Jóvenes y Cachondas, Maduritos Interesantes, Hetero, Exhibicionismo.
Esta historia comienza una tarde de verano cuando un amigo nos invita a mi esposa y a mí a pasar un día en el campo, con su esposa y su joven hija de 19 años
Estuvimos toda la mañana disfrutando del campo,y por la tarde recién comidos estábamos disfrutando de una buena digestión cuando recibí una llamada de técnico del aire acondicionado, llevaba una semana esperándolo para que lo arreglara y tuve que irme a. en esto cuando Carmen. la mujer de mi amigo me dijo:
– Vamos a aprovechar que tienes que ir al pueblo para que te traigas café y dulces.
– Vale.
– Mira, llévate a Carla y para que te ayude.
– Vale
Se subió al Land Rover y comencé a conducir con el traqueteo miré a su pechos como se movían.
Diablos, me dije, qué hermoso pechos tiene esta nena- pero mis pensamientos no fueron más allá de eso.
Cuando llegamos a mi chalet miré que no había llegado el técnico aún le pedí que me ayudara a regar las plantas, ella cogió la regadera y yo la manguera mientras ella llegaba a mi sitio me fijé en su pantalón vaquero corto como resaltaba su trasero y su largas piernas, el calor me hacia estragos.
Accione la manguera con tan mala suerte que nos salpicó a los dos empapandonos de agua. Nos reímos mucho y me fije como su top se había empapado y ahora estaba pegadisimo a su cuerpo.
Fui a por una toalla para que se secara hice el amago, ella no se inmutó y le sequé los brazos y las piernas luego subí y cuando llegué a su top le dí al toalla para que ella se secara. Tras ellos nos sentamos a esperar al técnico no sin antes ponernos un refresco.
Así nos pusimos a esperar y comenzamos a charlar.
No se como habíamos comenzado, pero en un momento la charla se puso un poco caliente y sentía extrañas sensaciones en mi cuerpo, noté que ya no la miraba como a la hija de mi amigo, estaba viendo a una mujer que también se estaba calentando, y que me hacía preguntas cada vez más atrevidas. De repente me dijo:
– Usted nunca estuvo con una chica de mi edad?
– No entiendo, cómo es eso de si estuve o no?
Yo sí lo sabía, pero quería que ella me lo dijera. Poniéndose colorada me dijo:
– Que si tuvo relaciones, usted me entiende.
– La verdad que no, porque me lo preguntas?
Bajando los ojos, balbuceó:
– Porque a mi me gustaría hacerlo con usted.
Quedé mudo por un instante.
– Qué dices? Estás segura de quieres eso?
– Sí, hace mucho que sueño con alguien mayor como usted, seguro que no le interesa.
y comenzó a largar su mano tocando mi pierna
– ¿ que haces?
– Vamos no lo niegues te he visto como me mirabas antes.
y volvió a largar su mano tocando mi pierna yo le quité la mano suavemente
– Carla que eres la hija de mi amigo.
– por eso quien mejor que un amigo de mi padre que un desconocido
y volvió a largar su mano tocando mi pierna yo puse mi mano sobre su mano acariciandola
– pero y si se enteran?
– Nadie lo sabrá, solo nosotros.
y volvió a largar su mano tocando mi pierna y yo seguí acariciando su mano mientras que mi polla se hincaha viendo sus pechos y su cara de niña buena.
Ella se levantó y apartó mi mano y yo la senté en mis piernas. La tome de la barbilla y la besé en la boca, pero no era un beso, era como si la quisiera comer, esos tiernos labios y esa lengüita, estaba todo en mi boca, sentí como una explosión en mi pene y comencé a quitarle su top. Como no usaba sujetador ví esas hermosas tetas que me volvía loco, por lo que comencé a besarlas con mi boca mientras ella gemía de placer sin decir palabra.
La puse de pie y yo me quedé sentado, la puse frente a mí. Le desabroché su pantalón vauqero y luego le quite el tanguita y su conchita quedó a la altura de mi boca. Que placer fue chupar ese néctar mientras ella me apretaba la cabeza contra sus piernas y me pedía más y más hasta explotar de placer. Luego de su orgasmo la hice arrodillarse y sacaqué mi pene. cuando éste salió con fuerza y se asustó un poco:
– Que grande es!
Claro, ella nunca había visto uno.
– Bueno, es todo tuyo Carlita, quieres chupárselo un poquito?
La idea pareció gustarle mucho, comenzó a lamerlo, primero muy despacio y luego ya lo introdujo todo en su boca seguro que había hecho más de una mamada:
Sacando el pene de su boca y mirándome me dijo:
– Basta, tenemos que hacer otras cositas antes de que yo explote.
– Qué me va a hacer? Me la vas meter en la conchita? me dijo ella enfrente mía acariciando mi polla con su mano derecha mientras que me besaba en mi boca.
– Vamos a probar, no creo que te duela, vení, sentate a caballito con las piernas bien abiertas, y juntos lo vamos a meter muy despacio.
La llevñé hasta el sofá y me senté en él luego ella se puso encima mí con las piernas bien abiertas. Arrímandola a mi verga con mis manos en sus nalguitas, muy pronto se perdió la cabeza en la vagina. Sólo la cabeza bastó para que se estremeciera toda y siguiera empujando con los labios apretados, por lo que le dije que se quedara quieta un ratito. Comencé a besarla en la boca, mi lengua y su lengua hicieron que se relajara un poco, así que con un empujón se la pude meter toda.
– Ahhhhhhhhh, que lindoooooooo, que placer Diossss.
Así empecé a follarmela, ella aprendió rápido, en un ratito se movía de manera que mi verga entraba y salía sólo con el movimiento de su pelvis, yo no hacía nada, sólo disfrutaba de esa conchita tratando de no acabar.
Así estuvimos un rato hasta que tuvo su orgasmo, que fue genial. me entraron ganas de correrme y si lo hacía en su coño podía haber riesgo de embarazo así que le expliqué que teníamos dos maneras de que yo pudiera eyacular sin problemas. En su boquita o en la cola. Lo pensó un rato y me dijo:
– Por el culo.
La hice poner de espaldas y agachada un poquito, a cuatro patas sobre el sofá. Que culito hermano, no puede contener mis deseos de lamerlo. Con cada pasada de lengua sentía como se comprimía el esfínter, por lo que no me dejaba entrar la puntita de la lengua, pero cuando estuvo bien salivado comencé a masajear con mi dedo gordo hasta que conseguí que se fuera dilatando y permitiendo que pudiera hacerlo entrar y salir fácilmente. Comencé a empujar la cabeza, que entró sin dificultad. No les puedo decir lo que ésta nena se movía con mi verga en su culo, que cuando me di cuenta ya la tenía toda dentro, poniendo y sacando hasta que un orgasmo inundó ese culito de semen, haciendo más placentero el poner y sacar hasta que ella también tuvo su orgasmo.
Mi verga ya exhausta comenzó a desinflarse, después de esto nos fuimos al patio interior y nos refrescamos con la manguera y luego nos secamos y nos vestimos cuando nos vestíamos Carlita me dijo:
– Gracias.
Al momento vino el técnico y luego llevamos café y dulces para todos.