Hola otra vez, os continuo contando la historia de mi relación con Laura, mi compañera de piso.
Como podréis imaginar después de aquella noche de sábado todo fue distinto en aquella casa, nos despertamos con un dulce beso en los labios que fue el preludio de lo que pasaría el resto del día y de los días siguientes.
En cuanto nos encontrábamos las dos en casa y nuestros labios se unían mas de 10 segundos seguidos nos invadía una pasión desbordante, nuestros coñitos se mojaban al instante y nos lanzábamos como locas a devorarnos la una a la otra. Uno de esos días Laura me detuvo, se fue hacia la cocina y volvió con un spray de nata con el que decoró mi cuerpo, para luego limpiarlo con su lengua, a partir de ese día en nuestra casa no faltó nunca la nata, ni el caramelo líquido, jarabes de fresa, chocolate… mi postre favorito era el coño de Laura con chocolate y nata, Laura disfrutaba rellenando mi culo de chocolate.
En los puntos culminantes de nuestros ardientes encuentros hacíamos planes para comprar consoladores con los que jugar, pero luego en frío nos daba vergüenza entrar en los sex-shop y un par de veces nos quedamos en la puerta sin decidirnos a entrar.
Una tarde en que estábamos haciendo un 69 lamiéndonos, y metiendo nuestros dedos en coños y culos, apunto de corrernos Laura se separó y me dijo «vamos a comprar consoladores», nos vestimos deprisa y salimos inmediatamente a un sex-shop con la calentura en el cuerpo, no solo compramos consoladores y vibradores (de todos los tamaños, dobles, con arnes ..), también bolas para la vagina y ano, lubricante y unas muñequeras con cuerdas para muñecas y tobillos, nos dejamos un dineral y salimos con tres bolsas ante la mirada sorprendida del dependiente, volvimos a casa casi corriendo, en cuanto llegamos nos desnudamos y empezamos a desempaquetar y probar nuestros juguetes hasta quedar agotadas.
Al siguiente domingo se me ocurrió un nuevo juego, sacaríamos una carta cada una y la que sacara la menor obedecería a la otra durante todo el día, ya saque un tres y Laura un seis, con lo que me convertí en su esclava para el resto del día.
Me ordenó que me desnudara y me tumbase sobre la cama boca arriba, me hizo flexionar las piernas con las rodillas hacia mis pechos y me ató las muñecas a cada uno de los tobillos, luego tiró de las cuerdas que salían de los tobillos y las ato a los lados de la cama haciendo que mis piernas se abrieran y puso unos cojines bajo mis pies para que los apoyara, de esta manera mi depilado y mojado coño (nos lo afeitábamos mutuamente cada semana) y mi culo quedaban totalmente expuestos, la postura era un tanto incomoda, pero el sentir tan ofrecidas mis partes más intimas me excitaba en sobremanera. Laura paseo sus dedos por mi excitado coño acariciándolo, notaba mis labios vaginales hinchados de deseo, Laura deslizó un dedo por mi mojado agujerito lo movió unos segundos y metió un segundo dedo mientras me decía «estas caliente, ¿eh perra?» saco los dedos empapados en mis jugos y me los metió en la boca, chupé sus dedos con pasión, Laura se retiró quedando fuera de mi visión, cuando volvió a acercarse deslizó un dedo entre mis nalgas y noté el frío del lubricante sobre la entrada de mi culo, el dedo de Laura entro despacio y entero en mi culo y empezó a moverse en círculos mientras Laura me ordenaba «abre el culo puta» yo respondí con un gemido notaba como mi culito se dilataba y pronto un segundo dedo entró y empezó a explorar mi ano, Laura volvió a retirarse y volvió con un vibrador pequeño, de unos 12 cm. que lubricó y empezó a metérmelo en el culo sin muchas dificultades lo metía y lo sacaba lentamente: – «Te gusta que te folle el culo guarra» – «SIII» – «Pues dímelo puta» – «Me gusta que me folles el culo!!!!» Laura aceleró el ritmo unos segundos y me dejó el vibrador metido hasta el fondo de mi culo, puso en marcha la vibración y pegó una tira de cinta adhesiva en mis nalgas para evitar que se saliese, cogió otro vibrador (de tamaño normal) y me lo metió hasta el fondo de mi chorreante coño y empezó a meterlo y sacarlo mientras yo gritaba de placer me estuvo follando el coño hasta que se cansó, haciendo que me corriera varias veces, puso la vibración y una tira de cinta en mis muslos, dejándome indefensa con mis dos agujeros llenos y vibrando. Laura se subió a la cama y me puso su coño literalmente en la boca y me ordenó «cómeme el coño puta», saque mi lengua y la moví como una loca en aquel coño haciendo que se corriera varias veces en mi cara, embriagándome con su sabor y su olor, después de su último orgasmo Laura se dio la vuelta y con sus dedos me acarició el clítoris hasta proporcionarme un orgasmo brutal que hizo estremecer todo mi cuerpo.
