Amor Filial Hetero, Incsto, Padrastro e Hijastra. Cuando mis padres se separaron sufrí el trauma normal de estos casos. Mi madre se cambió de ciudad y al principio me fui a vivir con ella, al tiempo empezó una nueva relación con Luís, un hombre diez años mayor que ella..
Este hombre me cuidaba y me daba todo lo que necesitaba, caprichos estudios etc…. llegamos a ser amigos , fui creciendo y decidí irme a trabajar a otra ciudad. Pero siempre que podía iba a visitar a mi madre y pasar unos días con ella y Luís. En una de estas visitas me sucedió lo que voy a contaros.
Yo tenia siempre mi habitación preparada como cuando vivía con ellos, estaba junto a la de ellos, era verano hacia calor y dormíamos con las ventanas abiertas, una de esas noches me acosté y ellos lo hicieron un poco mas tarde, no había conciliado el sueño, por el calor, cuando me pareció oír suspiros y gemidos, preste mas atención, era mi madre y debía de estar pasándolo estupendamente, la oía gemir y suspirar estaba haciendo el amor con Luís, al poco me empecé a sentir húmeda, no era posible, era mi madre y sin embargo me excitaba los sonidos que venían de la habitación contigua, sin darme cuenta empecé a acariciarme y tuve un orgasmo muy satisfactorio.
La noche siguiente pasó igual, esto era demasiado, ¿es que no iban a dejarlo?, sentí de nuevo sus jadeos y pequeños ruidos de la cama al moverse , me levanté despacio y me acerqué a su habitación y sabía que la puerta nunca estaba cerrada, a mi madre no le gustaba, y por la luz que entraba por la ventana procedente de la calle, vi a los dos desnudos. Mi madre estaba encima de él, pero al revés, estaban en un perfecto 69, de nuevo mi humedad volvió a aparecer y tras un rato contemplándolos me toqué viendo la escena, no tardé en sentir la llegada de un orgasmo, me corrí y me tuve que morder los labios para no delatar mi presencia.
A la mañana siguiente decidí hablar con mi madre, teníamos mucha confianza para todo incluido el sexo, estábamos desayunando las dos en la cocina cuando le dije, «mamá, a ver si por las noches te reprimes un poco que os oigo», y me reí…,
Le conté que la oía suspirar y gemir, entre risas me dijo que no lo podía evitar, y me dijo «es que cuando me comen el coño y el culo, me pongo a mil….» Yo seria, le pregunté «…el culo mamá…» si hija el culo… y dije «que asco no …»… mi madre entre sonrisas me dijo… tendrás 19 años pero te queda bastante que aprender en el sexo… me comentó…
Y a continuación hablamos del tema. Le dije que yo solo lo había hecho por delante, normal, y que con el novio que había tenido yo se la chupaba, pero no dejaba que me chupara el coño, y que si que me corría muy a gusto…, ella me dijo que las sensaciones eran diferentes, que alguna vez tenia que probarlo…,le contesté que daría mucho corte y que no me atrevería por temor a lo que pudiera pensar la persona con que lo hiciera, le dije que igual pensaba que era algo guarra.. Y nos reímos las dos, ella me volvió a decir que me estaba perdiendo placeres muy ricos, y al poco me dijo que si me gustaría probar… me quedé un poco confundida, y ella viendo mi desconcierto me dijo..
– Hablare con Luís y te pasas esta noche por la habitación.
Casi pegué un salto y le grité…estas loca mamá… ella me dijo que me tranquilizara, y me explicó que en alguna ocasión habían hecho intercambio y que para ella era muy morboso ver a Luis haciéndolo con otra… estuvimos hablando largo rato, y mi madre con sus relatos me estaba poniendo caliente…. no se si ella lo notaría, pero comprendí que mi madre tenía mucha más experiencia que yo y decidí escucharla, al final le dije que me daría mucha vergüenza, y ella me dijo, que cuando estuviera excitada con las caricias, se me pasaría, y que además mejor probar cosa nuevas con nosotros que con alguien desconocido… le dije que lo pensaría.
