Mi sobrino Osbaldo
Eso era suficiente para mí, tomé ese hermoso tronco y lo coloqué en mi boca. Por sus jadeos, a mi sobrino nunca se lo habían mamado, o por lo menos con esta calidad. Yo me esforzaba en restregar con mi lengua aquel precioso pedazo de carne. Blanquito y tierno. De pronto, sentí el venir de […]