Me puse en cuatro para que me metiera la ya dura vergota y descargara el chorro de leche dentro; pero él antes de clavarme acarició mi culo con una mano y con la otra cogió el cinturón y me dio 6 correazos muy duro, mi culito templó y ardiendo del dolor se movía para que me clavara.
El día lunes; después de la jornada del domingo finalizada a la madrugada del día lunes dormimos como angelitos para reponer fuerzas y seguir en nuestra adicción – azotar nalgas y follar el culo; mi marido se despertó primero, quería cumplir un deseo que según me lo dijo luego siempre lo había anhelado – ver sus dedos marcados en mis nalgas – para eso debía de azotarme con la mano muy fuerte mis nalgas reposadas, tranquilas por lo tanto sería lo primero que haría ese lunes al medio día.
Se levantó como lo dije, antes que yo, miró mis nalgas desnudas de piel trigueña, pasivas, tranquilas y sin ninguna advertencia ni preliminar descargó su pesada mano y castigó a cada nalga cruelmente ¡Pllllllaaaaasss! ¡pllllaaasssss! Sacando de mi un grito ¡Ayyyyyyy,¡Ayyyyyyy! mi cuuullliiitttoo, perrrrooooo caaaabbbbrrrroooonnnn. ¿Por que me castigas? A lo que él respondió, – este culo (acariciándolo) es mío y hoy lo voy a castigar cada vez que a mi se me antoje, -¿Me entiendes perraaaa… (Apretándome el culo y una teta).
El par de palmadones fue muy fuerte hizo que gritara y brincara al suelo y diera saltos para buscar alivio, a lo que mi marido me decía.
– Déjame ver si quedaron marcados mis dedos en este lindo culito…
Me llevó a un espejo para que viera como se vean las marcas de sus dedos en mi trasero y si, se veían los cinco dedos en cada nalga a pesar que me ardía el culo también se dio inicio a mi excitación y mientras me veía el culo en el espejo agitaba mi culo de un lado para otro para aliviar la quemazón. Mi marido que ya tenía la verga parada me pidió el favor que no lo siguiera moviendo que mejor me fuera a bañar y a lavarme el culo que lo dejara sin una gota de nada y así lo hice.
Luego me fui a la cocina para hacer algo de comer ya era pasado el medio día y no habíamos probado bocado. Yo llevaba puesta una camisa de mi marido que me tapaba algo el trasero, cuando pasé frente a él me levantó la camisa para verme el culo si continuaban las marcas, estas ya se habían desvanecido como no las vio nuevamente me dio un par de palmadones ¡Pllllllaaaaassssssss! ¡pllllaaaaaasssssss! una en cada una, me hizo brincar y menear el culo del ardor…
Luego me abrazó y me dio un beso en la boca acariciando mis tetas y yo acariciando mi trasero, le respondí al beso metiendo mi lengua en su boca para que se la devorara, me retiró de sus brazos y me dijo. – Déjame ver como se ve tu culo, levántate la camisa y camina mi putita, ve hacer de comer, tengo hambre prepara algo rico.
Llegamos a la cocina y me puse a preparar una pasta con salsa, queso y carne molida, también preparé un jugo de frutas, mientras se hacía el almuerzo, él entre rato y rato me miraba mi trasero y decía,
-Se te está desvaneciendo las marcas de mis dedos en tus ricas nalgas, me provoca seguir azotándote más; en ese momento yo me disponía a endulzar el jugo y se volteó el azúcar fuera del vaso, mi marido que estaba buscando algún motivo para castigarme lo encontró; en una silla se había dejado un cinturón, lo cogió, lo dobló por la mitad y levantando la camisa descargó 10 correazos en mis nalgas…
Zzzaaaaasssss, zzzaaaaasssss, zzzaaaaasssss, zzzaaaaasssss, zzzaaaaasssss, zzzaaaaasssss, gritando,
-Tenga cuidado perra, por estar pensando a que hora le voy a follar ese culo no presta atención y no tiene cuidado con las cosas, recoja el azúcar del suelo como una perra moviendo el culo como una puta…
Zzzaaaaasssss, zzzaaaaasssss, zzzaaaaasssss, zzzaaaaassss, yo gritaba y le pedía que no me castigara tan duro los correazos fueron muy duro pero é no hizo caso y más duro me castigó, yo reconocí la falta y le prometí que no lo volvería hacer, que tendría más cuidado.
