Cuando sentí que me venía, la bajé y la acosté con las piernas hacia arriba, pero esta vez apunté a su culo nuevamente. Ahora entró mucho más fácil y sin dolor. Yo tomaba sus pies con mis manos y los separaba, mientras podía ver cómo se le movían las tetas y cómo le entraba toda mi verga por el culo rasurado, cuando sentí que me corría la abracé y me vine dentro de su culo.
Hola nuevamente amigos de esta página.
Honestamente me ha gustado mucho últimamente desahogarme escribiendo y subiendo mis textos a este sitio, sobre todo porque esto que he estado ocultando me pesa mucho y es tan grave que no se lo puedo contar ni a mi mejor amigo, así que ustedes son mis “únicos” confidentes. Ya les había hablado de mi suegra en otras ocasiones; se trata de una mujer en sus 50 años, con un cuerpo muy bonito, firme y unas nalgas, piernas y pies lindísimos. Personalmente, es una mujer que no es tan bonita, pero tiene un cuerpo que me provoca fantasías cada vez que la veo, y no es exageración.
Nosotros ya habíamos tenido relaciones en alguna ocasión y aunque a ella le gustó mucho no siempre me dejaba volver a tocarla y mucho menos a hacerle el amor, así que mi fuego siempre está al 100% con ella, es algo que no puedo controlar y parte de esto es precisamente porque no me deja cogerla cuando se me da la gana, muy lista la Vero, ¿verdad? Pues mi esposa y yo tenemos algunos problemas, algunos no tan graves, pero siempre estamos en conflicto, sobre todo porque ambos somos de carácter fuerte y nos gusta mandar. En la intimidad mi esposa me ha llegado a aburrir, yo traté de darle variedad a lo nuestro, pero no he podido hacer que se suelte el pelo y sea más atrevida, finalmente, tampoco me gusta mucho físicamente, así que eso tiene sus consecuencias.
Ella trabaja para una empresa y en alguna ocasión me dijo que tenía un desayuno muy importante en un hotel muy bonito de la ciudad donde vivimos, tenía pase doble por parte de unos colegas de otro estado que no pudieron asistir, la idea inicial era que yo fuera con mi esposa y ocupáramos la habitación, pero resulta que ese mismo día ella tenía que estar en otra ciudad atendiendo a algunos proveedores extranjeros. Mi esposa me pidió que no faltara al evento porque era importante que tomara algunas fotos y le dijo a su madre, Vero, que fuera conmigo para no estar sola en su casa. Mi suegra, aceptó no de muy buena gana, pero aceptó.
Llegó el día del desayuno y pasé por mi Vero a su casa, lo que vi me encantó. Se puso una falda, con una camisa escotada y un saco encima, zapatillas y bien perfumada y maquillada. Yo desde la noche anterior ya me estaba masturbando imaginándome todo lo que le podía hacer a mi Vero en un cuarto de hotel, pero estaba seguro que no iba a pasar nada entre nosotros, al menos no ese día.
Yo le hice algunos bromas acerca de lo buena y rica que se veía en esa ropa y ella, como siempre, se reía y me decía que no le hiciera bromas, pero yo aprovechaba cada momento que tenía para verle las piernas y asomarme entre su escote para verle las tetas, que si bien no son su mayor atractivo, para tener 50 años y 2 hijos están muy lindas y paraditas todavía. Entrados en el desayuno nos dieron unas copas de vino blanco para brindar y yo sé que mi Vero suelta el cuerpo cuando anda acelerada por el alcohol, así que en cuanto se le vaciaba la copa yo veía que se la llenaran nuevamente.
Llegó el momento de irnos, el desayuno se había terminado, para esto ya era más del medio día y me quedé platicando con un amigo mientras ella platicaba con otra señora, una voluntaria. Después de algunos minutos me aseguré que nadie quedara que pudiera vernos juntos y jalé a mi Vero a otro jardín, estábamos solos, así que le dije que aprovecháramos para conocer las habitaciones. Ella dudó un poco, pero lo dije con tanta naturalidad que creo que no notó mis verdaderas intenciones.
Una vez que llegamos a la habitación, pasamos y me pasé directo al baño, ella se quedó parada viendo el jardín por la ventana, las habitaciones son hermosas, limpias y todas tienen un pequeño jardín propio, lleno de flores. Yo, dentro del baño estaba muy excitado, tenía el pene a todo lo que da, de hecho, dejé la puerta un poco abierta para ver si ella se acercaba, pero cuando vi que no lo hizo no me aguanté más y salí del baño, ya sin ropa. Ella al verme se sorprendió mucho y se acercó a la puerta, pero cuando trató de salir yo la cerré y me abalancé sobre ella buscando su boca.
Ella se resistía y no daba la boca, pero la tomé firmemente de los brazos y la empujé a la pared, esto fue lo que la excitó en serio, porque después de eso me besó con tantas ganas, como si se hubiera aguantado mucho tiempo. Dentro de su borrachera y su excitación me dijo que no quería que le hiciera el amor, pero no dejaba de besarme y sus manos pasaban por mi espalda agarrando mis nalgas y apretando mi cuerpo contra el de ella.
