Sucedió esta Semana Santa que acaba de pasar, mi mujer y yo estábamos deseando que hiciera buen tiempo para poder ir a la playa. Siempre vamos a playas nudistas y este año todavía no habíamos podido estrenar la temporada a pesar de que vivimos en las proximidades del Mar Menor y el clima del que gozamos es excelente.
No voy a aburriros con detalles descriptivos de mi mujer o míos, ya nos conocéis de otros relatos, mi mujer se llama Ana y sólo os voy a decir que tiene 26 años y que es muy hermosa.
Decidimos ir a una playa que hay un poco más arriba de Torrevieja, ya habíamos estado el verano pasado y aunque siempre hace bastante aire nos gusta por varias razones. En primer lugar está lo suficientemente alejada de nuestro domicilio como para que sea difícil que nos podamos encontrar con vecinos o compañeros de trabajo, en segundo lugar es muy larga por lo que la gente no está apelotonada, y en tercer lugar si te alejas unos trescientos metros de la orilla llegas a una zona de dunas, antes de entrar al bosque, que es bastante discreta y en la que solamente estás a la vista de los que pasen o estén allí pero no de la gran mayoría que son los que están tomando el sol en la playa.
Nos dirigimos directamente a esta zona, era nuestro primer día de playa este año y seguramente nos íbamos a excitar bastante, buscábamos un poco de intimidad y queríamos disfrutar de estar los dos desnudos al aire libre.
Al llegar a la zona escogimos un lugar lo más apartado posible de la gente que había, eran principalmente hombres y sólo se veía a otra pareja de unos cuarenta años que estaba bastante alejada. Es lo normal en esta playa, abundan los hombres y hay alguna que otra pareja, pero lo que predomina son los hombres. El lugar no estaba mal, la persona más cercana la teníamos a unos 15 metros.
Nada más llegar y mientras Ana extendía las toallas yo me desnudé muy rápidamente, estaba deseando sentir esa sensación de libertad tan placentera que se consigue cuando uno nota como el aire le envuelve todo el cuerpo desnudo en un lugar público, donde sabes que alguien puede verte pero que no te importa e incluso te excita que lo hagan, a la vez que notas como tus genitales y todo tu cuerpo en general está liberado de la carga de todas sus ropas en un lugar que lo habitual es que se sigan sintiendo presionados por alguna prenda. Tengo que decir que en mi caso lo que más me excita es cuando veo a alguien que mira a Ana, eso me pone a mil, me gusta exhibirla y pensar que le están viendo desnuda pero que no corre ningún peligro por eso. A ella no le gusta sentirse observada, nunca se ha sentido cómoda cuando se da cuenta de que alguien la observa demasiado atentamente. No le molestan miradas fugaces y sin mala intención, porque entonces no iríamos a playas nudistas, pero no disfruta de sentir otros ojos que no sean los míos clavados en su piel.
Ana se sentó y rutinariamente miró alrededor para ver si alguien se fijaba especialmente en ella. Tras comprobar que al alcance de su vista no había más que una docena hombres solos y la pareja cuarentona se empezó a quitar la camiseta blanca que llevaba y se quedó con los pechos al aire y con un tanguita azul.
Cuando pasó la camiseta por su cabeza y la tenía todavía en sus brazos se dio cuenta de una pareja que pasaba a unos metros de distancia, los observó para ver si eran los típicos mirones que hay en todas las playas y que sólo quieren ver tetas y coños para hacerse luego una paja. Esos son los que le molestan a ella, no la gente que también se desnuda con total naturalidad y que vienen a disfrutar igual que lo hacemos nosotros.
YO: Déjalos, no pasa nada, si quieren mirar que miren, no hacen daño a nadie. En lugar de taparte cuando alguien te mira, deberías abrirte de piernas con descaro para que te viera bien el chocho, seguro que a quien se lo hagas se siente tan avergonzado que se marcha enseguida.
ANA: Bueno, vale, ya veo que sigues igual que todos los años. No entiendo por qué te gusta tanto que me vean desnuda, siempre te ha gustado eso y este año ya veo que no has
cambiado. Como sigas así es posible que te lleves alguna sorpresa.
YO: ¿Qué quieres decir?ANA: Nada, ya lo verás. Es una sorpresa que estoy pensando para este año.
Diciendo esto se terminó de quitar la camiseta con una sonrisa y mostró sin obstáculos sus hermosas tetas coronadas por sus oscuros pezones de tacto aterciopelado.
ANA: Lo que me molesta es que como tengo los pezones oscuros la gente se fija mucho en mí y se me quedan mirando las tetas como si no hubiera más chicas en el mundo. La mayoría de las chicas de esta zona los tienen rosaditos y los míos son marrones casi negros.
YO: Por eso y porque eres muy guapa, no es normal encontrar chicas tan guapas en una playa nudista. Nena, es que estás buenísima.
ANA: Bueno vale, no sigas, si me quieren mirar y ya que tú quieres que me miren les voy a dejar que me miren, voy a pasar de todo. Me da lo mismo que me vean las tetas y que me vean también el chocho, que me miren todo lo que quieran. Ya veremos si cuando me estén devorando un montón de ojos te gusta o te deja de gustar. Vamos a comprobarlo.
