Lo que voy a contar son cosas reales que han pasado muy recientemente, trata de cómo poco a poco fui emputeciendo a mi mujer, en realidad solo darle un empujoncito porque solita bien que le ha gustado.
Comenzaré con decir que siempre fui algo celoso, Hace 5 años supimos en la familia que uno de mis hermanos no era mi padre sino de un entonces empleado cuando vivíamos en cierto municipio de San Luis Potosí, México. Mi papá murió y nunca supo nada. Todo eso es un tema escabroso para mi y algo hiriente, pero a la vez imaginaba que habría orillado a mi madre, una mujer respetable y aparentemente incapaz, a darle las nalgas a ese tipo. Acaso mi padre no la satisfacía y gozaba más con su amigo y que tantas cosas habrían hecho?, es algo que me preguntaba morbosamente que a veces me llenaba de excitación, la imagen de mi santa madre empinada o abierta con sus piernas al hombre y el otro cabrón clavándole la verga, o si le mamaba la verga. Hice memoria de cuando era niño y luego caí en cuenta de varias cosas, por ejemplo que mi mamá se llegaba a desaparecer por largos ratos cuando mi papá salía a Querétaro por algunos días, de cómo la vi una vez llegando con este tipo en su camioneta despeinada algo rearo en ella y bajándose rápidamente para que no la mirasen, o de sonidos en la cama durante el día que en ese entonces no entendía.
Aquí empiezo, somos por anonimato digamos Claudia y Carlos, ella de 36 y yo de 32 de San Luis Potosí capital. Ella es muy alivianada, con buen carácter, atractiva, muy vanidosa, buen cuerpo, nalgona y un poco bajita, pechos pequeños pero bien formados. No es modelo ni nada del otro mundo pero tiene un algo que atrae, siempre ha sido pretendida por amigos y compañeros de trabajo sin importar que sea casada y no faltan seguido los piropos y quien le haga la lucha para ligársela. Tampoco faltan los comentarios muy directos y subidos de tono que le mandan por teléfono o Facebook, algunos comentarios a vista de todos. Tanto así que mis familiares, muy tradicionales me cuestionan cómo permito eso. No pasan de ser comentarios simples que a ella le gusta como toda mujer vanidosa, y no tenía razones para tener celos puesto que siempre me mostraba lo que le decían y yo encantado de ser envidiado por una mujer así.
Levamos 4 años de casados y desde novios vestía muy simple y recatada con ropa holgada y me agradaba que así fuera por los celos que sentía. Nos casamos y fuera de eso normal como toda pareja tradicional. Al inicio era muy recatada como toda su familia en cuanto a su vestimenta y actitud, una de sus hermanas incluso es monja.
Gradualmente la fui convenciendo para que se fuera animando a hacer cosas simple como una pareja común, ver películas porno, tomarle fotos sexy, ponerse lencería sexy etc. Me costaba trabajo la primera vez pero después de probar le gustaba repetir.
Era de las de usar calzón mata pasiones, ropa muy holgada, como en casa la habían acostumbrado. Yo quería que vistiera un poco más sexy y se negaba, más que nada por que qué dirán nuestros conocidos. Así se ofreció un día en que por el trabajo tenía que salir del país por 3 días y aproveché para chantajearla para llevarla conmigo. Le sugerí llevarla con la condición de que allí usara ropa muy sexy al fin que no la conocerían y no había pretexto. Terminó en una discusión en la que le reclamé lo mona que vestía y estuvo muy enojada por un par de días, ya luego me dijo que lo haría pero que ella sabría que se iba a poner y que me iba a arrepentir. Yo lo tomé a broma, incluso sabía que a la mera hora se iba a echar para atrás como tantas veces por lo penosa.
Se llegó el día y todavía estaba visiblemente enojada conmigo, me quedé a beber algo en el aeropuerto mientras ella salió con su maleta al baño a cambiarse desde ahí, no se iba a esperar a llegar. Yo me daba por bien servido si se llegaba a poner una minifaldita como siempre quise.
