Parejas liberales, Trío, Infidelidad consentida. Otra aventura a consecuencia de una rotura en casa, ademas últimamente quería darle un descanso a mi coño, porque de tantas pollas que me meto no lo dejaba descansar, pero no se si es normal que veo un macho que me gusta y empieza a humedecerse y pedirme polla, me entra unas calenturas insoportable.
Recuerdo que era un miércoles y mi marido estaba de viaje. Ya es tradición en mi casa que siempre que él no esta surge algún problema doméstico. Efectivamente, cuando fui a limpiar un trasto de cocina que había ensuciado me encontré con un monumental atasco en el fregadero. Después de maldecir todo lo maldecible, llamé a un teléfono de reparaciones urgentes. Una señorita muy amable me dijo que me mandarían un fontanero lo antes posible, por lo que yo me despreocupe del tema pensando aún podía tardar bastante.
Me cogieron literalmente en bragas aunque no llevaba jaja. Estaba tranquilamente ordenando unos cajones solo con una camiseta y sin bragas como ya he dicho ni sujetador,pero me quite la camiseta y me puse solo una bata encima cuando llamaron al interfono. Como tampoco tenía tiempo de arreglarme un poco, decidí abrir la puerta. Total los haré pasar a la cocina y los dejaré trabajar tranquilos, pensé.
Abrí la puerta y se me presentaron un operario de unos cuarenta años, muy correcto en sus formas, de físico normal y un chaval de unos veinte años que debía ser su ayudante. Mientras les explicaba mi problema, ya me di cuenta que se les iba la mirada hacia mis tetas. Con las prisas no me había abrochado los botones de arriba de mi bata, y entre esto y que era bastante ancha los tíos iban locos. Yo misma me sorprendí de mi forma de actuar, tenía que haberme cabreado y abrochado los botones rápidamente. Sin embargo no hice nada de esto, interiormente me sentí halagada, mis tetas aún llamaban la atención de los tíos,por lo menos eso me dicen todos mis machos folladores, mientras pensaba lo que era correcto, hacía todo lo contrario. Movía lo brazos para que las arrugas en mi bata les permitieran ver algo más y empecé a sentir unas cosquillas en el coño ya me estaba pasando lo de siempre . Joder, pensé divertida,ya esta pidiendo mi coño polla,pero los dejé en la cocina y me fui al cuarto de costura desde allí oía sus risas, debían estar hablando de mis tetas. Sin quererlo, me estaba excitando pensando en aquellos tíos que tenía en la cocina hablando de mis tetas y de mi culo.
El ayudante tuvo que marcharse a buscar una pieza, por lo que el operario quedó sólo en la cocina. Al rato me llamó y cuando entré me lo encontré tirado boca arriba con medio cuerpo bajo el fregadero manipulando los desagües. Señora, me dijo, puede abrir el grifo, por favor. Aún no se por que, para abrir el grifo puse una pierna a cada lado del fontanero, por lo que al quedar abierta de aquella forma le di una ocasión para verme todos los pelos de mi coño que ya estaba soltando flujos yo le dije ¿ Así está bien? le pregunté, y al mirar hacia bajo vi que efectivamente estaba contemplando a placer lo pelos de mi coño mojados .Hizo ademán de levantarse, y para ello se cogió a mis piernas, entre el tobillo y la rodilla, al quedarse sentado fue subiendo por los muslos con otras intenciones diferentes al ejercicio de levantarse del fregadero. Aquel era el momento de frenarlo y terminar con aquella situación.pero mi calentura podía más al limité a dejar hacer. El hombre sentado debajo de mis piernas iba subiendo sus manos gruesas por mis muslos, cuando llegó al culo y acercó su cara a mi coño. Tuve que apoyarme en el fregadero, me temblaban las piernas de la pura excitación mientras notaba aquellas manos acariciándolo Se puso de rodillas y empezó a lamer suavemente el interior de muslo con la nariz pegada a mi coño. Que bien lo hacía el cabrón. Me aparto los pelo del chocho y empezó a lamer todos los pliegues de una forma muy suave pero con cierto ritmo. Era demasiado, me veía apoyada en el fregadero con un tío arrodillado entre mis piernas que me tenia cogido el culo con todas sus fuerzas y me lamía y chupaba el coñito delicadamente, me sentí que ardia todo mi cuerpo ,lo aparté y el tío se levantó casi sin sacarme las manos del culo me metió la lengua, pringada aún de mis propios jugos, en la boca, yo lo cogí del pescuezo con todas mis fuerzas y no té por primera vez su paquete contra mis bajos. Ahora se iba a enterar el mamón, empecé a bajar hasta quedar de rodillas delante de su polla, le desabroché el cinturón le bajé lentamente la cremallera de la bragueta, aparté los calzoncillos y cogí su polla, la recuerdo muy dura, con la piel suave y un inmenso capullo rojo, toda moviéndose acompasadamente ante mi boca. Sin pensarlo más, me la puse en la boca. Tan gorda estaba que trabajo me costaba mover la lengua, se la pasaba por todo el capullo, por el pliegue de donde termina y a la vez chupaba. Ahora era él el que estaba de espaldas a los fogones, mirando al techo y retorciéndose. Me notaba caliente y mojada, necesitaba que me metiera aquella polla por el coño pero no podía soltarla.