Por la tarde salí a dar una vuelta y no podía apartar de mi mente la conversación y el ofrecimiento de mi madre, estaba intranquila y a veces hasta excitada, debía de estar loca, pero me daba morbo la situación.. Cuando llegué de nuevo a casa mi madre no me dijo nada. Al final fui yo quien le dije que lo iba a intentar pero que si salía corriendo de su habitación, que no se asustaran, y mi madre se limito a sonreír….
Esa noche nos quedamos todos a ver una película en la televisión a eso de las 12, 30 de la noche decidimos acostarnos yo me fui a mi habitación y ellos a la suya. Al poco oí a mi madre que me decía desde la puerta de mi habitación. «¿vas a venir…?» le dije, ahora voy y decidí levantarme y seguir a mi madre. Iba con un pantaloncito corto unas braguitas debajo y una camiseta sin sujetador… cuando entré me dijo Luís » tranquila cuando te sientas incomoda lo dices y lo dejamos» .. Me tumbé en el centro de la cama entre los dos, tras unos momentos de silencio que me parecieron interminables. Sentí que unas manos estaban acariciando mi pierna, mi sorpresa fue que también lo hacia mi madre, me sentí más aliviada…. Al poco mi madre me despojó de la camiseta y mis pechos quedaron al aire, Luís empezó a acariciarme muy suavemente uno de ellos al poco mi madre me empezo a acariciarme el otro, esto superaba todo lo que yo había estado pensando toda la tarde. Mis pezones empezaron a reaccionar, los sentí crecer y ponerse duros. Al poco sentí a Luís como me besaba y chupaba, fue el detonante. Empecé a sentirme mojada, mi corazón se empezaba a acelerar.
Mi madre siguió con el pecho y Luís empezó de nuevo a acariciarme las piernas me daba besos por los muslos, yo estaba inquieta… sentí como me bajaba el pantaloncito y al poco sus manos estaban en mi muslos llegaba hasta la braguitas y volvía bajar. Sabia como excitarme, sus manos se posaron encima de mis braguitas y me acariciaba el coño por encima, debía de sentir mi humedad, se dirigió hacia y mi pecho y comenzó a chuparlo mientras sus dedos se desplazaban por debajo de mis braguitas y me acariciaba mi raja solté un suspiro y alguno más cuando me abrió la rajita y comenzó a acariciarme a lo largo de ella, ya mi cintura no paraba… cuando me alcanzó el clítoris y jugó con el no me pude más. Me llegó una explosión de placer y me corrí gimiendo… aún no me había recuperado cuando noté que mis bragas desaparecían y los besos iban por todo mi estomago y bajaron hasta el coño, su lengua se abrió paso y empezó a chupar y lamer todos los líquidos que había derramado en mi corrida, me separó las piernas y su lengua siguió lamiendo, y al poco estaba otra vez gimiendo y suplicando que no siguiera, pero no me hizo caso.. Siguió y me corrí en su boca, era la primera vez que algo así me sucedía y entre los movimientos de mi cintura empujaba más hacia su cara, como si no quisiera que se apartara.
Mi madre me acariciaba el pelo y me decía que si me había gustado… le dije que si… y sonrió de nuevo.. Al poco estando recuperándome de mi agitación, mi madre dijo que Luís se pusiera en medio, me aparté… se puso… y mi madre le despojo de su pijama, después le cojio la polla y se puso a acariciarla. Me pidió que yo también lo hiciera, no era muy grande, pero me sentía atraída y empezamos a acariciársela, sus huevos iban de mano en mano, mi madre se la metió en la boca y me dijo que yo también se lo hiciera, así comencé a lamérsela estaba excitadísima, tenia un olor especial que alimentaba mi excitación, por su punta se derramaba un liquido que estaba salado pero no me disgustaba, mi madre me dijo que me pusiera invertida y nos pusimos en un 69 ideal, yo se la chupaba y él empezó a besarme las nalgas y a acariciarme el coño, de nuevo empecé a suspirar y notaba como su lengua se desplazaba por la raja de mi coño y llegaba hasta mi culo, cada vez que llegaba al ano, gemía..