Cuando la vi llegar me quedé impactado y me dije a mi mismo “Ándele cabrón por andar de hocicón, a ver si es cierto que aguantas” no podía creer lo putísima que se miraba. Solo llegó para decirme préstame tu navaja para cortarle la etiqueta a la tanga y la vi de espaldas regresar al baño juro que era un putivestidito blanco transparentoso al ras de las nalgas, con tanga visiblemente negra a través del vestido, zapatillas doradas tacón de aguja, escotazo, maquillada, vil puta de verdad. Una cosa era haber deseado algo sexy y otra fue aguantar cómo la miraban. Increíble que ella fuera mi mujer. En ese momento juro que me arrepentí, sentí muchas ganas de taparla, de decirle que diablos te pasa, regrésate a cambiarte esto es bastante.
Cuando regresó tomó unas copas, me dijo “esto es para que se te quite cabrón, a ver si como roncas duermes” y acabando estuvimos por ahí caminando, volteaban a verla bien morbosamente y por primera vez sentí algo muy raro. Sentía bastantes celos y coraje con ella por andar así, a la vez quedé muy excitado con la verga bien parada, más que nada porque a ella le encantó y lo gozaba en vez de darle pena como pensé que pasaría. Disimuladamente vi cómo varios nos llegaron a seguir celular en mano para tomarle foto pues la tanga se le veía a simple vista y no costaba trabajo ver como se asomaban por abajo las nalgas. Pude ver cómo se llenó su mirada de una picardía que nunca le conocí, supe que le había encantado ser observada así y hasta con gusto meneaba el culo la muy puta. Duré días excitado recordando todo y durante todo el viaje de verdad parecía que había tomado una bella putita de paseo. De hecho en el hotel donde nos quedamos pensaron que a eso se dedicaba y que subía a mi cuarto a hacer un servicio. Nos dimos cuenta que nos había encantado.
Por un año, cada que salíamos de la ciudad repetía su papel de puta, al cabo que no nos conocían. Para esto lo planeábamos, yo mismo la acompañaba a comprar estas cosas y me excitaba escoger lo usaría, y sacarla a pasear así. Me encantaba irnos a tomar algo algún bar, ella dejando ver de todo, mostrando sus piernas con medias de liguero, provocar. Yo sabía que estaba sacando la puta reprimida que tenía oculta, y era un juego solo entre nosotros, ella decía no tener deseos con nadie solo por excitarme.
A partir de ahí, cambió mucho, se volvió mucho más cachonda y comenzó a vestir a diario por voluntad mucho más provocativa. Seguido comparte fotos más sexys entre algunos amigos por Facebook y le gustan los comentarios que amigos cercanos le hacen.
Le gustó mucho andar enseñando el hilito de las tangas como que sin querer, y particularmente me encantaba que mis amigos la miraran morbosamente. Todos ellos se percataron del cambio, pues muy seguido nos juntábamos a beber algo, en casa de algún amigo o en algún bar y constantemente la llevaba desde que nos conocimos. No siempre pero la mayoría de las veces éramos solo hombres y por la confianza con ellos vestía cada vez más sexy y le gustaba ser la atracción de las miradas morbosas y centro de comentarios candentes en doble sentido y directos. Conmigo siempre fue todo tranquilo y con respeto por la amistad de toda la vida. Nunca se pasaban de más, pero era muy evidente cómo se la tragaban siempre con la vista y cómo le daban sus arrimones y una agarradita arribita de las nalgas al saludarla de abrazo, o tocaditas de piernas mientras tomábamos así como amistosamente.
Un amigo me comentó en secreto, con pena pensando que me enojaría, de lo que se decía de ella, que estaba muy sueltita y de seguro soy un pinche cornudo y de cómo entre tragos se comentaban que cómo quisieran “darle unas buenas vergueadas a la cabrona”.
Yo le comenté esto a Claudia al hacerlo una noche, nos calentábamos de saber que le traían ganas y qué querían, era una idea que seguido recordábamos y nos provocaba excitación. Comenzamos a reunirnos principalmente ya en nuestra casa, pues no tenemos hijos , siempre había pretexto, un partido de futbol, una carne asada, o solo conversar bebiendo.