YO: Eso está bien, venga va, sácate el tanga y muéstrame tu chocho, que estoy deseando verlo.
ANA: Ya, estás deseando verlo y estás deseando que me lo vean todos ¿Verdad?YO: Pues sí, es verdad, que se mueran de envidia al ver lo que yo me como y que ellos sólo pueden ver.
ANA: Ja ja ja, como eres.
Ana se sacó el tanga sin levantarse y se tumbó en la toalla con las piernas estiradas pero ligeramente separadas, dejando a la vista de cualquiera que pasara su rajita casi totalmente depilada.
ANA: Ya tienen a la vista mi rajita, venga, a disfrutar todos. Vayan pasando y mírenme el coño. Pasen todos y miren mi coño, aquí estoy desnuda para todos ustedes. Pasen y miren que el cabroncete de mi marido dice que le gusta que me lo vean.
YO: Parece que vayas a vender entradas ja ja ja.
El calor era sofocante y al cabo de pocos minutos, y sin que hubiera sucedido nada que merezca contar, se levantó para irse al agua que estaba distante unos trescientos metros. Para eso tenía que salir de la zona de dunas y cruzar toda la parte plana de la orilla que es lo más largo.
ANA: Vamos al agua, pero vamos así, desnudos, a ver si disfrutas con todos los tíos que se van a fijar en mí en cuanto salga de las dunas. Me voy al agua en pelotas y voy a dejar que todos me miren. Vamos a comprobar si de verdad te gusta que otros hombres vean a tu mujer en bolas. No sé si te has fijado pero la playa está llena de tíos y voy a dejar que todos me vean las tetas y el chocho.
Se fue alejando de mí camino hacia el agua recorriendo esa distancia totalmente desnuda y sobre ella se fueron posando los ojos de más de treinta o cuarenta tíos que estaban en la zona más llana de la arena. Ella sabía que era el centro de todos y que no quedaba casi nadie que no se estuviera fijando en sus tetas y en su coño casi totalmente depilado mientras caminaba desnuda hacia el agua. Yo me asombré, no era normal ese comportamiento en ella, y me quedé parado observando la escena. Entonces Ana, que ya estaba a medio camino del agua se giró y con voz muy alta me dijo:ANA: ¿Vienes o no?Al oírla, los pocos hombres que todavía no se habían percatado de su presencia se giraron y ahora si que eran muy pocos los que no estaban observándola.
YO: Ya voy, espera que cojo la cámara de hacer fotos.
La cogí rápidamente y le seguí a unos metros de distancia haciéndole fotos mientras ella caminaba sola hacia el agua. Aunque decir que iba sola es mucho decir, ya que le acompañaban las miradas de prácticamente todos los hombres que estaban en la playa. Yo hacía esfuerzos para conseguir dominar mi polla y que no se levantara como el mástil de una bandera, pero no podía evitar que las primeras gotas de líquido seminal empezaran a salir por la punta y que los hilitos que formaban en su caída me fueran impregnando las piernas. Estaba muy excitado por ver a tantos hombres mirando como mi mujer se dirigía desnuda hacia la orilla.
Al llegar a la orilla se metió rápidamente en el agua y tras nadar un poco mar adentro se puso de pie. Entonces se dio cuenta que el agua le cubría los pechos, me pareció que eso no le gustó demasiado ya que rápidamente caminó unos pasos hacia la zona menos profunda hasta que sus tetas quedaron al aire sobresaliendo por encima del agua a la vista de todos. Creo que por primera vez estaba disfrutando de sentirse observada y que le estaba gustando que tan
tos hombres babearan por ella.
Desde el agua me preguntó en voz excesivamente alta si yo me iba a meter o si sólo le iba a sacar fotos, claramente lo hizo para atraer de nuevo la mirada de los muy pocos que aún no se fijaban en ella, a lo que yo le contesté que no podía hacerlo con la cámara.
Ella estuvo un rato ahí, jugando, dando saltos, nadando y diciéndome cosas a distancia, todo lo que hacía era un teatro para conseguir que todos estuvieran pendientes de ella. Mirara yo hacia donde mirara no veía a nadie que no estuviera fijándose en ella, me estaba excitando la situación y sabía que Ana también estaba excitada, de lo contrario no estaría alargando tanto su actuación. Sin duda todos los presentes estaban esperando que saliera de nuevo del agua para verle otra vez su chocho.
Al poco rato fue acercándose a la orilla, lo hizo contorneándose de una manera muy provocativa, a medida que su cuerpo iba apareciendo sobre el agua se pasaba las manos por el pelo e incluso hubo un momento que se frotó los pezones ante todos los presentes. Desde mi posición pude ver más de un pene erecto, nos estaba excitando a todos, y a mí más que a nadie, aunque de momento todavía conseguía dominar mi erección. Tenía la punta de mi polla totalmente mojada y los hilitos que formaban las gotas de líquido seminal al caer podían ser vistos por los que estaban más cerca de mi posición.
