Le quité la camisa y le desabroché los pantalones, quedamos hincados y me agarró de las nalgas, me acercó a su pecho, me decía cosas al oído y me soplaba en la oreja, yo me excitaba cada vez más y me moría de ganas de tenerlo dentro.
Hola, esta es la primera vez que escribo un relato, de hecho no me caracterizo por ser buena escritora, pero intentaré ser lo más específica posible….
Les voy a contar sobre mi primera vez. Todo empezó porque un tipo que llamaremos Juan que me había presentado una amiga hace ya tiempo me prometió una botella para mi cumpleaños, yo por supuesto sin desaprovechar la ocasión acepté. Llegó el último día del mes y me dijo que era mi última oportunidad para reclamar mi regalo, y entonces quedamos de vernos en el centro de la ciudad e irnos a donde fuera que quisiéramos ir. Nos encontramos, nos saludamos muy escuetamente y empezamos a caminar, me dijo que su camioneta (una pick up) estaba en otro lugar y teníamos que caminar hasta donde estaba, así que caminamos hasta que llegamos, había una fiesta y decidí esperar afuera, me subí a la camioneta y me senté lo más lejos de él que pude, porque ya sabía que sus intenciones no eran inocentes, pero decidí limitarme a mis intenciones de cobrar un regalo y pasarme un buen rato. Íbamos ya con la botella y nuestros respectivos tragos servidos cuando le habló un amigo suyo que llamaremos Alejandro y me dijo que íbamos a ir por él, se subió por el lado del conductor, de tal forma que él quedo en medio de los dos, lo cual me pareció más que perfecto, pero dijo que quería ir a su casa a dejar unas cosas, así que fuimos, pero a la hora de subirse, se subió por el lado donde yo estaba sentada, así que tuve que correrme y quedé en medio de los dos, Juan empezó por poner su mano en mi rodilla y la acariciaba, yo traía puestos unos jeans y una blusa de tirantes que dejaban ver un poco mis pechos, que por cierto no son enormes, pero sí de muy buen tamaño y llaman la atención, y yo sabía que a él lo volvían loco… en fin, yo también puse mi mano en su pierna y así empezó la cosa, al rato me pasó la mano por encima del hombro y veníamos abrazados, y luego me agarró la mano. En el camino decidimos ir a un antro a pasar el rato, cuando llegamos al antro, como yo no iba vestida de acuerdo al «ambiente» se pusieron pesados y no nos dejaron entrar, nos fuimos y yo tenía muchas ganas de ir al baño, paramos en una gasolinera y decidimos regresar a ver si ya se había ido el tipo que se había puesto pesado, el tipo siguió con la misma actitud y Juan se enojó conmigo, no me habló en todo el camino y venía riendo con su amigo. Llegamos a mi casa y el amigo se bajó a hacer una llamada, y yo estaba intentando hacer que me dijera porque estaba cabreado conmigo, empecé a subir mi mano por su pierna, casi tocando su verga, me abrazó y empezó a meter la mano por mi blusa masajeando mis pechos, poniendo mis pezones duros, me besó y mientras mi mano llegaba a su paquete el seguía con las manos en mis pechos como un desesperado. Se subió Alejandro a la camioneta, mientras Juan y yo seguíamos en lo nuestro, nos fuimos, yo no sabía a donde íbamos, pero durante el camino seguía tocándome, a mí ya no me importaba el amigo, el sacó la mano de mi blusa y la puso en mi pierna, subiendo hasta acariciar mi vagina por encima del pantalón, yo abría más las piernas para que siguiera mientras empezaba a gemir y mis pezones se ponían cada vez más duros. Al fin llegamos al departamento del amigo, que por cierto estaba vacío, yo quise esperar en el carro, pero él me dijo que me bajara y me ayudó a salir del carro, y entonces se puso atrás de mí, muy pegado y sentí su paquete en mi culo como iba haciéndose duro, mientras me ponía las manos sobre los pechos y caminábamos hacia adentro.
Tenía ganas de ir al baño otra vez y solo había baño en el segundo piso, así que subí y cuando iba bajando las escaleras, él ya estaba subiendo y no me dejó bajar, me agarró de la cadera y me besó, me hizo para atrás y me acostó en las escaleras, metió la mano a mi blusa de nuevo, acariciando los dos pechos al mismo tiempo, jugando con mis pezones, yo le d
ecía entre gemidos que ya nos fuéramos y que yo tenía que llegar a mi casa, pero él no respondía parecía estar fuera de sí y seguía besándome el cuello y jugando con mis pezones duros. Me levantó y me llevó a un cuarto por cierto sin cama, así que primero me puso contra la pared y me desabrochó los pantalones mientras empezaba a bajarlos, y yo intentaba resistirme y los volvía a subir sin abrocharlos de nuevo, me acariciaba los pechos y empezaba a bajar la blusa, empezó a bajar del cuello a mis tetas, dándoles besos cortos y mojados. Yo seguía diciendo que no entre gemidos, y a él parecía excitarle más porque entre más decía que no, más caricias y besos me hacía. Empezó a jugar con mi tanga, bajando el pantalón y metiendo la mano a la tanga, encontrando mi vagina húmeda, jugando con mi clítoris haciendo que me mojara más, yo solté un gemido y ya no pedía que no lo hiciera, ahora pedía más, respiraba más rápidamente y no lo soltaba. Me acostó en el piso y me quitó la blusa, chupando mis pezones con desesperación, mordiéndolos suavemente, haciéndome gemir cada vez más fuerte. Le quité la camisa y le desabroché los pantalones, quedamos hincados y me agarró de las nalgas y me acercó a su pecho, me decía cosas al oído y me soplaba en la oreja, yo me excitaba cada vez más y me moría de ganas de tenerlo dentro. Me acostó de nuevo y empezó a meterlo, yo le pedí que lo hiciera despacio y empezó poco a poco, yo pensé que me iba a doler, pero la verdad es que antes ya había metido cosas a mi vagina, así que técnicamente no era virgen, pero era la primera vez que estaba con un hombre.
