Él tocaba mi vagina y tenía su verga dentro de mi boca, quedé helada de excitación y asombro, él estaba en mi casa, en mi cuarto, abusando totalmente de mi y sentía una gran necesidad de gritar y moverme pero por el contrario solo cedía llena de satisfacción a sus abusos, metía y sacaba sus dedos de mi vagina, acariciaba mi clítoris ya súper hinchado y bajaba su dedos hasta mi ano.
Hola, espero sea este un buen relato.
Mi nombre es Edurne tengo 21 años soy delgada y piel trigueña, no puedo presumir mucho pero puedo decir que tengo un buen cuerpo, mi talla de cintura es 9, de brasier soy 32 a, mi cabello es castaño y ahora lo tengo hasta el hombro.
Mi relato comienza de un año para acá, mi vida dio un gran giro ya que me suceden cosas que nunca imaginé, yo soy desde más pequeña muy curiosa y la verdad medio cachonda, pero siempre había sido conmigo misma, ya saben con juegos donde me divierto yo sola y masturbándome de muchas formas.
Ya hace tres años dejé de ser virgen con un novio que tuve y de ahí para acá he buscado algunas otras experiencias teniendo relaciones con uno o dos chicos más, creo que nada fuera de lo normal. Pero como les decía nunca imaginé sentir tanta excitación y satisfacción con algo que a lo mejor suena ilógico, y ahora verán porque digo esto.
Yo soy la más chica de 4 hermanas, educadas un poco a la antigua y en una familia de lo más normal, actualmente solo yo soy soltera y ahí es donde empieza todo, la más grande de mis hermanas se casó hace ya 5 años y su esposo (o sea mi cuñadito) lo conozco desde casi ya 9 años, él no es feo pero tampoco es un tipazo, lo que si siempre nos llevamos súper bien aunque tenga 29 años, bueno pues hace un año le ofrecieron un trabajo en provincia que él aceptó y lo obligó a desplazarse para allá dejándonos encargada a mi hermana (su esposa claro) en casa de mis papás, quien se acomodó en uno de los cuartos de la casa.
Recuerdo bien el primer día que él se tenía que ir a su nuevo trabajo en provincia (creo que ahí empezó todo) se iba a ir un lunes muy temprano, se despidió de todos, solo que yo ya estaba en mi cuarto dormida así que subió y entrando sin escucharlo se acercó, me abrazó y se despidió dándome un gran beso en mis labios, él ya me había hecho el comentario de que le gustaría besarme algún día, decía que mis labios son carnosos y muy sensuales, pero nunca creí que ese día llegara, al yo sentir el beso desperté y sonreí deseándole mucha suerte. Soy sincera no me disgustó y la verdad no hice mucho caso.
Él planeaba regresar todos los fines de semana hasta encontrar casa y llevarse a vivir a mi hermana para allá, así que dormirían todos esos fines de semana en casa hasta que lograran irse.
Ese primer fin de semana que durmió en casa volvió a repetirse lo del beso de la misma forma, solo esperaba que yo me durmiera para entrar sigilosamente a mi cuarto, además empecé a notar cosas extrañas, como el cajón de mi ropa interior revuelto, él casualmente entraba a mi cuarto cuando yo me estaba cambiando de ropa o salía de bañar semidesnudo como mostrando su cuerpo, que por cierto está bien dotado de trasero, llegué a encontrar alguna de mis tangas llenas semen ya seco, obviamente se masturbaba con mi ropa, eso entre algunas otras cosas… (No perdía el tiempo) lo curioso de todo es que nada me disgustaba, me hacía sentir halagada y sinceramente me excitaba pensar en toda esa morbosidad, por lo que claro nunca dije ni he dicho nada.
Yo respondí a todas sus insinuaciones, dándome a desear desvistiéndome con la puerta entre abierta de mi cuarto y fingiendo dormir todas esas noches que él entraba y hacía caricias a mi cuerpo inmóvil pero muy excitado, descubrí que me fascinaba dejar que me hiciera cualquier cosa, así que él aprovechaba muy bien toda esa atmósfera es excitante, lujuriosa, peligrosa y extremadamente prohibida ya que en los cuartos de a un lado estaba mi hermana y en otro mis padres, pensar en eso me excitaba mucho más, y en cuanto sentía que él entraba a mi cuarto comenzaba a mojarme.
