Les relataré unos hechos que sucedieron hace unos cuantos años a tras, cuando estudiaba mi primer semestre de la universidad, para esa época yo era un estudiante de provincia y residía cerca de mi escuela en una pensión para estudiantes, por lo general cada vez que disfrutaba de un fin de semana libre procuraba el visitar el hogar de mis padres, y ver a mi novia. Pero debido a que ya estaban próximos los exámenes decidí quedarme estudiando para aprovechar el tiempo y adelantar materia, además no disponía de mucho efectivo como para gastarlo viajando.
La primera vez que durante todo el semestre me encontraba en la pensión un fin de semana, la patrona vivía en la parte posterior de la casa y los estudiantes teníamos una entrada independiente a la de ella, por lo que por lo general solo la veíamos en las mañanas pasando una escoba y los días en que habíamos convenido pagarle. Ya el viernes en la tarde, tan solo me encontraba yo y mi compañero de habitación, con el cual realmente me comunicaba pocas veces, no por nada en particular solo que nuestros horarios por lo general nunca coincidían. Gerardo por llamarlo de alguna manera, estudiaba en la facultad de arquitectura y pintaba de vez en cuando, y al igual que el resto de mis compañeros de la pensión y yo, viajaba a su pueblo cada vez que se le presentaba la oportunidad o por lo menos eso a mi me parecía, por lo que me extrañó el verlo en la pensión durante la tarde del viernes, yo recién regresaba de la biblioteca bien cargado de libros para leerlos durante el fin de semana, al parecer él tuvo la misma idea que yo, así que gran parte de la tarde la pasé en el comedor leyendo y resumiendo parte de mi clases, ya serían como las siete u ocho de la noche y ya me encontraba cansado de leer, por lo que subí a mi habitación a descansar en mi cama, así que al llegar me quite los pantalones y la camisa y me tendí boca arriba en mi cama, yo tendría unos tres o cuatro minutos de haberme acostado cuando entró Gerardo en la habitación y prendió la luz del cuarto, al verme se disculpó pero como realmente no me molestaba le dije que la podía dejar así mientras se vestía, por lo que pude observar recién y se había dado una ducha ya que se encontraba todo húmedo y con tan solo una pequeña toalla alrededor de su cintura, por un momento se sentó en su cama, y comenzó a charlar conmigo mientras se secaba su cabello con la pequeña toalla que había puesto traída a su cintura. Durante nuestra amena conversación Gerardo me hiso saber que el por lo general salía para su pueblo, pero que hoy decidió quedarse en la pensión a estudiar cosa que había hecho en la habitación hasta que se cansó y le vino en gana darse una ducha para refrescarse, la cosa es que mientras hablaba conmigo casi no despegó sus ojos de mi slip al principio no le puse atención pero llegó el momento en que me observaba de una forma descarada, lo cual me incomodó algo, y él parece que se dio cuenta de mi malestar, ya que de inmediato cambió su mirada, los dos continuamos de cosas intrascendentes, cuando al rato él continuaba sin vestirse y volvía a colocar sus ojos en mi verga, al darme cuenta nuevamente de como me miraba pensé en no hacerle el menor caso, pero el solo estar pensando en ello no se por que pero me excitó, a tal grado que era bien evidente que mi verga se encontraba erecta bajo el slip, su rostro reflejaba que se encontraba contento, y yo me encontraba sorprendido, ya que jamas en mi vida me había sucedido eso con una persona de mi mismo sexo.
Gerardo me continuó hablando de una colección de pinturas que había visto en el museo de la universidad, y comenzó a describirmelas de forma detallada, todas según él eran desnudos de mujeres, pero su forma de hablar sobre los cuerpos de las pinturas, lejos de distraer mi atención me excitó más aun, tanto que ya era incomodo para mi e mantenerme sentado con mi verga totalmente erecta, por lo que decidí pararme y estirar mis piernas, al yo levantarme de mi cama por medio de la abertura del slip se asomó casi por completo mi herramienta, y la cara de Gerardo se iluminó de alegría yo me encontraba cortado, cuando lo escuche decir dejalo que se asome que a mi no me molesta, al tiempo que se acostaba sobre su cama totalmente desnudo boca abajo dejando ante mi sus bien formadas y blancas nalgas, no se, pero e
so no me sorprendió supuse durante los minutos previos que a Gerardo le gustaba que le dieran por el culo, pero yo jamas en mi vida me había acostado con alguien de mi sexo y es más jamas lo había pensado, pero para cualquiera era evidente que yo me encontraba muy excitado, en eso observé nuevamente el culo de Gerardo y lo observé como con una de sus manos se untaba una especie de crema sobre su esfínter y abría sus piernas. Mis manos comenzaron a bajar mi slip y me le fui acercando por de tras a mi compañero de cuarto, una de mis manos agarró mi erecta y dura verga mientras sin decir palabra alguna me fui acomodando sobre Gerardo, hasta ese momento no me había percatado que sobre el cuerpo de Gerardo no se podía observar un solo bello, sus nalgas redondas y firmes fueron penetradas por mi pene, hasta que llegue a su esfínter el cual me dio la impresión de que palpitaba bajo la presión de mi verga contra su roto, todo mi pene lefue entrando con suavidad hasta que mis testículos se toparon con sus nalgas, yo comencé a moverme con rapidez pero Gerardo me susurró disfrutalo poco a poco, por lo que seguí su consejo, por su parte él comenzó a mover su culo de forma rítmica y suave lo que me producía un enorme placer por un buen espacio de tiempo los dos permanecimos disfrutando ampliamente el uno del otro, hasta que realmente no pude más y me corrí dentro del culo de Gerardo, luego me enteré por él que también se había corrido en ese momento.
Me levanté y me dirigí al baño me lavé con agua y jabón mi verga y me volví a acostar en mi cama boca arriba, traté de no pensar en lo ocurrido y ya estaba logrando el sueño cuando en mi mente se fueron formando las imágenes mias dandole por el culo a mi compañero de cuarto, y como acto de magia la verga se me comenzó a poner dura nuevamente, pero no le dí la menor importancia hasta que sentí los labios de Gerardo besando mi glande, el solo roce de su boca contra mi verga bastó para que esta se volviera a poner como una viga, Gerardo pasó de besarla a mamarla sin escrúpulos yo por mi parte permanecí disfrutando de tan fabulosa felatio, yo en ocasione había magreado a mi novia cuando me encontraba de visita en mi pueblo, y en una oportunidad ella me dio una mamada pero de forma muy diferente era como si fuese desagradable para ella, y antes de terminar retiró su boca de mi verga por lo que continué masturbandome yo mismo frente a mi novia, en cambió Gerardo mamaba con gusto, eso si era producir placer y luego para terminar me chupó todo el semen que expulsé de mi verga.
Durante los semestres posteriores en ocasiones mantenía mis encuentros de fines de semana con mi compañero de habitación, hoy en día Gerardo es todo un arquitecto, casado y con hijos al igual que yo, pero ocasionalmente nos encontramos para recordar nuestros tiempos de estudiantes.
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