Pasado el primer mes de trabajo de las nuevas empleadas, Mabel fue confirmada en su puesto. En cambio Karina fue citada a la gerencia. Rodolfo se apresuró a ubicar la cámara y esperar el día.
Cuando Karina llegó a la oficina, el gerente aún no había llegado y Betty estaba esperándola.
-Realmente lamento que tu trabajo no haya sido mejor. Karina comenzó a sollozar y entonces, sorpresivamente, Betty se acercó.
– No tenés que preocuparte, no todo pasa por la tarea que hagas, sino también a quien complazcas. Yo puedo ayudarte mucho en esto.
Comenzó a acariciarle la cabeza, y despacio, muy despacio, empezó a bajar con sus caricias, hasta llegar a sus pechos, que masajeó suavemente, y con una mano llegó hasta su abdomen comenzando a juguetear con su pancita y más abajo con su monte de venus.
Karina se puso rígida, pero poco a poco, la suavidad de Betty la fue relajando y comenzó a responder a sus caricias. Despacio, pasó su mano por las mejillas de la secretaria, acarició su cuello y bajando más comenzó a sopesarle los pechos, atractivos para una mujer de su edad.
En este punto, Betty descendió sobre su presa y la besó en los labios profundamente, sin suspender la tarea que sus manos realizaban, y Karina fue lentamente abriendo sus piernas para facilitar la incursión de esa mano lujuriosa.
Se veía claramente como la mano de Betty iba haciéndose cada vez más insistente, hasta que aflojándole el pantalón se metió dentro de ellos y pudo penetrarla con sus dedos, provocando un gemido de la joven que se entregó totalmente.
-Sigue, sigue, dijo la joven.
El gerente entró subrepticiamente y se ubicó en un rincón desde donde veía toda la escena sin que él fuera visto por las mujeres. Betty que lo vio le hizo una seña, con lo que se notó que era un complot bien orquestado.
A continuación comenzó a desnudar a la joven que estaba totalmente vencida en su resistencia, y una vez totalmente desnuda, la hizo colocarse boca abajo sobre el escritorio y comenzó a introducirle sus dedos en la concha provocando el éxtasis de la joven.
Mientras tanto, Hernández se había sacado su ropa y estaba masturbándose salvajemente ante esta escena. Betty comprendiendo su excitación le hizo señas de que se acercara, y haciéndolo suavemente, se colocó detrás de la joven que no lo había visto ni sabía de su presencia.
Betty le preguntó a Karina -¿No sería bueno tener una verga bien dura? -Si, contestó Karina fuera de control.
-¿Y no sería bueno que esa verga también te garantizara el trabajo? -Sería fantástico.
En ese momento hubiera dicho que sí a cualquier cosa. Al retirar los dedos Betty, Hernández la penetró hasta los huevos de un solo empujón.
La joven, sobresaltada, sintió la diferencia entre los dedos y acabar.
Betty, entonces dijo: -No te hagas el vivo, sabés que tu leche es siempre mía, le tomó la verga y sacándola de la concha de Karina se la tragó entera haciendo que el jefe le acabara en la garganta tomándose todo su licor.
Así Karina aseguró su trabajo y comenzó a disfrutar del sexo más caliente.
Autor: PULGA