Ella se montó y se puso a cabalgarme, hasta que nos corrimos los dos y nos quedamos rendidos. Yo estaba muy cansado, no podía más. Ella me confesó que cuando lo hacía con su marido, ella no conseguía más de un orgasmo y había oído hablar a sus amigas que con sus maridos conseguían a veces dos y tres, por lo que había decidido probar con otro hombre para ver si era verdad.
Hola a todas y a todos. Me llamo Antonio y tengo 40 años, estoy casado y vivo en Sevilla. La historia que voy a contar es totalmente verídica, que me pasó este verano.
Hace aproximadamente un año, nos mudamos a una nueva vivienda, en la que no conocíamos a nadie, pero por ser de nueva construcción, teníamos que terminar muchas cosas, tuvimos que constituir la comunidad de vecinos, lo que nos hizo relacionarnos con nuestros nuevos vecinos. Hicimos mucha amistad con un matrimonio que vivía justo encima de nosotros.
Ella tiene 49 años y el 50. A ella la llamaremos Juani. Juani siempre estaba de buen humor y a veces con bromas subiditas de tono, yo simplemente le seguía la broma, pero jamás la vi como a la mujer de mis sueños, aunque tenía muy buen cuerpo, era la vecina y no me imaginaba tener ningún lío con ella.
Un buen día de este verano, todo cambió un poco, al subir a su casa a hacer una consulta a su marido (es electricista y yo tenía un problema en casa). Me abrió el, y cuando el marido me enseñaba unos planos de una instalación, salió Juani, envuelta en una toalla, recién salida de la ducha. Tenía unas piernas impresionantes y la toalla le tapaba lo justo.
Ella pasó por allí y se fue rápidamente al verme, parecía avergonzada y no pasó nada más (ese día me hice una paja a su salud, pues no podía quitarme la imagen de la señora envuelta en la toalla).
Pasaron los días y un día que estaba sólo en casa, tuve que subir para pedir algo que me tenía que dar su marido (era la hora de comer, por lo que supuse, que su marido ya había llegado y me podría dar el encargo) Llamo al timbre y me abrió ella, me hizo pasar, cerró la puerta y me dijo que su marido se había tenido que ir y había dejado algo para mi.
Cuando pasé al salón, el cual tiene mucha iluminación, la vi que iba con un camisón totalmente transparente, lo cual dejaba ver todo, la única ropa interior que llevaba, eran unas minúsculas braguitas, por lo que me quedé mirándola fijamente (tenía unos pechos impresionantes para su edad, nada caídos) mientras ella sacaba de un cajón lo que yo necesitaba, al darse la vuelta, me vio como la miraba y me preguntó ¿Que te pasa Antonio? Respondí sin dejar de mirarla diciendo, nada, nada Juani, que uno no es de piedra y ella hizo su broma picante, como siempre.
La diferencia, es que en ese momento solo estábamos ella y yo solos y la tenía semidesnuda, por lo que me quedé un poco pillado, no sabía que hacer, pero mi paquete se iba agrandando por momentos (yo solo llevaba un pantalón corto y una camiseta por lo que mi erección se hizo notar). Ella se metió conmigo de nuevo, diciendo que el pantalón me quedaba pequeño, me puse rojo como un tomate, nos reímos y yo me disponía a despedirme de ella, me acompañó a la puerta y antes de abrir, le fui a dar un beso en la mejilla, acercándolo mucho a sus labios y fue ahí, donde no pude más, planté mis labios en los suyos y su reacción fue seguir el juego.
Nos besamos y se entrelazaron nuestras lenguas durante bastante rato (yo no sabía como terminaríamos) nos magreamos y ella me invitó a pasar a su dormitorio. Cuando entramos en el dormitorio, la tendí en la cama, le fui quitando el camisón poco a poco y la iba acariciando suavemente.
Sus pezones estaban muy duros. Me dediqué a acariciarla durante largo rato, pues a mi me gusta hacer disfrutar mucho a las mujeres antes de llegar a su sexo, su respiración cada vez era más acelerada y yo cada vez tenia mi polla más dura, llegué hasta los dedos de sus pies besándolos para volver a subir por sus muslos, le bajé sus diminutas braguitas y abrí sus piernas.
Metí mi cabeza entre ellas y me dispuse a comerle su coño, llegando hasta su ano, decía que nadie le había comido el ano antes y que le gustaba mucho. Entonces ella me bajó los pantalones y empezó a tragarse mi polla, nos tendimos los dos e hicimos un sesenta y nueve inolvidable (ella se corrió una vez) y yo aguantaba como podía, pues iba a reventar.
De pronto se dio la vuelta y me dijo que la follara. Se puso a cuatro patas y le metí la polla suavemente (entraba con mucha facilidad, pues estaba muy lubricado su coño).
Así estuvimos durante un rato, ella se corrió dos veces más y yo iba a sacarla, para correrme, cuando ella apretó hacia atrás para que no le sacara la polla, haciéndome que me corriera dentro de ella. Fue un orgasmo increíble. Nos quedamos los dos tendidos y mi miembro se quedó muy pequeño, estábamos rendidos y nos quedamos descansando.
De pronto, yo me quedé un poco adormilado y ella aprovechó para meterse su polla nuevamente en la boca (aunque polla suena muy fuerte, para lo que realmente era una miniatura.
Yo pensaba que no se levantaría nuevamente y ella seguía, pero en un rato, estaba de nuevo en forma para ser utilizada. Siguió haciéndome una mamada hasta que la puso como a ella le gustaba.
Esta vez, cuando la tenía grande, ella no esperó nada, se montó encima y se puso a cabalgarme, hasta que nuevamente nos corrimos los dos y otra vez nos quedamos rendidos. Yo estaba muy cansado y no podía más.
Ella me confesó luego que cuando lo hacía con su marido, ella no conseguía más de un orgasmo y había oído hablar a sus amigas que con sus maridos conseguían a veces dos y tres, por lo que había decidido probar con otro hombre para ver si era verdad.
Desde ese día hemos repetido cuando tenemos ocasión y aunque a veces yo solo consigo un orgasmo, ella no tiene menos de dos o tres y disfruta muchísimo. Yo desde ese día veo a las mujeres maduras de otra forma y me fijo más en ellas pues se disfruta tanto o más que con las jóvenes, aunque yo también soy maduro ya, pero me refiero a mujeres mayores que yo.
Ahora me fijo mucho en ellas y no me importaría tener relaciones con mujeres de mi edad o más mayor que yo.
Autor: Antonio
buena historia. ciuenta algun encuentro mas
Muy bueno antonio, no hay nada mejor como una mujer madura que tenga ganas de follar y sin ningun prejuicio, si algun dia decide hacer un trio con mas de un tio, avisame porque estaré encantado de participar con vosotros dos, saludos desde dos hermanas.
P.D. [correos NO permitidos en comentarios – eliminado por la administración R.M.] es mi msn por si te apetece que charlemos de alguna batallita con madura