Al dia siguiente, gozamos de la playa otra vez por la mañana. Pero no coincidimos con Isra y Rafa. Mi mujer siguió haciendo topless, muy sexy. En un momento en que la noté pensativa, le espeté:
-Estarán de resaca
-Quienes?
-Israel y Rafa
-No pensaba en ellos
-Por si acaso, jajajaja
-Cariñooo, no juegues con fuego…
Aparqué el tema y no le hablé más de él. En vez de eso, me dediqué el resto de la mañana a alagarla, a hacerla sonreir, a excitarla. Comimos en el mismo lugar que el dia anterior, y tras ducharnos en el apartamento, dimos un paseo por el lugar (a mi mujer le encanta ver tiendas de verano). Se compró un par de cosas, y volvíamos al apartamento, ya entrada la tarde, felices.
-Te quiero! -dijo abrazandome melosa- Gracias por el bolso (que le había regalado). Ara en el apartamento te hago lo que me pidas.
Me lo tomé al pie de la letra, y al llegar al apartamento, empezamos a besarnos, cogí el antifaz y le vendé los ojos.
-Que malo eres… -me dijo-
Entonces, fui al ventanal, y abrí las cortinas completamente. Ella lo notó por el ruido.
-Ah, no, eso no. Estas loco? -me dijo-
-Chsssss, has dicho que harías lo que yo quisiera.
-Y si nos ven esos dos?
-Y si te vieron antes de ayer? Ayer les dejaste muy cachondos. Ahora serás tu la que no sabras si, mientras te follo, te estan viendo….
-Joder, como me pones – dijo abalanzandose sobre mi-
Le quite el vestido, me desnudé y la tumbé en la cama. Le estuve comiendo cada rincón de su cuerpo un buen rato… Empezamos a hacer el amor, ella estaba fuera de si, me encantaba. La puse a cuatro patas, y me dió por mirar hacia la ventana. Joder, como me excité. Allí estaba Isra, sin ningún pudor, sentado en una silla, con los pantalones por los tobillos y cascándose una paja monumental. Me sonrió. Yo hice lo mismo. Segui follándomela, era la primera vez que tenía un espectador. Me ponía cachondo. Empecé, como sabía que le gustaba a ella, a decirle cosas cachondas al oido, que si te gusta como te follo, que buenas vacaciones me estas dando… En un momento dado dejé de montarla, y me tumbé boca abajo. Dejé que se pusiera ella encima, quedando ella mirando hacia el ventanal. Empecé a comerle las tetas, mientras ella se frotaba contra mi, con toda mi polla en su interior.
-Te gusta mi amor? -le dije-
-Joder, si, si….
-Y si algún vecino nos esta mirando?
-Mmmmm… no pares, joder, que rico
-Y si alguno de esos se esta poniendo las botas viendo como me follas?
-Pues que mire, joder, que rico…. que mire si quiere….
Noté como mi mujer estaba fuera de si, se iba a correr. Giré la cabeza y vi que Isra seguía solo, sentando, con la polla en la mano. Nos separaban unos 10 metros (y el ventanal).
-Deja que te quite el antifaz amor… -dije, mientras tiraba del antifaz bajandoselo…
La expresión de la cara de mi mujer fue un poema. Por un momento se quedó quieta, mirándo hacia donde estaba Isra…. temí lo peor. De repente, se mordió el labio, poniéndo la cara más viciosa que le recuerdo, mirando a nuestro vecino. Se agarró una teta y volvió a moverse…. Cerró los ojos, y se corrió en un largo orgasmo. Al abrirlos, miró de nuevo hacia Isra, me miró a mi, me sonrió, me besó, y consiguió que me corriera con el vaivén de sus caderas….
Nos quedamos abrazados un rato, y al mirar hacia la ventana, vi que Isra ya no estaba. Me levanté a cerrar las cortinas… y fui a la ducha. Decidí no hablarle a mi mujer sobre lo que acababa de pasar. Ella tampoco me comentó nada.
Poco más paso esa noche. Salimos a cenar, y nos recojimos pronto, cansados del dia.
Al dia siguiente (era el penúltimo dia), nos fuimos otra vez a la playa. Esta vez si estaban los vecinos, tumbados donde hacia dos dias. Fui yo el que me dirigí directamente hacia ellos, sin darle la oportunidad a mi mujer de echarse atrás.
-Hola chicos, que tal? Nos tumbamos con vosotros?
