Hola a todos, esta historia que les voy a contar me pasó hace 5 días; ya hacían 15 meses desde que había terminado con un noviazgo de 4 años y no podía encontrar una mujer para pasar buenos momentos, no quería volver a una relación seria y nunca me gustó pagar por sexo, por lo que se imaginarán como estaba sexualmente.
Con mis 24 años mi mente solo estaba ocupada en conseguir mujeres y en cuanto veía alguna de esas tanguitas metidas en la cola de alguna mujer con un pantalón transparente, me bastaba para hacerme la paja de mi vida.
La semana pasada en casa contrataron a una chica de limpieza ya que la Sra. que trabajaba debió partir por problemas personales. Lógicamente yo esperaba que vuelva una vieja de 60 años, pero para mi sorpresa era una chica de un pueblo chico del interior y, aparentemente, muy inocente.
Solo al verla por primera vez, no pude dejar de mirar ese culo tan duro que tenía y ese par de tetas que parecían como si nunca nadie las hubiera tocado. Ese primer día logré quedarme solo con ella con la excusa de enseñarle la casa, etc. y aproveché para tratar de hablar sobre sus gustos, o cualquier estupidez que me demuestre si le gustaba el sexo como a mí.
No logré sacarle más que un "no, si, tal vez" y todo otro monosílabo existente. Parecía una nenita de 10 años a la que habían echado de su casa y nunca antes había hablado con un hombre, cosa que sin dudas me excitó mucho más.
Antes que regresen mis padres le ofrecí el baño para que se tome una ducha y así poder grabarla con una camarita que escondí. Lo tenía todo planeado y pensaba que si ella se daba cuenta de la cámara le diría que era para observar que no robara nada, como aún no la conocíamos bien, creí que no se enojaría.
Dejé que tome su baño y en cuanto terminó corrí a conectar la cámara a la TV de mi pieza para echarme una paja con esa preciosura en bolas, sin embargo mi sorpresa fue 10 veces mayor… Empecé a sacudírmela viendo como se quitaba la ropita, cosa que no se veía con claridad ya que la cámara estaba especialmente puesta en la tina.
Cuando ingresó para abrir el agua dejó ver un culito de lo más espectacular y redondo, muy grande, pero firme y con una piel muy suave como la de todo su cuerpo. Yo ya estaba que me moría, me masturbaba esperando ver como se enjuagaba y así fue nomás; se dio vuelta y tenía las tetas más bellas que haya visto en mi vida y unos pezones súper pequeños, como a mí me gustan.
Agarró el jabón y empezó a pasárselo por todo el cuerpo, su cara era de total satisfacción, parecía que el agua caliente la estaba relajando. Se enjabonó las tetas, su pancita, el ombliguito y al llegar a su conchita, para mi asombro, esbozó un suspiro de placer y tiró la cabeza para atrás mordiéndose los labios.
Se acostó en la tina que casi no tenía agua y se empezó a hacer una paja como nunca había visto en mi vida. Yo no podía creer que esa "inocente" chica se estuviera pajeando de esa manera, se acariciaba su sexo y en su rostro se podía ver el placer que sentía, de golpe se metió uno, y luego dos dedos y mientras su lengua recorría sus labios jadeaba como una putita muy calentona.
Se inclinó un poco y se pudo ver como se metía un dedo por el culo y otro por la concha mientras los movía adentro y afuera una y otra vez. De golpe inclinó su cabeza para atrás se metió un dedo en la boca, suspiró profundo, expiró, pasaron unos 20 segundos y continuó con su baño como si nada. No podía creer lo que acababa de ver, pero sin dudas que ese video mi iba a dar muchas satisfacciones.
Al otro día me preparé para despertarme temprano sabiendo que a esa hora no habría nadie en casa.
Cuando bajé las escaleras Verónica (como se llamaba) se encontraba pasando el plumero a algunos muebles, tenía puesto un trajecito de mucama súper corto y al cuerpo que me enloqueció. Sin embargo me hice el indiferente y fui a la cocina esperand
o que venga a prepararme el desayuno, algo que habitualmente hago yo, pero quería que esta vez fuera ella.
Se acercó y casi sin mirarme me sirvió café, luego le pedí que limpie las alacenas de la cocina, diciéndole que me lo había solicitado mi madre. Ella tomó una pequeña escalerita que hay en la cocina y subió pasando el plumero a las alacenas. Mi plan había funcionado, la tenía frente a mí con una pollerita súper pequeñita que dejó ver su enorme culo y una tanguita metida hasta el fondo.
Ella limpiaba y yo empecé a tocarme mientras miraba ese hermoso espectáculo. De pronto bajó, como si se hubiera dado cuenta, y se dirigió a la heladera. Yo no podía más y cuando se agachó a buscar algo y dejó ver otra vez ese hermoso culito, me acerqué y se la apoyé con todas mis ganas y con lo dura que estaba. Levanté un poco más su pollera y comencé a moverla de un lado a otro.
Verónica primero se asustó, pero luego no hizo ningún gesto más y se quedó en esa posición como si fuera una orden que debía cumplir. Al notar que ella no se negó, me bajé los pantalones y bajé su bombachita para poder refregársela mejor, comencé a manosearle las tetas y luego le metí un dedo en la concha con lo que por fin logré que suspirara de placer.
Seguí apoyándola un rato y ella se empezó a mover como loca empujando su culo fuertemente contra mi pene suspirando encantada con lo que le pasaba. Agarró una mermelada que había en la heladera, la abrió y con dos dedos sacó una gran cantidad, se dio vuelta y la untó por mi pene que estaba que reventaba, se arrodilló y me la chupó de una manera enloquecida, metía mi pija hasta su garganta y me agarró las nalgas fuertemente mientras sacudía su cabeza para adelante y para atrás, yo no aguanté más y dejé que se trague toda mi leche, cosa que le encantó porque se la tomó toda…
Me dejó sentado sobre un sillón, agotado por la chupada que me había dado y a los 10 minutos se acercó a mí, se arrodilló y volvió a chupármela. Mi pene que estaba pequeño, volvió a agrandarse y cuando esto pasó ella se sacó su bombachita frente a mí y se puso en posición perrito diciendo que ahora tenía que limpiar el piso, agarró un trapo con la mano y se puso a caminar en cuatro patas limpiando.
Allí entendí el jueguito que le gustaba y le dije con vos de mando que ahora debía meterse un dedo por el culo para que yo pudiera meter mi pene después, ella obedeció, yo me arrodillé y se la metí por ese maravilloso culo, por fin gritó de dolor y placer y me decía: "más, más patrón", la levanté, la di vuelta y dejé que mi leche le llenara esa conchita preciosa.
Luego de ese día se volvió un vicio para ambos, yo no paro de chupar su conchita y metérsela por el culo y ella no deja un día sin que yo tenga una buena mamada.
Autor: Machoarec