Al llegar a la orilla se puso de espaldas a todos los que estaban tomando el sol y tras escurrirse el agua del pelo se agachó doblándose por la cintura y manteniendo las piernas estiradas y se puso a dibujar en la arena, ofreciendo de esta manera una perfecta visión de su culo y de su coño a todos los que estaban detrás de ella. Estuvimos un buen rato haciendo fotos, ella posaba y yo las tomaba, de espaldas, de cara, a cuatro patas, en todas las posturas le saqué fotos. Entonces se sentó en la arena mientras yo continuaba sacando fotos. Al ver que tenía las piernas ligeramente separadas le dije que le iba a sacar un primer plano de su coño. Naturalmente se lo dije lo suficientemente alto para que los más cercanos pudieran oírlo. Ella reaccionó tapándoselo a la vez que se reía.
Tras mirar a su alrededor y comprobar que todavía era el centro de atención de los demás hombres de la playa separó las manos para permitirme sacar la foto. Después de que le hice la primera se abrió ella misma su sexo para que le tomara otra foto más con los labios de su sexo abierto por sus dedos. Los dos sabíamos que toda la playa nos observaba y casi podía notar como las miradas de todos los presentes estaban clavadas en nuestros cuerpos, sobre todo en el de ella que, aunque estaba de cara al agua y no tenía a nadie frente a ella, habían podido oír nuestra conversación y podían ver que sus manos se perdían entre sus piernas.
Tras la sesión de fotos caminamos de nuevo hacia nuestras toallas y mientras lo hacíamos pude contar al menos a cuatro hombres que se estaban haciendo una paja disimulando lo poco que podían disimular y tapándose con la toalla o con la bolsa que llevaban. Con el espectáculo que había dado Ana no era para menos, yo también estaba deseando hacerme una paja o follármela ahí mismo delante de todo el mundo, pero sabía que eso era llegar demasiado lejos y que ella no lo permitiría jamás. No estaba dispuesto a fastidiar el buen día de playa que me estaba proporcionando con su nueva actitud exhibicionista.
Al llegar a nuestro sitio pudimos ver que la situación estaba igual que antes, a nuestro alrededor pero a suficiente distancia como para no sentirnos molestos estaban la misma pareja de antes y los diez o doce hombres que estaban cuando llegamos. Nos tumbamos en la toalla y nos pusimos a tomar el sol.
ANA: Sé sincero, ¿Te ha gustado que tanta gente me viera desnuda?YO: Me encantó, tenía ganas de echarte un polvo ahí mismo.
ANA: Pero había mucha gente, y casi todo eran hombres. ¿De verdad te excita que otros hombres me vean el chocho? No lo entiendo, aunque debo de reconocer que yo también me excité al ser casi la única mujer de toda la playa y sentir la mirada de todos los tíos clavadas en mis tetas y en mi coño.
YO: Me ha encantado, tenías a todos los tíos pendientes de ti, y tú con las tetas al aire y luciendo chocho para todos ellos. Ha estado muy bien, sobre todo cuando te has agachado a dibujar en la
arena.
ANA: Ja ja ja, sí, eso ha sido bueno, les he mostrado todo, han debido de tener un buen plano de mi coño y el agujero del culo.
ANA: No soy capaz de comprender que no te importe que tantos tíos me hayan visto en bolas. Muchos de ellos se van a pajear hoy a mi salud y seguramente van a tener muchas fantasías conmigo. ¿No te importa que se hagan pajas pensando en mí?YO: Todo lo contrario, me excita. No sé si te has dado cuenta pero más de uno ya se estaba haciendo una paja a tu salud.
ANA: Ya lo sé, al principio me sentí molesta pero después pensé que tenía que seguir provocándoles para ver si de verdad a ti te gustaba esa situación. Y que si a ti te gustaba eso pues que yo no iba a poner problemas, al fin y al cabo no me hacen ningún daño y yo también me estaba excitando. Es increíble sentirse objeto de deseo de tantos hombres a la vez. Nunca pensé que pudiera ser capaz de hacer esto, pero lo cierto es que me ha gustado la experiencia.
La conversación hizo que mi excitación aumentase y que mi polla empezara a empinarse ligeramente. Ana lo vio y se acercó con la excusa de ponerme crema protectora para evitarme las quemaduras del sol, empezó por la cara y fue bajando por los hombros, los brazos, el pecho, la barriga y cuando se iba a pasar a las piernas le dije:YO: No te saltes ningún sitio.
Ella sonrió picaronamente, se untó las manos de crema y se dispuso a restregarlas por mi pene semi erecto. Mi polla no fue capaz de aguantar eso y la erección total fue muy rápida. Pude ver que uno de los chicos que nos veían, el que estaba más cercano, empezó a hacerse una paja al ver mi polla tiesa apuntando a las nubes sobada por mi mujer.
YO: No te pares, no vaya a ser que se queme.
Estuvo un buen rato restregando sus manos por mis genitales hasta que dijo que ya había sido suficiente y terminó de colocarme la crema en las piernas.
