Follando con mi hijo

Me vestí con un vestido corto muy provocador y por dentro me puse un portaligas que había comprado para la ocasión, tocó la puerta y entró, lo vi y me di cuenta de que su verga ya estaba parada, me fui al filo de la cama y me agaché, le dije que me levantara la falda me hiciera a un lado mi calzón y me culeara, él lo hizo así hasta que lanzó su chorro de leche sobre mi culo.

Hola, mi nombre es Nancy tengo 35 años 1.65 de estatura, morena unos pechos no muy grandes y un trasero yo creo que apetitoso por que más de uno se da voltea para mirarme. Soy casada, tengo dos hijos el mayor tiene 20 años ya que me casé a muy temprana edad. Desde hace tiempo noté algunas cosas en el cesto de ropa sucia, mis calzones estaban húmedos al principio no le daba importancia ya que creía que eran mis flujos pero pasado el tiempo un día los olí y sentí el olor a semen, por que había ese olor, cuando culeaba con mi marido me sacaba mi calzón por lo que no debería haber ningún olor, me puse a investigar y supuse que tendría que ser de uno de mis hijos, la oportunidad se presentó cuando el menor se fue con mi marido y su familia de vacaciones y nos quedamos el mayor y yo.

El primer día no pasó nada pero el segundo ahí estaba mi calzón impregnado de semen, me turbó al principio y no sabía que hacer, si enfrentarlo o dejarlo que continuara, decidí enfrentarlo y le pregunté del por que había tomado mi ropa interior y por que tenía ese olor, me respondió al principio que él no fue pero al darse cuenta de que en la casa no había más nadie que él y yo admitió haberlo hecho, entonces le dije que no lo hiciera más lo cual aceptó. Empecé a pensar y imaginé que él los tomaba y se masturbaba lo cual me dio en principio una cierta aberración pero a medida que lo pensaba más me empezaba a calentar y excitarme, no se por que quería nuevamente oler su semen, y no sabía como decirle que podía tomarlos nuevamente.

Con mi marido culeamos regularmente por las noches, al amanecer, en algunas ocasiones cuando vamos a fiestas al volver a casa por los tragos que traemos encima nos excitamos, salimos de la carretera y nos lanzamos a una noche de lujuria y pasión cosa que pensándolo bien solo pasa en esta ocasiones que no son muy a menudo, culeamos fuera y dentro del coche, en el capo, en el suelo, no se, pero lo que más me encanta es cuando salimos del coche me apoyo de espaldas a él en el capo, me levanta la falda, hace a un lado mi calzón y me mete su verga hasta el fondo haciéndome gemir como una loca, por que cuando estoy excitada grito bastante.

Un día me excité tanto con la imaginación de que la verga de mi hijo se deslechaba con mi calzón, que decidí darle el permiso para que los tomara, estaba en la cocina haciendo la cena, vestía un vestido algo corto muy por encima de las rodillas cuando se me cayó una cuchara y mi hijo que se encontraba ahí se levantó de la mesa y se agachó para levantarlo, me di vuelta y vi que estaba mirando mi calzón por que yo estaba agachada en el lava platos, esto me puso húmeda y finalmente le dije – ¿te gustan mis calzones?, él me dijo que si – entonces puedes agárralos nuevamente, a lo que me respondió con gran alegría, puedes dármelos ahora.

No sabía que hacer, quería hacerlo pero ¿como sacarme el calzón sin que me viera mi culo o mi concha?, entonces le dije que saliera, lo hizo, me saqué y se lo di, él subió inmediatamente a su cuarto, mis piernas estaban chorreando de mis flujos pensando que se estaría haciendo la paja, subí a mi recámara y también me masturbé y tuve un orgasmo fantástico entonces empecé a desearlo pero era mi hijo, sería incesto, algo que esta mal ante la sociedad, y es totalmente reprochable, pero lo deseaba cada vez más, quería ver como era su verga, que tamaño lo tenía, que grosor y como me culearía, entonces decidí seducirlo.

Mi esposo y mis hijos los fines de semana van a su partido de fútbol, vuelven a eso de las seis de la tarde por lo que ese día lo tengo para mí, entro en la tina por lo menos unas dos horas para relajarme, me arreglo las uñas etc. últimamente mi hijo mayor regresa un poco más temprano como a las tres de la tarde, el primer día me sorprendió, yo estaba con una bata transparente sin sostén y con un calzón negro, entró y no sabía que hacer, me miró y me dijo, que buena estás mamá, a lo que le respondí que era su madre y debía respetarme.

Me miró nuevamente y se fue a su cuarto, yo lo seguí después despacio para ver que hacía, me puse detrás de la puerta y oía sus gemidos, se estaba masturbando pensando en mi desnudez, esto me calentó bastante, quise masturbarme pero no lo hice, quería una verga, entonces esperé a mi marido y en cuanto estuvimos solos le pedí que me culeara con fuerza a lo que él quedó un poco asombrado por mi petición pero lo hizo.

Las siguientes semanas como sabía que llegaría más temprano me vestía más provocativa para seducirlo, un día cuando estuvimos tomando el té, hice caer a propósito una cucharilla sabiendo que él los levantaría, se agachó y abrí mis piernas para mostrarle mi calzón de color blanco transparente, se levantó un poco sonrojado y le pregunté que si le había gustado me dijo que si.

Estuvimos hablado desde ese momento de sexo hasta que él me dijo que me deseaba, y que cada noche se hacía la paja pensando en mí, y que esto había empezado desde hace tiempo ya que cuando eran más chicos nos íbamos de vacaciones a algún lugar y solo alquilábamos una sola habitación pues él despertaba cuando mi marido me estaba culeando me dijo que lo veía todo como me ponía de a cuatro y me metía su verga, patas al hombro, de costado, yo cabalgando etc.

