Todos se follan a mi novia
Os voy a describir, un relato que me sucedió en plena adolescencia y que fue demasiado sorprendente para mí por aquellos entonces. Por esa época yo salía con Estella, la cual era bastante ligerita para la edad que tenía, y solía tontear con casi todo los tíos. Yo intentaba llevarme bien con ella, e intentaba no echárselo en cara, porque, al fin y al cabo, yo me sentía bastante atraído por ella, y al revés también, aunque era casi de vox populi, que ambos estábamos a veces con otras personas, aunque no hablábamos de eso cuando charlábamos. Supongo que lo que hacía que siguiéramos juntos, era que cuando follábamos, era todo un placer para ambos, a parte de su físico, que era alta, morena, con hermosos senos redondos, y un buen culo, ella en la cama era un animal salvaje que conseguía hacerme olvidar de todo lo demás. A Estella le encantaba el rock, y adoraba ir a los conciertos de grupos famosos, pero normalmente se conformaba con grupos menos conocidos, que tocaban en lugares pequeños, e intentaban hacer algo en la música. Así llegó un sábado, y actuaba en una discoteca un grupo rock de estos independientes, así que fuimos a verlo, y el concierto transcurrió. Al terminar, Estella se fue a hablar con el grupo, yo me quedé en la barra, y yo veía que ella tonteaba mucho con los músicos. Al rato vino hacia donde yo estaba, y me dijo que nos íbamos a su casa, que estaba sola, y que allí íbamos a terminar la fiesta, yo le pregunté que si sabía lo que decía, y ella me dijo que sí, que nos íbamos nosotros dos y el grupo, a tomar allí las últimas copas. Una vez en la casa, empezaron a beber desenfrenadamente, yo me cortaba un poco más, pero también bebía.
Hasta que llegó el momento, que en el salón desde hace tiempo solo estábamos un músico del grupo y yo, los demás habían desaparecido, así que me empecé a escamar. Sin pensarlo, miré por la planta baja en busca de la gente, y al no ver nadie, decidí subir, empecé a ascender las escaleras, y cuando iba llegando al final, comencé a oír voces. Nada más entrar en su cuarto me quedé petrificado, estaba Estella en la cama, desnuda, y tenía a dos tíos también desnudos, follándosela, además de lucir todos esos tatuajes y melenas, uno se la metía por el coñito y el otro por la boca, y todo ello a un ritmo endiablado. El que le penetraba la boca, la cogía de la cabeza, y se la movía adelante y atrás, mientras la polla salía y entraba hasta el fondo de su garganta. Y el otro, remetiéndole con fuerza las caderas y haciendo sonar sus testículos a cada embestida contra el coño de Estella. Cerca se sentó en un sillón el otro melenudo que estaba conmigo, se desnudó, y se la empezó a machacar, mientras contemplaba el espectáculo y le daba a una botella de JB, y entre trago y trago me decía encima que si me quería follar a la puta tendría que ponerme a la cola.
Me quedé mudo por el espectáculo y sin saber qué hacer, parecía que Estella se había ligado a toda la banda, así que hipnotizado por la situación e incapaz de marcharme de allí, me quedé sin apartar la vista de lo que le estaban haciendo aquellos dos a ella, la cual parecía totalmente ida, como si se hubiera hartado de beber y fumar. Esto continuó hasta que el tipo que le estaba perforando la vagina, se corrió con fuertes jadeos, se cayó sobre ella, y soltó la polla del otro, el cual totalmente empalmado, apartó a su compañero de ella, le abrió las piernas y se la metió hasta el fondo de un golpe. La penetró durante un rato, cabalgándola a envites, ella gritaba, hasta que él se corrió también dentro de Estella.
En el descanso ese que hubo, me acerqué a ella, que seguía tumbada en la cama, adelantándome al rockero de la botella, que dando traspiés, iba a reclamar lo suyo, y le pregunté a Estella si estaba bien y si quería que nos marcháramos de allí, ella se enfadó y me gritó que la follase si así lo quería, pero que si no, que la dejara en paz. Me quedé de piedra, y de un empujón, el tercer rockero me envió al sillón, cogió a Esperanza, le dio la vuelta violentamente, poniéndola a cuatr
o patas, y metió la polla en su agujero, ella cogió enseguida el ritmo y follaba con ganas, con bastante violencia, hasta que el tipo se corrió y le llenó aun más la vagina, la cual expulsaba un hilito de semen.
