Adriana necesita un consejo
Gabriel tenía una lengua maravillosa y la sabía usar. Lamió mi clítoris, separó los labios de mi vagina y la introdujo dentro de mí, me volvió loca y me hizo tener el primer orgasmo de la noche. Grité como una desesperada mientras sentía que se mojaban hasta mis muslos, le quité los bóxers y quedó […]