Mi nombre es Rolando. Durante mucho tiempo he leído relatos en estapágina y en realidad me gustan, aún asumiendo que se trata de fantasías desus autores. El siguiente relato es totalmente real.
Mi amiga Zulema y yo supimos de un lugar en Miami para intercambio deparejas que se presentaba como el mejor de su tipo, y decidimos probar.
Zulema es una mujer muy sexy y alegre, de cabello corto muy negro, peroblanca de piel. No es ya una jovencita, pero conserva unas piernas firmes,un lindo trasero y pechos suaves y bien formados.
Pareciera que hay pocas cosas en la vida que disfrute más que el sexooral, y de ello ha dado amplias pruebas. Ya hemos tenido diversasexperiencias de intercambio en bares swingers, y siempre me impresiona surapidez y habilidad para meterse en la boca la verga de un hombre al quecasi acabamos de conocer, mientras la pareja de éste mira extasiada. El sitio de Miami no nos defraudó. Es un amplio local, con ambiente refinado. Cuenta con una pista de baile, pequeños cuartos donde las parejas seleccionan a sus compañeros por esa noche y una amplia habitación con el piso cubierto de almohadas y colchones, donde múltiples parejas departen sin prisa alguna.
Para llegar a las áreas "calientes" hay que pasar primero a una zona de vestidores en donde uno guarda su ropa y le entregan una toalla o unabata para cubrirse…el tiempo que sea necesario. En una de las alas de este local se halla instalado un jacuzzi de amplias dimensiones. Quizá pueden entrar ahí 10 o más personas. Nosotros nos acercamos al jacuzzi y vimos a una pareja que ya habíamos detectado antes: una mujer de razgos orientales, delgada, morena de piel y bien formada, conun hombre más joven que ella, de tipo caribeño. Los habíamos visto de lejosen la habitación colectiva haciendo el amor. Pude notar entonces cómo Zulemaclavó su mirada en la verga del hombre mientras poseía a su pareja: setrataba de un buen instrumento, sin duda alguna. De ahi que cuando losencontramos en el jacuzzi, Zulema me sonrió pícaramente y se acercó a ambos.
Hundidos hasta el cuello en el agua caliente, conversamos cada quien con la pareja contraria; Zulema con el chico moreno que después supimos sellamaba Esteban y era originario de Colombia, y yo con Alma, delgada y quizáun poco mayor de edad que la propia Zulema. Casi de inmediato Zulema y Esteban comenzaron a besarse. Claramente distinguí la mano de mi mujer jugando en la entrepierna de su nueva conquista. Yo comencé a acariciar los pechos de Alma, cuya firmeza y suavidad m terminó nuestro encuentro con Esteban y Alma, ninuestro recorrido por ese bar de intercambios en Miami.
Volveré sobre el tema, si ustedes lo desean. Escríbanme.
Autor: Morboso rober_98 ( arroba ) hotmail.com