Empezó a hacerlo más rápido, estábamos en la posición del misionero y entonces se hincó y puso mis piernas sobre sus hombros, me gustaba y le pedí que lo hiciera más duro, pero hizo lo contrario, empecé a gemir más fuerte y a rogarle que me diera más duro, me movía y le gritaba como una loca, él con una sonrisa de oreja a oreja lo sacó y mientras yo le rogaba que no lo sacara y que siguiera lo metió todo de una vez mientras me veía a los ojos. Solté un grito de placer y entonces empezó a dar unas embestidas brutales, yo estaba en el séptimo cielo, con los ojos cerrados, gimiendo a todo pulmón mientras me daba cada vez más duro, le excitaban mis gritos, estaba fuera de sí, me decía ¿te gusta nena? Yo solo podía gemir y movía la cabeza en sentido positivo y metía más duro, cuando estaba a punto de terminar, lo sacó y lo metió por mi culo que sí era completamente virgen. Solté un grito de dolor y me dijo que lo haría despacio, me puso boca abajo y volvió a meterlo poco a poco hasta que estuvo todo adentro, y empezó a meterlo y sacarlo despacio, yo daba alaridos de entre dolor y placer, empezaba a sentirse bien, empezó a darme más duro y yo gritaba más fuerte, ya estaba pasando el dolor y realmente estaba empezando a gustarme cuando lo sacó y me puso en cuatro patas, volviéndolo a meter a mi vagina, que para ese punto estaba muy mojada, salían m mis pezones duros, y la puso en medio de las dos para que las apretara y empezó a cogerse mis tetas, yo saqué la lengua para que la punta chocara con ella, y me la metí a la boca, él seguía dando de arriba abajo mientras yo tenía la punta en mi boca, mamándola. Él agarró su verga y la sacudió con la punta todavía en mi boca, la sacó y empezó a pasarla por toda mi cara, yo la agarré y seguí, llevándomela de nuevo a los labios, rozando la punta con mis labios, abriendo la boca para irme metiendo poco a poco aquella verga que me había hecho tener un orgasmo tan rico… después de todo, se lo debía. Como ya les dije nunca había estado con un hombre, y por supuesto nunca había mamado, pero me imaginé que era una paleta y así lo traté. Le di besitos en la punta, metiéndomela poco a poco a la boca, mientras succionaba para disfrutar de su sabor. Empecé a meterla y sacarla mientras chupaba y él me agarró la cabeza llevando el ritmo, me di cuenta que se iba a venir porque empezó a mover mi cabeza más rápido, me lo saqué de la boca y me pasaba la punta por los labios y la cara mientras lo masturbaba, nada más chupab
a la punta mientras jugaba con el resto de su verga con mi mano, hasta que se vino y parte de su semen quedó dentro de mi boca, pero la saqué a tiempo para que terminara en mi cara y sobre mis pechos, nunca había visto tanto semen en mi vida, había visto películas porno o fotos donde se venían en la cara de las muchachas en cuestión, pero a él le alcanzó para mi boca, mi cara y mis tetas.
Le limpié lo que quedaba de leche en la punta mientras le daba unos besitos, me limpié las esquinas de la boca y le di un beso, no le agradó mucho su propio sabor porque hizo una cara como de desagrado, pero me regresó el beso, me dio una nalgada y me dijo vámonos mi reina. Empezó a vestirse y yo también, él salió sin camisa y con los pantalones desabrochados y yo hice lo mismo, solo que tardé un poco más en salir porque intenté limpiarme el semen de la cara y las tetas, pero no tenía con que, así que salí para el baño. Cuando salí, Alejandro estaba afuera y yo con la cara y las tetas cubiertas con el semen de Juan, me vio con una cara de idiota que no se me olvida, Juan me guiñó un ojo mientras me metía al baño y Alejandro no dejaba de verme con esa cara incrédula. Salí del baño ya vestida, con la blusa mal acomodada y bajé, ya me estaban esperando abajo, Alejandro no paraba de verme las tetas que hacía un rato había visto embarradas con el semen de su amigo. Salimos del departamento y me llevó a mi casa, en todo el camino no cruzamos palabra, mi mano estaba en su pierna y la suya en la mía, cuando llegamos a mi casa, nos despedimos con un beso en la boca. Entré a mi casa, saludé a mi papá y me fui a acostar. Tuve el culo adolorido durante tres días, nunca pensé que en mi primera vez fuera a hacer tantas cosas y menos que fuera a ser tan desinhibida y atreverme a mamar y dejar que acabara en mi cara… en fin, me di una sorpresa a mi misma, y me quedó claro que no podemos saber de que somos capaces hasta que una oportunidad se presenta.
Autor: Cassandra
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