Con las cervezas siempre los ánimos se caldean y a Claudia se le sube fácilmente y se desinhibe. Yo simulo que no me doy cuenta de nada y ella los provoca sutilmente. A veces andaba en shorcito cacheteros de licra o minifalditas cortísimas y a propósito recogía algo para levantarles el culo o no cruzaba las piernas y las abría como sin querer, a veces no llevaba sostén y se le marcaban los pezones en la blusa, cosas así de juego soft. Acostados ya, me contaba situaciones que me perdía cuando los dejaba solos. Era un juego de placer entre pareja nada más, ella decía que no quería ni se animaría nunca a estar con otro que no fuera yo. Con el cambio que había visto en ella y con lo de mi madre, no me queda más que pensar de que todas en el fondo tienen una gran puta dentro, sólo que por circunstancias de la vida, por celos del marido, la educación etc. no tienen la oportunidad. Me di cuenta de que la mía siempre necesitaba su empujoncito para hacer algo y solita agarraba vuelo.
Todo cambió hace medio año. Descubrí mensajes de Claudia con Moy, uno de los amigos. Le pedía disculpas por lo pasado, al parecer una de las veces en que bebimos en nuestra casa y quedaban 2 de mis amigos, yo salí a comprar cerveza y fui a dejar a uno de ellos que vive cerca y se quedó Moy con Claudia. No tardé más de 15 minutos. Cuando volví los vi sentados conversando, supuse que le había estado agarrando la piernita pues se acomodaron y simularon, como ya era costumbre. De esa vez al acostarnos sólo me contó que le había estado agarrando la pierna y un toquecito suave en los pezones, algo sorprendente que se animara porque siempre ha sido muy tímido. Nunca me contó que ella le estuvo sobando la verga por encimita del pantalón justo antes de llegar. Leí que le había encantado por lo bien que se le sentía y no faltaba la comparación que hacía con la mía mucho más pequeña. El se disculpaba porque sentía que hacía mal por mi amistad y que no le quedó mas remedio que hacérselo a su mujer e imaginarse que se lo hacía a Claudia. Intercambiaron algunas fotos y el le mandó fotos de su verga, no la tenía muy larga pero si muy gruesa. Leí todo lo que se dijeron, que de haber podido ese día le hubiera gustado darle una tremenda mamada. Yo no podía creerlo, duré una semana con la excitación a flor de piel imaginando. Supongo que Claudia nunca me lo comentó por miedo a que me doliera la comparación con mi amigo y a que le comentaba que mi verga no le era suficiente. Si admito que la tengo algo pequeña y ella siempre evadía la pregunta de cómo calzaban sus novios anteriores, de si la llenaban más. Solo me decía que lo importante era que nos queríamos, pero nunca se a sinceró en ese sentido.
Quería decirle a mi esposa lo que había leído y mejor decidí ponérsela a modo para que se la cogiera y sentir mis primero cuernotes. Esa idea me hervía la sangre.
Me acordé de mis padres y pensaba, total tanto cabrón cornudo que ni cuenta se da y de nada le sirvió a mi papá ser bien celoso y andar cuidando a mi madre. Por ahí se la llevan y la entregan bien cogida, llena de leche y embarazada y uno ni en cuenta. A lo mejor lo de mi padre fue también por tener el pito chico y mi madre tendría necesidad de una buena verga, el tamaño es hereditario. Total si de todos modos te hacen cornudo cuando quieren, al menos yo al menos quiero disfrutar viendo cómo goza la mía.
