta bueno tu relato dime como contactar para darte una buena coogida me imangino tienes un buen culito
WOOWW…..EXCELENTE RELATO ME PUSO A MIL…..Y SE VES QUE FOLLAS MUY BUENO….ME GUSTARIA CONTIGO….SEE YOU