Antes de empezar relato me permito auto describirme, me considero una persona bastante normal, de complexión media, tez blanca, ojos cafés, con una herramienta standard, es decir ni galán ni superdotado ni nada por el estilo, así mismo soy oriundo de México D.F.
Bueno una vez dicho lo anterior me concentraré en una anécdota misma que se desarrolla en un pueblo cercano a la ciudad de tula hidalgo y sucedió cuando tendría aproximadamente 19 años cuando se dio un encuentro con mi madrastra (bueno en ese entonces la última adquisición de mi padre) que cabe mencionar que en ese entonces ella tendría alrededor de 35 años, de estatura bajita pero con unos senos grandes y jugosos que difícilmente uno puede dejar de mirar cuando esta frente a ellos, siempre vistiendo atuendos sexis que llaman la atención, aunque cabe destacar que siempre se conducía son respeto y con ese cierto grado de inocencia que, lo que comúnmente se dice “se ve incapaz de romper un plato”.
En aquella ocasión recuerdo fui de visita a su casa proveniente de un retiro espiritual (que como pueden observar de poco me sirvió), y ese día llegué y mi papá se encontraba de viaje y como en otras ocasiones no importando que no estuviera me instalé en mi cuarto y como siempre Maria (así la llamaremos), me recibió de manera amistosa haciéndome saber el agrado de tenerme en su casa.
Ese día todo transcurrió de manera ordinaria, ella en sus quehaceres diarios y yo viendo televisión y jugando videojuegos.
Ya al caer la noche, ella fiel a su costumbre, se puso una bata transparente que permitía ver su ropa interior en color negro, una tanguita del mismo color y detrás del sostén un par de redondas, grandes y firmes tetas.
Tocó a la puerta diciéndome que si iba a cenar a lo que le conteste que sí que ya iba, y ya estando en la cena comenzamos a platicar sobre trivialidades y obviamente yo no dejaba de observar esa parte tan llamativa de Maria.
Una vez que terminamos cada quien se fue a su cuarto y no bien acaba de entrar al mío cuando toca la puerta y me pregunta si puede entrar a lo que le contesto que sí que no hay ningún problema y bueno cabe señalar que me acababa de quitar la camiseta porque tenía calor y en eso ella observa que tengo algunos barritos en la espalda a lo que me comenta que echándoles limón disminuirían, así que fue por un limón y me comenzó a echar en la espalda una vez que termino yo le dije que también ella tenía y que haría el mismo procedimiento pero le dije que se sentara en la orilla de la cama y me coloque detrás de ella de pie teniendo una vista privilegiada de esas montañas que amenazaban salir del sostén.
Hice a un lado la bata y empecé a aplicar el limón en la región de la nuca, de pronto me comenta que le arde un poco por lo que empiezo a soplar suavemente y noto que arquea un poco la espada y la piel se le empieza a enchinar por lo que prosigo en ese momento emite un pequeño gemido, por lo que me animo a soplar más de cerca posando apenas mis labios sobre su piel, y ella cerrando los ojos haciéndose hacia atrás y replegándome su espalda en la herramienta hizo que se me parara y endureciera al máximo, una vez que ella la sintió una vez que sintió el rigor exhalo un suspiro suave, prolongado y cachondo, ya para este punto yo ya estaba a punto así que me deje de delicadezas le baje la bata de un tirón y me pesque de esas ricas tetas besando el cuello y hombros de mi madrastra, para después recorrer con mi legua sus espalda descendiendo hasta la cadera y así subiendo y bajando, en todo este rítmico vaivén, Maria solo atinaba a gemir y a moverse como si recibiese descargas eléctricas, después de eso y colocado atrás de ella descubrí algo que a la postre a resultado a la hora de coger morder la base de la nuca a tal grado que sienta la mordida pero sin dejar marca, eso termino de volverla loca, aun así con los ojos entrecerrados, quiso oponer resistencia, diciendo que eso no estaba bien que no podíamos hacerle eso a mi padre y yo susurrando a su oído le dije que no tenía por qué enterarse pero que si ella no quería nada que ahí mismo dejábamos todo, he intenté voltearme.
Ella reaccionó con un tajante no!!! Para de inmediato agarrarme de la verga y con vehemencia enloquecida bajarme las bermudas y metérsela a la boca dando unas mamadas largas y demenciales, por lo que le dije que lo hiciera con calma ya que no me quería venir todavía, después de un rato de ese rico sexo oral, la tome de la mano como si fuera mi inocente y cándida novia y me la lleve a la sala, y la recosté en el sillón donde empecé a mordisquear nuevamente, pero a hora todo su cuerpo y ella se retorcía y gemía, haciendo que me calentara cada vez más y poco a poco empecé a acomodarme por encima de ella preparando el camino para meter mi palo en su cueva, la cual al rozarla pude sentir que estaba totalmente mojada y apunto para coger, me acerque a su oído nuevamente coloque mi verga en la entrada y le dije pausada y cachondamente, “ahora si putita, te la voy a dejar ir toda” y en se momento le hundí mi palo de una sola estocada y ella soltó un grito de placer y comenzó a temblar y a tratarse de agarrar de mis nalga tratando de hacer que entrara más profundo, una vez que paso ese primer momento seguí bombeando de manera ruda y dándole estocadas largas y profundas y ella solo gemía y gemía y se aferraba a mis nalgas y movía la cabeza de un lado a otro enloquecida de placer, después de un rato y de empezar a hacer mis movimientos más rápidos y cortos nuevamente grito arqueo el cuerpo y se ferro con toda su fuerza entonces supe que en la primera arremetida lo que ella había experimentado era un orgasmo, mientras tanto yo demente por todas esas sensaciones explote regando mi semen en su interior y nuevamente ella comenzó a temblar y a tener espasmos en su vagina haciendo más placentera mi venida.
Una vez terminado quedamos exhaustos yo encima de ella y ella acariciando mi trasero y dándome e tiernos besos en el cuello, para posteriormente levantarse eh irse a bañar, no sin antes decirme que ese sería nuestro secreto.
Esta es la primera vez con mi madrastra espero en otro momento contarles otra experiencia ya que hoy día tengo 36 años y aún seguimos cogiendo.