Cuando acabó le dije que se estirara, que ahora se la iba a poner yo a ella. Se tumbó boca abajo y arrodillado a su lado le restregué la crema por toda su piel, especialmente por su culo, al cual le hice un concienzudo masaje. Mi polla seguía totalmente erecta y no fui capaz de que descendiera a pesar de que repasé toda la tabla del 13. Mientras le sobaba el culo gire mi cabeza y le sonreí al chico que se estaba haciendo la paja dándole a entender que no me importaba que se estuviera pajeando por nosotros, me daba lo mismo o mejor dicho me gustaba que lo estuviera haciendo. Al percibir mi consentimiento dejó de disimular y continuó masturbándose pero sin taparse y apuntando directamente su polla hacia nuestra posición en una postura casi obscena, como si nos la estuviera ofreciendo.
Al cabo de varios minutos y tras haber sido absorbida la crema por su piel le dije a Ana que se girara y que también le iba a poner crema por delante. Al girarse miró a su alrededor y vio al chico que se estaba pajeando con su polla en primer plano. El chico le sonrió y ella le devolvió la sonrisa. Se colocó boca arriba y cerró sus ojos dejándose hacer, sabiendo que en ese momento era la protagonista de todas las fantasías de ese chico y que sin duda estaba deseando que sus manos ocuparan el lugar de las mías para poder sobarle todo su cuerpo desnudo.
ANA: Vaya como tiene ese la polla, está que revienta.
YO: Ya lo he visto, lleva un buen rato cascándosela sin dejar de mirarnos.
Me arrodillé a su lado y empecé por untarle su cara, luego pasé como es lógico a su cuerpo, le unté los hombros a conciencia y posteriormente desplacé mis manos hacia sus pechos, con las manos llenas de crema le cogía sus pezones y se los estiraba hacia arriba dejándolos resbalar entre mis dedos, le trazaba círculos dibujando el contorno de sus tetas, y le volvía a estirar los pezones. Me estaba poniendo a mil y mi polla estaba totalmente vertical y chorreando líquido seminal sin parar. Tras varios minutos sobándole las tetas le unté rápidamente crema por su barriga y le separé las piernas ligeramente mientras le ponía crema por el interior de sus muslos. Cada pasada me acercaba más a su sexo, hasta que se lo rocé con uno de los dedos y ella lanzó un gemido de placer al notarlo. Al momento noté que estaba chorreando jugos y que me iba a permitir hacerle cosas impensables hasta ese momento en un lugar público y ante espectadores.
Miré al chico que se estaba masturbando y le hice una seña indicándole que se acercara en silencio a cont
emplar el coño de mi mujer. Él se levantó sin parar de masturbarse en ningún momento y se colocó de pie a dos metros de distancia y justo frente a los pies de Ana, desde ese sitio tenía una perfecta visión de la raja de su coño y veía claramente como se lo estaba sobando. El resto de la gente nos miraba pero no hacían ni decían nada, creo que todos estaban muy excitados.
Ana no se dio cuenta de su presencia ya que permanecía con los ojos cerrados disfrutando de las sensaciones que le estaba proporcionando mis dedos en su empapado sexo. Ya no me preocupaba la crema, sólo estaba pendiente de sobarle su coño y de asegurarme que el chico no se perdía detalle de todo lo que le hacía. Con la mano derecha le separé sus labios vaginales y con un dedo de la izquierda le empecé a masajear el clítoris como sé que le gusta que le haga. El chico tenía ante sus ojos el coño abierto, rosadito y chorreante de mi mujer. Se masturbaba lentamente, sin prisas, pareciéndose más a unas caricias que a una paja lo que se estaba haciendo.
No sé de donde salieron pero al cabo de pocos minutos eran cinco los hombres que estaban a menos de dos metros de nosotros y que estaban masturbándose mirando como yo sobaba el coño abierto y el clítoris desenfundado de mi mujer. Nadie decía nada y todas las miradas estaban clavadas en su sexo y en mis manos que lo trabajaba a conciencia. Sin previo aviso le introduje dos dedos de la mano derecha en su interior, lo que le hizo lanzar un nuevo suspiro de placer perfectamente audible para todos los que nos rodeaban, a la vez que suspiró levanto sus caderas arqueando la espalda en una clara señal de placer. Llevaba más de diez minutos frotando con los dedos de una mano su clítoris y metiéndole dos dedos de la otra en su coño ante la atenta mirada de los cinco hombres cuando noté que empezaban a aumentar las contracciones en el interior de su vagina. Clara señal de que estaba a punto de correrse.
En ese instante, como un acto reflejo ante su inminente orgasmo, abrió los ojos y se encontró con los cinco hombres pajeándose a su salud a menos de dos metros de ella. Su primera cara fue de susto.
ANA: ¿Qué es esto? ¿Qué están haciendo?Yo no paré de frotarle el clítoris ni de mover los dos dedos en su interior y le contesté con un tono muy tranquilo.
YO: Lo mismo que tú. Se van a correr, igual que vas a hacerlo tú. No te preocupes que no pasa nada y disfruta de correrte delante de tantos hombres. Piensa lo que estás haciendo y aprende a sacarle gusto a esta situación. Hay un montón de hombres mirándote desnuda y tú aquí, con las piernas abiertas para que te vean bien el chocho, conmigo a tu lado proporcionándote un orgasmo ante todos ellos. Disfrútalo.
Ella sopesó la situación en menos de un segundo.
