Al llegar al telo, en la zona de Castelar, nos surgió un imprevisto. Además de que había varias parejitas esperando por un turno, no querían dejarnos ingresar a los tres juntos.
La única solución que nos dieron fue la de que alquiláramos dos habitaciones y que después cada cual fuera al cuarto que más quisiera. Al final, luego de esperar mas de una hora (que vergüenza me dio que nos miraran como unas fiesteras, aunque debo reconocer que eso mismo también me calentó) nos dieron dos habitaciones de $45, las cuales tuvimos que pagar antes de ingresar. Eso me dio un poco de bronca, pero en definitiva estaba dispuesta a pagar lo que fuera con tal de hacer lo que habíamos ido a hacer.
Subimos por las escaleras a la habitación que supuestamente era para Maria y Nazareno. Ingresamos y me puso muy contenta ver que contaba con jacuzzi, tele de pantalla grande y un montón de detalles que podían hacer la noche muy, muyyyyyyy larga y sobre todo, placentera.
Pedimos champagne (ya se venia la tercera botella de la noche a esa altura) y nos pusimos a beber. Recién a la media hora de haber entrado Nazareno nos pidió que comenzáramos a dar el espectáculo. Teníamos el turno hasta las dos de la tarde del día siguiente. Y eran recién las 12 y monedas.
Nos sentamos en la cama (grande vale decir) y nos descalzamos. El nos aseguro que teníamos unos pies hermosos (de hecho mi novio siempre me lo decía) y nos pidió que de una vez comenzáramos. La verdad es que por el efecto del alcohol no tuve ningún problema en comenzar a besarme con Maria. Nos besamos un largo rato hasta que Nazareno nos reclamó que nos comenzáramos a desnudar. Cada cosa que hacíamos se daba mas que nada porque Nazareno nos mandaba a hacerlas. Estábamos tan calientes… Yo no podía parar de besarla, me parece tan hermosa Maria… Me cautivaba su boca, su cuello y sus orejas. Le besaba el cuello, la mordisqueaba y ella hacia lo mismo conmigo. Hacia mucho frío afuera, pero en la habitación la calefacción estaba a full. Teníamos las mejillas re coloradas. De a poco nos fuimos desvistiendo. Ella me quitó todo. Lentamente, hasta que quede solo en corpiño y tanga (especialmente seleccionada por Eduardo).
Jamás las usaba, pero mi novio me lo exigió. Mientras tanto, Nazareno nos miraba sentado en un sillón. En ese momento solo la deseaba a ella, había perdido interés en el. De hecho, creí en la posibilidad de que finalmente no me acostara con el. Perdí todo el deseo por ese chico.
La desnude a ella. Me puso como loca ver que no llevaba corpiño, tenia unas tetas chiquititas pero muy sensuales. Se las quería morder. Ahhhhh, como había extrañado estar con una mujer. Y encima tenia toda para mi a una que se iniciaba en esto, y era hermosa. Su cola era redondita, durita y algo grandecita. Como que la tenia muy cuidada, cerca de deformarse ya que todo lo que comía se le iba a allí. Pero era una cola espectacular. Sus manos eran bien femeninas, con las unas largas y sin pintar. No como las mías que están todas comidas (no al extremo, pero poco femeninas). Sus piernas eran flacas y muy atractivas. Ideales para buenos vestidos. Ya casi desnudas nos volvimos a besar. Yo quede encima de ella y me dio mucha vergüenza saber que un hombre estaba allí a unos metros disfrutando de mi desnudez.
Poco a poco fui bajando con los besos. Saboree sus pechos, su abdomen y finalmente, al llegar mas abajo, le quite la bombachita que llevaba puesta. Me desespere por verle los genitales. Y se los vi disimulamente cuando ella me abrió sus piernas, esperando por mas besos. Tenia poco vello púbico, lo cual me enterneció.
Le bese los muslos y todo alrededor de la vagina. Cuando sentí el aroma que de allí venia no pude mas y le encaje un buen beso en esa zona, sin dirigirlo a un lugar en particular. Ella gimió. Nunca la había escuchado hacerlo. Y eso me calentó aun mas de lo que estaba. A esa altura ya me había olvidado del muchacho que nos estaba observando.
De a poco fui besándolo todo lo que tenia en mi cara. Primero el clítoris, con la punta de la lengua. Cuando ya estaba suficientemente durito seguí con los labios y después
de abrirlos con mis dedos que estaban completamente aceitados con sus flujos, comencé a lamerle la vagina. El gustito…ahhhhhh. Riquísimo. Ella se arqueaba en la espalda del placer y cerraba los ojos, mientras con sus manos me acariciaba el pelo. Luego le introduje la lengua en su agujerito, la volví a lamer en todos los lugares y finalmente, se mando un orgasmo terrible. Sus gemidos eran violentos cuando ello sucedió. Sus jugos empaparon mis boca y mi cara.
Continué pese al orgasmo de ella, lo cual desemboco en uno nuevo que llego casi de inmediato. Subí y la volví a besar. Nos besamos un rato largo hasta que ella me pidió que me acostara. Lo hice y todo lo que había hecho yo lo hizo ella con mi vagina. Tuve uno de esos orgasmos espectaculares que aprendí a tener cuando mi novio me practicaba sexo oral. Después de eso pude ver que Nazareno se había abierto la bragueta y estaba masturbándose. Puesto que tengo muy mala vista no pude observar el tamaño de su miembro. Igualmente me enloquecí al verlo haciéndose eso.
Después de besarnos un rato mas en la boca el nos pidió que hiciéramos un 69. Accedimos de inmediato y nos besamos las vaginas como media hora mas en la que tuvimos muchos mas orgasmos. Ella me introducía los dedos en la vagina, lo cual me enloquecía porque me imaginaba que me penetraba. Yo estaba acostada con la cabeza en el borde de la cama, y veía a su novio al revés como se masturbaba, lo cual me enloquecía. Deseaba que viniera con nosotras, pero eso no sucedió en ese momento. Luego de un rato ella me acostó con la cabeza en la almohada y se me subió y comenzó a besar los pechos. Ambas teníamos los pezones endurecidos y bien paraditos. Entonces sucedió algo que me puso a mil, que me helo la sangre y me hizo sentir una gran dosis de adrenalina…
Esta historia continuara…
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