El mejor descanso cuando estas saturado de estudiar
Este relato sucedió cuando estaba yo en la Universidad, estábamos en plena época de exámenes, yo estudiaba en la biblioteca, pero ese día, no había ningún sitio libre en la planta baja, así que subí a la planta de arriba, donde tras mucho buscar encontré un sitio para poder estudiar. Me senté y empecé a organizar todo el material de estudio, una vez que finalicé, miré a la persona que tenía delante, en el otro lado de la mesa, era una chica, ella me miró, sonrió y continuó estudiando, yo hice lo mismo. Al rato de estar estudiando, empecé a notar que tenía una mirada clavada en mí, era la vecina de mesa, no dejaba de mirarme, era preciosa, tenía un pelo rubio largo que le llegaba por la mitad de la espalda y unos ojos castaños muy hermosos, sus pechos eran pequeños pero firmes y sus pezones se podían distinguir tras su blusa blanca. Tras un breve tiempo mirándonos, ella me dijo en voz baja que me conocía de haberme visto en el campus universitario, y que se llamaba Irene, yo le dije mi nombre y empezamos a conversar sobre lo que estábamos estudiando. En medio de la conversación, oí como dejaba caer su sandalia del pie, y a continuación noté como su pie hacia contacto con mi pie, y seguidamente, iba subiendo por mi pierna, hasta que su pie hizo contacto con mi miembro por encima del pantalón, el cual no tardó en reaccionar pese a la sorpresa que me había llevado, ella me miró y sonrió, posteriormente me dijo en voz baja que si me molestaba, yo le dije que no, aunque le pedí que lo quitara de allí, Irene no me hizo caso y siguió, cada vez estaba más excitado, minutos después ella bajó la pierna, y me dejó unos segundos tranquilo. Pasado este implas, ella me dijo en voz baja que yo hiciera lo mismo, me quedé parado, pero ella insistió, y accedí a sus peticiones sin tardar mucho, llevaba una falda por las rodillas, mi pie subió y fue abriendo recorriendo sus piernas, desde los tobillos hacia arriba, hasta que noté cómo se humedeció mi pie, había llegado a sus bragas, y al rozarlas se notaba la humedad que tenía dentro, era un claro indicador de que ella estaba excitada, ella cambió su cara, puso una de placer morboso, yo con mi dedo gordo iba recorriendo su raja por encima de sus bragas, estaba disfrutando, así estuve un rato, hasta que le quité el pie.
Tras esto estuvimos estudiando un rato, hasta que ella me dijo en voz baja que la siguiera, yo lo hice, y entramos en uno de los aseos de chicas de la biblioteca, inmediatamente empezamos a besarnos. Ella sin esperar mucho, bajó su mano hasta mi miembro, tocándolo por encima de mis pantalones, ambos estábamos muy excitados, ver sus duros pezones era irresistible, no pude resistirme, desabroché su blusa y empecé a comérselos, su respiración se hizo más profunda, a la vez le desabroché la falda, acaricié sus bragas y estas estaban empapadas de su propio flujo. Acaricié un rato su coñito por encima de sus braguitas, masturbándola y ella rítmicamente me seguía, con unos sutiles movimientos de cadera, a la vez me comía sus duros pezones.
Minutos después, Irene se agachó y me quitó los pantalones, seguidamente mi slip, y mi polla salió disparada al quedarse libre de opresión, ella la miró, empezó a acariciarla y se la introdujo en su boca, empezó a chuparla pausadamente, mientras miraba mi cara de placer. Poco a poco fue aumentando el ritmo, yo con mis manos en su cabeza le iba siguiendo el ritmo, estaba a punto de correrme y ella lo notó, pero lejos de parar, continuó más fuertemente hasta lograr que descargase dentro de su boca, ella se tragó todo mi semen, no dejó restos, mi pene quedó limpio por completo, cuando terminó dio un suspiro de placer, y sonrió.
Seguidamente, se puso en pie, se quitó sus bragas empapadas, ya que su vagina no paraba de emitir flujo al exterior, la cogí por la cintura, le di la vuelta, la apoyé en el lavabo y la penetré por detrás por su coñito, soltó un gemido de placer, mi pene entraba y salía fácilmente, deslizándose por sus lubricados labios vaginales. A la vez que la penetraba, ella se masturbaba, jugueteaba con su clítoris, nos podíamos ver reflejados en el espejo del lavabo q
ue teníamos delante, yo arremetía contra ella cada vez con más fuerza, notando como su orgasmo cada vez estaba más cerca, Irene estaba a punto de llegar, y no tardó mucho en soltar un gran gritó de placer, significando que había logrado su orgasmo. Momentos después, saqué mi pene de su interior, ella se dio la vuelta y me empezó a pedir más, se sentó en el lavabo, apoyó las manos detrás y abrió sus piernas apoyándose en el water y la pared, su coñito se veía en su plenitud, su destacado clítoris, sus abultados labios, su agujerito. Cogí mi verga y lo empecé a rozar por su raja, ella gozaba con esto, y no tardé mucho en volver a penetrarla, esta vez con gran fuerza desde el principio, no le daba tiempo ni a jadear, mientras la estaba penetrando, agarré sus pechos y los empecé a amasar con movimientos circulares, sus tetas seguían duras, significaban que le encantaba lo que le estaba pasando, su cueva seguí siendo taladrada. Poco después, Irene llegó a un nuevo orgasmo, una vez que acabó, me susurró al oído que quería tener el mío en su boca, yo estaba a punto, le di unos cuantos de meneos más a su coño, y estando a punto de correrme, saqué mi pene de su vagina, ella se arrodilló y le introduje entera mi polla en su boca, tras unas cuantas chupadas, descargué lo que tenía dentro en su cavidad bucal, ella absorvió todo, se lo tragó felizmente, lamió mi verga hasta dejarla casi como estaba en un principio. Después nos pusimos la ropa y salimos hacia nuestros asientos, nos sentamos, nos miramos, sonreímos y continuamos estudiando. Media hora después, ella recogió sus cosas, se levantó y se fue.
Autor: Fary
pabloeresmas ( arroba ) hotmail.com