Planeé beber en casa solo nosotros 3, y luego dejarla con él y espiarlos o de perdido escucharlos. Pero dejé de verlo por casi un mes, cuando por fin lo encontré lo notaba muy penoso, le dije que lo esperaba el viernes en casa y buscaba pretextos pero al final se decidió y llegó. Se saludaron de beso y desde el inicio supuse que le había agarrado de más una nalga en el abrazo. Estuvimos bebiendo como siempre, aprovechaba cada oportunidad que sentía que miraba a otro lado para mirarla o poder tocarla discretamente yo los miraba por un vidrio que alcanzaba a reflejar. Salía y adrede me tardaba en el baño o los dejaba en la sala mientras duraba en la cocina haciendo unas micheladas. Varias veces vi los manoseos entre ambos siempre bien disimulados, solo que yo entraba en silencio para ver en que podía sorprender. Yo fingía no saber nada. Duramos mucho rato así, ya se nos habían subido las copas y los comentarios se encendieron. Ellos estaba sentados juntos en el sofá y yo en un sillón enfrente. Yo le dije,
-que piensas de mi mujer Moy?
Se puso rojo pensando que le iba a reclamar algo, la paré y la besé abrazándola mientras le levantaba la falda. Le dije.
-Apoco no está como para partírsela a vergazos?
Dijo que si bien nervioso mientras le miraba todo. Le dije
-ya Güey toda la tarde nomás te la has pasado tocándole las piernas y los senos a mi esposa y tragándotela con los ojos. Aquí en mi casa se hacen las cosas como se deben cabrón si se las vas a agarrar que sea como se debe y me vas a hacer cornudo como dios manda.
Claudia, ve y ponte el liguerito que compraste el otro día y que te diga Moy si te queda bien. Mientras subió le dije
-Te la quieres coger verdad? Te voy a dar chance pero quiero que me la dejes bien cogida, una buena culeada y bien llena de leche.
Lo notaba penoso y nervioso, pero a la vez muy emocionado. Quedamos como camaradas que todo estaba bien.
Al bajar Claudia ya lo traía, con unas medias con una faldita tipo colegiala y otras zapatillas, le dije trae las tiritas sin poner todavía.
Le dije aquí que te las ponga Moy, ándale, y bien obediente va y le pone una pierna para que se las ajuste, y luego la otra, se dio vuelta y se inclinó para que le ajustara las tiras traseras. Acabando ella se sentó en sus piernas. Uffff!!! que espectáculo ver vestida bien puta y vulgar a tu esposa en las piernas de tu amigo y el acariciándola.
Le dije
-Apoco no está más chingón agarrárselas así que a escondidas?
Así estuvimos de puro cachondeo, mi plan de dejarlos no me salió, al ver cómo se manoseaban no pude aguantar comencé a masturbarme viendo cómo otro cabrón agarra a mi esposa.
Las cosas se me salieron de control, la idea original que era simular dejarlos solos con el pretexto de irme a dormir, no se pudo, comencé a masturbarme al ver tan rico espectáculo.
Ella dijo
-Mira que pinche verguita, tu crees que esa chingadera me llena? Yo necesito algo mejor. Moy la tiene bien rica.
Le dije, y como sabes?
-Se la sentí
Le dije,
-si ya sé que las has tocado por encimita y que se la has visto en foto, ándale cómetela yo se que es lo que quieres.
Nunca olvidaré esa mirada llena de lascivia de mi mujercita, se bajó, se inclinó y se la sacó. Se la acariciaba y decía mira que rica está esta. Luego se la metió a la boca y se la comenzó a mamar como desesperada, apenas si le cabía pero se la metía hasta donde le alcanzara. Me vine de inmediato y le seguía mientras contemplaba tal espectáculo.
Se miraba tan rico que daba gusto, no sabía si era ella la que mas disfrutaba mamándosela. Luego se le montó, no quiso que se la mamara a ella, dijo prefiero la verga ya como desesperada. Se quitó la tanga toda chorreada y pude ver lo que tanto había soñado, mi esposa ensartada por una verga de a de veras y ella gozándolo como se debe. Desde que se metió la puntita ya la disfrutaba y a la primera que tocó fondo gritó súper rico quizás en exceso para que viera el gusto que le daba sentirla, comenzó a subir y abajar como loca moviendo la cadera a un rito sensacional, meneando la cola como para mostrarme cómo era posible hacerlo sin que se saliera la verga en esa postura como conmigo. Después de un rato se la pone de patitas al hombro y ella gritaba de placer y me con la mirada me parecía decir cómo lo disfrutaba y me decía
-pinche cornudo pitochico, para que veas lo que es un hombre de verdad, el sí me sabe coger, para qué chingados querías una puta en casa si ni sabes complacerla ahora soy la puta para machos de verdad como Moy y el que yo quiera.
