Me llamo Carlos y comenzare a relatarles mi vida sexual
Fue un día 3 de enero hace algunos años, a eso de las 8 horas y después que mi mujer había dejado la casa para ir al trabajo, entré en la cocina y me encontré con Sandra la nana de la casa que llevaba varios años con nosotros. Como es costumbre, pero en este caso era la primera vez la salude deseándole un feliz año y le dic un abrazo que ella recibió gustosa e incluso continuo con un apretón de su cuerpo contra el mío y dijo no sabe cuanto desee este momento de inmediato me creció el pene y aproveche el momento para apretar sus caderas contra mí lo que fue aceptado. Estuvimos algunos minutos refregándonos y comencé a recorrer su cuerpo con mis manos, a lo que ella se suma. Luego me toma el paquete sobre el pantalón y me dice esto es un sueño. Ella tenía 36 años al igual que yo, muy buen aspecto físico, tez blanca, pelo rubio, grandes pechos, bonitas piernas. Era cuanto había apreciado hasta ese momento. La calentura fue mucha que me habrí el pantalón y saque el pene. Ella quedo maravillada. Lo encontró enorme comparado con el de su esposo, me acaricio durante largo rato lo que me calentó mucho, le habrí la blusa y descubrí esas enormes tetas con areolas gigantes y dulces pezones de los que me colgué chupando, lamiendo y mordiendo lo que la hacia tiritar. Realmente ella estaba súper caliente. La lleve a un dormitorio y la tire al suelo, le subí la falda y ella se negaba por pudor. Logre sacarle su ropa interior y a medias logre visualizar su genital de delgados y suaves vellos rubios y una piel muy blanca con labios muy rozados y húmedos. Se tapaba con las manos, pero mantenía las piernas separadas y movía las caderas invitándome a penetrarla. Me masturbe durante un rato mientras miraba aquel espectáculo. Con una mano se tapaba los pechos y la otra su concha roja y caliente. Me rogaba que la penetrara. Decía metemelo, culeame por favor no doy más. Me puse un condón, lo que me resulto difícil pues tenía mi pico muy grande. Me recosté sobre ella entre sus piernas y empecé a buscar esa entrada tan apetente lo que no lograba. Debí arrodillarme frente a sus piernas y con mis dedos separar los labios de su concha y descubrir la entrada a esa fajina ardiente. Tome mi pene erecto, gordo y duro y lo puse a la entrada. Ella se movió suavemente y lentamente intente penetrarla, pero esa vagina parecía virgen a pesar de no serlo. Me hundí con mas fuerza y sentí esa agradadle sensación de penetración, pero ella intentaba separarse pues sentía dolor y me pedía que la dejara pues le dolía mucho. Y o ya no la escuchaba ni la respetaba. La obligue a separar mas las piernas y la penetre con toda mi fuerza y ella por fin se relaja. Gritaba que le dolía pero que más la calentaba se movía y contorneaba como pocas. Comenzó a apretarme el pene con su vagina con una fuerza increíble que en algún momento incluso me dolió. Yo estaba fuera de mí pues hacia mucho tiempo que no disfrutaba de una mujer caliente como ella. Tomamos un ritmo de penetración y de contorneos delicioso hasta un punto en que no pude aguantar más y la penetre hasta el fondo de la vajina sintiendo como chocaba mi pico contra su útero y goce de un orgasmo increíble pero no me percate que ella aun no acababa. Durante un rato ella mantuvo secuestrado mi pene en su vajina pues tiene la habilidad de contraerla muy bien e impedía que me pudiera salir, cosa que debí ayudar con la mano pues el condón lleno de semen estaba siendo retenido en esa deliciosa vajina que no había quedado satisfecha. Note en su cara frustración y sumisión. Me pareció Esta experiencia es completamente real al igual a todas las que relatare y por supuesto esto continua, pues ya van varios años de historias con ella.
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Autor: galencir
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