Antes visitaba las Termas, un vapor ubicado en la Ciudad de Puebla, una o dos veces por mes, originalmente era para ver a otros y calentarme un poco pero no tenía nada de acción si estaba atractivo el tipo dejaba que me la mamara pero hasta ahí y me la pasaba en el solárium, en la sala de proyección, el vapor y terminaba en las regaderas siempre en ese orden y andaba vestido solo con el pareo, generalmente alquilaba un cuarto porque me gustaba irme a descansar un poco.
Como en las últimas veces ya se estaba poniendo aburrido iba solo por costumbre y cada vez menos tiempo hasta que una vez, estando aburrido y en la sala de proyección, vi que había bastante gente y me quedé parado viendo la película, sobra decir que antes estaba bueno: tenía buena nalga y las piernas estaban torneadas, mi estómago estaba plano y mi pecho, fornido. Estaba a punto de irme de ahí cuando siento una mano que me rosaba la nalga, yo estaba de puntitas porque no veía bien y al voltear vi a donde se dirigía el que me tocó, noté que llevaba un cigarro y se me ocurrió seguirlo para pedirle uno y afortunadamente estaba junto a la sala de proyección, él estaba sentado cuando desde el marco de la puerta se lo pedí y solo dijo “pasa”, entré y cerró la puerta y pensé “no pierde tiempo, igual y cambio de actitud y hasta faje tengo”.
Aún sentado me invitó a sentarme a su lado, me tocó el brazo y me llevó mi mano a su pene, obvio rechacé el contacto porque hasta ese momento mi papel siempre fue de activo dominante, no me soltó y se quitó el pareo, en ese instante no pensé mucho y agarré su verga, se recostó y lo empecé a masturbar con movimientos lentos pero firmes, con el dedo gordo hacía movimientos circulares cada que llegaba al glande y empezaba a salir un poco de precum, tenía las llaves de mi cuarto en la muñeca de la mano que estaba haciendo el trabajo y me ordenó “quítate las llaves de ahí”, así lo hice y me las puse en el tobillo.
Estaba disfrutando mucho eso por ser mi primera vez y no pretendía llegar a más, lo solté, tomé su hombro y lo quise jalar a mi lado para que hiciera lo mismo pero me dijo “no”, me tomó del cuello, aprovechando que estaba cerca y se bajó la cabeza hacia su verga. En ese momento entendí que él era el macho alfa y estaba ahí para servirle, pensaba que era muy sexual el tener las llaves en el tobillo, mis piernas casi lampiñas y de lado, el pareo aún puesto, su voz firme y dando órdenes cortas, el recostado esperando que me animara a dar el siguiente paso y sin pensarlo mucho me rendí, accedí a su deseo pero con mis condiciones, le tomé de nuevo la verga, empecé a masturbarlo y a chuparle el glande, como hombre sé lo que nos gusta y lo hice con singular alegría, lamí el glande, bajaba al prepucio y el tronco, lo hacía dándome gusto porque sería la primera mamada que hacía y no quería quedar mal, a ratos observaba la cara y eso me excito mucho más, tenía los ojos cerrados y sonreía.
Con la mano libre le empecé a acariciar el pecho, su estómago y hacía círculos en su ombligo, es ese momento sentí que estaba en mis manos, literalmente, y comencé a “torturarlo” dando pequeñas mordidas en su tronco, quitándole con la lengua el precum que salía, lamiéndole toda su verga y cuando menos se lo esperaba, me metí su verga en la boca, lo hacía suave pero firme, deteniéndome a ratos, cuando subía mi cabeza mi mano lo seguía masturbando y cuando bajaba le tocaba su escroto, a ratos levantaba la mirada y me di cuenta que estaba disfrutando todo, yo solo sonreía con su verga en mi boca y seguía con mi trabajo, cuando sentí que iba a venirse, solté su pene, me lo metí lo más que pude, empecé a acariciar sus pezones con ambas manos y empezó a venirse, no retiré la boca y me tragué todo el semen que salía, él quiso quitarme de ahí y con su mano quiso hacerlo pero ahora yo tenía el control, le tomé sus muñecas y seguí mamando hasta que no salía nada. Nos incorporamos después de un rato y solo dijo “gracias” y cada quién a su camino.