Se la metí un poquito y empecé un movimiento contínuo, ella empezó a gemir, a susurrar lo que le estaba gustando, se la metí hasta el fondo, le follaba el culo suavemente, le tomaba las tetas mientras la embestía y ella gritaba, me estás destrozando cabrón, no aguanté más y tuve un orgasmo descomunal, me corrí dentro de su culo dejándola dentro hasta la última gota.
Ha pasado mucho tiempo desde que os conté mi primera relación con mi hermana “Peque”, “Mi relación con “Peque” que se publicó el 22-06-2002.
Ha sido mucho tiempo desde entonces, muchas vivencias juntos, muchos momentos maravillosos… la semana pasada me enteré de que va a ser madre y me quiero contaros lo que viví junto a ella.
Días después de aquella primera tarde que os conté, llegué de trabajar alrededor de las cinco de la tarde. Ella se encontraba arreglándose para ir a buscar a sus amigas. Llegué y entré en mi habitación a dejar los trastos que traía. Ella estaba en su habitación, estaba preciosa, se había puesto una minifalda blanca y una camiseta como de encaje que se transparentaba totalmente dejando ver su sujetador también blanco. Me vio y me saludó.
– Hola hermanito, ¿has currado mucho hoy?
La abracé y la di un beso en los labios y le contesté que no mucho. Me quedé a su lado mirando como se arreglaba mientras charlábamos. Se iba a pintar los labios cuando paró de hablar y me preguntó mientras se miraba en el espejo:
– ¿Está guapa hoy tu hermanita? – Mucho, le contesté mientras la abrazaba por la cintura.
Ella soltó el pintalabios y acarició mis brazos mientras apoyaba su mejilla contra mí. Nos estábamos excitando. No habíamos vuelto a hablar desde aquel día de lo que pasó. Le pregunté si le gustó lo que pasó y me contestó que le había encantado. Empecé a acariciar su vientre mientras iba subiendo poco a poco hacia el pecho, aquel pecho duro, perfecto que tanto me gustaba. Ella acompañaba mis manos con las suyas y emitía pequeños gemidos mientras la acariciaba y besaba su cuello. Metí las manos bajo la camiseta y al llegar a sus tetas metí las manos por debajo del sujetador.
Que tacto tan sensual tenían, los pezones duros, erectos… Le dije Peque, que nos liamos… Ella me rozaba la polla con el culo, yo llevaba un pantalón fino y notaba perfectamente sus formas y sus movimientos, estaba empalmado hasta casi salir la polla del pantalón si no fuera por el cinturón. Lo notaba perfectamente y dirigió su mano hacia mi paquete y empezó a acariciarlo.
– No tengo prisa, quedé que iría a casa de Isa a buscarla… – ¿Quieres repetir lo del otro día? – le pregunté. – Siii… –suspiraba- quiero más… quiero sentirte siempre así… me tienes loca… me pongo a cien cada vez que me acuerdo de lo que hicimos… no dejo de pensar en ello y me masturbo cuando no estás en casa…
Mientras le había levantado la camiseta y el sujetador dejando al aire sus tetitas. La manoseaba el pecho, se lo apretaba dulcemente, se lo movía hacia arriba, hacia abajo, la acariciaba los pezones mientras ella gemía. Le levanté levemente la falda y acaricié su coñito por encima del tanga, estaba húmedo, jugueteaba con ella, la metí los dedos por dentro y sentí lo mojadito que lo tenía… me desabroché el pantalón para que ella pudiera hacer lo que quisiera. Me sacó la polla y empezó a pajearme de espaldas dulcemente mientras la acariciaba el coñito y las tetas. La di la vuelta y nos desnudamos mientras nos besábamos me empujó hacia la cama que estaba detrás mío y cayó encima de mí.
La giré para trabajarla mejor, m puse encima suyo y empecé a besarla y lamerla por todo el pecho. Me volvían loco esas tetas, había estado con muchas chicas con más o menos pecho pero ninguna tenía unas tetas tan bien puestas. Descendí hacia su ingle con la lengua y empecé a jugar con su coñito, estaba empapado, chorreando, y la comí hasta que se corrió en mi boca, que maravilla, como se estremecía… se levantó para colocarse al revés sobre mí y empezó a lamerme la polla, se la metía todo lo que podía, la lamía en toda su longitud, pajeándome, mientras seguía yo con su coñito, introduciendo un dedo, dos, ella se retorcía de gusto… Abrí con las manos los cachetes de su culo y empecé a lamerle el culito…
– ¿Qué me estás haciendo? ¡Qué rico!
La apreté con la lengua hasta que cedió su agujerito y le metí la puntita de la lengua en el culo, alternándolo con su coñito, dándole lengüetazos largos, metiéndola dos dedos por el coño y uno por el culo mientras no paraba de comerla…
– Joder Javi, vas a hacer que me corra otra vez.
Yo estaba a punto de estallar, la tenía que me reventaba.
– Peque que me corro… – Y yo… sigue…
No pude aguantar más, me estaba haciendo una mamada deliciosa, me corrí en su boca como nunca lo había hecho con otra. Ella no la sacó de la boca mientras me corría, tragó el semen y siguió chupándola dulcemente mientras me relajaba. Me quedé reventado, acababa de tener un orgasmo tremendo. Nos echamos un ratito los dos juntos en la cama mientras me recuperaba, nos reímos, nos acariciábamos.
