No me podía creer lo que me contó mi mujer aquel día de agosto en el pequeño apartamento de Cullera que alquilamos para pasar las vacaciones, nunca creí que por mucho que imaginábamos relaciones con otros en nuestra cama para darle ese punto morboso en nuestras relaciones, eso se podría convertir en realidad ya que su carácter es bastante serio y frio, aunque su físico a pesar de su mediana estatura y sus pechos pequeñitos, lo compensaba con su silueta, un culito respingón y unos pezones como alubias, el conjunto hacía que aunque tenía más de cuarenta años los hombres la miraran con deseo, aumentando el morbo por la edad que tenía, ella también cooperaba a crear situaciones morbosas, comentando sin pudor que ya no tenía regla por tener menopausia y que estaba como una niña, lo que excitaba todavía más a nuestros conocidos, de todos modos solo había tenido relaciones sexuales conmigo en sus más de cuarenta años.
Esa tarde salimos a pasear de noche y nos acercamos a la playa, nos sentamos en un recodo de rocas y como es habitual empecé a tocarle las piernas amparados por la oscuridad, aunque nunca me dejaba pasar de ahí, al momento me dijo que me tenía que contar una cosa, muy sonrojada me dijo que aquella tarde en la hora aproximadamente que se alejó entre aquellas rocas que están bastantes ocultas y llena de huecos.
Me acuerdo bien de eso pues vino con el cuerpo encendido y rojo a lo que ella me respondió que de tomar el sol. Bueno siguiendo con el relato, me empezó a contar que estando entre la rocas cogiendo unas almejitas pequeñas que se encuentran entre la rocas se le acercó un señor como de unos cincuenta y tantos años muy moreno y casi calvo aunque de buen aspecto se dirigió a ella para hablar de las almejitas y la comentó que un poco más alejado había más y bonitas conchas si quería él se las enseñaba y ella en un principio no sabía que decir, pero él se mostró tan persuasivo que accedió a acompañarle un poquito más allá.
En unos minutos el señor se bajó a una oquedad de la roca como de dos metros y ella continua su relato mientras abre un poco sus piernas:
-Me dijo baja que en este hueco hay muchas y me enseñó una caracola muy bonita y grande, por un instante pensé darme la vuelta y volver por donde había venido, pero entre que los pies me dolían un poco de andar entre las rocas y que bueno estaba lo suficientemente cerca de la playa para gritar y ser oída si el hombre trataba de pasarse, decidí bajar al hueco para ello el puso su manos sobre mi cintura para ayudarme a bajar, ya abajo el hueco era más grande de lo que suponía él se puso a escarbar en un lugar más bien escondido del hueco que tenía arena yo me acerqué a él y me coloqué en cuclillas frente a frente, sacó dos almejitas que dijo que se llamaban coquina, se dejó caer los almejitas entre mis piernas yo ya sabía por su mirada lo que quería lo que no sabía hasta dónde yo llegaría, en principio me apetecía que cogiera un buen calentón y no dudé en dejar que me rozara disimuladamente la delantera de mi biquini, me dijo: si quieres te cambio mis almejas por la tuya, sin querer entender lo que decía le dije enseñándole la bolsa: yo tengo muchas más.
El dijo atropelladamente: -yo solo quiero una -cual contesté -ésta levantó su dedo y señaló mi entre piernas. De momento pensé que el juego llegaba demasiado lejos y me incorporé tratando de salir del agujero, pero vi en mi primer intento que era difícil y me vi un poco perdida, le propuse un trato: -te enseño los pechos y me ayudas a salir -sí, pero si me dejas mast
urbarme mirándote me contestó -no me tienes que tocar le dije quitándome la parte superior del bikini dejando al descubiertos mis pechos.
Me alejé al fondo del agujero debajo de las rocas para no ser vista y me recosté en la arena, él se aproximó y se recostó a mi lado aunque un poco alejado para poder verme. Se bajó el bañador y apareció una polla de unos 20 cms. o más, la más grande que he visto nunca ya que solo he visto en verdad la tuya cariño. Mientras seguía su relato ya la estaba metiendo mano entre sus bragas y estaba totalmente empapada como nunca la había visto en 23 años de casados por mi parte yo ya tenía una corrida en los calzoncillos. Ella continuó su relato mientras le quitaba las bragas y metía la mano en mi bragueta lo cual evité sacando yo mi pene para que ella no se diera cuenta de mi corrida.
