La historia que quiero relatarles, recién nos ocurrió con unos compadres somos una pareja joven, yo siempre había tenido múltiples amigas, pero mi esposa siempre había sido de su casa, nos enamoramos y nos casamos, como pueden imaginar, fui su primer y único hombre, ya en la universidad nos conocimos con nuestros compadres, yo los presenté, el tiempo pasó y ellos también se casaron tiene una nena, siempre nos reuníamos tomábamos unos tragos y nada más, hasta que un día le comenté a mi esposa que opinaba de la idea de un intercambio.
Al comienzo ella se opuso y me dijo que mis ideas eran muy liberales, hasta que un día nos reunimos los cuatro solos, y libamos licor conversando y bailando, el licor ya hacia sus efectos en nosotros, y comencé a hablar de sexo, en todos los temas habidos y por haber, hasta que llegamos a los intercambios, ahí mi comadre me preguntó si yo lo haría, le dije que si pero con una persona de confianza, y me volvió a preguntar con quien y yo le dije por ejemplo con ustedes, todos se rieron, pero mi comadre se quedó callada como si no hubiera escuchado, hasta que la invité a bailar un baile lento y le conversé al oído, y le pregunté sobre la idea anteriormente dicha, se sonrió y miró a mi compadre, en ese instante invité a mi esposa a que bailara con mi compadre, y aceptó.
En eso comencé a acariciar disimuladamente la espalda de mi comadre la cual no decía nada, la apreté más a mi y rozamos a la disimulada nuestros labios, ya para ese entonces, mi esposa reía con mi compadre, terminada la canción volvimos a nuestros lugares y seguimos libando licor, ya entrada bastante la noche, comenzamos a jugar a la botella borracha, al comienzo los mandatos eran normales, hasta que yo ordené a mi esposa que besara a mi compadre en la boca, me preguntó si era un piquito o un chape completo, yo le dije el que quieras, en eso se dieron un beso que duró como 2 minutos, eso me puso a cien, sentía que esto se acercaba a mi fantasía, seguimos jugando y mi compadre me indica que bese un seno a su esposa, ella al comienzo solo se reía pero opiné que debía cumplirse el mandato.
Mi comadre saca su pecho que era descomunal, grande a diferencia de mi esposa, me acerqué y en vez darle un beso metí todo su pezón en mi boca y se lo chupé muy suavemente, esto creo que bastó para que todos nos calentáramos y mi esposa opinó que fuéramos al dormitorio, ahí todos fuimos quedándonos sin ropa por los mandatos del juego anteriormente descrito, en eso mi compadre se olvidó de nosotros y comenzó a besar con pasión a su esposa, y a hacerle el amor, yo también hice lo mismo con mi esposa, pero era otra realidad.
Mis compadres haciendo el amor en mi cama a mi costado, era realmente increíble parecía un sueño, en eso con mi esposa estábamos haciendo un excitante 69, y mi comadre me dice que es hora de intercambiar, me quedé por un momento frío, no lo podía creer, ella también había sido siempre conservadora incluso también mi compadre había sido su único hombre, miré a mi compadre y se le veía con una sonrisa como aceptando todo, había esperado este momento tanto y se hacía realidad, pero aún dudé un poco, dar así a mi esposa, lo pensé y me dejé llevar, me separé de mi esposa que aún chupaba mi pene, y cambié de posición al lado de mi comadre.
Comencé a acariciar sus muslos, y a besar sus tremendos senos, ella cerraba sus ojos de placer, en eso vi a mi compadre que besaba con pasión a mi esposa y ella correspondía al mismo tiempo que tocaba su pene, besé cada centímetro de piel de mi comadre estaba preciosa, le chupé su vagina y llegó a su primer orgasmo, de reojo veía que mi compadre penetraba la vagina de mi mujer en la posición perrito, luego de introducirlo gimió como nunca, comenzamos a penetrarla al unísono estaba tan excitado que no aguanté más y eyaculé en su ano gritando como loco, me tendí a un
costado y mi comadre todavía caliente empezó limpiar cada centímetro de mi pene, que poco a poco empezaba a ponerse duro otra vez.
Mi esposa para entonces también era penetrada por el culo por mi compadre, yo ya la tenía dura y en un precioso perrito penetré la vagina de mi comadre una vez más, en eso mi esposa llegaba a su tercer orgasmo y cayó rendida en la cama, mi compadre miró a su esposa y le dijo echándose de espaldas que le cabalgara, ella hizo caso rápidamente, yo me quedé un rato mirándolos y comencé a hacerle un beso negro y a introducirle un dedo en el culo, ella me dijo que fuera despacio porque era virgen todavía por ese agujero, con paciencia mientras mi compadre la bombeaba fui introduciendo hasta dos dedos y ella gemía de placer hasta que me dijo: penétrame quiero a los dos.
Puse mi pene en la entrada de su ojete y lentamente fui penetrándola, al comienzo gritaba de dolor hasta que se acostumbró, me sentía a cien, había roto el virginal culo a mi comadre, la bombeamos hasta que mi compadre eyaculó dando unos gritos fuertes, y le decía te amo, yo seguía pegado a su culo y ella lo sacó y me dio una mamada de locura que a los pocos minutos eyaculé en su boca y ella se lo comió todo, fue fantástico, quedamos los cuatro rendidos en la cama nos tapamos y dormimos, al día siguiente nadie habló del tema, solo al despedirnos entre bromas les dije que se tenía que repetir, a lo que ellos aceptaron.
A partir de ese día soy más feliz.
Autor: Enrique y Caro
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