Pervirtiendo a Nancy (primera parte)
Mi esposa, Nancy… morena, pelo ondulado, un rostro bellísimo, el que siempre nos deleita con una sonrisa, pechos medianos, de pezones oscuros, los que se yerguen y endurecen al más leve roce de mis manos, piernas gruesas y un abundante y proporcionado culo, el que llama la atención de hombres (y también mujeres) al verla […]