Uno de esos días caminaba por la calle de una zona comercial, miraba los aparadores y distraída estaba, cuando una voz femenina me grita al oído ¿Vero?, al voltear gran fue mi sorpresa de encontrar a Rosy, amiga de la infancia y compañera de innumerables travesuras juveniles. El abrazo y los besos obligados ya saben, nos dirigimos a un café y entablamos agradable plática, de nuestras vidas y me dejó saber que se había divorciado hacía dos años y que ahora tenía un novio al que quería mucho. Rosy en sus tempranos treintas igual que yo, era de aspecto bastante agradable, y por lo que portaba se veía que la vida le sonreirá. Pasamos en el café horas recordando viejos tiempos y sin darnos cuenta el tiempo transcurrió hasta llegar la noche. Su celular sonó resultando ser su novio que inquieto por la tardanza de Rosy le cuestionó dando ella una emocionada explicación de nuestro encuentro, expresándole que aún no habíamos concluido nuestra plática y que porqué no se nos unía. Raúl el novio de Rosy aceptó alcanzarnos al café en que nos encontrábamos. En un pequeño rato llegó y se presentó, era de aspecto varonil, robusto, alto de piel morena y ojos miel más claros de lo común y muy seguro como son muchos en sus cuarentas, divorciado también y en unión libre con mi amiga. La charla se entrelazó entre los tres y así pasamos un buen rato.
Como ahora puedo decir que tengo más experiencia con los hombres, les platicaré que este hombre era decidido y su mirada reflejaba fuego, pues a momentos sentía su mirada sobre mí queriéndome decir quien sabe que, si adiviné que era algo pasional y reflejaba sexo. Para ser sincera su personalidad y sobre todo su mirada me cautivaba, pero no podía dejarme llevar por ningún sentimiento pues era el novio de mi amiga. A tanto que pasó el tiempo que obscureció y atinadamente Raúl nos invitó a cenar y fuimos a un restaurante muy bonito y rico. Raúl como hombre bien vivido nos ayudó a ordenar y por supuesto ordenó una botella de buen vino y así la charla transcurrió entre risa y risa y entre copa y copa, y después de cómo creo la tercera botella de vino, empecé a sentir cada vez más insistentemente la mirada de Raúl que ya para entonces hacia comentarios finos, pero halagándome. Rosy no sé si se dio cuenta en ese momento, pero me sentía por un lado preocupada por ella y por el otro realmente halagada. A tantas copas de vi conversación la sostuvo fuera de la mesa y cuando regresó solo dijo: ¡listo¡ Diego nos alcanzará en el bar. Rosy inmediatamente me codeó y susurró a mi oído, que suertuda eres, Diego es un mangazo y pues acepté por la curiosidad y además tontamente pensé que Raúl quería me divirtiera con Diego. No fue sino hasta que llegó Diego que caí en cuenta del plan de Raúl.
Diego que ciertamente era muy atractivo se unió a nosotros y Raúl poco a poco fue encaminando la plática para que Rosy platicara con Diego y Raúl tener más libertad de acapararme. Después Raúl me confesó que se había, dado cuenta que Diego no le era indiferente a Rosy. Así todos estaban a gusto, Raúl me invitó a bailar y permitió que Diego hiciera lo mismo con Rosy. La verdad todos llegamos un poco al descaro, pues en un momento dado cada pareja estaba en su mundo olvidándonos mutuamente. No que a mí me asustara nada, ya saben después lo que hago o más bien a lo que me dedico, pero mi preocupación era Rosy. Pero no pasaba nada y el vino es mal consejero, y así nos fuimos adentrando en pláticas más profundas y acercando los cuerpos más y más. Considero que todos alcanzamos un nivel hormonal alto, al mismo tiempo que llegó la hora de cerrar.