Así que le quité el saco, desabroché su blusa y con una sola mano quité su brassiere de encaje y media copa. Bajé mi cara y le chupaba los pezones, su piel se sentía suave, blanca y sus pezones pequeños eran jugados por mi lengua, mientras yo podía sentir cómo se ponían duros dentro de mi boca. Ella, como podía trataba de alcanzar mi pene, pero yo la pegué a la pared nuevamente, como diciéndole: “Aquí mando yo y te voy a hacer el amor a mi manera”. Esto le excitó mucho y ahora bajé las manos a sus piernas, las acariciaba mientras besaba su abdomen. Subí mis manos por debajo de su falda para bajar su panty, pero grande fue mi sorpresa, ¡ella no traía ropa interior! Esto me pudo volver loco, yo subí su falda y me quedé con ella desnuda, con zapatillas y la falda en la cintura.
Además traía todo rasurado, ella sabe que me encanta tenerla rasurada, es algo que me excita mucho, así que le dije: “Ya sabías a lo que venías, ¿verdad? ¡Eres mi mejor puta!”. Me bajé y le chupaba su clítoris y toda su área, con lujo de detalles y procurándola al máximo, estaba tan excitada que me pidió que se la metiera ya. Yo por supuesto, también tan excitado, la cargué y la eché en la cama, yo iba directo a metérsela, pero ella me dijo que me volteara, de manera que hiciéramos un 69, lo hice y mientras le chupaba su clítoris ella me mamaba y gemía. Había momentos en los que ella se quedaba quieta y me pedía que me moviera como si la estuviera cogiendo. Ella comenzó a apretarme la verga con la boca y sentí cómo apretaba la cadera, así que sabía que iba a terminar, yo apretaba mi cara contra su pucha y sentía cómo se contraía en mi boca.
Me dio la vuelta y me dijo que ya había trabajado mucho por ella, así que era el momento que ella me consintiera a mí, y lo hizo, de verdad! Yo boca arriba, ella me chupaba la verga y me metía la punta del dedo en el culo, al principio fue algo incómodo, pero después le agarré sabor y me puso al 100%. Yo quitaba su cabello para poder ver a mi Vero mamándome la verga, tan comprometida con lo suyo. Me mamaba y con la mano hacía el movimiento, me sobaba los huevos y tocaba mi culo, además yo tenía sus nalgas en la mano, que más puede pedir un hombre?
Pues adivinaron, se montó en mí, dándome la espalda, así que yo podía ver sus nalgas, pero se movía de una forma tan rica que me costaba trabajo aguantarme, yo trataba de disfrutarla por mucho tiempo.
Después de cabalgarme un rato de esa forma, se dio la vuelta y yo trataba de chupar sus tetas, mientras veía cómo se columpiaban de adelante hacia atrás. Sentía su pucha tan calientita y apretada, pero no me quería venir todavía, tenía que gozarla al máximo porque no sabía hasta cuándo se repetiría, o si se repetiría.
En uno de esos movimientos se detuvo un poco y dijo: “¡ay, no mames!” y sentí cómo se venía, todavía con mi verga adentro, me apretaban sus contracciones y sentía sus líquidos correr por mi cuerpo, ella se quedaba quieta, con los ojos cerrados y se mordía los labios para no gritar. Cuando por fin terminó de correrse me dijo: “tú todavía no acabas, así que te voy a regalar esto…”.
Se sacó mi verga y apuntó a su culo, yo no podía creerlo, ¡mi suegra se estaba metiendo mi verga en el culo! Con tanta lubricación entró sin tanto dolor, aunque yo vi que hizo algunos gestos, pero se aguantó y cuando por fin la tenía toda dentro comenzó a moverse, un poco lento y de adelante hacia atrás, no de arriba hacia abajo. Yo estaba completamente ensimismado, no podía creerlo y el placer que sentía no lo había sentido nunca antes, me apretaba tan rico y verla con tantas ganas de complacerme me excitó mucho más.
Cuando sentí que me venía, la bajé y la acosté con las piernas hacia arriba, pero esta vez apunté a su culo nuevamente. Ahora entró mucho más fácil y sin dolor. Yo tomaba sus pies con mis manos y los separaba, mientras podía ver cómo se le movían las tetas y cómo le entraba toda mi verga por el culo rasurado.
Esta vez no aguanté mucho, así que cuando sentí que me corría la abracé y me vine dentro de su culo, era un orgasmo larguísimo, me duró un rato y ella apretaba más el culo para darme más placer aún. Yo me seguía descargando y el simple toque de mis huevos en su piel me daba más placer.
Cuando por fin terminé me salí y me quedé con ella en la cama, abrazados, queriéndola tanto y deseando que mi mujer fuera un poco más como ella. Nos dio la tarde encerrados, nos metimos a bañar juntos y nos alistábamos a salir, cuando me entró nuevamente lo caliente y la comencé a coger otra vez, simplemente no podía dejar de cogerla. Estuvimos un rato más en la habitación y decidimos salir. Ya en la puerta me tomó de las manos y me dijo, en un tono dulce, que nunca podíamos volver a coger, que eso no estaba bien. Yo asentí, pero por dentro sabía que no me iba a olvidar de todo así nada más, y sabía que ella tampoco.
De esto ya tiene un mes, no hemos vuelto a hacernos el amor, yo no pierdo la esperanza y cada vez que puedo le hago bromas, o le toco las nalgas y ella me sonríe. Ambos sabemos que lo vamos a volver a hacer, pero de momento seguimos aparentando.
Te amo Vero, ojala nos hubiéramos conocido en otro tiempo, yo siempre sería el hombre de tu vida y tú la mujer de la mía, que raro que el destino nos haya puesto en este camino, pero voy a aprovechar cualquier momento que tenga para disfrutar mi vida cuando estoy contigo.
Saludos,
Autor: AA
OH, MUY BIEN VIEJO… ALGUN DIA TE CONTARE MI HISTORIA…