“Papi anoche dormí poquito, estaba muy calurosa la noche y tuve que dormir desnuda, además tú y mama estaban muy agitados y eso me inquieto, aunque al oír tus gemidos desee verte desnudo y eso me excito mucho papito”
Ella era Mariana, una chiquita preciosa de 18 añitos, carita hermosa un hoyuelo en su barbilla, colorina muy bella, lindos senos medianos una cintura pequeña y unas nalguitas redondas y tentadoras.
Marianita desde muy joven había despertado al deseo sexual, tal vez incentivada por los gemidos de su madre y su pareja de momento o de fin de semana. Su madre disfrutaba del sexo con mucha pasión y marianita oía como gemía ,oía como pedía verga y en ocasiones miraba a escondidas como era penetrada por algún lindo joven atlético, eso a Mariana la excitaba de sobremanera , la mojaba y no podía evitar meter sus dedos en su chochita caliente y húmeda, ya era una viciosa de la masturbación le encantaba tocarse, acariciar sus tetas sus pezones y sobre todo meterse los deditos en su chocha que siempre deseaba más, iniciaba con uno o dos deditos paseándolos por sus labios vaginales para luego meterlos frenéticamente en ese hoyito caliente que tanto placer le daba, metía y sacaba esos deditos finos y suaves le gustaba oír el sonido que producía al golpetear su palma con su pubis lo hacía a diario hasta logra acabar y quedarse dormida , ella amaba el sentirse caliente y usaba cada oportunidad para disfrutar de ese placer.
No paso mucho tiempo antes que todo cambiara para ella, fue por su madre el cambio, luego de algunos años se reencontró con su padre y decidieron darse una segunda oportunidad, intentar ser una familia nuevamente, Mariana no tenía recuerdos de el pues se habían separado siendo ella muy pequeña, y el verlo ahora ya más grande, la había impactado pues era todo lo que ella deseaba de un hombre, era alto, fornido, muy guapo de manos grandes y sobre todo muy respetuoso y eso a ella la excitaba ya que era un desafío seducirlo, en cuanto lo vio deseo que debía hacerlo de ella, deseo convertirlo en su hombre ,deseo tenerlo metido entre sus piernas.
Desde el primer día fue muy amorosa con él, una hija muy consentida y muy cariñosa, según su madre. Mariana fue testigo de el rencuentro de su madre con su padre, ella estuvo pendiente esa noche y fue una noche agitada para ambas, para su madre al disfrutar de ese cuerpo que tanto placer le daba y para ella que oía como en el dormitorio contiguo se daban placer, fue una noche caliente, de gemidos, de sonidos, de humedad, Marianita se acostó desnuda y acaricio su cuerpo sus tetas su vientre su clítoris sus labios vaginales , se entregó a sus manos a sus dedos y a toda su lujuria.
Fue al despertar que decidió ir a la conquista de su padre, se levantó se puso una faldita de tela que caía suavemente sobre sus caderas, sin nada debajo y también uso una blusita rosada con botones para abrirlos si era necesario. Ellos ya estaban desayunando, la madre a punto de ir a trabajar y el con su correspondiente día de descanso semanal, Marianita se sentó al lado de su padre, lo saludo de beso en la boca, algo que a él o desconcertó un poco, mientras la madre ya iniciaba su salida del hogar.
Mariana tomo desayuno con su padre, y para iniciar su conquista decidió calentar el ambiente un poco, “ papi anoche dormí poquito, estaba muy calurosa la noche y tuve que dormir desnuda, además tú y mama estaban muy agitados y eso me inquieto, aunque al oír tus gemidos desee verte desnudo y eso me excito mucho papito” , él dijo “pero hija… y antes que terminara de hablar Mariana lo interrumpió estiro su mano agarro el bulto que ya empezaba a hacerse notar y dijo “papito tú sabes que te amo y nada me haría más feliz que sentirte dentro mío, tener esta cosota dura y hermosa para mi todita” inmediatamente se abrió de piernas y se sentó encima y frente a él y comenzó a besarlo de forma muy ardiente mezclando su lengua y saliva con la de él, quien ya había cedido a todos sus prejuicios y solo pensaba en poseer a su niña consentida y hermosa, le abrió su blusita rosada y pudo ver esas grandes y hermosas tetas, coronadas por un pezón levemente más oscuro pero alargado y terso por la excitación, lo metió en su boca y pudo sentir como marianita se retorcía de placer y acercaba más su pubis, su vulva, su sexo hacia su verga que solo deseaba sentirla dentro de su vagina suave, caliente y húmeda y ver como su carita de niña buena se convertía en la putita que quería a su papito metiéndosela.
Continuara…
Uuffff me puso super caliente solo de imaginarme todoo
Ufffffff… me dejaste caliente con esta historia
hola, gracias Karen eso es excitante, tambien me gustan las historias calientes.
Hola,gracias Karen es excitante saber qué quedaste caliente con esta historia,me gustan los relatos calientes
Hola, como estas..?? si asi es me encantan estas historias, tengo añosssssss leyendo historias aqui…