La visión de aquel pedazo polla y lo blanquita que estaba al resaltar con el moreno del cuerpo hizo que mi coño se empapara y mi mente ardiera de deseos aunque seguía haciéndome la dura, él notaba mi cara descompuesta por el deseo y me ofreció que le hiciera una paja, a lo que contesté que no, que no era lo acordado, mientras se lo decía se acercó y cogió mi mano poniéndola en su instrumento a lo que yo respondí dándole unos movimientos y diciéndole: Vale tío te la hago, pero no más, el dijo- y que vas hacer, pues gritar le contesté mientras él se recostaba mirando al cielo para darme confianza. Bueno si lo prefieres me enseñas la almeja y te prometo que no te toco y aparto mi mano de su pene.
Estaba caliente como una burra y decidí quitarme la braguita de bikini que el cogió y olió metiéndose la parte mojada por los jugos en la boca yo no podía más me senté en la arena y me puse frente a él con las piernas abiertas, él se puso a cuatro patas frente a mí diciendo deprisa y repetidamente- por favor, por favor esa almejita me la tengo que comer, se fue acercando lentamente repitiendo la frase hasta meter sus narices a unos centímetros de mi coño, se paró y seguía meneándosela en ese momento me dejé caer hacia atrás y cerré los ojos, él empezó a chupar mi coño de forma suave metía su lengua en mi agujerito, tuve un orgasmo bestial cuando abrí los ojos estaba a mis pies me levanté disponiéndome a coger mi bikini y salir, pero me cogió la mano y me dijo:
-ahora me vas a dejar así zorra después de lo bien que te lo has pasado, señalando su pene todavía erecto, me dio un tirón hacia abajo que me hizo ponerme de rodillas, me cogió con sus dos manos la cara y me metió la polla por la boca hasta el tragadero lo que hizo que me diera una pequeña arcada me rodee y él volvió a dirigir su pene a mi boca ahora justo en mis labios por tener cerrada la boca, sabía que cuando la abriera para gritar me la introduciría, bajó su mano derecha totalmente ensalivada y empezó a tocar mi coño, principalmente mi clítoris lo que hizo que otra vez estuviera totalmente empapada, al darse cuenta exclamó: -zorra estás otra vez cachonda, verás que bien lo vas a pasar no se te va a olvidar en la vida, abrí la boca y lentamente chupé su polla mientras tocaba mi clítoris y me introducía los dedos en mi culo lubricándoselos con los jugos de mi coño.
Su polla estaba tan dura que no me cogía casi en la boca, cuando empezó a correrse la sacó de pronto, me tiró en la arena boca arriba y esparció su leche en mi cuerpo encima de mis tetas mientras me metía los dedos en el coño lo que me hizo llegar a un segundo orgasmo. Nos quedamos un rato tendidos y mi vista no podía apartarse de aquel pene flácido y pequeño que había visto grande y tieso, pensé que todavía no me había follado el coño y total ya de perdida al rio. Me puse sobre en la celebre posición del sesenta y nueve y empecé a chuparle el capullo, en un momento la tenía otra vez dura, de repente me apartó y me dijo:
-Joder con lo buena que estás y lo puta que eres te voy a dar un regalo que no vas a olvidar. Espera aquí que salgo un minuto que enseguida vuelvo, se puso el bañador gateó por el agujero saliendo al exterior.
Yo en ese momento me limpié con la arena toda la leche que tenia en mi cuerpo me puse el bikini y con esfuerzo consegu&i
acute; salir de agujero. Cuando salí vi como a unos cien metros que el hombre venía con otro dos más que aparentaban ser más mayores que él, yo sin embargo apresuré mi paso y volví a la playa junto a ti.
Cuando terminó su relato ya nos habíamos corrido haciendo el amor en la playa, ella se levantó intentando buscar sus bragas aunque no las encontró, bueno dijo vamos a darnos un paseo por la playa, lo sorprendente era que no sabía si creerla o era una más de sus fantasías si esto era así se había superado con creces y teníamos un calentón que para mí era desconocido, normalmente después del polvo quedaba calmada, pero ahora se la veía con más ganas de cachondeo lo cual me sorprendió, volvimos por el paseo marítimo, observé como su monte de Venus se adivinaba a través de su fina faldas de seda lo cual a ella no le importaba más bien la divertía, en fin ella dijo que estaba muy cansada y decidimos volver al apartamento, en el ascensor metí mi mano debajo de su falda directamente en su coño, a lo que ella se retiró repitiendo que estaba muy cansada y que teníamos que madrugar para ir por la mañana de paso a una playa nudista que estaba al lado.
