Le restregué la verga en su conchita, ella ya estaba bien caliente y sin pena alguna se acostó y abrió sus piernitas, me acomodé encima y se la fui metiendo despacito, ella apretaba los labios, yo no sabía si le estaba doliendo, pero por sus gestos supuse que sí. Le empecé a besar los pechos sin moverme hasta que ella solita se empezó a mover más rápido hasta que me abrazó muy fuerte y se corrió.
Mi nombre es Álvaro, en la actualidad tengo 33 años, desde temprana edad me ha llamado la atención todo lo relacionado con el sexo, antes de entrar a esta página me consideraba un poco enfermo o más bien me agobiaban los remordimientos, pero ya me di cuenta gracias a este sitio, que existe mucha gente como yo, bueno para no aburrirlos les voy a contar por qué mis remordimientos.
Mi prima consentida Yazmín era toda una belleza, de piel blanca, pelo castaño claro, pechos grandes y un trasero bien parado, teníamos en ese tiempo ella 18 y yo casi 19 años, yo era su confidente y ella la mía. Un día estábamos platicando de un chavo que le estaba tirando la onda, me preguntó que si yo ya había tenido relaciones, claro le contesté como 7 veces, lo cual era mentira, era tan virgen como ella. Seguimos en esa plática.
¿Y qué se siente? Me dijo medio apenada. Es lo más maravilloso del mundo, sonreí, es como ir al cielo sin morir. Pero dicen que la primera vez duele mucho. No en todos los casos, tienes que saber cómo desvirgar a una mujer no se lo vas a hacer así nada más ¿Y tú sabes cómo desvirgar? Sin que duela. Pues si le dije, pero en realidad sólo porque había leído todas las revistas de sexo que caían en mis manos, pero como ya estaba bien caliente pensé esta es mi oportunidad de perder mi virginidad y de paso le doy una manita a Yazmín. Sin pensarlo le propuse -si quieres te ayudo.
Ella inmediatamente se puso roja. Yo para tratar de calmarla me empecé a reír a carcajadas. Hombre no te pongas así, sólo dime que no y ya, pero lejos de eso me dijo: pero donde lo haríamos aquí puede venir mi mamá y si nos descubren nos matan. Pensando lo más rápido que la calentura me dejó le conté que mis papás se tenían que ir a Pachuca el fin de semana y que me iba a quedar solo podíamos aprovechar. Bueno nos vemos a las 8.00 a.m., el sábado. Ok le contesté todo alucinado y empecé a prepararme déjenme decirles que estaba muy nervioso.
Llegó el sábado dieron las 8 las 9 y cuando yo pensaba que no iría sonó el timbre, era ella, se veía tan bella, tenía una faldita rosa que le llegaba hasta la mitad de los muslos, una blusita blanca con un lindo escote y con su cabello suelto sin maquillaje, la invité a pasar estábamos temblando los dos de nervios. Encendí el televisor y le dije: Primero te voy a poner una película para que veas lo que vamos a hacer, ella sólo me miró y se sentó. Cuando la película iba como a la mitad noté que tenía su cara roja me acerqué y le pregunté ¿qué tal? ¿Te gusta? Si respondió. Le pasé un brazo por la espalda y le di un beso en la mejilla, noté como se estremeció, eso me dio valor para seguir besándola hasta llegar a su boca la cual me ofreció con timidez.
Nuestras lenguas entraban y salían, fui acariciando sus piernas cada vez más arriba, ella tenía los ojos cerrados, se dejaba hacer. Cuando toqué su tanguita dio un brinquito y trató de taparse con una mano. Me acerqué a su oído y le susurré no tengas miedo sólo déjate llevar no te va a pasar nada, le fui desabrochando su blusa y su brassier, cuando toqué su pecho con mi boca me embriagué con su olor tan rico y tan fresco, le tomé una mano y la guié hasta mi fierro que ya para ese entonces estaba súper parado, ella lo tocó y me dijo: está muy grande ¿no me va a doler? No temas que no te dolerá nada, saqué mi verga del pantalón para que me pudiera tocar mejor, así estuvimos un rato hasta que mis besos empezaron a bajar por su cuello y sus pechos, sus pezones ya estaban muy parados, seguí mi camino pasando por su ombligo hasta llegar a su conchita, estaba empapada y cuando la besé soltó un suspiro, abrió un poco más las piernas para que pudiera yo entrar mejor.
¿Te gusta? Le pregunté. Si se siente bien, sigue, no te detengas.
Le fui metiendo un dedo por su conchita mientras me comía su clítoris. Cuando estaba más entretenido en su conchita ella se empezó a mover más rápido, levantaba su espalda y abría las piernas cada vez más hasta que cayó agotada, me levanté y le di un beso largo y cachondo, le dije ahora te toca a ti. La coloqué de rodillas en el suelo y abrí mis piernas, ella adivinó lo que yo quería.
Pero si no me gusta como sabe ya no le sigo. Está bien, pero pruébalo te va a gustar.
Le dio como tres lengüetazos, pero no le gustó, se paró y me dijo ya déjate de tonterías y desvírgame. Eso me puso más caliente, la tomé de la cintura y le restregué la verga en su conchita, le dije acuéstate en el piso, ella ya estaba bien caliente y sin pena alguna se acostó y abrió sus piernas, me acomodé encima y se la fui metiendo despacito, ella apretaba los labios, yo no sabía si le estaba doliendo, pero por sus gestos supuse que si, entonces y de un empujón se lo metí hasta el fondo, ella gritó: cabrón no que ni me iba a doler. Le empecé a besar los pechos sin moverme hasta que ella solita se empezó a mover rápido, más rápido hasta que me abrazó muy fuerte y se corrió, yo ya no aguantaba más así que me salí y me empecé a masturbar hasta que me vacié en sus pechos.
Ella sólo me veía y tocaba la leche que me escurría, pruébalos le dije, ella se llevó la mano a la boca y se comió un poco de mi semen no le hizo mala cara, nos quedamos un rato en el suelo descansando, después de todo era la primera vez que cogíamos en nuestras vidas. Se levantó y me dijo: Álvaro eres bien cabrón ¿no que ya tenías experiencia? No te enojes contesté, si te hubiera dicho que era virgen no habrías querido que te la metiera, ella se soltó a reír y dijo, eres todo un cabrón Álvaro…
Espero que les guste, ya les mandaré otra historia de mi vida cuando ahora si ya con experiencia me tiré a mi sobrina.
Autor: EL GNOMMO
eras pendejo de verdad, pero te la tirastes.
buen relato