En estas estaba cuando pude oír un ruido en la puerta de la cocina, miré de reojo y vi apoyado en la pared contraria al ayudante, que al parecer había vuelto, y al ver el espectáculo se había medio bajado los pantalones y se la estaba meneando. Cuando vio que lo había visto primero hizo un amago de irse, pero después, se ve que se lo pensó y se acercó con la polla en la mano hasta ponerse al lado de su jefe. Que cabrón, pensé, me debe tomar por una puta. Era un chaval joven alto y tenía también una buena herramienta entre sus manos, solté por primera vez la del fontanero y cogí por los huevos al ayudante empezando a lamer su polla desde la base hasta la punta, la tenia larga y caliente, él no paraba de meneársela y aún me podía llenar toda la boca. Ahora estábamos en la mesa de la cocina el chico sentado y yo cogida en el borde chupándole su polla y ofreciendo mi culo al oficial fontanero, que al verme así me la clavó con todas sus fuerzas.
Tal fue la envestida que casi tumbo al ayudante de un cabezazo. Ya había tenido dos pollas a la vez a mi disposición en muchas ocasiones que por cierto es una situación que toda mujer debería experimentar algún día en su vida. Tenía delante un cuerpo joven con la polla tiesa y durísima que me metía y sacaba de la boca, la lamía chupaba y besaba y por detrás una polla gorda y veterana entrando y saliendo con maestría de mi coñito. No quería que aquello se acabara nunca, pero me estaba corriendo, estaba fuera de sí, me sentía como una verdadera puta. Cuando empece a gritar de placer el ayudante se corrió en mi cara, yo también me corrí,era como corriente eléctrica, pero de placer, de gusto,le estaba limpiando la polla y bebiendo toda aquella leche joven. Una polla joven es magnifica y gustosa, pero ahora aparecía ya flácida y morcillona ante mí, mientras que la veterana es como un coche diesel, estaba brillante por mis jugos, pero aún tiesa . Los tres nos reímos. Habría que hacer algo con el pobre fontanero.
Nos fuimos los tres a la habitación. A mi me dio por reír, como me podía haber vuelto tan puta ?, por que lo bueno es que no quería terminarlo aquí, yo quería continuar. Nos tumbamos en la cama, yo en el medio, con una polla en cada mano, una gorda y dura, otra morcillona, pero es asombroso como se recupera la polla de un veinteañero. Podía notar como me crecía en la mano y esto me excitaba, cuando note que volvía a estar brillante y dura me puse encima del chaval para follarmelo, así de claro. Sólo quería follar y follar, me había vuelto como loca. Mientras le cabalgaba con todas mis fuerzas, tocándome con una mano el clítoris, el fontanero se puso detrás mío, se la embadurnó con un bote de crema que encontró en la mesilla y me la endiñó por el culo sin ninguna contemplación. Di un grito de dolor, me hacía daño, mucho daño, pero a la vez me gustaba. Era una polla gordísima,aunque mi culo ya sabéis que ha recibido de todos los tamaños pero lo cierto es que mientras yo me cepillaba al ayudante, el fontanero me cabalgaba a mí con todas sus fuerzas. Ya no sentía ningún dolor daros cuenta que llevaba un poco de tiempo que solo las recibía en mi chocho, me estaban dando un gusto indescriptible, sólo pensaba en hacer correrse a los dos machos que tenía dentro y me corrí de nuevo y ellos también, me salía la leche de todos los agujeros.
Se ducharon, me arreglaron el fregadero y se fueron sin querer cobrar su trabajo. Yo me quede sola de nuevo, me dormí y al despertar no estaba segura de que fuera un sueño. Ya más despierta pude comprobar las manchas en la cama y los restos de la reparación de fontanería en la cocina, pienso repetirlo cuando se lo conté a Juan mi marido, solo dijo, que era una excusa muy tonta para decirme que lo que quería yo era follar, que porque no había quedado con Pablo o alguno de los que había ya follado de los amigos. Yo le contesté » Cariño el secreto esta en cambiar de polla jaja».