Por la mañana salimos de paseo, después de rodear el peñón de rocas nos encontramos en la playa, era muy larga y empezamos a andar por lo temprano que era no veíamos a nadie en principio y según fue pasando el tiempo empezamos a ver algún tío desnudo practicando Tai Chi o de paseo por la playa, yo deseaba que ella se fuera calentando ya que no disimulaba sus miradas inclusive yo la incentivaba haciendo comentarios del tipo.
-mira como la tiene, etc. Cuando vio que nos alejábamos de el último que vimos me dijo que nos metiéramos en el agua para follar, dejó el sujetador del bikini en la playa y se metió al agua yo me puse a su lado y empecé a besarla el cuello y los labios mientras mi pene se ponía a cien, jugamos un poco y empezó a aparecer algunos bañistas de paseo por la playa y empezó a cortarme, me comentó que ya no podía concentrarse y que buscáramos otro sitio, yo miré al horizonte y vi unas dunas un poco alejadas que estaban por delante un huerto sembrado, la dije que nos dirigiéramos allí.
Salimos del agua cogió la parte del bikini y nos dirigimos a las dunas, yo disimuladamente fui acercándome hacia la izquierda en vez de ir de forma recta con el objetivo de irme acercando lo suficiente para que un bañista que se encontraba cerca se diera cuenta que nos metíamos entre las dunas.
Al principio no encontramos un sitio adecuado y todo mi interés era ya cogerla y follármela en cualquier lado, por fin dimos con unos arbustos entre el huerto y las dunas con una especie de túnel vegetal, la dije que nos metiéramos por allí a lo que ella accedió, llegamos a un espacio entre la vegetación que tenía en el suelo algunos preservativos usados, lo que supusimos que era un buen sitio, saber que era un sitio que otros utilizaban para follar la excitó y nos sentamos en la arena del sitio rodeado de arbustos, enseguida empecé al asunto dándole besos y metiendo la mano entre el bikini y su coño, ya estaba totalmente calada y gemía como una zorra, me bajó el bañador y empezó a mamármela como ella solo sabe, despacito y tragándosela toda, cuando estábamos en estas me di cuenta que había algunos tíos observándonos entre los arbustos lo cual me sobre excitó, no sabía si decírselo o no, al final decidí decírselo, más bien por saber cómo reaccionaba, la levanté la cabeza y la di un apasionado beso al bajar mi boca al cuello se lo dije:
– no mires, pero nos están mirando ¿Qué hacemos?Ella contestó -si a ti te da igual yo sigo, -pues vamos a ponerlos como motos quítate la braguita del bikini y enséñales ese hermoso coño que tienes, le contesté.
Ella se quitó inmediatamente la braguita y cerró los ojos, se recostó sobre la arena, dobló las rodillas y abrió las piernas todo lo que pudo diciendo en voz alta:- vamos méteme la polla en la boca, lo que hice inmediatamente cerrando un poco los ojos para poder ver como se la estaban meneado los que nos observaban, no podía más me eché en la arena y la cogí por la cintura situándola encima de mí de tal manera que su espada se r
ecostaba en mi pecho quedando encima de mí permitiendo seguir siendo vista en su totalidad, le abrí las piernas para que pudieran ver su hermoso coño natural y escaso de pelos por la edad, en esa posición la penetré, pude ver como uno más atrevido se situaba frente a ella entre los arbustos como a un metro, ella gemía como una loca, de repente el hombre salió del arbusto y dejó caer toda su leche en el coño de mi mujer, ella gritó fóllame cabrón, yo saqué mi polla, el se arrodilló y durante unos tres segundos se la metió, le tocó las tetas y salió corriendo entre la maleza sin volverle a ver, yo volví a metérsela y se corrió como una loca.
Cuando nos levantamos todos habían desaparecido y nosotros de momento no comentamos nada, ya que nunca habíamos llegado tan lejos, nos ponemos los bañadores y nos dirigimos de nuevo a nuestro apartamento, al llegar estábamos tan calientes que echamos otro polvo. Durante la tarde fuimos a la playa a tomar el sol, mi mujer se fue a bañar mientras yo permanecía debajo la sombrilla, vi como se aproximaba por el mar a las rocas donde tuvo la fantasía o experiencia la tarde anterior, pude ver cómo me miraba disimuladamente a ver si la veía, empecé a hacerme el dormido tumbándome boca abajo en mi toalla.