La volteó y se la metió de perrito. Se la estuvo cogiendo por rato y ella gozando de verdad, gimiendo cada que los huevotes de Moy rebotaban en sus nalgas.
Me encaba que se escuchara, que los vecinos se dieran cuenta de lo cornudo que soy y de cómo en ese momento mi putísima esposita gozaba con su macho.
Él le decía
-Así te quería coger desde que te conocí y me masturbaba pensando en ti, y más ya cuando empezaste a ponerte esas pinches licritas que tan sabrosas te quedan. Tremenda piruja tienes de esposa cabrón cornudo. Ahí está por dejar que ande exhibiendo las nalgas. Ella con hambre de macho pidiendo a gritos una buena verga en el culo.
Yo me masturbaba y no cabía en placer escuchando y viendo tal espectáculo. Le dije
-Ah que cabrón, de las cosas que se viene uno enterando hasta que esto pasa jajaja.
Terminó echándole todo el semen en las nalgas y se lo dejó todo embarrado. Me dijo mi amigo, ahí tu puta bien cogida la perra.
Y yo la comencé a besar mientras todavía jadeaba y me decía cómo lo había disfrutado.
Esa noche le seguimos, nos la cogimos entre los dos pero por mas que quería el era el que la satisfacía. Cuando se fue me dijo, así quiero que me tengas siempre a mi puta pinche cornudo.
A partir de ahí Moy ha venido los viernes a cogérsela, aparte, ya dos veces por común acuerdo, se la ha llevado y la he ido a recoger a un motel de paso después del trabajo. Y en voz alta he dicho
-Como te fue mi vida. Te gustó cómo te cogió tu macho verdad? te veo feliz.
Y Ayer justo le dije en un Sears, mira cómprate esta tanguita, ya sabes cómo a Moy le encanta que uses de estas y hacértela a un ladito para metértela. A ella todavía le da pena y se puso roja por los que alcanzaron a oír pero solo respondió con un como gemidito bien cachondo recordando cómo la sentía cuando se la clavaba. Como nos reímos luego recordando la expresión de una señora.
Me animé a escribir esto porque sigo con la excitación de todo esto, y porque recién nos enteramos de que mi esposa está embarazada. Aunque no tengo la certeza me siento un orgulloso cornudo con un futuro hijo de mi esposa con mi amigo. Sólo a él de mis corneadores piensa dejarlo coger sin condón. Moy se ha guardado el secreto con el resto de amigos, no le conviene tampoco por que se entera su mujer, sin embargo pero ya otros amigos están apuntándose con mi puta y piensa tirárselos.
El tiempo dirá como me van saliendo más cuernotes porque a mi esposa se le ha desatado el hambre de macho y quiere más.
Muy bueno!…..para quienes hemos vivido está experiencia saber que otros han sentido lo mismo es gratificante. Es una experiencia increíble que fortalece la relación a un nivel inimaginable, tu pareja pasa a ser tu cómplice y la cama se vuelve una hoguera. Pero hay que tener cuidado de hacerlo de común acuerdo y jamás imponer nada al otro.
Que Rico relato
Quisiera compartir a mi esposa pero no logro conbenserla
Eso me ha sucedido y es exitante, escríbeme para compartir experiencias
Escribwmw amigo,ando en las mismas
Manda un correo h te sugiero como hacerlo…. Saludos
Muy bien amigo, es rico ver como se cojen a la esposa de uno.
Hola me gustaría saber si sigues compartiendo a tu esposa soy de san luis potosi ojala y me contestes saludos
Muchas fantasías, pero nada real.