Con mis nalgas ardiendo, mi coño chorreando, estaba lista para que me metieran una rica y dura verga por cualquier lado; cuando terminé de alzar el azúcar, la última la recogí con la boca para buscar llegar a la verga de mi marido que la tenía ya algo dura; se la unté de azúcar y la empecé a chupar y tragarme todo el azúcar, él dejó que lo hiciera solo decía:
-Eres la puta que sabe chupar mi verga, dale chúpala. Mámala, ponla dura para taladrar tu culito perrrra, eres una putttttaaa ricaaaaa, dale perrrra, quiero que muevas el cuuullllo de repuuuutttta, eres una reeeppuuuuuta me voy a correrr perrra, ponte en cuatro déjame clavarte el culo…
Sin que lo volviera a repetir me puse en cuatro para que me metiera la ya dura vergota y descargara el chorro de leche dentro; pero él antes de clavarme acarició mi culo con una mano y con la otra cogió el cinturón y me dio 6 correazos muy duro zzzaaaaasssss, zzzaaaaasssss, zzzaaaaasssss, zzzaaaaassss, mi culito templó y ardiendo del dolor se movía para que me clavara.
Yo no aguanté más y le grité, – cabrón de mierda, cláveme el culo… quiero que me rompas el culo con tu polla… dale culeador de putas…
Estas palabras lo aceleraron. De un solo empujón metió su vergota en mi culo, que dolor, Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! miiiiii cuuuuuulllliiiiiitttttooo pobrecito Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy, perrrro me estás rompiendo el culo; él metía y sacaba la verga rápido y duro, yo movía el culo le salía al encuentro de la polla que mi culo disfrutaba, así duramos un buen rato saque y meta y mueva el culo puuuuttttaaaa, eres una reeeppuuttta sácame la leche, puuutttta riiiiiicaaaa, tu culeas muy ricccooo, eres mi puuuuttttiiiiicaaaa, me gritaba, yo sentí que mis piernas y caderas se doblaban, el orgasmo llegó y recorrió todo mi cuerpo,
la espalda se arqueó al sentir la descarga de energía que llegó el orgasmo, aullaba como una gata ahhhhhuuu, ahhhhhuuu ahhhuuuuhh, ahhuuuhhh, ahhhuuuhh ahhuuuhhh, huuuuuuyyyyyy…
Al sentir la descarga de mi orgasmo apreté mis nalgas adoloridas por el castigo y mi culo atrapó la polla de mi marido que me decía gritando:
-Siiiii culea así mi puuuttta, ahí está mi leche en tu culo abierto perraaa culiadora, come verga… y descargó los chorros de leche caliente dentro de mi ano adolorido, se quedó dentro de mi ano un rato sin moverse, solo sentíamos los latidos del corazón y la respiración acelerada, mi culito estaba feliz de haber recibido la lechecita de mi marido, por mis piernas sentía como baja un hilo de líquido seguro que era blancuzco.
Luego cuando sacó su polla no dejó que yo me parara quería ver como me había dejado el culo y ver como el culo botaba el semen, como agradecimiento y diciendo que la culeada había estado fantástica, me dio un par de palmadones en cada nalga pllllassssssss, pllllllaaaassss, gracias perrritttta, y me ayudó a levantarme para abrazarme y besarnos en son de agradecimiento del polvazo que habíamos tenido, abrazado a él yo moví mis caderas para refregar mi sexo con el de él, a lo que él preguntó,
-¿Quedaste con hambre putita rica?, yo le respondí,
-Si tengo mucha hambre, pero de no carne dura, solo quiero pasta y jugo para recuperar fuerzas y salir a dar un paseo por el bosque, te invito mi perrito culeador de putas y nos fuimos almorzar y descansar.
Autora: Yolanda
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Muy calentón tu relato. Felicitaciones
Muy calentón tu relato. Te felicito.