Ella se aproximó a las rocas hasta estar a unos metros, aunque inesperadamente se dio la vuelta y salió del agua viniendo hacia donde estaba la sombrilla, me dijo que recogiéramos, que le apetecía cenar pronto para salir esa noche, de inmediato recogimos y nos fuimos al apartamento por el camino solo hacia que pensar en que la fantasía de la noche anterior quizás fuera una realidad y cada vez me gustaba más.
Antes de salir esa noche noté que estaba más provocativa de lo normal, se puso su faldita de seda blanca con flores que la llega justo a mitad del muslo y camiseta de algodón amplia de tirantes parecida a la que nos ponemos los hombres de color blanco, por primera vez en su vida salía sin sujetador ya que sus pechos aunque eran pequeños tenían unos pezones claritos y grueso que se le notaban mucho cuando los tenía erizados, se acercó a mí y me dijo que tal estoy le dije que buenísima, pero que se le notaban las bragas negras debajo de las faldas, me respondió: – ¿mucho? -es que no tengo las blancas, las perdí la otra noche en la playa – pero mira si quieres me las quito y no llevo nada, total no creo que nadie lo note.
Pensé, para mí eso es lo que tú crees, ya comenté que inclusive se notaba hasta un poco si uno se fijaba bien el relieve de los pelos del coño, aparte si se ponía al trasluz de un foco se podía adivinar hasta la silueta de sus labios del coño, pero bueno me callé y dije si no íbamos, se calzó sus sandalias y salimos al paseo marítimo a dar una vuelta, llegamos a un bar donde solían cenar los currantes de las obras, casi todos desplazados y sin pareja en el sitio, ella que le gusta comer barato dijo que entráramos a cenar allí, no os podéis suponer como la miraban los tíos, ella se hacía la tonta y nos sentamos en una mesa.
Como era buffet libre se levantó unas cuantas veces y todos la seguían con la mirada, la muy puta los estaba poniendo cachondísimos, y ella lo sabía, teníais que ver cuantas veces se cayeron cubiertos para mirarla debajo de la mesa, yo estaba súper colorado y temía que alguien en un arrebato la dijera algo, no ocurrió así y salimos del sitio nos sentamos en un banco de un parque próximo, metí mi mano entre sus faldas y pude comprobar que estaba totalmente calada, la comenté lo cachondo que estaban los tíos, etc.
Ella me dijo que estaba muy excitada, pero quería seguir, le dije que si quería íbamos a la discoteca, lo que no hacíamos hace bastantes años, ella me dijo que si y nos acercamos dándonos un paseo, llegamos a la discoteca y empezamos a beber unos cubatas, otra cosa que no hacíamos hace años, lo cual provocó una deshibición total en nosotros, empezamos a bailar y ella empezó a levantar sus faldas para provocarme, lo justo para que no se viera nada, eso si sus pezones ya se notaban como dos alubias en la camisetas, me sentí un poco mareado y me fui a sentar se lo dije, ella dijo que ella seguiría bailando si no me importaba, yo le dije que si y que si no me veía me diera un toque de teléfono ya que la discoteca era demasia
do grande y había bastante gente.
Necesitaba algo de aire y decidí salir a la puerta, no habían pasado cinco minutos cuando veo salir a mi mujer con tres tíos mayores y otro más joven, ella iba delante mirando a todos lados por lo que creí que me estaba buscando, la hice un gesto, pero no se dio cuenta, en ese mismo momento vi como uno de ellos la ponía la mano encima tocándola el culo por encima las falditas, eso me hizo pensar si no serían los tres que querían cepillársela entre las rocas, decidí quedarme quieto sin moverme haber lo que pasaba, vi como hablaban y se metían en un furgón mercedes color rojo, a ella se la veía bien, no parecía que la obligaran a montar, más al subir por el portón lateral el joven la daba un beso en los labios y ella no se resistía.
