Me llamo Mauro, ya mandé un par de relatos anteriormente. Esto que les voy a contar a continuación me pasó en el último año de secundaria en la ciudad donde vivo.
En ese momento estábamos formando un centro de estudiantes mediante elecciones y yo formé una lista para ser presidente.
Mi contrincante era un estúpido nene de mamá que se las creía todas. Había mucha bronca entre los dos. Yo en ese momento estaba sin novia y disfrutando las comodidades de la popularidad, ya que contaba con el voto del mas de 60% de mis compañeros, en cambio él, estaba de novio con una chica hermosa, la misma había repetido de año, así que tenía como 18 añitos., rubia, ojos claros, unos pechos impresionantes y lo que más me encantaba era su trasero redondito y parado como pidiendo a gritos ser penetrada.
Todos los recreos era una disputa grande entre las dos listas para hacer campaña y conseguir firmas de alumnos para que sean colaboradores del centro de estudiantes.
Nos sacábamos chispas en los momentos libres y miradas de bronca nos perforaban la frente.
Pero todo lo malo tiene algo bueno, y lo bueno de este muchacho era su novia, varias veces me descubrió mirándole las tetas grandes y hermosas que tenía.
Una tarde en horas de clase salí del aula a dar una vuelta por el colegio y preparar alguna estrategia para hablar delante de todos mis compañeros y vi en al baño de mujeres que estaba clausurado algún movimiento raro.
La puerta estaba entre abierta y sin llaves y me resultó un poco raro, ya que siempre estaba cerrada porque el baño estaba en desuso desde hacía un par de meses. Abrí la puerta. Entré, y para mi sorpresa estaba la pendeja muy hermosa fumando. Eso estaba prohibido en el instituto. Ella me miró y vino en una acción desesperada a tomarme del brazo para frenarme y que no fuera a dirección a denunciar lo que había visto.
-«Por favor no digas nada». Me dijo. Yo le respondí: -«Mira, tu sabes bien las cosas que se pueden y no hacer en este instituto, y si quieres formar un centro de estudiantes tienes que dar el ejemplo ante tus compañeros» -«Por favor, te lo pido, no digas nada, pídeme el favor que quieras y lo haré».
Yo sabía que era mi oportunidad de hundir a mi competencia pero mis hormonas tenían otra idea.
Entonces le dije: -«¿Vas a hacer lo que sea para que no te delate?» Y muy nerviosa respondió: -«Si lo que sea, pero de verdad, no me delates en dirección porque sería mucha mi vergüenza» -«Entonces muéstrame tu sostén, quiero verlo». Mi pene comenzó a crecer considerablemente.
-¿Qué?, ¡Estas loco de remate! ¿Me tomaste por una puta? -«Entonces pensá lo que le dirás ahora a la directora porque voy a dar nota de lo que estas haciendo».
Cuando le dije eso se acercó apresuradamente a mi tomándome del brazo me detuvo.
Tomó mi mano y se las llevó a los botones de la camisa. Yo no lo podía creer, le empecé a desprender su camisa y finalmente ví su sostén, la verga se me erectaba cada vez más y no aguanté más la situación.
Le besé los labios, ella me decía que yo le gustaba mucho, y que el miedo de ser descubiertos los dos en aquel baño la excitaba mucho más. Bajé a sus pechos, desprendí el sostén y vi sus pezones rosados, grandes, parados y pidiendo a gritos que los mamara. Comencé a sobarlos con los dedos mojados con su propia saliva, empezó a gemir despacio, sentía que tenía un grito de placer contenido en su garganta, mi pene pedía me decía que no me olvidara de él, latía y cada vez crecía más y más.
Comencé a besarle todo el cuerpo, pasé mi lengua por sus tetas, su pecho, la di vuelta y besé su espalda, su nuca. En un acto de desesperación me bajó la cremallera y empezó a pajearme suavemente, todavía me acuerdo de la sensación que corrió por todo mi cuerpo, se sentía hermoso estar en su
mano. Subía y bajaba su mano con una delicadeza de princesa. Fue acelerando de a poco hasta masturbarme muy salvajemente.
Yo me la traje hasta mis labios y la besé apasionadamente, nuestras lenguas se juntaban y se perseguían sin parar, era fuego en nuestros corazones. De pronto ella repentinamente y sin que yo dijera algo bajo como un rayo hasta mi pija y se la metió hasta la garganta, se sentía muy lindo estar en su boca, me lo besaba y chupaba como si fuera un helado. Parecía una nena con apetito prendida de su biberón, me excitaba mucho al verla, me la chupaba y me miraba con una sonrisa en su cara y sus ojos claros en mi pene, era algo monumental.
Empezó a mamarla con fuerza y velocidad, hasta que me dijo: -«Dame tu lechita papito, dámela toda en la boca que tengo hambre»No alcanzo a decir eso que me vine todo en su boca, se tomo hasta la última gota, habíamos quedado agotados por tal acto.
Nos quedamos hablando por un pequeño rato. Hasta que me acerque y comencé a besarle sus pechos nuevamente, ella fue de nuevo a mi pija y se la metió toda en la boca. Yo le dije que ahora era mi turno y le levante la pollera, corrí su tanga y comencé a besarle esa mojada vagina latiendo, la besé hasta que me llenó de jugos la lengua. Sentí el sabor de su orgasmo y ella tenía el grito contenido en la garganta.
Luego le pregunte si era virgen y me dijo que de adelante no, que ya lo había hecho con su novio. Entonces le dije: -«¿De la colita eres virgen? Ahora voy a hacer algo que te va a dejar marcada por mi por el resto de tu vida».
La di vuelta y comencé a mamarle el coño, sabía muy rico, le metí la lengua hasta todo lo que pude, luego le metí un dedo, ella solo gemía y se llenaba de espasmos.
Metí el segundo dedo y luego el tercero. Me pidió que parara un instante así su culito virgen se acostumbraba a sus nuevos visitantes. Hasta que no aguanté más y saqué los dedos, agarré mi verga y se la mandé hasta el fondo por la «puertita de atrás», esta vez no pudo contener el grito y lo hizo sin reparos. Pasó un ratito de dejarlo quieto en su agujerito hasta que se acostumbrara a mi pija y empecé a bombear.
Tenía una vista panorámica excelente delante de mí, ella apoyada en la pared, con su pollera levantada, y sus tetas al aire sobadas por mis dedos, y sus gemidos que cada vez se hacían más intensos. Me agarré de sus caderas y le di con fuerza, ella tenía espasmos grandes, su piel estaba toda erizada, me decía a gritos que le diera con fuerza y no parara, que iba a ser mi puta cuando yo quisiera, la puta del presidente del centro de estudiantes, yo con los pantalones en los tobillos no podía creer que estaba desvirgando ese culo tan hermoso que me tenía loco desde hace tiempo.
A los seis minutos de darle y darle sentí que mi corazón latía más fuerte y una sensación de escalofríos corrió mi cuerpo hasta que le tiré todos mis líquidos en su cuevita. Me quedé dentro de ella hasta que se me fue la erección, lego salimos del baño y nos fuimos a nuestros respectivos cursos.
Después gané las elecciones por poco y me la seguí cogiendo siempre por el culo, ya que su novio no se lo atendía bien como ella se lo merecía. La ví varias veces y me parece que su culito desvirgado se veía cada vez más paradito.
Autor: Chapu pereyra_mauro (arroba) hotmail.com