Como era de suponerse Raúl no permitió que me retirara e insistió en que fuéramos a su casa, yo solo voltee a ver a Rosy la cual asintió con la cabeza y pues bueno, fuimos a su casa. Al llegar siguieron las copas de vino y creo todos ya estábamos bastante relajados, atinada
mente Raúl seleccionó música y adecuó el tono de la luz. Así por un pequeño rato siguió la charla hasta que Diego sugirió jugar a algo, un juego de adultos y empezamos con la botella, ya saben de castigos. Yo estoy tranquila pues a cada suceso miraba a Rosy que siempre asintió con la cabeza. Y así las cosas se empezaron a tornar más candentes entre preguntas y castigos hubo un entendimiento general. Raúl entonces sugirió después de una breve charla con Rosy en la cocina que cambiáramos de juego ahora sería póquer de prendas. Wuau mi hormona se disparo. Y así empezamos, cada prenda que me quitaba me excitaba más y más y por fortuna las mujeres empezamos a perder hasta que nos dejaron desnudas. Algo que les platicaré es que cuando me desnudo y alguien no muy conocido me ve, mis pezones se me erectan haciendo ver mis tetas algo más grandes de lo normal. Habiendo ya llegado a ese nivel y sin tener que apostar volvimos a los castigos y curiosamente también Raúl empezó al igual que Diego a perder hasta que hubieran de estar desnudos como nosotras. La vista de sus miembros era exquisita pues ambos lo tienen largo y grueso y circuncidado, bellos. En un momento Diego dijo bueno ya, dejémonos de tonterías y vamos al grano, se hizo un silencio momentáneo, Raúl de repente se volteó hacia mí y se prendió en un beso profundo posando sus manos en mis senos y empezándome a recorrer el torso y las piernas. Ni tarda ni perezosa respondí a las caricias, de reojo vi que Rosy y Diego se enfrascaban también en un abrazo apasionado. Raúl recorría con maestría mis senos, mis hombros, bajaba a mis piernas y metía sus manos entre mis muslos hasta llegar a mi ya, mojada vagina. Sus dedos frotaban hábilmente mi clítoris lo que me causaba mucho placer, al grado que abrí mis piernas para permitirle hacer uso de sus dedos a su antojo. Hube de bajar mi mano a su viril y tieso miembro recorriéndolo desde los huevos hasta la punta en augurio a lo que le propinaría mas tarde. Raúl, con una mano alcanzó la cabeza de Rosy y la presionó obligando a Rosy a tragar más de la verga de Diego en su rica mamada. Todo esto lo veía de reojo sin desatender ni por un instante la verga de Raúl. Empecé entonces yo también a mamar con fuerza arrancando múltiples gemidos de Raúl que aunados a los chasquidos de su verga en mi boca se unieron en una sinfonía de pasión y sexo. Lo llevé casi a la eyaculación y sentí claramente como su miembro se hinchaba, pero no quería eso yo necesitaba sentirme penetrada. Me retiré entonces de su verga y apreté fuertemente deteniendo su eyaculación, método que aprendí en mis experiencias de puta, le retuve la pasión sin dejarlo venirse. Suavemente le seguí mamando. Hasta calmarlo. Rosy seguía en su loca mamada, hasta que le grite: ¡ESPERA! Gocemos a estos machos El espectáculo era increíble dos vergas paradísimas y deseando cogernos. Yo, me levanté, tomé una almohada y me acerqué a la mesa que estaba cerca, tiré esa almohada y me recliné, le ofrecí a Raúl mis nalgas, mi vagina y mi culo. Él ni tardo ni perezoso me montó desde atrás, me acercó su verga y me penetró. Al principio no atinó a mi vagina, pero tanto jugo había& que su verga finalmente encontró mi hoyo. En un instante me dejó ir todo el tamaño de su verga, creándome un placer inigualable, su cabezota se me fue toda, ¡que rico!… pensaba, mientras me penetraba, la dejaba ir toda de golpe y la sacaba lentamente haciéndome sentir todo el tamaño de su miembro. Con sus dos manos alcanzaba cada una de mis tetas frotándolas circularmente y a momentos pellizcando suavemente mis pezones, que para ese momento seguían totalmente erectos por todo el placer que sentía. Yo, con mis brazos extendidos me entregaba a Raúl y lo único que atinaba a hacer era gemir a cada arremetida de ese macho.
Ahhhhhhhh, aaaaaaaaaaahhhhhhhh& ahhhhhhhhhhhh, mis mismos gemidos me excitaban aún más, y creo que a Raúl también.