ANA: Pues sí, que me miren como me corro, que ya estoy a punto, ahhhhhhhhh que me miren ahhhhhhhhh ya sube ahhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhh me corro, me corro ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh mirarme todos como me corro ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhh que bueno ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
Su corrida fue enorme, su cuerpo se convulsionaba de una manera exagerada, y tres de los hombres se corrieron a la vez que lo hizo ella. Mientras se corría sus ojos estaban fijos en las pollas que tenía frente a su coño y pudo ver claramente como tres de ellos se corrieron con ella. Los chorros de semen cayeron sobre la arena muy cerca de sus piernas y mientras ella disfrutaba de los últimos segundos de su orgasmo los tres que se corrieron con ella alargaban los suyos meneando sus pollas más lentamente sin dejar de mirarla.
Mis dedos siguieron entrando y saliendo de su vagina durante unos segundos hasta que decidí dar un paso más.
YO: Te voy a follar delante de todos, guarra, que ya no aguanto más, mira como me tienes la polla.
ANA: Sí fóllame, fóllame delante de todos. Que vean como me la metes. Que todos miren como tu polla entra y sale de mi coño sin parar.
Yo sabía que esa era su debilidad, cuando tenía un orgasmo en su clítoris le encantaba que la penetrara con fuerza y que le proporcionara un par de orgasmos más mientras me la follaba. Cogiéndola de la cintura la puse en cuatro y le penetré con fuerza.
YO: Toma polla puta, ¿Te gusta que te vean como te follo?ANA: ahhhhhhhhhh me encanta, ahhhhhhhhhhhhhh no pares, sigue sigue ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh fóllame más, fóllame sin parar ahhhhhhhhahhhhhhhhhh ahhhhhhh
hhhhhhh que todos lo vean ahhhhhhhhhhhYO: Me encanta que seas tan puta.
Los tres chicos que se habían corrido con ella continuaron masturbándose sin dejar que sus pollas llegaran a ponerse flácidas del todo. A los otros dos les hice una seña para que se colocaran junto a ella, ellos lo entendieron enseguida y siguieron mis instrucciones colocándose uno a cada lado de su cabeza y a menos de medio metro de distancia, de manera que ella los veía masturbarse junto a su cara a la vez que yo me la estaba follando. YO: Dales placer zorra, no ves que lo están deseando.
ANA: ¿Qué quieres? ¿Qué se las casque yo?YO: Claro que sí, eres mi puta y me has de dar placer.
ANA: ¿Y a ti te da placer ver como tu mujer se agarra a otras pollas?YO: Sí, me encanta que seas muy puta cuando te excitas.
Ana me hizo tumbar sobre la arena boca arriba y sentándose sobre mi polla la engulló en su sexo hasta el fondo de un solo golpe y se puso a cabalgar sobre ella.
ANA: Venir aquí, dejarme que os pajeé yo, dejarme cogeros la polla.
Ellos obedecieron al instante y se acercaron, ella les agarró las pollas y les sometió a un sube y baja muy frenético sin dejar de cabalgar sobre la mía. Sus tetas se movían siguiendo el compás marcado por su cabalgada. Yo estaba en el séptimo cielo y no me podía creer lo que estaba sucediendo, Ana estaba follándome mientras pajeaba a otros dos hombres y otros tres se pajeaban por ella. Al cabo de pocos segundos uno de ellos, el de la derecha le dijo que se iba a correr y ella acercó su boca para que le escupiera el semen dentro de ella. No se la chupo ni se metió la polla en su boca, pero dejó que su semen cayera dentro de su boca a la vez que lo iba dejando resbalar de nuevo hacia afuera y que le cayera sobre sus tetas. Cuando este hombre dejó de eyacular tras cuatro o cinco buenos chorros, ella le soltó la polla y con la mano libre se restregó el semen sobre su pecho de la misma manera que había hecho yo anteriormente con la crema, dibujando círculos por el contorno de sus tetas y estirando sus pezones dejándolos resbalar entre sus dedos. Ana empezó a gemir de nuevo y sus movimientos se aceleraron.
ANA: Aguanta cariño, ahhhhhhh que me voy a correr de nuevo ahhhhhhhhh aguanta ahhhhhhhhhhhh ya sube, lo noto como me sube ahhhhhhhhhhhh ya está, ya está, me corrooooo, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Se derrumbó sobre mi pecho pero no dejó de menear sus caderas ni soltó la polla que tenía agarrada, todavía quería otro orgasmo más, yo intentaba aguantar mi corrida como fuera pero me lo estaba poniendo muy difícil. Tras unos segundos conseguí calmarme un poco y notaba la situación más controlada.
De pronto me acordé de la pareja cuarentona y de los otros hombres que había en nuestra zona y que seguro que nos estaban viendo y oyendo. Giré mi cabeza y lo primero que llamó mi atención fue que todos nos estaban mirando, dos de los hombres se habían juntado y se estaban masturbando mutuamente, a los que no pude ver al primer vistazo fue a la pareja pero después me di cuenta que se habían colocado tras un pequeño arbusto que les tapaba muy poco y que él se la estaba follando a ella tipo perrito. Deduje que se habían excitado mucho, que querían seguir mirando, pero que no querían ser ellos el centro de atención. Eran más discretos que nosotros. Les hice gestos a los hombres para que se acercaran y todos, poco a poco, lo fueron haciendo. Yo seguía tumbado en la arena boca arriba y Ana volvía a cabalgarme con su espalda muy tiesa y su pecho desafiante apuntando al frente, su mano izquierda no soltó en ningún momento la polla de ese desconocido y no dejaba de meneársela.