– Javi, me encanta que me hagas éstas cosas… estaba deseando volver a estar así los dos, desnudos… – ¡Que buena estás! – Qué romántica mi contestación… Normal, soy un hombre, hay momentos que el cerebro no nos da para cosas más románticas y hay momentos que no se puede esperar mucho más de nosotros-
Tenía desnuda a mi lado a mi hermanita, que me acababa de hacer un 69 de antología y volvimos a besarnos. Mi erección iba en aumento de nuevo y tenía otra vez un calentón que no daba margen a muchos preliminares. La acaricié su coñito que todavía estaba húmedo y me coloqué sobre ella. Nos besábamos, nos acariciábamos, la mordisqueaba el pecho y me susurró al oído:
– ¡Métemela!, estoy deseando que me folles… – ¡Que putita estás hecha! – le dije mientras se la metía. – Siii, soy tu putita –susurraba- métemela entera…
Se la metí poco a poco, entraba como la seda, estaba totalmente mojada. Ella apretaba su cuerpo contra mí, clavándosela todo lo que podía, moviéndose buscando el mayor placer. Nos estábamos follando despacito, haciendo que fuera eterno, disfrutando de cada momento. Nos cambiamos la postura y ella se colocó sobre mí, la dirigió hacia la entrada y se sentó sobre mí de un tirón, clavándosela entera. Ver sobre mí a Peque, sentada, con ése cuerpo que tenía, con los pezones erectos, mirándome, era una visión excitante.
Jugaba con sus pechos, acariciándolos, jugando con sus pezones, agarrándola del culo… estaba semitumbado, me había puesto los almohadones en la espalda y me permitía disfrutar de ella al máximo. Le introduje el dedo corazón en la boca y comenzó a lamerlo mientras se movía. Estaba descubriendo que mi hermana era una chica a la que le encantaba el sexo. Cogí el dedo que acababa de chupar y se lo dirigí a la entrada de su culito. Ella ya lo tenía húmedo de sus propios flujos y se lo introduje poco a poco. Ella empezó a moverse más rápido, hacia delante y hacia detrás. Se echó sobre mí para abrazarme y me dijo:
– ¡Javi que me corro! Aaahhh –gemía mientras se corría y emitía unos grititos entre cortados… aaahhh me estoy corriendo… ¡joder que pasada! – al mismo tiempo me abrazaba y me clavaba las uñas en la espalda-
Yo intentaba aguantar el tipo, quería darle más, hacerla disfrutar más, disfrutarla más. Cuando se quedó quieta después de tener el orgasmo, aproveché para retrasar un poco el mío, quería hacerla mucho más. Empezó a moverse de nuevo mientras yo me estaba quieto, me estaba follando.
– No te has corrido, quieto que te corras. – me murmuró. – Date la vuelta le dije – mientras la colocaba a cuatro patas-
La visión de su culo mientras se la metía era algo espectacular, que culo más bonito tenía, aún hoy me pongo cachondo al recordarla así. Le coloqué la polla a la entrada del coñito y la metí de un tirón hasta el fondo y empecé a bombearla, la embestía con fuerza golpeando su culo con mi cuerpo una y otra vez. Chupé mi dedo pulgar para humedecerlo y empecé a acariciar su agujerito mientras me la follaba, empecé a introducir el dedo en el culo todo lo que pude y en un mete saca contínuo.
– Que rico, que cabrón, vas a hacer que me corra de nuevo.
Yo la estaba viendo disfrutar y estaba a punto de correrme. La visión de su culito me estaba poniendo a mil y no quería perder la oportunidad de penetrarla por detrás. Coloqué mi polla en su culito. Estaba chorreando con sus flujos y no hacía falta nada más. Le dije que se relajara y empecé a apretar poco a poco.
– Me duele un poco – me dijo mientras empezaba a dilatar su culito y a entrar la punta de mi polla. – Tranquila, no aprietes, relájate. – le contesté.
Se la metí un poquito mientras se acostumbraba a la polla y empecé un movimiento contínuo, sacarla un pelín y metérsela un poco más. Ella empezó a gemir, a susurrar lo que le estaba gustando… La cogí de los cachetes del culo y se la metí hasta el fondo. Empecé a follarla el culo suavemente, despacio pero contínuo, la apretaba el culo con las manos, la agarré de la cintura y la levanté, cogiéndole de las tetas mientras la embestía cada vez con más fuerza.
– ¡Que rico! Me estás destrozando cabrón. – ¡Que culo tienes! Tengo la polla que me estalla
– Sigue, sigue… fóllame el culo… fóllate a tu hermanita… métemela hasta dentro… fóllame… fóllame…
Ya no pude aguantar más… la apreté las tetas con fuerza y tuve un orgasmo descomunal…
– Peque me voy a correr… murmuré. – Siii… siii… aaaahhhh me estoy corriendo yo también… sigue, no te pares… – Joder Peque… uarggg… ¡que pasada! ¡Que polvazo tienes!
Me corrí dentro de su culo dejándola dentro hasta la última gota… el sudor me resbalaba por la cara y goteaba en su espalda, ella también estaba totalmente empapada por el sudor. Nos deslizamos por las sábanas sin separarnos mientras disfrutábamos del orgasmo que acabábamos de tener. Estábamos tremendamente relajados. Seguí con la polla metida hasta que se me bajó la erección. Se la saqué despacito mientras un escalofrío me recorría la espalda.
– Jooo… no la saques… – Tranquila que tendrás más oportunidades. – Vale… pero no me pongas los cuernos con cualquier guarra… jajajaja…
Nos duchamos juntos y nos arreglamos. Ella se fue hora y media después de lo que tenía planeado a buscar a su amiga Isabel. Yo me hice el café de rigor y bajé a tomarme una copa con un amigo.
Después hubo más veces, algunas de ellas memorables, ésas son las que os contaré poco a poco.
Espero que os haya gustado este relato, real, sacado desde mis recuerdos.
Mandarme vuestros comentarios.
Hasta pronto.
Autor: Javier (Madrid)