Para entonces, Rosy había sido llevada a la recámara y se encontraba tirada de espaldas en la cama, con las piernas totalmente abiertas y recargadas en los hombros de Diego recibiendo todo el miembro de Diego en su alocada cogida. Nuestros gemidos se unían nuevamente en una sinfonía de placer y lujuria. Después de un rato de recibir tanta
verga, Raúl me la sacó arrancándome un nuevo ahhhhhhhh, y me tomó de la mano dirigiéndome a la cama, me recostó junto a Rosy, me abrió las piernas, las posó en sus hombros y me dejó ir nuevamente su verga en mi vagina como imitando el acto de su mujer y de su amigo. Observé como miraba con lujuria desmedida la forma en que Diego se cogía a su mujer lo que causó que su ya grande verga se hinchara aún más. Es riquísimo sentir como la verga de un macho se hincha dentro de ti. En eso Diego dijo: hagámoslas gozar más. Levantó a Rosy y la empinó a la orilla de la cama poseyéndola en posición de perrito, lo que Raúl ni tardo ni perezoso imitó, colocándome en la orilla opuesta de la cama y dejándonos a Rosy y a mí frente a frente. Bésense putas prueben lo hermoso que son las mujeres, Rosy y yo sin pensarlo ni un segundo unimos nuestras bocas en un beso apasionado. Raúl entonces dijo: si que se besen, pero que prueben ambas el sabor de nuestras vergas. Y entonces ambos se sentaron en la orilla de la cama y nos hincaron para que les mamáramos sus jugosas vergas. Cuando hubimos de llenar nuestras bocas con los jugos lubricantes de sus vergas, nuevamente nos volvieron a si sentando en la verga exclamando grandes ahhhsss, por el dolor que le causaba la verga de Diego al ser penetrada por el culo. Mientras veíamos como Diego le hundía la verga a Rosy frente a ellos estábamos Raúl y yo tocándonos.
Cuando Rosy pudo aceptar la vergota de Diego, él teniéndola bien sentada tomó sus piernas y las abrió frente a Raúl, diciéndole, cúmplele la fantasía a la puta de tu mujer. Raúl entonces acercó su verga e inició la penetración en la vagina de mi amiga. Rosy casi se convulsionaba por el placer que le causaban las dos vergotas. Sus ojos a momentos se ponían en blanco y sus gemidos se volvieron gritos diciendo que quería más y más que no pararan. Yo veía como Rosy se venía en orgasmos uno tras otro, mientras que yo parada detrás de Raúl lo empujaba para que llegara lo más profundo dentro de Rosy. Diego se movía en un mete y saca al igual que Raúl, Rosy tenía orgasmo tras orgasmo y de su vagina escurría gran cantidad de flujo que demostraba el gran placer que sentía, obviamente al ver este espectáculo yo misma sentía como me fluían líquidos de la vagina sin poder detenerme. Quería verga. Pasó el tiempo y Rosy gozó lo de ella y llegó mi tiempo, cuando Raúl y Diego parecieron hartos de Rosy y como si se hubieran puesto de acuerdo le sacaron las vergas casi al mismo tiempo y voltearon sus ojos hacia mí. Yo solo veía el culo de Rosy rosado y abierto y a mi amiga bramar y bramar. Ambos me miraron a los ojos y sin decir nada se acomodaron uno por detrás y otro por delante, Raúl se acomodó en mi vagina en posición de perrito mientras Diego me metía la verga en la boca. Así empezaron a usarme sin contemplaciones, sus acciones eran un tanto salvajes, lo cual yo disfrutaba al máximo, tener dos machos como esos era sensacional. Ahí, me salía lo puta que soy.
En verdad les digo, traté de complacerlos a los dos, a uno le apretaba la vagina y al otro le mamaba con tal pasión que no resistió mucho, llegamos al punto en que Diego aventó toda su leche en mi boca al grado de ahogarme, pero como buena hembra aguanté y le mamé hasta sacarle la última gota de semen tibio, algo que me gusta es los mocos en mi boca, yo también gozaba como loca. Raúl seguía su mete y saca y no tardó mucho en llenarme la vagina de semen calientito al ver como Diego se venía en mi boca. Los AHHHHHHHHHHHHHHS y los EEEEEEEEHHHHHHHHHhhsssss estaban a la orden del día. Cuando me venía Rosy estaba tirada sin decir palabra y solo sus ojos volteaban a ver a su marido y a su amante llenarme de leche con la envidia normal de nosotras. Poco tiempo pasó hasta que ambos dejaron de usarme, se relajaron y los cuatro quedamos sin hablar y perdidos en el descanso. Ya era de mañana y la luz penetraba por las ventanas, quedamos los cuatro sin aliento y nos dormimos.
Sssssshhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. Continuará…
Autor: Vero verolapu ( arroba ) yahoo.com.mx