Los hombres que se acercaban se fueron colocando alrededor nuestro pero a una distancia prudencial. Todos se hacían una paja mirándonos y los dos que se lo estaban haciendo mutuamente seguían igual, masturbándose el uno al otro.
ANA: Mira cuantas pollas tengo a mi alrededor, mira cuantos hombres se pajean a mi salud, eso es lo que tú quieres ¿verdad cabrón?YO: Sí, sí, eso es lo que siempre he querido.
ANA: Pues disfrútalo todo lo que puedas, ya lo tienes, mira cuantos tíos masturbándose mientras me ven en pelotas como te follo, viendo como tu polla entra y sale de mi coño. Disfruta de ver como todos ellos me ven teniendo un orgasmo tras otro, corriéndome como una perra.
YO: Sí, cuantos má
;s mejor, que te vean todos, te ven las tetas y el coño perforado por mi polla, me encanta que seas tan puta. Me encanta que te miren mientras te corres como una puta exhibicionista.
Alargué mis brazos y le cogí las tetas, al hacerlo resbalaron por el semen que había caído de su boca, eso me excitó más y no dejé de sobarle los pezones haciendo que mis dedos resbalaran una y otra vez al intentar agarrarlos.
YO: Ya no aguanto más, me voy a correr, me corro ahhhhhhhhhhhhhhhh me corro ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhANA: Disfruta, piensa en todos estos tíos pajeándose a mi alrededor y que yo estoy desnuda ante ellos, disfruta. Piensa en todos ellos pajeándose a mi salud.
YO: ahhhhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhh ya me corrí, ya me corrí ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
Ella se salió sin soltar la polla del hombre que todavía no se había corrido y me miró con una sonrisa, luego dirigió su mirada a todos los demás y observó todas las pollas erectas que le rodeaban. ANA: Acercaros, tirarme el semen sobre mi cuerpo pero no en la cara ni en el pelo. Inundarme el cuerpo y las tetas de leche.
Ellos no se hicieron rogar y al momento todos dieron un paso al frente quedando Ana rodeada de un montón de pollas y masturbando ella misma a una de ellas. Con la mano que tenía libre se dedicó a coger y sopesar los testículos de muchos de ellos sin impedir que siguieran masturbándose, creo que no quedó ninguno por ser tocado por la mano de Ana. Poco a poco todos fueron eyaculando sobre ella, unos más y otros menos, pero todos ante su atenta mirada. El semen no paraba de caer sobre su piel. Cada vez que una polla empezaba a eyacular Ana se giraba para ver salir el semen en dirección hacia su cuerpo y estrujaba los cojones del que se estaba corriendo como si se los exprimiera. Al final solo quedaba por correrse el hombre que ella estaba masturbando desde hacía un buen rato.
ANA: Buen aguante tienes, pero no te voy a dejar que aguantes ni 30 segundos más.
Y de repente, ante todos esos tíos y delante de mis propios ojos se puso de rodillas y se metió su polla en la boca y empezó a hacerle una mamada a conciencia. Entonces separó sus piernas y se metió sus propios dedos en la vagina haciéndose ella misma una paja a la vez que se la mamaba a este desconocido. Naturalmente todos los demás empezamos a hacernos de nuevo otra paja. El hombre que recibía su mamada le avisó que se iba a correr ya, y ella sin sacarse la polla abrió su boca y con la mano le hizo eyacular dentro de ella mientras con la lengua hacía salir el semen del interior de su boca y lo dejaba caer sobre su cuerpo, igual que lo había hecho anteriormente con el otro tío, pero en esta ocasión teniendo la polla dentro de la boca.
Cuando el hombre terminó de soltar chorros de leche, Ana se tumbó en el suelo boca arriba y separando sus piernas exageradamente continuó masturbándose delante de todos. Tenía dos dedos metidos dentro de su vagina y los frotaba contra las paredes en un mete saca continuado mientras con la otra mano no dejaba de sobarse todo el cuerpo y esparciendo el semen que tenía por todas partes. Se sobó sobre todo las tetas y jugaba haciendo resbalar sus dedos sobre toda su piel. Los demás seguíamos machacando nuestras pollas tiesas ante ella, incuso el hombre que acababa de eyacular en su boca se la machacaba de nuevo sin dejar que su polla llegara a relajarse del todo.