Arrancaron el vehiculo y desaparecieron dirección una pequeña colina llena de pinos al lado del faro, yo los seguí andando y después de media hora aproximadamente, di con el furgón, me acerqué despacio y pude oír como a la muy zorra se la estaban follando los cuatro tíos, ella solo hacía que gemir y ellos la llamaban de todo, puta, zorra, cachonda, etc., comentaban lo bien que se lo estaban pasando y que la zorra iba a acabar con ellos etc., etc. Estaba claro que se lo estaban pasando en grande, uno de ellos como a la hora de estar en la furgoneta, comentó que como se había portado también, si ella quería inventaban una excusa para que yo no me enterara, acordaron que contara que se desvaneció en la discoteca y que la tuvieron que llevar al hospital y hasta entonces no había recobrado el conocimiento, en ese momento uno de ellos la dijo llámalo por teléfono se lo cuentas y di que te va acercar quien te llevó al hospital, en ese momento me separé del furgón y apagué mi móvil para que no sonara, me fui corriendo cuesta abajo.
Coincidí con ella justo a la entrada del edificio de los apartamentos, al verme se puso roja como un tomate, tenía el mismo aspecto de cómo la que sale de una batalla, me acerqué a ella y le dije que te pasa:
-huy, si te lo cuento, no te lo crees y empezó a contarme el rollo del desmayo, cuando montamos en el ascensor reparé que por la parte de atrás de las faldas tenía un buen chorretón de esperma, ella ni se había percatado, me acerqué y le dije al oído: -Pues cuando estabas desmayada alguien se ha corrido en tu faldita.
Cogí las faldas se las giré y levanté para que la oliera, la cara se le decompuso metí la mano en su coño que todavía chorreaba leche y unté mis dedos, se los puse en la nariz y dije: –aquí también parece que alguien se lo ha pasado en grande.
Todo su cuerpo temblaba. Salimos del ascensor y entramos en el apartamento ella empezó a decir: -no me creíste lo de las rocas y mira lo que pasó luego.
-yo le dije cuéntame la verdad, no me importa, me excita.
Ella se acercó al baño y dijo que se iba a duchar que luego me lo contaría todo, a lo que yo tajantemente dije que no y que quería que me lo contara ahora mismo sintiendo todo el esperma en su interior y además me tenía que enseñar su coño mientras me lo contaba, ella entonces se sentó en el sofá, recostó su cabeza en el respaldo y abrió las piernas como le indiqué, antes de empezar le conminé a que me contara todo y yo para darle confianza me saqué el pene que lo tenía ya como una piedra de dura y ella empezó:
-en cuanto te fuiste de mi lado en la discoteca noté una mano en mi cintura, al darme la vuelta vi que era la misma persona que conocí en las rocas, de un empujón me acercó a su cuerpo y me dijo que tal estás putita, yo no podía separarme pues me agarraba con fuerza, empezó a besarme el cuello y a tocarme el culo debajo de las faldas en ese momento se colocó otro hombre detrás y otros dos a cada lado llevándome entre todos a una esquina de la pista, él continuó diciéndome:
-ya conoces a dos de ellos te los llevaba a hueco para que te hicieran un favor y tú saliste huyendo, que pasa tienes que acabar lo que empezaste, no creo que a tu marido le guste enterarse de lo puta que eres.
Mientras tanto no paraban de meterme mano por todas partes, en un momento creí que me iban a follar allí mismo, de todas formas yo ya estaba cachondísima y no me hubiera importado, pero pensé que algún
vecino me pedía ver y decidí poner orden, les dije que se detuvieran un poco que si querían follarme yo no me oponía, pero tenía que ser en otro sitio donde no nos vieran, a lo que contestaron que les parecía bien y decidimos salir de la discoteca, les comenté que tenía poco tiempo, entonces uno de ellos bastante joven que luego supe que era sobrino del hombre de la rocas, me dijo que tenía una furgona y ahí mismo me lo hacían, llegamos al furgón y empezaron a hablar de quien iba atrás y adelante, decidieron que atrás conmigo fueran el más viejo y el más joven, solo montar el más joven empezó a morrearme mientras el más mayor cerraba el portón lateral, arrancaron y dijeron que íbamos a un pinar, mientras íbamos, ya se disponían a quitarme las faldas y la camiseta el más mayor al meterme la mano entre las piernas y notar que no llevaba nada exclamó:
–desde luego es una cachonda no tiene nada debajo, el joven me besaba con pasión las tetas y el otro me llevaba la mano hasta su polla, yo comencé a hacerle una paja y el tocaba mi coño con total maestría metiéndome los dedos y tocándome el clítoris, el otro de los amigos que iba adelante comentó – empezar a follarla que esta vez no se escapa sin que le echemos unos buenos polvos.
