Nunca te metas con guardavidas

Soy un ladron. Me gusta apoderarme de lo que me gusta aun a costa de correr peligro, Si me gusta algo lo tomo y eso mas de una vez me ha traido innumerables complicaciones, pero ninguna como la que vivi en la playa este verano. Iba caminando por la arena mirando con atencion la ropa y cosas que la gente dejaba bajo las sombrillas para ir a disfrutar del mar. De repente vi un parador de guardavidas, ostentaba una gran sombrilla roja, debajo habia dos muchachos atentos a lo que ocurria en el mar y prestos a internarse en el ante cualquier emergencia. Uno de ellos, rubio y alto, con un short rojo, hablaba gesticulando por su celular. Hermoso celular. «Me gusta ese celular» pensé. El joven terminó de hablar, guardó su celular en una mochila negra que estaba sobre la arena, y junto con el otro, moreno y de baja estatura, caminaron hacia el mar para controlar el movimiento de los bañistas. Calculé la distancia a la mochila y de ahi hacia los médanos cubiertos de vegetacion. Era rápido para correr y eso hice, en una carrera sin igual, llegue al parador, tomé la mochila y me alejé hacia el interior de la selva. Oí un grito lejano y supe que me habian descubierto, con el corazon latiendo a mil, corri unos metros más, me agazapé tras unas matas sin hacer ruido. Oí que me estaban buscando, volvi a correr como nunca, a unos cien metros me detuve nuevamente, estaba en un pequeño claro en medio de la selva, me arrodillé y me dispuse a buscar el celular que me gustaba. Pero aparecieron los dos guardavidas sorprendiendome, el moreno y de baja estatura, me tomo por detras del cuello en una llave que me cortaba la respiracion. «¿Querias robar? ¿Te gusta robar?» me decia. El alto y rubio se agachó, tomo su mochila, y saco de ella un cortaplumas, que desplegó amenazandome. «¿Sabes lo que le hacemos a los ladrones? Los cortamos todo y aqui dentro se desangran porque nadie los encuentra». «Perdon», dije «se lo devuelvo». «No, asi es muy facil, queremos hacerte algo que te duela para que escarmientes» dijo el rubio. Rapidamente, guardó el arma en la mochila. Yo estaba arrodillado inmovilizado por detras. El rubio se bajo el short dejando a la vista un verga de 20 cms casi erecta. «Abri la boca» dijo. Me negué con la boca cerrada mientras rozaba con su pija mis labios. «Abri o te enterramos vivo en la arena». Por su forma de hablar supe que no bromeaban. Lentamente abri la boca, me meti la pija hasta la garganta. «Chupá» dijo. Con los ojos cerrados, comence a mamar esa verga, como habia visto alguna vez en los filmes porno. «Hmm que lindo, parece que sabes chupar» me dijo el rubio. Ahora la pija estaba totalmente dura y salia y entraba en mi boca. El moreno solto mi cuello, me dijo «ponte en cuatro patas», obedecí. Rapidamente bajo mi traje de baño y quede desnudo ante los dos. Miientras yo mamaba la verga del rubio, el moreno jugabacon mi ano metiendo dos dedos. Comencé a llorar, les dije que no me hicieran daño. «No, quedate tranquilo» dijo «te va a gustar». Mire hacia atras, el bajo ya se habia quitado el short de baño y ostentaba una verga como de 23 cms totalmente dura, la mojo con su saliva, apoyo su cabeza contra mi culo y comenzo a penetrarme. «Por favor, no» dije pero no pude hablar mas porque la verga del rubio me ocupo la boca. Perdi nocion del tiempo que pasaron violandome. De repente el rubio comenzo a jadear mas fuerte, «ya viene» dijo y su verga comenzo a escupir chorros de leche sin parar que me llenaron la boca «Tragatela toda» dijo. Obedeci, saco la pija de su boca y la leche continuo chorreando por mis labios y rostro. «Limpiamela bien» ordenó. Con mi lengua comence a limpiar los restos del semen que correaban por su cabeza y tronco. El vergudo seguia con su pija en mi orto, sus huevos golpeaban contra mis nalgas, de repente dijo «ya acabo» y senti en mi interior una catarata caliente, supe que habia vaciado la leche de sus huevos en mi recto, sacó la pija que aun seguia escupiendo leche, me ordenó limpiarla con la lengua, yo obedecí, mientras sentia que restos de leche se escurrian del ano por mis piernas. «Asi muy bien putito, te portaste bien» me dijeron acariciandome. «No vas a robar mas a los guardavidas ¿no?». Negue con la cabeza. Ambos se vistieron tomaron la mochila y se fueron a su lugar. Yo quede desnudo, tirado en la arena, y con el rostro y el culo salpicados de semen. Habia aprendido una leccion, pero mas alla de eso y aunque habia sido la primera vez que tenia sexo con hombres al final no me habia disgustado. En fin, sabiendo donde estaban los muchachos supe que no iba a pasar mucho tiempo en que los visitaria de nuevo.