Metí mi pene en su vagina, la contracción de sus músculos me hacía ver que era virgen, ella me lo dijo teniendo ya casi medio trozo metido, finalmente logré meterlo todo, ella me dijo que ya no le dolía, seguimos ella subiendo y bajando mientras le besaba los senos, no pude más, y descargué mi semen dentro de su vagina, ella tuvo su orgasmo, terminando abrazados y totalmente desnudos.
Mi nombre es Carlos, tengo 21 años y quiero compartir con ustedes una experiencia totalmente extenuante…
Hace 3 años después de terminar la educación preparatoria, me cambié de ciudad para buscar nuevos aires, al entrar a la universidad conocí a una chica muy linda, pero muy tímida, a decir verdad, no hablaba casi con nadie, era como si no tuviera vida social, aunque detrás de esas blusas largas y anticuadas, se asomaban un par de tetas duras y exquisitas.
Una mañana bastante lluviosa la entrada era muy temprano, sin embargo gracias a la cantidad de agua que caía al llegar a la escuela me dijeron que las clases se habían suspendidos por estar la escuela inundada, me acerqué a la puerta de la escuela cuando la vi, con la blusa totalmente empapada y pegada a su cuerpo, que dejaba ver su esbelta y escondida cintura, sus senos erectos y antojables, una falda corta y pegada a las piernas por efecto del agua, que se conjugaba para ver un cuerpo maravilloso que jamás nos había dejado conocer gracias a su ropa holgada.
Me apresuré a decirle que mejor se regresara que ya no había nadie en el salón. Después de un rato decidimos salir de la escuela, y nos dirigimos al lugar donde tomaríamos el transporte colectivo, lamentablemente tengo que cruzar la ciudad para irme a mi casa, lo que me daba una flojera tremenda. Fue ahí cuando me propuso que fuéramos a casa de una amiga suya que nos invitaría a desayunar, como no tenía nada que hacer y es muy temprano para ir a mi casa, acepté la oferta…
Llegamos a un edificio lleno de cuartos estudiantiles, más parecía un motel que otra cosa, nos dirigimos a una habitación en la que nos recibió una chica gorda y fea que estuvo platicando con nosotros por espacio de 10 minutos, luego argumentó tener clase y salió de la habitación, después de un rato de molestarla por el desayuno accedió a prepararlo, pero antes debía cambiarse de ropa, así lo hizo y se puso una falda más larga que la anterior y una blusa muy pequeña que no dejaba nada a la imaginación.
Después de un rato de ver la TV, empezamos a forcejear por el control remoto haciendo el contacto y el manoseo mucho más frecuente, cosa que se volvió cada vez más erótico, hasta que terminamos besándonos en un sillón, la tomé por las piernas y la bajé al suelo, sus besos eran cada vez más intensos, succionando mi lengua con su boca y bajando por mi cuello cosa que me excitó mucho…
Logré tomarla de las piernas y acariciar su trasero por debajo de su falda sin que me lo impidiera, dejé que bajara por mi pecho hasta arrancarme la camisa prácticamente empapada de sudor, mientras arrancaba su diminuta blusa para dejar casi al descubierto su par de tetas erectas que comencé a besar con muchas ganas mientras poco a poco deslizaba mi mano hasta su vagina mojada, rodeada de pelos casi empapados formando un espectáculo de humedad totalmente antojable.
Intenté bajar a su pubis con la lengua, pero ella bloqueó mi primer intento por lo que regresé a sus senos, después de un rato de besar su abdomen y tocar con mi dedo en su erecto clítoris, bajé poco a poco su pequeña tanga, comencé a besar su rajadita, mientras ella se retorcía del placer, desabroché su falda y ella comenzó a quitarme el pantalón para quedar los dos semidesnudos, de repente me dijo al oído ¡aquí no!
Nos dirigimos a una pequeña cama individual al final de la habitación y con la trusa en mis rodillas me subí sobre ella para seguirla besando, ella bajó por mi pecho para tocar mi erecto pene que estaba totalmente duro, comenzó a besarlo dejándome una sensación de cosquilleo que me subió la temperatura hasta que no pude más y dejé salir mi torrente de semen en su cara, no quiso beberlo, solamente lo limpió, y comenzó a besarme el cuello, se subió sobre mí y comenzamos poco a poco a excitarnos otra vez.
Seguí sobre su clítoris con mi lengua una y otra vez hasta que pegó un grito mientras al mismo tiempo yo introducía mis dedos en su húmeda vagina hasta que me dijo:
– Ya ¡métemela!
Yo obedecí totalmente excitado y dejé entrar mi pene en su vagina, poco a poco, con un movimiento lento, mientras la contracción de sus músculos me hacía ver que contrario a lo que yo pensaba hasta ese momento era virgen, cosa que yo desconocía, totalmente, hasta que ella me lo dijo teniendo ya casi medio trozo metido, así que lo deslicé cada vez más despacio, con el dolor de ella a tope hasta que finalmente logré meterlo todo, pegando ella un grito muy cachondo.
Ella me pedía que lo hiciera despacio, por que le dolía mientras se aferraba a mi espalda con sus uñas casi rasgándome la piel, cosa que no me importaba, tampoco que no tenía protección, me valía en ese momento todo, comencé a meter y sacar mientras ella me apretaba y pedía que la besara, así entrando y saliendo ella me exclamó que ya no le dolía, por lo que empecé a incrementar la velocidad cada vez más fuerte, cada vez con más facilidad el recorrido de mi pene hacia dentro de ella dejándonos un placer extenso en cada uno de nuestros movimientos.
Continuamos sentados, ella subiendo y bajando por mi cuerpo, mientras le besaba los senos una y otra vez, después de un rato no pude más, seguí, el cosquilleo cada vez más fuerte y finalmente descargué todo mi semen dentro de su vagina, poco después ella también tuvo su orgasmo, casi al par del mío, terminando abrazados sobre la cama exhaustos y totalmente desnudos…
Estuvimos platicando un rato hasta que ella se levantó para servir dos vasos de agua, su figura era sensacional, totalmente desnuda, apenas podía creer que era virgen si parecía con toda la experiencia del mundo a la hora de hacer el amor, continuamos teniendo relaciones casi cada semana durante los tres primeros semestres de la carrera, hasta que ella por cuestiones de familia tuvo que dejar la universidad…
Jamás volví a verla hasta ahora solo me comunico con ella vía Internet, casi con todo el país de por medio pues ella está viviendo en la frontera de México y Estados Unidos… espero trasladarme hacia allá cerca de ella, pero ya casado será más difícil…
Autor: Carlos