Justo en el mismo cuarto donde hacía unas horas me revolcaba con Misael pendiente a que el Lobo no nos viese, ahora era él mismo mi próxima víctima. Y sin pensarlo dos veces me deslicé por el suelo hasta treparme sobre el cuerpo poderoso y grande.
Le decían lobo desde niño, y sin tener ninguna explicación de ello supongo que por lo peludo de su piel. Es que mi tío tenía unas piernas de ensueño, tan de machos, tan masculinas, largas como el resto de cuerpo y ful de pelos amarillos, muy muy rubios, un vientre plano y un pecho también peludo adornando sus divinos brazos tatuados (uno de ellos un lobo en el derecho) y en total su cuerpo entero que expone casi al desnudo cada noche, sólo un diminuto interior que dejan muy poco a la imaginación y más cuando se escapan a los costados aquellos huevotes color carne cruda…
Acerqué mi cara entre sus piernas y el olor a verga me inundó de inmediato. Temblé como nunca y no reaccionaba a pensar mucho quería comerme la verga de mi tío, y ya con mi cuerpo sobre él no podía echarme para atrás. Tomé la elástica de su prenda y comencé a bajarla liberando un hermoso, y el más delicioso hasta ahora, pene que he visto.
Una verga peluda no muy grande pero algo gruesa, blanquito, pálido como un pedazo de pan crudo y un glande rozagante como sus peludas bolas redondas. Olí por ultima vez y me aseguré de que no me viera y me metí hasta los huevos de ese delicioso pedazo… Gghhh, ghh, se atragantaba mi boca mientras que mis labios lo hacían crecer un poco mas, y más, no era tan grande y duro como el de Misael pero ese miembro que nunca conoció la depilación era lo mas delicioso que había probado… De pronto su mano tomó mi cabeza y empezó a dirigir mis movimientos, no me enteré en que momento se despertó y me obligaba a tragarme a su manera sus 15 centímetros.
Me sentí en la gloria, ese cuarto me había permitido en dos noches darle rienda suelta a mis deseos con éstos machos tan excitantes y provocativos, con unos miembros imposibles de desperdiciar.
Cinco minutos babeando sobre la peluda herramienta de mi tío y me lanzó a la cama, se deshizo de mi bóxer y me nalgueó duro sobre mis cachetes anales, me mordió mi culito y sentí morir, escupió con desespero su palo que se hacía paso entre mi raja y empezó a tantearme y empujarme el glande… Ahhh, ahhh, ahhh… Me destrozaba hasta el alma, me partía por dentro con cada prensada, y aunque babeaba no era suficiente para que esa verga deslizara por mi esfínter sin sentirme violado, a dolorido, era un sufrimiento tan brusco el que sentía mi culo, quería pipe pero ese pipe por poco me hace desmayar. Y es que literalmente no tenía escapatoria, su cuerpo sobre el mío me tenía preso y metiéndome de golpe esa verga peluda. Pero no más la cabeza pasó y me la saqué gritando… Me volteó y dejó caer a la fuerza su peso, hasta sus pelos en mi boca y me bañó con tres potentes chorros mientras me golpeaba, me daba cachetadas y me amenazaba con decirle a mi madre que le estaba mamando la verga.
-Abre bien, grande!!! Y traga, traga, traga todo… ¿No querías verga? Ahora aguanta pipe!-
Desde ese día me amenazaba y me hacía mamársela a diario, a mi no me desagradaba del todo, al contrario me encantaba que me usara y me diera bofetadas, me hacía sentir como su perra.
Hasta que dos años después por fin me cogió frente al televisor de su cuarto, tomado de la mesa con mis manos a cada borde, me respingó con mi culito al aire y lubricando me metió su verga por primera vez completica… Afff, que delicia, me daba duro, con agresividad, no quería que me la sacara nunca, que verga tan rica, que pelos tan suaves los que chocaban a mis glúteos, que nalgadas tan fuertes las que me propinaba con su mano izquierda mientras que con la otra me tomaba de los cabellos y me pegaba en la cara…
-Viste, y tú no querías que te reventara el culito… Ahora ya que te metiste éste que es pequeño, ya te puedes meter cualquiera…-
Mi tío lobo pensaba que me estaba desvirgando. Pero ya hacía 2 meses que mi tío Lucas me reventaba sin compasión. Y como cada tarde ese mismo día fui a visitar a mi primo Misael para que me diera mi ración de biberón, pero esta vez en especial me puse en 4 patas sobre su cama y aún con el semen del Lobo queriendo escapar de mi culo me invadió la morcilla venosa de mi otro macho moreno. Terminé doblemente relleno de leche, era imposible tenerla por mas tiempo, mientras iba de regreso a mi casa se me iba saliendo, sentía cuando se deslizaba entre mis nalgas y caían a mi prenda, dejándome tan mojado y con ganas de meterme una verga mas grande.