Después de darme ese increíble orgasmo se bajó de la cama, retiró la cinta adhesiva, me saco el consolador del coño y me lo metió en la boca para que saboreara mis propios jugos, después sacó el de mi culo que salió sucio de heces y lo acerco a mi cara diciéndome «eres una guarra, yo te enseñare a ser limpia». Me desato de la cama, ato mis muñecas a mi espalda y me llevo al baño, allí hizo que me sentara en la bañera con el culo metido hacia dentro, desenroscó el teléfono de la ducha y metió la goma del tubo flexible en mi culo mientras me decía «ahora te enseñaré a tener el culo limpio para tu ama», aguantó el tubo para que no se saliera de mi culo y le dio al agua, al momento note como mis tripas se llenaban e hinchaban con el agua, Laura cerro el grifo, sacó el tubo de mi culo y lo cerro con sus dedos evitando que el agua se escapase, me tuvo un par de minutos así, tiempo que aprovecho para mordisquear mis pezones, hasta que retiro sus dedos y me ordeno vaciar mis tripas, repitió la operación dos veces más, después me hizo poner de pie e inclinarme hacia adelante, ella metió dos de sus dedos en mi culo y los movió, los sacó y me dijo «parece que esta limpio pero es mejor que nos aseguremos», me llevó al comedor me recostó sobre la mesa y se fue a su habitación, volvió con un consolador con arnés amarrado a sus caderas una de sus partes desaparecía dentro de su coño y la otra estaba brillante de lubricante, echó un poco de lubricante sobre mi culo, me hizo flexionar un poco las rodillas (para quedar a su altura) y agarrándome de la cintura me metió el consolador por el culo, empezó a follarme: – «Me encanta follarte el culo zorrita y a ti que te lo folle verdad puta» – «Siii mi culo es para tii, follamelo» Mientras su polla falsa entraba y salía de mi culo Laura me azotaba las nalgas con sus manos, me mordisqueaba el cuello, me agarraba del pelo mientras me gritaba «mueve el culo puta».
Cuando se canso de follarme me desató, se sentó en el sofá y me ordeno que le lamiese los pezones, obedientemente lamía y chupaba sus pezones mientras ella pellizcaba los míos, después se separó se puso de rodillas sobre el sofá con los pechos apoyados en el respaldo y abriéndose las nalgas con las dos manos me ordenó «cómeme el culo guarra», metí mi lengua entre sus nalgas y empecé a lamer su agujerito que se abría con placer ante las caricias de mi lengua, Laura empezó a gemir: – «Así, así, mas adentro» – «Comételo todo Sonia» – «Vamos mete más la lengua puta» Me agarro del pelo y apretó mi cabeza entre sus nalgas, mi lengua estaba completamente dentro de su culo y se movía lamiendo todos los rincones del culo de Laura.
Se levanto, metió dos dedos en su coño y los metió en mi boca mientras me decía «me has puesto muy cachonda y como lo has hecho muy bien voy a dejar que me folles», dicho esto me hizo poner a 4 patas en el suelo cuando me giré vi que llevaba un enorme consolador doble que ya habíamos utilizado en nuestros coños, pero Laura no tenia intención de meterlo en mi coño, me volvió a lubricar mi ya irritado culo empezó a meterlo lentamente a pesar de mis lamentos, aquella enorme polla de látex se iba metiendo cm. a cm. en mi culito llenándomelo como nunca hasta dejar una buena parte encajada dentro de él, Laura se sentó cómodamente en el sofá con las piernas abiertas y me hizo retroceder hasta que ella pudo meterse una buena parte en su mojado coño, entonces me ordenó «venga guarra muévete y follame con tu culo» empecé a culear metiendo y sacando aquel pollón de su coño, Laura me azotaba las nalgas de vez en cuando con una varilla ordenándome que acelerase el ritmo, mi culo se había acostumbrado ya a las dimensiones del consolador y empezaba a disfrutarlo, en cuanto se corrió me quito el consolador del culo que había quedado muy dilatado, tanto que Laura metió sus cinco dedos en el, después volvió a llenarlo con el consolador que dobló para meter su otro extremo en mi coño y moverlo hasta conseguirme otro orgasmo, sin quitarme aquel monstruo de mi interior me hizo dar la vuelta y me obligo a comerle el coño, me agarro del pelo mientras mi lengua se movía a toda velocidad por su vagina hasta arrancarle con un grito un último orgasmo que adorno con un chorro de orina que se estrello contra mi sorprendido rostro.
Después de ducharnos me acerque a ella le di un beso y le susurré.. «La próxima vez me toca a mi mandar…»