Al principio solo tocaba mis nalgas, mis piernas, subiendo despacio por mi espalda y volteándome para tocar mis senos, me besaba suavemente, mientras se masturbaba su gran pene, que nunca imaginé fuera tan grueso y carnoso además de grande, una de esas noches él entró despacio comenzó a tocarme.
Yo sentía mi corazón latir fuerte, pero no me movía, sin poder evitarlo gemía y suspiraba, me besaba los pies y subía despacio por mis piernas deteniéndose en mi excitada vagina, sobando y acariciando despacio, obviamente todo esto sin desvestirme solo por encima de mi pijama.
“Ah no les he dicho que acostumbro a dormir con un pantalón de pijama delgado, mi tanguita, sin brasier y una blusa ligera »
Me pone muy caliente el hecho de sentirme dominada, un esclava que no puede, ni quiere moverse y claro el riesgo que significa todo esto, así que esa noche seguía con sus manos acariciándome mis senos con mis pezones ya muy duros, suave pero con mucha firmeza me voltea boca abajo, yo sin poner ninguna resistencia.
Besa mi espalda al mismo tiempo que acaricia y abre mis nalgas con mucha delicadeza intentando hacer el menor ruido posible, siento de pronto como baja mi pantalón de pijama de la parte de mi trasero, así como mi tanga, que recuerdo era una color durazno de algodón muy diminuta, esto nunca había pasado, aprovecha pasar su mano en mi húmeda vagina, continua e intenta voltearme de nuevo boca arriba, pongo una falsa resistencia ya que sabía perfectamente que así tenía toda la posibilidad de desnudarme.
Ya no pongo más resistencia y logra ponerme boca arriba, con toda la facilidad baja mi pantalón y tanga sacando solo una de mis piernas la cual jala a un lado abriéndome y dejando todo el campo libre, me acaricia, mete despacio un dedo, después dos y lo mueve haciendo que pegue un gran suspiro, siento que despacio saca sus dedos de mi ya escurrida vagina y hace un movimiento que le permite tomar mi cara, meter un dedo en mi boca, abrirla lentamente e introducir su gran verga casi hasta mi garganta.
En solo unos segundos él tocaba mi vagina y tenía su verga dentro de mi boca moviendo hacia adentro y afuera, quedé helada de excitación y asombro, él estaba en mi casa, en mi cuarto, abusando totalmente de mi y sentía una gran necesidad de gritar y moverme pero por el contrario solo cedía llena de satisfacción a sus abusos, metía y sacaba sus dedos de mi vagina acariciaba mi clítoris ya súper hinchado y bajaba su dedos hasta mi ano y metía ahí sus dedos…
Así fue por un buen rato y yo deseaba que nunca acabara, mi boca llena de su verga, solo lamía y chupaba, sabía que llegaba el momento;
siento dos orgasmos juntos muy largos que me mandan a la luna y las estrellas, él por su parte empujando con fuerza su pene hasta adentro de mi boca dejó salir una cantidad de semen increíble mmmm… ¡rico!
Yo lo chupaba y me lo comía todo, en ese momento era su esclava que le servía de puta esa noche así que comía su semen mientras seguía sintiendo ese gran orgasmo.
Por esa noche todo quedó ahí, sacó su verga de mi boca todavía bien erecta, retiró su mano de mi vagina, me dio un gran beso en la boca y dándose la vuelta salió de mi cuarto sin decir nada, yo me quedé ahí sin moverme semidesnuda y con esa mezcla de olores de su semen y mi flujo vaginal, sudor y lujuria.
Lo último que recuerdo es haber pensado que ojalá él se sintiera satisfecho, que yo era una puta y sucia perra pero muy satisfecha y que si él abusaba de mí así, lo hiciera siempre que quisiera…
Solo suspiré y me quedé dormida.
A la fecha hemos pasado ya otras experiencias, donde él abusa de mí y yo hago nada para evitarlo; ya después les platicaré.
Hasta pronto y dulces sueños.
Muy excitante tu relato. Fíajte que para mí lo prohibido es mucho más excitante que otras cosas. A pesar de estar casado, cómo quisiera vivir algo simlar, porque con mi esposa he tenido muchos orgasmos,pero no con la lujuria y placer que en tu experiencia he percibido. Gracias por compartir tu cachond´´isima experiencia