Dicho y hecho, el más mayor me dio la vuelta e introdujo su verga en mi boca y el más joven exclamó – ya no aguanto más me la voy a follar, su tío respondió: – vamos nene que te vas a estrenar hoy con esta tía, recuerda este regalito que te hace el tío Juan.
Solo meterme el pene en el coño se corrió entre bramidos, le dejó dentro unos minutos hasta que el más viejo me levantó y me sentó encima de él metiéndome su verga hasta dentro, mientras no paraba de decir muévete zorra, el joven ya relajado al lado tocaba mi clítoris y mis tetas con curiosidad, mientras decía que tenía un culo muy bonito y que con mis tetas era lo que más le gustaba, no pude más y me corrí a la vez que lo hacía el más viejo, me sentaron entre los dos y empezaron a decir cosas de mi culo, lo bueno que estaba y si alguna vez me la habían metido por ahí, yo dije que no que me dolía mucho cuando lo intentaba con mi marido a lo que él de las rocas dijo:
– pues hoy con tantas pollas vas a tener que dejarte dar por atrás y verás cómo te gusta, así todos probamos algo nuevo verdad amigos, mientras tanto llegamos al pinar, enseguida los dos de adelante se pasaron atrás y empezaron a doblar los asientos para quedar despejada la parte trasera, extendieron unas mantas ya que el furgón le utilizaban para transporte de muebles y estaba lleno de mantas y cuerdas, el de las roca me dijo: – estás preparada y me tumbó en las mantas, me tocó el coño y exclamó – que puta eres, estás empapadísima. Aunque en verdad era la leche de las dos corrida que tenia dentro.
Se desnudaron los dos que faltaban y comentaron que me iban a follar como nunca lo habían hecho y que los iba a tener que suplicar que lo dejaran, al que llamaban Juan dijo- te gusta jugar, yo contesté que haría lo que me dijeran, entonces me amordazaron las manos por detrás y los tobillos los unieron con cuerdas a las manos, de tal forma que quedaba con las rodillas dobladas y totalmente abierta de piernas sin poder cerrarlas.
Así empezaron a follarme los dos que quedaban, primero el amigo que tenía un pene pequeño, pero muy grueso y luego el de la roca que decía:
– a esta zorra la cogen dos pollas en el coño dijo , yo estaba muy caliente, pero eran tan rápido corriéndose que no me daba tiempo a mí, el más joven que ya la tenía otra vez dura, pues mientras los otros me follaban él me pasaba su polla por la cara y me la metía en la boca, el más viejo seguía obsesionado con mi culo y tocaba mis nalgas, en eso que dice vamos a desatarla que la quiero dar por el culo, yo a pesar de lo caliente que estaba les dije que por hay no, que los haría lo que quisieran menos eso, el más viejo empezó a desatarme y me dijo: que era una boba, que me iba a gustar, que me dejara hacer, que cuando yo quisiera paraba.
Al final dijo levántate y ponte en medio, baja tus brazos al suelo para que te veamos bien el culo, cosa que hice, ellos se sentaron alrededor todos y empezaron a tocarme el culo, las piernas y las tetas, el más joven se levantó y empez&oacu
te; a meter todo el jugo que tenía en el coño por el agujero del culo para lubricarme – mirad esto se hace así que lo he visto en muchas pelis porno, exclamó, primero un dedo, luego dos y tres, en esto que me pone su polla en la entrada del ano, en ese momento se levanta el más viejo y le dice: – quítate respeta la edad, a esta zorra la desvirgo yo el culo, y me dice – mira guapa yo me tumbo y tú te metes esta polla poco a poco por el culo, yo accedí de inmediato y fui metiéndome la polla.
Al principio me dolió, luego solo sentía placer, el más joven que ya podía más se puso por delante para que le hiciera una mamada y cuando el que me estaba chuleando dijo que necesitaba una polla también por el coño me la introdujo sin ninguna dificultad, al sentir lo fácil que era que me penetraran por los dos sitios me sentí una zorra de verdad y tuve el mayor orgasmo de mi vida, los otros se pusieron tan cachondos que me pusieron las dos pollas en la boca, terminaron corriéndose los dos de arriba en mis tetas y los de abajo en mi interior.
