Esta historia es sobre mi madre y yo.
El 10 de mayo pasado hace casi un año, (Día de las madres), le regalé a mi madre un ramo de rosas al regresar de la escuela. Vivimos solos los dos, mi padre se divorció de ella hace años, mis dos hermanas trabajan fuera y son mayores que yo, tienen 20 y 21 respectivamente, yo tengo 18 años.
Ese día al salir de la escuela decidí comprar el ramo de rosas debido a que había un evento de festejo para ese día en la escuela yo salí temprano pues como mamá trabaja por las mañanas no le invité a tal festejo como solemos hacerlo los hijos.
Así me dirigí a casa, entré y pensando en darle la sorpresa a mamá subí a su cuarto para dejar las rosas.
Entré a su cuarto y ella estaba acostada en su cama medio dormida con su bata negra, que linda se veía, estaba muy bien extendida sobre la cama, sobre su bata se notaban sus senos bien firmes.
Ella despertó y con un "Hola mi amor" me saludó, dejé sobre el buró el ramo de rosas y le pregunté que es o que hacía en casa a estas horas a lo que contestó que se sentía un poco mal con un poco de fiebre según me explicó y que decidió descansar ese día; ella trabaja en una empresa gana lo suficiente para mantenernos, a veces con la oportunidad de darnos el lujo de vacacionar al menos una vez al año.
Terminé de acomodar las rosas en el florero, le di su abrazo y un beso en la mejilla y terminé con un "Feliz día mamá".
Me agradeció y se levantó para ir al baño a orinar, cuando se levantó y busqué sus bragas y sostén no logré encontrarlos, para tener 36 años está en tan buena forma que nadie notaria que tiene esa edad, tiene tetas arriba del promedio, y un culo que arranca suspiros, aunque nunca le he visto desnuda.
Cuando entró al baño me recosté sobre la cama y cuando metí la mano debajo de la almohada sentí un cuerpo extraño y lo tomé, que sorpresa, era un consolador, no muy grande y de color rosa, no sabía que pensar y ni siquiera pude razonar en ese momento, Oí el desagüe del baño así que tuve que tomar el objeto y meterlo debajo de la camisa, me paré de la cama, ella salió del baño y se fue directamente a sentar en la cama, cuando se disponía otra vez a subir sus piernas a la cama, su bata me dejó ver su pequeño coño con tan solo una delicada línea de vellos, ese movimiento fue tan lento que mamá pudo notar como le veía y lentamente cerró las piernas y preguntó qué miraba, solo pude mover la cabeza de un lado al otro y salí del cuarto, ya en el mío saqué el consolador y lo olí, estaba tan excitado que quería ver más, quería ver a mi mamá usar este artefacto, estaba tan confundido por las sensaciones que mamá me había provocado que no sabia si masturbarme o esperar un milagro.
Al llegar la noche, mi madre notó que estaba algo extraño y me preguntó si estaba bien a lo que respondí con un tímido sí.
Nos fuimos a dormir, yo estaba en mi cuarto casi a punto de dormir cuando entró mi mamá diciendo que se sentía con mucha fiebre y que me necesitaba, subió a mi cama y después a mí, en esos momentos me quedé paralizado, ella empezó a buscar mi boca con sus labios, mientras tanto yo seguía helado, imaginé por un segundo que podría ser un sueño o algo parecido así que haciendo un esfuerzo con mi madre sobre mí alcancé el interruptor de la luz, la encendí para ver mejor, no era un sueño era ella estaba sobre mi, tenia su bata negra ya muy floja por sus movimientos, sus ojos se veían como si estuviera ebria, cosa que no era pues ya había probado su saliva con el beso.
Mi polla ya estaba al máximo, ella me preguntó dónde había dejado aquello que había tomado de su cama mientras me mordisqueaba mis lóbulos, no le respond&
iacute;, subí mis manos a sus senos, yo temblaba mucho pero a esta altura y sus respiraciones tan agitadas le seria muy difícil notar mis temblores, con palabras entrecortadas me dijo: Hijo hazme tuya, hazme lo que quieras.
Esto me encendió de sobre manera, la recosté sobre la cama y abriendo su bata empecé a mamar sus tetas con gran pasión y fuerza, su respiración era profunda y rápida a veces era con pausas, me apretaba contra ella y pedía con voz casi inaudible que le mordiera sus tetas "muérdeme amor" decía entonces entendí que es lo que quería y yo no me opondría a su voluntad así que le mordí su pezón izquierdo y con mi mano le rasguñaba su otra teta, empezó a dejar salir unos gemidos muy parecidos a los del dolor, empezaba a sudar y dejó salir su olor natural que me puso la verga aun más caliente así que no podía esperar más y abriendo su bata totalmente recogió sus rodillas hacia si y con la tenue luz de la habitación pude ver por primera vez su coño depilado, con sola una línea de vellos recortados, sus labios estaban cerrados pero dejaba ver entre ellos un pequeño clítoris que estaba muy brilloso a causa de los flujos que mamá producía.
