Vendo mi carro
Mi hoyito estaba más que relajado, lo besó, introdujo su lengua y me hizo gritar de excitación, cambió su lengua por un dedo, dos dedos y hasta tres, estaba dispuesto a todo, de pronto sentí algo más contundente que aprisionaba mi esfínter, era su verga que clamaba por abrirse paso entre mis músculos, lo metió […]