ANA: Mirarme ahhhhhhhhh mirarme como me masturbo ahhhhhhhhhh mirarme bien todos ahhhhhhhhhhhhhhh ¿a que nunca habéis conocido a nadie más puta que yo? ahhhhhhhhhhhhhhhhh me voy a correr para vosotros, mirarme ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh ya me corro, ya me llega ahhhhhhhhhhhhhhh mirar como se corre esta perra ahhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
Su cuerpo volvió a convulsionarse como lo hizo en su primera corrida, ninguno de nosotros se había corrido por segunda vez pero todas nuestras pollas estaban apuntando hacia arriba, y ella estaba allí, tumbada en el suelo con las piernas abiertas, con dos dedos metidos dentro de su coño, y cubierta por el semen de una docena de tíos. Ana recobró el sentido de la situación y tras calmarse un poco nos miró a todos como nos la machacábamos, entonces se dio cuenta de que su cuerpo era todo un espectáculo por la gran cantidad de semen que resbalaba por él.
ANA: Lo siento muchachos pero yo me voy al agua a lavarme, claro que tener que pasar entre toda la gente que está en la playa cubierta por tanto sem
en puede ser un poco embarazoso, o sea que os sugiero una cosa. Yo me voy al agua, los que queráis me seguís y al que me acompañe le hago yo la paja dentro del agua. Bueno, todo esto si mi marido me deja.
YO: Claro que te dejo, si ellos quieren por mí estaré encantado de que se la casques a todos.
Se quedaron todos parados ante esta sugerencia y nadie dijo nada. Ana se puso de pie dispuesta a irse ella sola al agua si nadie le acompañaba, pero uno de los hombres le dijo que no podían pasar ante tanta gente con las pollas tiesas.
ANA: Si yo puedo pasar cubierta de semen, no veo porque no podéis pasar vosotros con la polla tiesa, de algún sitio ha tenido que salir todo este semen, y un tío solo no produce tanto ¿no os parece?. Si yo voy a dar el espectáculo vosotros también lo vais a dar. El que quiera que le haga una paja que me acompañe.
Y diciendo esto empezó a caminar hacia el agua. Tras unos segundos de vacilación sólo el hombre al que Ana se la había mamado y yo corrimos tras ella alcanzándola a los pocos metros. El espectáculo para la gente que estaba tomando el sol fue mejor que el que les dio Ana anteriormente. Ella caminó toda la distancia hasta el agua acompañada de dos hombres con las pollas tiesas mientras chorros de semen iban resbalando por su piel hasta la arena.
Al llegar al agua se metió hasta que ésta le llegaba un poco más arriba de la cintura y nos hizo ponernos uno a cada lado mientras ella se iba lavando el semen que había sobre su piel. Ana agarró sin ningún preámbulo la polla que había mamado anteriormente y empezó a someterla a un sube y baja muy frenético bajo el agua.
ANA: No vayas a tardar tanto esta vez ¿eh?ÉL: Tendrás que motivarme con algo especial para conseguirlo.
ANA: Ja ja ja, vale, si mi marido te deja no me importa que me toques un poco las tetas.
ÉL: ¿Sólo las tetas?ANA: De momento sí.
Yo estaba alucinado escuchando esta conversación. Ana iba a permitir que un tipo del que no sabía ni su nombre le sobara las tetas delante de mí y de un montón de gente en la playa, que aunque estuvieran a su espalda y bastante alejados se podían hacer una idea bastante clara de lo que pasaba.
YO: Por mí como si te folla.
Lo dije sin pensar. Él no perdió el tiempo y rápidamente agarró una de las tetas a Ana, ella continuó masturbándolo. Las manos del hombre pasaban de una teta a la otra sin parar y ella cerró sus ojos demostrando el placer que estaba sintiendo al notar unas manos extrañas sobre sus pechos.
De pronto una mano del hombre empezó a descender sobre su cuerpo acercándose hacia el sexo de Ana, ella seguía con los ojos cerrados y se estaba dejando hacer, la mano llegó hasta su pubis y ella separó un poco sus piernas dejando claro que iba a permitir que esos dedos extraños se introdujeran en su vagina y se alojaran en su sexo, lo cual sucedió enseguida. La mano de ese tipo desapareció de mi vista entre las piernas de Ana. Ella gemía sin parar y agitaba la polla que tenía agarrada con mucha fuerza.
De repente Ana me miró y en un estado de nerviosismo bastante elevado me dijo:ANA: Fóllame cariño, no puedo más, necesito que me folles ya. Luego le masturbo a él, pero ahora necesito tener una polla dentro.
YO: Si tanto necesitas una polla que sea la de él.
Me sorprendí al oír mis propias palabras, pero era cierto, le estaba diciendo a Ana que se dejara follar por ese tipo.
Ante mi sorpresa me contestó sin pensar ni un segundo.
ANA: Pues que me folle él, me da lo mismo. Lo único que sé es que necesito tener una polla dentro ya, no puedo esperar. Que me folle quien sea, como si me folla toda la playa.
Y dándose la vuelta se cogió del cuello de ese hombre y dando un saltito lo rodeó con sus piernas por su cintura. Con una mano apuntó la punta de la polla a la entrada de su vagina se dejó caer metiéndose la polla de ese desconocido hasta el fondo en un par de golpes.
Los dos gimieron de placer y les cambió la cara nada más que la polla se alojó hasta el fondo. La satisfacción de los dos era total. Él intentó besarla en la boca pero ella apartó su cara.
ANA: No, eso no, los besos sólo se los doy a mi marido.