Este brillo también lo tenían sus labios mayores, mamá no miraba mis acciones pues tenia cerrados los ojos como esperando algo, así que incliné y olí sus jugos, ahora me dediqué a mamar, a succionar su clítoris y mamá empezó a gemir más fuerte y sus jugos salían abundantemente, nunca había mamado un chochito ni siquiera había visto uno de verdad, si supe llegar hasta su vagina fue gracias a la teoría que me impartí mediante películas porno.
Abrí sus labios vaginales al máximo y escupí dentro de su entrada vaginal, metí dos dedos, tres, después cuatro, no podía creer lo elástica que era esa conchita caliente, ella solo sabía gemir de placer, algo que no dejaba que se me bajara mi erección, sacaba mis dedos y los volvía a meter con rapidez y fuerza, y entonces se vino acompañada de un pequeño grito y con un derrame de flujo que cubrieron mis dedos, ahora casi podría meter mis cinco dedos, pero ella se sentó y me tiró boca arriba, bajó mi short y tomó mi pene que saltó a su vista, lo acarició como si fuese una pieza muy valiosa, se lo metió a la boca y con mucha ternura empezó a mamarlo, yo de vez en cuando me aventaba para atrás pues era demasiado placer y no lo podía controlar, lo hacía con tal fuerza que sentí que sacaría mi leche a la fuerza, así estuvo unos diez minutos, luego la retiré porque sentía que me venía y le pedí que se volteara a lo que ella excedió sin oponerse a nada.
Se puso de a perrito, paso seguido acaricié sus labios vaginales con la cabeza de mi verga, que también se encontraba lubricada por la excitación, se lo pasaba de arriba abajo y se lo pasaba también por su culito, ella se echaba para atrás como para ensartarse ella misma pero no la dejé ante mi postura mamá dijo: Hijito por favor cógeme ya!, que mamá usara esas palabras me excitaba aún más y de un solo empujón le metí toda mi verga hasta que mis huevos tocaron, chocaron con su vulva, le estuve dando así y me encontraba tan fascinado que no quería terminar nunca, entonces recordé el consolador que había guardado en el buró y como estaba a mi alcance lo saqué sin que ella se diera cuenta por su éxtasis, y mientras iba y venia le empecé a dejar caer hilos de baba en su culito con un dedo se lo regaba para que estuviera medio lubricado y ella dijo:
Encúlame amorcito, que no te dé miedo soy toda tuya.
Pero no se imaginaba que era lo que le esperaba, cuando sentí que se concentraba más en alcanzar otro orgasmo de un solo golpe le metí el consolador que la hice brincar de su postura, quería desencajarse pero no la dejé escapar, mientras ya había dejado escapar un grito de considerable volumen, después de decirme que era yo un cabrón se empezó a acompasar otra vez con mis movimiento y ahora se dejaba hacer y se disponía a disfrutar:
Sí amor así…
Soy tuya siempre…
Encúlame más fuerte, más dame toda tu verga amor….
Soy tuya amorcito…
No paraba de alabarme y pedir que no parase por nada.
E
ntonces le dije que ya me venia, me disponía a retirarme pero ella me alcanza alargando sus brazos hacia atrás y me dijo que no tenia que venirme fuera de ella con esta confianza ahora le di lo más rápido que pude y me vacíe dentro de ella.
Me quedé sobre ella con mi verga y el consolador aún dentro de ella, después de recobrar las fuerzas me separé de ella y la dejé en la cama como dormida yo no podía cree lo que acababa de suceder.
La miraba ahí desnuda, hermosa y entonces se incorporó sacándose el consolador de su culito y lo puso sobre el buró a este le noté grumos rojos a lo que supuse que era sangre debido a la fuerza con que le ensarté, me jaló a la cama e hizo que me acostara nuevamente, se abrazó a mi y me dio un beso en la boca yo no podía creer que quisiera más, pero no era así, solo quería poner en claro las cosas, pensé que diría que había estado mal lo que habíamos hecho pero no fue así y dijo: Es el mejor regalo que cualquier madre puede tener, no te asustes mi amor no me enojaré por nada, ¿y a ti te gustó amor?, Antes de que pudiera responder me dijo: A mí me encantó, se levantó de la cama acomodándose la bata que nuca se quitó, ahora sin fiebre.
Al día siguiente me levanté de la cama de mamá ella seguía durmiendo y no la quise despertar tenia nervios de mirarla a los ojos, al regresar a casa ella no se encontraba pues ese día si fue a trabajar, al anochecer llegó a casa con un poco de comida, me besó en la boca cosa que me pareció muy excitante y desde ese día se inició nuestro romance, porque parece que mi madre se ha enamorado de mí y yo lo estoy de ella, cosa que me encanta y no lo pienso cambiar. Los siguientes días mi madre y yo tratábamos de evitar alguna conversación que tuviera que ver con sexo o algo parecido.
Autor: Eniy Blanq