Desde ese momento me sentí deseada por él y quería hacerlo mío, todos los fines semana cuando llegaba hablábamos del tema hasta que un día me pidió que le diera mi calzón y que me lo quitara en frente de él, esto me puso arrecha mi conchita estaba húmeda entonces me subí la falda y me quité el calzón – se lo di y él inmediatamente los olió y se excitó bastante, metió su mano debajo del pantalón y se estaba tocando, lo tenía duro ya que se notaba el bulto, luego me dijo que quería ver mi concha a lo que accedí.

Sin titubear abrí mis piernas y se lo mostré, no podía creer que mi hijo me estaba mirando mi conchita y le dije si quería olerlo, él dijo que si y empezó a rozar con su nariz mi conchita, estaba tan arrecha que en ese momento ya no pensaba nada más que en su verga y le dije que yo también quería ver su verga se paró e inmediatamente se sacó su pantalón y su calzoncillo, ambos estábamos desnudos en la sala.

Eran las cuatro de la tarde y que faltaba dos horas para que llegaran los demás, instintivamente me agaché y empecé a chupar su verga cosa que nunca lo había hecho ni siquiera a mi marido, pero me gustaba esa verga en mi boca, lo tenía grande, grueso y duro, vi como se estremecía y supuse que terminaría a lo que dejé de hacerlo por que quería su leche en mi conchita, entonces le pregunté, ¿que hacemos ahora?, a lo que me respondió – mami te deseo, quiero hacerte mía…

Entonces lo agarré de su verga y lo llevé a mi recámara, me eché en ella, abrí la piernas y le dije que me culeara, que mi concha era suya, él no lo pensó y de un empujón me lo metió hasta lo más hondo de mi conchita, empezó a culearme con fuerza, luego de unos minutos se deslechó dentro de mí pero yo no había terminado, estaba insatisfecha, se recostó unos minutos y como era de esperarse su verga nuevamente la tenía parada, me puso pose perrito y me montó desde atrás con un mete y saca de fábula como a mi me gusta, hasta que no aguantó más y se deslechó nuevamente, así terminamos ese día.

Yo estaba esperando con ansias que llegara el fin de semana para que él me culeara, ese fin de semana él no fue su partido y me dijo que en casa tenía otro partido más importante, se fueron todos y le dije que subiera a mi habitación que le tenía una sorpresa yo subí y me vestí para la ocasión con un vestido corto muy provocador y por dentro me puse un portaligas que había comprado para la ocasión, tocó la puerta y entró, lo vi y me di cuenta de que su verga ya estaba parada, me fui al filo de la cama y me agaché, le dije que me levantara la falda me hiciera a un lado mi calzón y que me culeara con fuerza, él lo hizo así hasta que lanzó su chorro de leche sobre mi culo.

Como teníamos todo el día para nosotros solos no nos apuramos, bajamos a la cocina tomamos el desayuno totalmente desnudos, terminamos y nos fuimos a duchar, en la ducha ya lo tenía duro a lo que empecé a chuparle la verga hasta que estuvo a punto de terminar, lo llevé al piso, lo hice echar y lo monté de un solo golpe, me movía como una perra en celo lo sacaba, lo metía, lo chupaba hasta que llegué al orgasmo.

La semana siguiente tampoco fue a su partido y cuando se fueron todos él vino a mi habitación y me dijo que quería culearme por el culo por que lo había visto en una película y quería saber como era, yo nunca había entregado mi culo a nadie me daba un poco de miedo el dolor que sentiría le dije que no, que si quería culearme seria por la conchita entonces me dijo que si quería ver la película a lo que le dije que si – trajo el CD y lo puso en ella se veía como culeaban dos parejas, las mujeres les chupaban esas vergas enormes, hacían el 69 y ellos también chupaban sus conchitas para luego meterles.

En un momento dado uno de ellos ensalivó su dedo y se la metió al culo, luego dos dedos, hasta que finalmente le estaba culeando por el culo, no se que pasó pero eso me puso arrecha, él se dio cuenta, me puso de cuatro y metió un dedo y luego dos, no sentía mucho dolor, hasta me estaba gustando, cuando noto que trataba de meterme su verga, poco a poco primero me dolió, luego de unos diez minutos mi culo se había ensanchado y el dolor fue bajando hasta convertirse en placer, le pedí que me metiera ese verga hasta el fondo, que me culeara con fuerza yo gritaba:

Siiiiiiiii hijo culeame, mete tu verga en mi culo, hazme tuya, parte mi culo en dos…

Estuvimos como media hora culeando en otras poses hasta que terminamos. Bajé a preparar el almuerzo para el medio día mientras él se reponía, lo llamé y empezamos a almorzar totalmente desnudos, cuando en un momento veo que su verga estaba dura, no lo pensé ni un momento y me senté encima de él en la silla, metiendo su verga en mi conchita, primero suavemente y luego con fuerza, así terminamos el día con un culeada como hace tiempo no lo había hecho. Con mi marido culeo de vez en cuando para que no sospeche pero me gusta más mi hijo por su pasión.

Durante la semana algunas veces me culea rápido por miedo a que su padre nos sorprenda, yo bajo a hacer el desayuno muy temprano a lo que él inmediatamente se levanta y me sigue a la cocina me levanta el camisón y como estoy sin calzón de golpe me mete su verga haciéndome gemir de placer y satisfacción.

Bueno ya les contaré más adelante nuestros encuentros llenos de morbo y lujuria.

Autora: Nancy