Max era un chico que conocí una noche en una disco tenía yo 18 años, pero siempre he sido voluptuosa, soy una morena bronceada natural piel canela con grandes senos, deliciosos pezones, caderas muy bien torneadas, ricas pompas y piernuda como buena mexicana, esa noche había asistido a una disco por primera vez con un novio de manita sudada 2 años mayor que yo.
Max es un hombre guapo, moreno con cuerpo perfecto, labios deliciosamente carnosos y una sonrisa que me conquisto desde que lo vi de lejos… la primera vez que nos miramos fue una atracción inmediata, no podía dejar de verlo y él buscaba la ocasión para encontrar mi mirada, aproveche una ida al baño para topármelo de cerca, cuando me vio sola se acerco por detrás y pegando su cuerpo al mío, me hablo por primera vez, yo sentí su olor y como gata en celo me excito su aroma, sentí por primera vez lo que era la atracción química, ese olor que te hace querer estar su piel, olerla, tocarla con la lengua todo su cuerpo, ahí me deslizo una servilleta con su número y me dijo que tenía el aroma más exquisito que había sentido y quería probar mi sabor.
Salimos de la disco y yo discretamente ya tenía su número en la bolsa, me moría de ganas por llamarlo y al otro día lo hice sin importarme que no lo conocía.
Ese día le eche el cuento a mi mamá que tendría que quedarme en casa de una amiga a hacer tareas y estudiar por unos exámenes, prepare mi maleta con un juego de tanga bra hermosísimo de encaje, bien depilado mi sexo, una mini falda que se me veía espectacular y una blusa que marcaba toda mi pechonalidad, soy de pezones muy levantados y a primeras de cambio se excitan y no bra que los cubra.
Ese día si fui con mi amiga pero después Max me paso a buscar, el nunca me pregunto mi edad, ni yo le dije no me interesaba sentía placer de verlo y olerlo, me excitaba ese hombre de manera salvaje no podía pensar cerca de él, me llevo a un restaurante mágico y romántico y pasamos un buen rato tomando margaritas, ahí se dedico a acariciarme el cuello, besarme, a rozar mi cuerpo con el suyo haciéndome sentir su miembro enorme y caliente debajo de su pantalón, nos sentábamos y sentía su cuerpo pegado al mío y como sus manos acariciaban mi entrepierna delicadamente, cada vez más y más arriba, entre las copas y su aroma me tenía mojada, sentía que mi tanga me calentaba más aun, hasta que me llevo a su casa.
Ya en su casa lo tenía todo listo, una botella de vino esperándonos, el cuarto a media luz, unas velas en la mesa, un plato de fresas con chocolate todo era perfecto, pero yo lo que quería era que me cogiera duro y muy rico, quería ya sentir su verga en mi boca.
Me sirvió vino y me empezó a besar, era mi primera vez que lo iba a hacer y no sabía cómo reaccionar, pero deje que el instinto me guiara. Él comenzó por mi cuello y fue bajando hasta mi pecho era tan rico y tan bueno no sentí el momento en el que me abrió la blusa yo ya estaba sentada encima de el besándolo y dejándolo acariciar mis ricas tetas, las lamia delicioso, Max tenia la lengua mas diestra que jamás conocí, sentía su miembro entre mis piernas al estar montada pero no se lo había sacado, solo me frotaba con él y con abierta encima ya con mi mini en las nalgas, sentía sus manos acariciarlas, estaba disfrutando de mí y yo de él.
Se levanto del sillón conmigo montada, besándonos y me llevo a su recamara, recostada termino de desnudarme y vi por primera vez su cuerpo, perfecto, tallado a mano, con unos músculos exquisitos todo un David de Miguel Ángel, vi su miembro ya muy erecto, era grande un largo perfecto, era ancho, venoso, con un casco perfecto, vi como le chorreaba su rica miel y sentí el olor a su sexo, no pude más que tomar esa tranca dura y empezar a chuparla, sentí tan delicioso su juguito, que quería comérmelo todo, lamia su gran verga como si fuera una rica paleta, y luego me la metía a la boca, no alcanzaba pero tenía la necesidad de succionar como si fuera un becerro a su madre, quería toda su leche en mi boca, estaba soltando jugos al por mayor, cuando me detuvo, tomo mi cara entre sus manos y me besos, de ahí me recostó y me dijo quiero que sientas lo que me acabas de hacer sentir y tú me vas a perder que te la meta toda mi verga.
Recostada bajo besándome las tetas, chupando los pezones, bajo por mi vientre haciendo jugar su lengua en el camino, llego entre mis piernas y me abrió suavemente, y empecé a sentir como su poderosa lengua empezó a lamer mi clítoris, sentía como debe de sentir una perra cuando su macho le lame toda, era una verdadera lamida que de repente chupaba y mordisqueaba mi cito, me sentía tan excitada que jadeaba de placer y mientras más me mojaba el bajaba más a mi vagina y metía su lengua hasta dentro chupando toda mi miel quería más y más, y con su dedo jugaba mi cito mientras me lamia por dentro hasta que sentí una contracción que me hizo temblar, ahí explote en su boca me vine por primera vez.
El me sintió venirme y se dio cuenta que era mi primera vez, entonces se recostó a mi lado con su miembro piradísimo y me dijo que le hiciera lo que quisiera, yo como loca me abalance a su miembro, le la chupe de nuevo quería sentir su leche, estaba tan parada que mi vulva aun chorreante y excitada palpitaba solo de verlo, entonces me decidí a montar tremendo Stallion,me puse encima de él con la piernas abiertas ofreciendole una excelente vista de mis tetas y de mi coño depiladito en el que se veía mi clítoris hinchado, tome su miembro y lo puse en la entrada de mi huequito estaba muy mojada y el chorreaba como vela encendida, empecé poco a poco a meter la puntita, estaba tan redonda y rica que sentía como iba abriéndome, sentí como separaba su gran verga mis labios y me la iba comiendo poco a poco, dolía pero a la vez la quería toda así que me la metí fue increíble no pensé que pudiera comerme todo eso sentía mi vagina tan llena que empecé a cabalgarlo suavemente, sentía por dentro su cabeza, y contraía todos mis músculos para apretarla como si fuera una boca, cabalgue tanto que de repente era un solo movimiento con su cuerpo rápido y duro, sentía cada una de sus embestidas y ahí en plena cogida me vine y exactamente en el momento en que bañe su verga con mi juguito caliente sentí una explosión que me inundo, era su leche que me recorría, sentía sus descargar, unos chorros fuertes y leche y me seguía cogiendo porque aun estaba duro, yo estaba exhausta era mi primera vez me quede recostada a su lado y solo sentía su mirada y su caricias, al otro día temprano le pregunte su nombre completo y le di el mío, y desde entonces nos vimos en algunas ocasiones para tener horas y horas de sexo increíble.Fue mi primera experiencia, aprendí del maestro la lección.