A esas alturas del relato yo ya me había corrido encima de su coño, pero la suplicaba que siguiera, pues todavía había tardado un poco más de media hora en llegar a el apartamento desde que salieron del pinar, la dije que se la iba a meter en el culo ya que nunca lo había hecho porque ella no se había dejado, así es que me acomodé en el sofá y ella se sentó encima metiéndose mi polla en el culo, que entró con facilidad ya que le tenía lleno de esperma y estaba perfectamente lubricado.
Ella continúo: a continuación decidimos inventarnos lo del desmayo y llamarte, pero no cogiste el teléfono así que deciden que el más joven y el más viejo vayan delante de la furgoneta mientras me llevaban a casa. El que llaman Juan me coge y me tira al suelo de la furgoneta con el empieza a meterme mano y a mover mi cara con la intención de que le coma su polla y me dice:
-a ver si se me empina otra vez y la doy por el culo que nunca lo he probado, los otros se rieron y vistiéndose se pasaron adelante arrancando la furgoneta, nosotros seguíamos atrás desnudos el de las rocas se situó al otro lado y me dijo: – a ver si eres tan buena follando que no las pones otra vez dura.
Desde el principio estaba entregada a sus deseos así que decidí empezar haciéndolos una paja con la mano y la boca alterándome entre los dos, al de las rocas no tardé en ponérsela dura, pero el que me quería dar por detrás apenas le crecía un poco, me dijo si haría lo que me pidiera para ponérsela dura, y me dijo: -quiero saber si eres tan guarra que sales al parque que está un poco más adelante desnuda.
Como era de noche y el parque era bastante oscuro estuve a punto de decirle que sí, pero le dije que no, que me dejaran vestirme y que ya haría algo para que se le pusiera dura, paró la furgoneta y me vestí, antes se pasaron los dos de atrás la faldas por sus pollas diciendo toma que huelan bien a nosotros, salí del furgón tenía tanto calor y cansancio que casi me mareo, volví para atrás y les pedí dinero para comprar agua, me lo dieron y me dirigí a un kiosco próximo.
Ellos en el furgón se pasaron atrás todos para verme a través de los cristales tintados, yo pedí el agua y me senté en un banco frente al furgón, mis pezones estaban erizados a tope y me subí las faldas y abrí las piernas para enseñarlos mi coño, pasaron un grupo de jóvenes que me comían con los ojos, lo que hizo que cerrara inmediatamente mis piernas, luego pasó un chico con un perro pastor alemán, el tío me miraba y el perro justo al pasar se detuvo olisqueando entre mis pies, entonces yo me agaché a tocar la cabeza del perro lo que permitió que el chico viera mis pequeños pechos, después de una breve conversación él se decide a sentarse a mi lado, no paraba de mirarme las piernas y el perro no paraba de olisquear.
En esto salió el joven de la furgoneta, el chico del perro pegó un tirón de la correa y le apartó de mí, inmediatamente me dirigí al furgón, necesitaba que me follaran, iba a ser una perra en celo que se la iban a follar todos los perros que quisieran, me metí en el furgón y lo que habían visto los tenía a todos con las pollas tiesas y en las manos, solo entrar estando de pie el más vi
ejo por delante y el de la roca por detrás me rodearon, metieron sus pollas por el primer sitio que colaron, las dos a la vez en mi coño, lo que me hizo correrme al momento, ellos también lo hicieron.
El que me quería dar por detrás me puso contra una pared del furgón y me sacó el culo hacia él, bajándome la falda hasta el suelo, me lo lubricó de la forma habitual y me la metió corriéndose dentro después de unos minutos, detrás de él en la misma posición sin moverme me la metió el de la roca que se corrió enseguida mientras el joven jugaba con mis pezones, el joven fue el último en darme por detrás, todos gritaban y se corrían como bestias, todo el furgón olía a jugos seminales, nos vestimos y mientras me traían al apartamento no dejaban de acariciarme por todos lados y de decirme lo bien que lo habían pasado y que teníamos que repetir sin que se enterara nadie, si quería pagándome.
Para entonces ya hacía tiempo que me había corrido en su culo y ella también había tenido otro orgasmo, se duchó y quedó rendida en la cama, yo seguía caliente lo que aproveché para echarle otro en la cama, ella casi ni se enteró, al día siguiente recogimos las cosas ya que teníamos que volver al pueblo.
Autor: Lucius