Mi nombre es Yolanda, soy madre soltera. He educado a mi hijo yo sola, siempre intentando inculcarle valores y hacer de el un hombre de bien. Pero algo ha ocurrido, algo que solo el y yo sabemos y que por primera vez me animo a contarle a alguien, en este lugar, escondida en el anonimato.
Esto sucedió en Febrero de este año (2019). Me levante una mañana, eran alrededor de las siete. Me doy una ducha y, como hago habitualmente pongo mi ropa interior en el cesto de la ropa para lavar. Cuando salgo de la ducha y me seco, me envuelvo con la toalla y decido vaciar el canasto de ropa sucia.
Al llegar a la maquina de lavar, comienzo a revolver el canasto y a sacar mis bragas y corpiños. Es ahí cuando descubro en una de mis bragas semen todo pegoteado. No era una manchita, era una gran cantidad de leche espesa y acartonada, bien pegada a mis bragas. Me quedé sin saber que pensar. Pero solo había una explicación posible. Mi hijo…mi hijo Tomas
No podría describir la rara sensación que me invadió en ese momento. Una mezcla de espanto y a la vez de lujuria. Mi hijo se había masturbado con mis bragas y había vaciado sus testículos en ellas. Mi hijo me deseaba, se tocaba pensando en mi. Mi hijo estaba caliente conmigo. ¿Como era esto posible?
Sentí mis pezones ponerse duros como rocas, sentí un liquido bajando por mi entrepierna y atónita comprobé que era flujo chorreando de mi chocho…lo tenia húmedo.
Me sentí una degenerada, una puta, una mujer enferma. ¿Como era posible que estuviera calentándome con la idea de que mi hijo se masturbara con mis bragas?
Y sin embargo ahí estaba, atrapada por el calor que subía desde mi entrepierna recorriendo mi cuerpo, desbordando en mis tetas que desde hacia mucho tiempo no se paraban de esa manera, rodeándome el cuello y saliendo por mi boca en forma de respiración entrecortada.
No aguante mas, me fui corriendo al baño, me senté en el inodoro, abrí mis piernas y comencé a masturbarme como loca con una mano mientras con la otra me agarraba una teta. Siempre fueron grandes pero ahora, mientras las sobaba con mi mano izquierda, las veía mas grandes, como si fueran a explotar.
Fue en ese momento en que tuve un brutal orgasmo y sentí un chorro caliente salir expulsado de mi chochito.
No quise pensar mas en todo eso. Me limpie, me cambie, me arreglé y me fui de casa. Antes de salir pase por la habitación de Tomas. Estaba durmiendo. Salí pronto de mi casa, necesitaba tomar aire fresco.
Pasaron tres días. Tres días de locas ideas que iban y venían, de estrafalarias fantasías en las que yo veía a Tomas masturbarse con mis bragas, en las que yo decidía cruzar la linea y tomar su verga entre mis manos y nos besábamos con insaciable lujuria. Tres días en los que me masturbe varias veces al día con un frenesí abrumador y enfermo.
Tomas había llegado del colegio. Eran las siete de la tarde. Yo acababa de llegar del trabajo. El estaba mirando televisión. Me saque la camisa del trabajo y me puse una remera, sin corpiño. No tenia ganas de pensar en lo correcto o incorrecto, solo quería dejarme llevar por el momento. Estaba caliente…
Me acerque por detrás y lo abracé. Sentí mis pezones duros apoyándose en su espalda. El se quedo inmóvil, con la mirada fija en el televisor, como si no se diera cuenta. Le di un beso en el cuello. Sentí el olor de su desodorante para adolescentes, eso me gustó.
-¿Como te fue?-le susurré
-Bien
-¿Y la has extrañado a mama?
-Uf-dijo sin mover la mirada del aparato.
Continué dándole besos en el cuello-¿te gusta?
-Aja…-dice y pone sus manos sobre su entrepierna
-Me parece que te gusta mucho-le susurro al oído
El se ríe y añade-Basta…me estas distrayendo y no voy a entender la película
-Bueno, trataba de ser cariñosa-digo mientras me alejo.