Estella continuaba con ganas de guerra, no había tenido bastante con las folladas de aquellos tres tipos, que ahora estaban tirados por el suelo, uno de ellos liando un porro. Ella me miró con ojos furiosos y me gritó que fuese hacia ella y que me follase a ella, mi novia, que no fuera un maricón y que se la metiese rápido, y sintiera la leche que tenía en el coño, y le diera mi leche también. Estaba para que la encerraran, pero consiguió ponérmela tan dura como sólo ella sabía hacer, era una zorra excelente, me abrí la bragueta y me saqué la polla y excitado completamente por sus gritos, me disponía a hacer la locura de tirármela allí mismo, ante los rockeros aquellos, cuando oí que alguien tiraba de la cadena del aseo, para después entrar al cuarto en que estábamos, me volví y vi al cuarto integrante de la banda al que yo ya daba por desaparecido, una inmensa y peluda mole humana, un tío gordo, desnudo, con unos brazos y unas piernas como troncos y una enorme panza de bebedor de cerveza, aunque con un gran pene.
El tío me contempló orgulloso y dirigió sus ojos brillantes de lujuria a Estella, lentamente se acercó a mi novia, la cual tenía los suyos como platos, al ver lo que el tipo llevaba entre las piernas, la apresó del pelo y la forzó a tragarse su verga, Estella lo pasó mal, porque la polla la ahogaba, hasta que consiguió doblar la cabeza y hacer que penetrase por la garganta, ella no podía ni moverse y tenía que ser el tío quien, tirando del pelo, la llevase adelante y atrás, hasta que el gordo se corrió, Estella no pudo resistirlo y le vinieron varias arcadas. Pocos momentos después, la cogió en brazos, y de pié, la ensartó, dio un grito por el dolor que seguro le causaba, pero acogió toda la polla en su interior. El gordo le daba unas embestidas tremendas, cogiéndola de las axilas y levantándola y agachándola mientras el enorme pene trabajaba como una taladradora, sus pechos se balanceaban, y ella lanzaba gemidos profundos y estremecedores. La estaba gozando a lo grande y eso me puso muy excitado, así que empecé a masturbarme. El gordo se corrió allí de pié, con mi chica retorciéndose en sus brazos, ensartada por la gran polla y gritando como un animal, sin embargo, él permaneció en silencio, casi sin inmutarse, y sólo supe que se había corrido por la leche que empezó a manar del coño, hacia sus huevos y finalmente el suelo, la soltó y cayó rendida en la cama, yo estaba a punto de correrme, y uno de ellos al verme me dijo que me acercara a ella, lo hice así, y lancé mi leche contra su cara, ellas las lamió, y se quedó tumbada con los ojos cerrados. Después todos nos acercamos hacia ella, y uno de ellos, le abrió las piernas a Estella, y dejó a la vista su enrojecido coño, totalmente mojado, con los dedos empezó a frotarlo con fuerza, apretándole el clítoris y pellizcando los labios vaginales, sus dedos entraban y salían de la hendidura sin problemas. Ella, se empezó a calentar otra vez, se chupaba los dedos, se cogía y estiraba los pezones, se acariciaba los pechos y nos murmuraba que la follásemos más, quería más, quería nuestras pollas. Estos no se hicieron de rogar y la fueron empalando uno a uno en la segunda ronda, reventando su coñito, dejándolo súper abierto. Después me puse yo, tenía ganas de follar a aquella puta, y la empalé también, ella al verme lanzó una sonrisa placentera, así que durante un rato estuve follándome a mi novia, los del grupo mirando gritaban cosas, del tipo que era la tía más puta que se habían tirado nunca, que si le gustaba follar como a nadie, que era una guarra, que de puta ganaría mucho dinero, cosas de ese estilo, hasta que logré correrme, y bañé aun más su chorreante coñito. Después de un rato se fueron, y nos quedamos durmiendo los dos en su casa. Tras esto los dos sabíamos que habíamos terminado como novios, pero no obstante algunas veces más después también me la tiré.
Autor: Fary
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