Era una sensación extraordinaria, me estaba dejando besar el culo, al poco su lengua jugaba descaradamente con mi culo y sus manos me estaban masturbando.. Me gustaba. Estaba en la gloria. De pronto noté una cosa húmeda en mi ano, me volví y mi madre me estaba dando una crema, de pronto sin casi darme cuenta un dedo comenzó a penetrarme, apretaba el culo como para no dejarle pasar, pero la sensación que sentía me hizo relajarme y dejé que me lo metiera. Tenía una excitación que nunca antes había sentido. Al poco no se cuantos dedos entraron ayudados por la crema pero yo estaba gozando como nunca y eso me hacia chupar con desesperación la polla de Luís, a veces sacaba sus dedos y metía su lengua en mi ya dilatado ano.
Me trasportaba a otra dimensión del placer que nunca antes había sentido, de pronto mi madre ocupó el sitio de Luís y me dijo que levantara un poco más el culo, no entendía para que, pero lo supe enseguida, estaba a cuatro patas y sentía la polla de Luís acariciándome las nalgas, desplazándose por mi raja le dije que no, que por favor que no siguiera, pero mi madre me empezó a acariciarme el coño antes de que me siguiera protestando sentía un calor especial cuando me metió la polla en el culo pegué un grito y se paró, pero no la sacó, mis pezones y mi pubis eran acariciados por mi madre y eso hacia vencer mi resistencia al poco volvieron las embestidas y sentía que un calor se abría paso por mis entrañas, al poco el malestar y el dolor desaparecieron, y notaba la polla desplazarse por mi culo, una mano de mi madre acariciaba mi clítoris, y con la otra se estaba masturbando, yo tenia mi cabeza apoyada en el estomago de mi madre podía distinguir el olor a sexo que desprendía su coño, lo cual me excitaba cada vez más, Luís se paraba de vez en cuando, llegó un momento en que mi placer era tan fuerte que le supliqué que no parase, que siguiera, pero él paró dos o tres veces más, en una me la llegó a sacar entera del culo, y al momento me la introdujo otra vez de un tirón. No podía más estaba apunto de dejarme llevar por mi excitación, el placer era sensacional, era nuevo para mi, una sensación maravillosa.
En eso Luís comenzó a aumentar su ritmo, notaba los golpes en mis nalgas, esos golpecitos me volvían loca, me gustaba, no pude más y estalle en un orgasmo sensacional, mi madre también al oír mis suspiros y mis gemidos se corrió, y al poco noté un calor especial dentro de mi culo, Luís acababa de correrse dentro de mi, mi culito había sido desvirgado por mi padrastro, ni en sueños pensé que eso pudiera pasarme, pero el momento y el placer acallaron mis temores, lo pasé genial, no fue un sueño, fue una noche estupenda, lo pensé mientras caíamos los tres rendidos en la cama, y mientras me dormía, sentía correr por mis muslos la leche de la corrida de Luís…. He de deciros que hubo una segunda noche antes de partir de nuevo hacia mi lugar de residencia, y descubrí más cosas de sexo que las vividas hasta ahora.
Para nada me sentí culpable o avergonzada de haber pasado una noche de sexo y ser poseída por mi padrastro con ayuda de mi madre. Siempre le agradeceré sus desvelos y sus enseñanzas, más de una deberíamos aprender de nuestros padres, experiencias así son más seguras que la que puedes encontrar fuera de tu casa y ayudan a un mejor comportamiento en el aspecto sexual.
Si os ha gustado me hacéis llegar vuestros comentarios y sopesaré contaros mi segunda noche
Fantástico relato.