Me voy a preparar un café, apoyo las manos sobre la mesada de la cocina y siento otra vez el calor subiendo por mi cuerpo. Me meto la mano en al pantalón y comienzo a tocarme. Tengo el chocho muy húmedo y mis tetas otra vez parecen explotar. De pronto oigo la voz de Tomas que me llama desde el comedor diario- Ma…¿me traes un vaso de jugo?
Eso me corta y decido dejar todo y llevarle el jugo. Me siento en el sillón al lado de el. Cuando le doy el vaso siento sus dedos jóvenes rozar los míos. Lo miro como se lo lleva a la boca. Veo sus labios carnosos, heredados de mi familia, aprisionar el vaso, y siento deseo de besarlos.
-¿Que me miras?-me sonríe percatándose de que lo estaba mirando fijo
-Te miro porque eres muy guapo
Se sonroja-Si fuera tan guapo ya tendría novia
-Ya llegará, como todo en la vida
-Y tu ¿nunca sales con nadie?, ¿que paso con ese que salias hace como cinco años?
-No…nunca mas lo vi. Desde entonces ando sola
Se hace un silencio en el cual medito lo que voy a decir a continuación. Estoy a punto de cruzar la linea. ¿Lo hago o no lo hago?
-Sera por eso que estoy tan cariñosa. Hace tanto que no beso a nadie, ni acaricio a nadie. Tu eres la primer persona que beso en el cuello en mas de cinco años
-Bueno, pero yo soy tu hijo. Creo que necesitas algún hombre ¿no?
Lo miro provocativamente a los ojos y el se sonroja una vez mas-Creo que me pasa lo mismo que a ti. Seguramente tu anhelas estar con una chica, yo anhelo estar con un hombre
Pone nuevamente las manos sobre su entrepierna.
-Eso que te cubres, es la prueba de lo que te digo
-Es que hablar de todo esto me pone…no se…nervioso
-¿Te puedo hacer una pregunta muy incomoda?
-…uh…-se tapa la cara- ¿de que se trata?
-¿Te estuviste masturbando con mis bragas?
Sigue tapándose la cara-¿Que?
-Lo que oíste
-No se de qué hablas
-¿Y por qué te tapas la cara?
-No se…
-El otro día encontré unas bragas mías negras llenas de semen. El único que anda desparramando semen en esta casa eres tu
Sigue cubriendo su rostro con las manos y asiente con la cabeza
-No me enojé. Entiendo que si no estas con chicas, pues soy la única mujer a mano que tienes
-Perdón-sin dejar de cubrirse el rostro-es que nunca estuve con una mujer
Me acerco a el e intento hacerle bajar las manos, pero se resiste. Entonces decido cruzar la linea. Me paro frente a el y me abro el pantalón-Mira lo que tengo-le digo y el abre las manos para ver.
Entonces queda pasmado al ver que debajo del pantalón llevo puesto su boxer azul
-¿Te gusta como me queda? Si tu te quedas con mis bragas, yo me quedo con tu boxer. Yo también me masturbo con él. ¿Quieres ver?
Tomas me mira no dando crédito a lo que esta sucediendo, yo veo su entrepierna y noto su bulto inflamado marcando su pantalón. El se da cuenta y se tapa con las manos otra vez sonrojándose.
Me acerco a el y me arrodillo sobre el en el sillón. Me saco la remera y frente a el y le dejo ver mis tetas grandes y hermosamente duras de lujuria.
-¿Te gustan?
-Si
-Tócalas
Me las acaricia tímidamente. Siento el roce tibio de su piel suave en mis pezones, sus dedos recorriendo la forma de mis pechos, sus manos cerrándose en torno a ellos, amansándolos y arrancándome un gemido ahogado. Entonces lo beso sin más. Siento sus labios tibios y grandes, nuestras lenguas mezclándose. Lo abrazo rodeando su cuello con mis brazos. (continua)
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