Ana empezó a cabalgar sobre la polla de este tío, él puso sus manos sobre su culo para ayudarle en sus movimientos y poco a poco le fue separando las nalgas.
Yo podía verlo todo a trav
és de la fina capa de agua que les cubría la zona y no dejaba de masturbarme lentamente intentando alargar lo máximo posible estos momentos de placer. Mi mujer estaba siendo follada por un tipo al que acababa de ver por primera vez hacía menos de una hora, o mejor dicho, ella se lo estaba follando a él. Era increíble ver a mi mujer rodeando con piernas y brazos el cuerpo de un hombre desconocido mientras cabalgaba sobre su polla y él le abría las nalgas con sus manos. Sus tetas se frotaban contra su pecho cada vez que su cuerpo subía y bajaba.
EL: ¿Quieres que te meta un dedo en tu culito de putita?ANA: Hazme lo que quieras ahhhhhhhhhhh pero no se te ocurra terminar todavía ahhhhhhhhhhhhhhh necesito mucha polla. y sigue llamándome puta ahhhhhhhhhhhh me excita.
EL: Pues toma dedo zorra.
Y le metió el dedo corazón de su mano derecha en su ano.
ANA: ¡Cuánto placer! ahhhhhhhhhh sigue ahhhhhhhhhhhhhh no pares cabrón, ahhhhhhhhhh dale fuerte a esta perra ahhhhhhhhhhhhh.
ÉL: Follas como una auténtica puta, zorra más que zorra.
ANA: Síiiiiii, soy una puta y una zorra ahhhhhhhhhhhhhhh por eso follo contigo ahhhhhhhhhhhhhh.
Él se giró hacia mí.
ÉL: Te casaste con una buena perra ahhhhhhhhhhhhhhh tiene el coño muy caliente y da mucho placer ahhhhhhhhhh.
YO: Ya lo sé, es muy buena follando.
ÉL: Me estoy follando a la puta de tu mujer y le estoy perforando el culo.
YO: Puedo verlo, disfruta, disfruta de follar con mi puta.
A los pocos minutos él le avisó que se iba a correr.
ÉL: Ya me voy a correr, me corro, no puedo aguantarme más.
Ella sin dejar de cabalgar sobre su polla protestó.
ANA: Ni se te ocurra que a mí aún me falta un poco.
YO: Descarga toda tu leche dentro de su coño. Fóllate a esta puta hasta el final.
ÉL: No puedo evitarlo, me corro ahhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
El hombre se corrió soltando todo su semen en el interior de la vagina de mi mujer, ella al notar los chorros de semen se corrió también.
ANA: ahhhhhhhhhhhhhhhhhh es delicioso ahhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
YO: Ven aquí cariño.
Me puse al lado del hombre que acababa de follarse a mi mujer y ella se agarró a mi cuello y se pasó de una polla a otra sin tocar al suelo. El hombre no sacó el dedo de su culo. Mi polla entró con mucha facilidad y pude notar que resbalaba por las paredes de su vagina más de lo normal. Me di cuenta que era por el semen de ese hombre que ahora permanecía a nuestro lado viendo como mi polla entraba y salía del chocho que él se acababa de follar. Podía notar a través de la fina pared que nos separaba como el dedo que estaba en su culo se estaba moviendo hacia dentro y hacia fuera a la vez que dibujaba círculos y eso me daba más placer todavía. Ana no paraba de cabalgar sobre mi polla de la misma manera que unos segundos antes lo había hecho sobre la otra. La situación me excitaba mucho y aunque la fricción de su vagina sobre mi polla no era demasiada quedaba compensado con el dedo que estaba alojado en su culo y que yo notaba como si nada nos separara.
ANA: Me corro otra vez, me sube, me llega, ya me corro ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh que fuerte es, que fuerte, que bueno ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
YO: Yo también, no te pares ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh.
Fue una de las mejores corridas de mi vida. El dedo salió de su culo, Ana se liberó de mi polla y se quedó frente a mí.
ANA: ¿Te ha gustado?YO: Cariño, ha sido genial, me lo he pasado como nunca, y me encanta estar casado con una mujer tan zorra, te quiero y me gusta mucho que seas tan puta.
ANA: Para mí también ha estado muy bien. Lo he disfrutado mucho. Te amo. ¿No te importa que haya follado con él?YO: Por supuesto que no, lo único que me importa es que tú disfrutes del máximo placer posible.
Nos dimos un gran beso y volvimos los dos hacia las toallas dejando al desconocido que se la había follado en el agua. Fuimos cogidos de la mano hasta nuestro sitio sin importarnos quien nos miraba o quien había visto todo lo que habíamos hecho.
Nos secamos con las toallas, recogimos nuestras cosas y tras vestirnos nos fuimos de donde estábamos caminando unos quinientos metros por la arena. Cuando nos habíamos alejado lo suficiente para que nadie de los presentes pudiera haber visto nada de lo que hab
ía pasado anteriormente volvimos a extender nuestras toallas y nos dispusimos a pasar una agradable día de playa, disfrutando, ahora sí, de bañarnos y tomar el sol desnudos los dos juntos.
Esperamos comentarios.
Autor: Ana ana30730 (arroba) yahoo.es