Me presento, me llamo Paco, estoy casado y tengo 42 años. Hace algún tiempo decidí probar nuevas experiencias al margen de mi matrimonio que, dicho sea de paso, me funciona bastante bien, pero necesitaba probar otras cosas.
Así que comencé por ir a una sala de masajes y una chica de mediana edad me atendió fenomenal, me dio primero un buen masaje por la espalda, cuello, a continuación bajó a mis pies, cogía los dedos uno a uno y lo estiraba y yo imaginaba que me estaba cogiendo la polla, así que comencé a ponerme cachondo, siguió a continuación por la piernas de abajo a arriba con un trabajo muy profesional.
A continuación pasó a mi culo, me bajó el tanga que llevaba puesto para poder masajearme mejor y que no se manchara de aceite. Una vez terminó me bajó totalmente el tanga y me abrió un poco las piernas para poder cogerme los muslos, a esto ya veía como estaba, totalmente empalmado, me rozaba los huevos y me preguntó si quería que me pusiera aceite por la raja del culo, le dije que sí.
De hecho abrí un poco más las piernas y levanté un poco el culo, cogió el bote de aceite y dejó caer un buen chorro me empezó a tocar y me metió un dedo en el culo, mientras que con la otra mano acariciaba mi polla.
Después me dijo que me volviese boca arriba y así hice. Se desnudó, se quitó el sujetador y se quedó con un tanga, empezó a darme lametones en la polla, yo hacía otro tanto con sus tetas, mientras con las manos le acariciaba el culo y le cogía bien el coño.
Me decía que no le iba a caber la polla y yo le dije que sí, de forma que me colocó a duras penas el condón y empecé a metérsela despacio, poco a poco, hasta el fondo.
Paramos un momento y trajo un vibrador, yo nunca había visto ninguno al natural así que después de jugar un rato con él entre sus tetas, decidió que yo tenía que probarlo y estuvo intentando metérmelo en el culo pero era imposible, al final le metí la polla en el coño y ella cogió el vibrador y se lo metió ella en el culo, dándose doble gusto, seguimos así hasta que nos corrimos.
A la semana siguiente volví a ir a la sala de masajes y le dije a la chica que quería un masaje más enérgico ya que me dolía un poco la espalda, me dijo que ella no podía dármelo más fuerte pero si quería su marido que trabajaba allí podía dármelo. Así que esperé tumbado desnudo boca abajo en la camilla, se abrió la puerta y entró el marido, un tipo alto, con barba, fuerte. Le comenté que quería un masaje duro, comenzando con la faena, la verdad es que lo daba fenomenal.
Había observado que al darme los masajes entre las piernas me rozaba bastante la polla que aún estaba tranquila, yo le dejé seguir, a continuación me dijo que me diese la vuelta, empezó a darme masajes por el pecho y vientre, después bajó por mis piernas, de vez en cuando al subir al muslo me cogió la polla y me la apartó para seguir masajeando.
Yo estaba boca arriba con los ojos cerrados, así que empecé a imaginar fantasías, sin darme cuenta empecé a empalmarme, el tío se dio cuenta y me dijo que si quería relajarme, le dije que sí, comenzó con aceite a untarme toda la polla y a masturbarme lentamente.
Viendo todo esto le pregunté si podía desnudarse él pues así me sería más fácil, el tío accedió, se desnudó y mi sorpresa es que el tío también estaba empalmado, le cogí la polla, se la meneé, él seguía masturbándome, se acercó y empezó a chuparme la polla, yo ya estaba loco, no sabía qué hacer, le dejé seguir, el tío masturbaba y me la chupaba hasta que me corrí.
Pensé que debía hacer algo por él, me bajé de la camilla, me puse de rodillas y empecé
yo a comerle la polla, con las manos le cogía los huevos, seguí chupando y me dijo que se iba a correr, así que dejé de chupársela y se corrió en mi pecho.
Fue maravilloso, espero ir de nuevo pero esta vez con los dos a la vez.
Autor: Pacodemalaga