-Hombre Juan, claro que si -dijo Rafa-
Mire a mi mujer, pero no ponía mala cara. Al contrario, estaba sonriente, y para mi sorpresa, colocó su toalla al lado de los chicos. Se quitó el vestido, quedándo de nuevo en tetas y con ese micro braguita. Yo coloqué la sombrilla y lo demás, situandome al lado de mi mujer. Pensé que estaría un poco cortada, pero para nada, parecían más cortados ellos. Mi mujercita no dejaba de sorprenderme, sentada al lado del chaval que la había visto follandome hacia unas horas, como si nada.
-Que tal chicos? Hubo más suerte anoche? -les dijo-
-Que va,- dijo Rafa- nada de nada, estas vacaciones no follamos, jajajaja
-Bueno, por lo menos alguien descargó anoche -dijo mirando a Isra. El chaval no se cortó:-
-Joder tía, disfruté mucho de veros. El tonto este de Rafa estaba dormido y no se lo creía cuándo se lo conté…
-Bueno, somos adultos todos, y aqui estamos para pasarlo bien…-lo dicho, mi mujercita me tenía flipando- Cariño… -dijo mirándome- me pones crema?
Reaccioné rápido: -Que te la pongan estos, yo me voy al agua que estoy acalorado.
Me fui para el agua, y cuándo me adentré me giré a mirar. Los chavales estaban uno a cada lado de mi señora, dándo crema por todo. Por todo. Como unos cinco minutos vi como magreaban a mi mujer, hasta que se tumbaron cada uno en su sitio. A los diez minutos de estar tumbados, mi mujer se levantó y se vino conmigo. Me abrazó y me besó.
-Joder nena… te han untado bien….
-Estas celoso o que?
-Que va, ya te dije que me pone cachondo el tema….
-Y hasta dónde quieres que llegue el tema, amor?
-Hasta dónde estas dispuesta a llegar tu?
-Yo estoy insegura. Pero los chavales lo tienes claro. Mientras me frotaban crema por las piernas, por la espalda… recreándose en mi culito… no paraban de alagarme. Pero con más confianza esta vez. Que qué polvazo tengo, que qué culito más precioso, que vaya par de tetas….
-Y tu como te sientes?
Se acercó a mi oido para susurrarme:
-Estoy mojada, súper excitada….
-Pués ya ves yo… -tenía que notar mi polla como un hierro, me había puesto a mil.–
Nos besamos. Me miró con inseguridad.
-Cariño, lo que tu quieras. Lo que pasa en Ibiza, se queda en Ibiza -dije besándola de nuevo-
Pasamos el resto de la mañana muy a gusto, entre risas y coqueteos. Esta vez comimos los cuatro juntos, y decidimos seguir en la playa… me eché una siesta. Cuándo desperté, no estaban. Miré hacia el agua, y estaban los tres allí, charlando. Desconozco si había pasado algo. Me acoplé a ellos, nadamos, jugamos, y se nos pasó casi la tarde en un santiamén.
Al regresar al hotel, fue mi mujer quien propuso salir a cenar juntos. Los chavales no dudaron en aceptar. Mientras nos duchábamos, empecé a besarla, a comerles las tetas, a tocarle el coñito…
-Que tramas, cariñito mio…?
-Lo que pasa en Ibiza, se queda en Ibiza…-fue su repuesta, mientras bajaba besándome el vientre y me daba una mamada riquísima.
Cenamos en una terracita del lugar, entre cervezas y un par de vinos. Al terminar la cena, la conversación en la sobremesa fue subiendo de tono. Los chavales no paraban de alagar a mi querida esposa, que además estaba preciosa esa noche. Los alagos y las aventuras de esos dias parecían haberla rejuvenecido. En un momento dado, Israel se soltó:
-Joder tía, desde que te vi follando con tu marido ayer, no dejo de querer follarte yo tambíen.
-Y yo…-dijo Rafa-
-Despacio chavales- intervení- esto nosotros no lo hemos hecho nunca. El viaje esta resultando muy morboso gracias a vosotros, pero si quereis algo más con mi reina, os la tenéis que ganar. De momento, creo que no váis mal. Depende de ella más que de mi, cómo acabe la noche.
-Porque no vamos al apartamento a tomarnos algunas copas más?-Intervino ella-
Ya estaba todo dicho, pensé. Aunque aún no me lo creía….